Investigación à Psicoanálisis

Trabajos de Investigación Clínica y de Inserción del Psicoanálisis en diversas Áreas Temáticas
Investigaciones teórico conceptuales

La conceptualización del fantasma: Distintos niveles de lectura que iluminan diversas perspectivas del sujeto

Oscar Pablo Zelis

1 - La lógica: situar las coordenadas de la intervención.

¿Qué justifica, qué legitima una intervención – del analista- sobre un sujeto? Lacan, en su seminario La lógica del fantasma, le plantea esta pregunta a los analistas:
“¿Qué saben ustedes? ¿Qué saben si el sujeto tiene necesidad de casarse con tal o cual; si él ha amargado su matrimonio, si no es una suerte para él? ¿Qué se meten? Dicho de otra manera, la única cosa con la que tienen que ver es con la estructura lógica…” (Lacan, Seminario 14, clase 18).
Lacan señala que, de lo que se trata, es que el analista pueda ubicar e intervenir desde la  estructura lógica del sujeto. Recordando continuamente que ella tiene íntima relación con el significante, con el lenguaje. En efecto: “La estructura es – desde que enseño, no desde que escribo-  que el sujeto sea un hecho de lenguaje, sea un hecho del lenguaje.” (S. 14, clase 15).  En esta estructura subjetiva, el fantasma será un componente fundamental. Sin embargo, si nos fijamos en las distintas connotaciones y presentaciones que  han hecho los psicoanalistas sobre el  “fantasma”, nos encontramos con muy disímiles y en apariencia diferentes ideas sobre el mismo, incluso ciñéndonos tan solo a Freud y Lacan.  La serie puede ilustrarse citando en un extremo las fantasías diurnas conscientes, y en el  otro, el fantasma como axioma.

2 - Recorrido de la noción de fantasma.

En Freud encontramos al principio, el discernimiento de la fantasía. La fantasía, el fantasear, como función psíquica. En el adulto, el fantaseo aparece en el lugar que el juego ocupaba para el niño. Se ofrece como oportunidad de desarrollo de la imaginación, y donde por ejemplo, pueden jugarse las pulsiones y conflictos psíquicos en un escenario virtual: la “fantasía”.   Con su texto “Pegan a un niño”, se avanza de la fantasía, a una estructura gramatical, como matriz de comportamientos anudados al deseo. Esto es un desarrollo muy importante de Freud, con lo cual ya tenemos dos facetas del fantasma: por un lado, su valor de invención, de articulación de la imaginación dándole un escenario posible a las pulsiones – hasta llegar a las producciones artísticas, por ejemplo-, y por el otro, su faceta de determinismo, en las posibilidades de acción de un sujeto.  Lacan hace un análisis y relectura de lo investigado por Freud, y tratará de darle una articulación lógica más formalizada. Por ejemplo, en su Seminario, Las formaciones del inconsciente, hace la siguiente puntuación, donde articula el fantasma con el Complejo de Edipo…:
 “En un tercer tiempo y tras la salida del Edipo, del fantasma solo queda un esquema general. La figura del padre es superada, traspuesta, remitida a la forma general de un personaje en posición de pegar, omnipotente y despótico, mientras que el propio sujeto es presentado en la forma de esos niños multiplicados  que ni siquiera son ya todos ellos de un sexo preciso sino que forman una especie de serie neutra. Esta forma última del fantasma en la que algo es mantenido así, fijado, memorizado, podríamos decir, queda investida para el sujeto de la propiedad de constituir la imagen privilegiada en la que encontrarán su soporte las satisfacciones genitales que pueda experimentar.” (Lacan, S. 5, cap.13).
Hay un proceso de simbolización, de generalización,  de otorgar “lugares” más abstractos o simbólicos tanto para el sujeto como para el otro (u Otro), en una relación. Este “esquema”, será soporte para el deseo del sujeto. Se puede advertir ya aquí, que esto implica un desdoblamiento del sujeto,  un sujeto dividido que puede sostener su deseo al precio de alienarse en el personaje del fantasma.

3 - El fantasma y su relación con la lógica y el significante.

