Estados Generales del Psicoanálisis

Convocatoria de René Major

Si el siglo XX ha sido una época de angustia y de destrucción de la que el tiempo nos dará progresivamente la medida, también fue una edad de liberación de numerosos prejuicios a la que el psicoanálisis habrá contribuido, no sólo por su práctica sino también por la influencia de su pensamiento en diferentes campos de la cultura. Abrió numerosos caminos a las artes y a las ciencias, a la literatura y a la crítica literaria, a la filosofía, a la historia, a la sociología, tal como Freud lo anticipó.

Sin embargo, a pesar de su fuerza y de su vitalidad netamente afirmadas en cien años de experiencia, está en la naturaleza misma del psicoanálisis -y de la puesta en acto del inconsciente- el suscitar continuas resistencias. Nada escapa a ello. Y las instituciones que son creadas para preservar la herencia freudiana y promover la investigación analítica a menudo engendran rigideces qu van en sentido contrario del fin que se proponen. La institución está llamada a ser conservadora, por necesidad, y el recorrido analítico a ser innovador, incluso subversivo. Un equilibrio entre esas tendencias y las inevitables tensiones que despiertan está lejos hoy en día de ser preservado. El poder que se desarrolla en el seno de las instituciones reposa demasiado a menudo sobre la falta de resolución de las transferencias, sobre el sometimiento a una ideología dominante y a su código lenguajero, que sirven más para preservar los controles sociales y burocráticos que para abrir nuevas fronteras a la investigación y a la extensión de nuestros conocimientos. La acción de las organizaciones para corregir estos desequilibrios, cuando se manifiesta, permanece a menudo al servicio de la institución.

Es urgente la necesidad, en el umbral del siglo XXI, de una discusión abierta sobre el estado actual del psicoanálisis, llevada a cabo por el mayor numero posible de psicoanalistas suficientemente liberados de las presiones de las organizaciones, o deseosos , en su seno, de un cuestionamiento necesario de su política. La importante reunión que tuvo lugar en Paris en febrero último para discutir el affaire de Rio y su repercusión internacional -este caso es el mejor ejemplo de un síntoma de la historia del movimiento psicoanalítico- condujo a esta propuesta de convocar Estados Generales del Psicoanalisis a fin de abrir un espacio que incluya una interrogación crítica de los modos de formación, de enseñanza, de transmisión y de organización institucional del psicoanálisis.

Este llamado se dirige a todos los psicoanalistas, sea cual sea su pertenencia institucional o sea cual sea el motivo de su rechazo a una tal pertenencia, y a todos aquellos que a uno u otro titulo, se comprometan en esta reflexión.

Estos "Estados Generales" tendrán lugar en el año 2000 en Paris, en la Sorbona, en el mes de mayo. Si nos damos casi tres años para realizarlos, es con el objetivo de que se formen en diferentes países, grupos que tengan tiempo de reunirse, de trabajar y de producir el resultado de su reflexión, lo cual no excluye las propuestas individuales ni las de las instituciones existentes.

El programa de las Jornadas se hará en función de las propuestas que recibirán los responsables de la organización en los diferentes países. La lista de esos responsables será comunicada en un próximo correo.

Un comité de preparación necesariamente debe formarse, pero al igual que este llamado, sólo tendrá por función traducir una inquietud y una preocupación que creemos son ampliamente compartidas y que ya se han puesto de manifiesto como tales. La razón de estos Estados Generales y el alcance de su realización sólo tienen sentido a condición de que no pertenezcan a ninguna instancia particular, individual o colectiva, y no puedan ser reivindicados por ningun grupo que ya esté legalmente o legítimamente constituído. Los Estados Generales deben poder debatir ellos mismos sobre su propia legitimidad. Esta es una regla indispensable. Los compromisos concretos, efectivos, que puedan surgir de estos Estados Generales no pueden afirmarse sino en la medida en que sean independientes de las organizaciones existentes y de aquellos que hoy en día tienen en ellas la iniciativa y la responsabilidad. Lo que no quiere decir que no es deseable que dichas organizaciones reconozcan lo bien fundado de esta convocatoria. Pero lo que determina la urgencia de una transformación de la situación del psicoanálisis en este fin de siglo, supera ampliamente las fronteras de cualquier institución o de cualquier iniciativa personal.

Una asociación "para los Estados Generales del Psicoanálisis" se constituirá en breve a fin de recibir los sostenes financieros necesarios, pero será inmediatamente disuelta al día siguiente de la Asamblea.

Si este llamado toma el nombre de Estados Generales, para interrogar lo que se hizo, lo que se hace hoy, y lo que se hará mañana en nombre del psicoanálisis, o bajo ese nombre, es precisamente para que se pueda esperar, en virtud de la referencia histórica designada por dicha apelación, que se inaugure una exigencia nueva que no se sostenga en los mandatos jerárquicos sino en el deseo y en la decisión de los participantes.

Todos los que lo deseen pueden desde ahora suscribir este llamado , firmarlo, y difundirlo. Todos los firmantes estarán asociados en esta iniciativa que, de aquí en más ,será de cada uno de ellos.

Paris , 17 de junio 1997

René Major
Psicoanalista
Autor de la convocatoria
Director del Programa del Colegio Internacional de Filosofía
Presidente de la
Sociedad Internacional para la Historia de la Psiquiatría y el Psicoanálisis

Traducción de Silvia Fendrik


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