En el seminario antes citado, Lacan aborda el ejemplo del fantasma masoquista, donde destaca la aparición de un objeto-significante representado por el “látigo”. Algo que “tacha” al sujeto, como un signo de su relación con el deseo del Otro. Señala que en la “fustigación” no se trata de atentar contra la integridad física del sujeto, sino  que es su “carácter simbólico lo que está erotizado.”
“Entrar en el mundo del deseo es para el ser humano experimentar, lo primero de todo, la ley impuesta por eso que existe más allá –que nosotros lo llamemos aquí el padre ya no tiene importancia, no importa-, la ley de la schlague.  (…) La función del fantasma terminal es manifestar una relación esencial del sujeto con el significante…”(Lacan, S. 5, pag.251)
De esta manera, el fantasma nos esclarece una particularidad de la relación del sujeto con el significante, al destacar el rasgo masoquista; podemos asociarlo con la conceptualización del masoquismo primario por parte de Freud.  Enseguida Lacan profundiza esta investigación, señalando otro aspecto de la relación sujeto-significante, que puede describirse como una ambivalencia fundamental, que se manifiesta por ejemplo en la siguiente contradicción:
“Cuanto más se afirma el sujeto con ayuda del significante como queriendo salir de la cadena significante, más se mete en ella y en ella se reintegra, más se convierte ´él mismo en un signo de dicha cadena. Si la anula, se hace, él, más signo que nunca. Y esto por una simple razón – precisamente, tan pronto el sujeto está muerto se convierte para los otros en un signo eterno, y los suicidas más que el resto” (pag. 253-254) 
Esto da pié para pensar  distintos momentos constitutivos del sujeto y distintos movimientos de sujeto:. En efecto, “…el sujeto, en su relación al significante, a veces, cuando se le pide que se constituya en el significante, puede negarse.” Pero, dice Lacan que este “reverso” es lo mismo que su anverso: “¿Qué hace el sujeto siempre que de algún modo se niega a pagar una deuda no contraída? No hace más que perpetuarla. El efecto de sus sucesivas negativas es que la cadena se reanima, y él se encuentra cada vez mas atado a esa misma cadena.” (pag. 254).

4 - El fantasma entre el otro y el Otro.

Lacan introduce en esta investigación sobre el fantasma, sus desarrollos del “estadio del espejo”, enriqueciendo el planteo freudiano al integrar la dialéctica especular e imaginaria. En efecto, el yo (moi) del sujeto se constituye identificándose a la imagen del otro (“a” o i(a) ). La notación del otro como a no es ingenua. De esta manera, el a puede simbolizar los objetos parciales, pero también al otro del sujeto. Decimos que si no es ingenua, implica una intención: señalar lo que se va repitiendo cada vez que hablamos del fantasma. El carácter intercambiable de los a (se trata en este caso del a como objeto al que tiende el deseo, NO el a causa), que puede ser un objeto o un  otro, y, veremos más adelante con más detalle, el carácter intercambiable o transitivo del sujeto con el objeto. Es así que Lacan, en el capítulo que estamos citando, puede decir que también es un fantasma la matriz identificatoria que produce un sujeto  a partir de contemplar a su hermanito de leche mamando de su madre. La solución psíquica que encuentra el sujeto para no desaparecer será en el mejor de los casos la constitución de un fantasma que determinará la matriz de sus relaciones con el Otro en el nivel deseante.  En los comienzos de su indagación sobre el fantasma, Lacan, como Freud, empezó por la imaginación, más precisamente, por lo imaginario. En un principio, el  fantasma, sería una matriz imaginaria, de la relación del yo (moi) al otro (ver por ejemplo, el esquema Lambda); pero que produce desconocimiento al cerrar la vía que comunicaría al sujeto con su Otro inconsciente que lo determina.  Como veíamos antes, se entrecruza con la función significante, por lo que entonces dirá: “El fantasma lo definiremos, si les parece, como lo imaginario capturado en cierto uso de significante.” (S. 5, pag. 417).

5 - Fantasma: la relación del sujeto con sus objetos.

Lacan quiere conceptualizar la peculiar relación del sujeto con sus objetos que saca a la luz el psicoanálisis. Hay algo aquí que subvierte, que pone en cuestión, la forma en que la filosofía había abordado la cuestión. Señala que dicho discurso reducirá esa relación a postular que “el sujeto no es sino el correlativo del objeto en la relación de conocimiento.” Pero el sujeto del psicoanálisis, es un sujeto que habla, y un sujeto dividido a partir del inconsciente. Esto “cambia completamente la naturaleza de sus relaciones al objeto”, y el punto crucial  de aquella es el deseo. Entonces, “la relación del sujeto al objeto no es una relación de necesidad, (…) es una relación compleja”.( Seminario 6; clase 5).   El fantasma pasará entonces a ser la matriz de las relaciones del sujeto con los objetos de su mundo. El fantasma dará las coordenadas de la realidad para cada sujeto. Pero, ¿cómo poder situar a esa “relación compleja”?  Lacan busca “la elucidación de la fórmula $<>a  “como siendo la fórmula constante del fantasma en lo inconsciente”. Es una RELACIÓN “del sujeto  en tanto que es barrado, anulado, abolido por la acción del significante, y que encuentra su soporte en el Otro”. El objeto prevalente será “el otro”, que es también la imagen del cuerpo propio. Esto dará al sujeto una existencia fantasmática, ya que como señala en dicha clase 5 de su seminario El deseo y su interpretación: “Está allí en ese fantasma humano que es el fantasma de él, y que no es más que una sombra, es allí que el sujeto mantiene su existencia, mantiene el velo que hace que pueda continuar siendo un sujeto que habla.” (Sem 6, clase 5).  En este punto hace intervenir “la dimensión del narcisismo” como vía de solución imaginaria al enfrentamiento del $ con el a (objeto), donde el fantasma articula el deseo con las funciones imaginarias (S. 6, clase 7)

6 - Fantasma y deseo.

En la clase 10 nos explicita otras coordenadas del fantasma: El deseo “se forma en relación a un fantasma que está entre el significante del Otro y el significado del Otro, ya que ésta es la definición del fantasma.” (S. 6, clase 10). Vemos que esto corresponde a su localización en el grafo del deseo, entre los pisos del enunciado y la enunciación. En efecto, el fantasma permite mantener la distancia entre ambos pisos, que es condición de posibilidad del $ (sujeto dividido). Desde este sesgo, se pone de relieve la propiedad del fantasma de constituirse en soporte del deseo. Desde el grafo puede leerse que ante el enigma del deseo del Otro, la respuesta del sujeto es el fantasma, que le permitirá manejarse a nivel deseante.

7 - El fantasma como escritura lógica:

Para su seminario dedicado a La Lógica del fantasma, tomará como punto de partida  la “escritura”. “Partiremos de la escritura, de lo que ya he armado, a saber: la fórmula $<>a.”  Y redefinirá las letras:
$: “lo que retorna concerniente a la división del sujeto.”
 
a : “es un objeto del que yo extraigo lógica del fantasma, que consistirá en determinar el estatuto en una relación lógica.” (Lacan, Seminario 14, clase 1). 
Está planteando abordar el fantasma desde la escritura como formalización lógica y desde la lógica de relaciones.  Por otro lado, su definición del $ nos lleva a pensarlo a partir de las operaciones de constitución subjetiva.   Renglón seguido, se ocupa de definir: “El término a nos aparecerá mejor (mejor aún a medida que marquemos lo que permite caracterizarlo como valor lógico) mucho menos emparentado con el dominio de lo imaginario. Lo imaginario que se engancha, se acumula ahí, el objeto a es otro estatuto.” (S. 14, clase 1).    El objeto a entonces será un articulador lógico, y su estatuto ya no será lo imaginario. Podrá ser identificado con el objeto causa perdido  postulado por Freud. Pero esta “invención”  lacaniana tendrá la virtud de poder formalizar cómo “actúa” en las vicisitudes subjetivas, a pesar de estar perdido (o, en términos de los esquemas lacanianos, no factible de ser representado).
Por último, la RELACIÓN será simbolizada por el signo <> (punzón). Señalando que lo elije porque puede “conjugar en él lo que ahí puede aislarse. Lo que sugiere en primer plano de esta conjunción: la relación de inclusión o implicación a condición que la hagamos reversible…” Esto es, el sujeto y el objeto, pueden intercambiarse, incluirse uno en el otro, etc. El sujeto, puede ser tanto sujeto como objeto.

8 - Fantasma y realidad.

A lo largo de este seminario, Lacan dará un fundamento topológico a esta lógica relacional. En efecto, lo que descubre el psicoanálisis es que en el fantasma, el sujeto puede trocarse en objeto, y viceversa. La realidad, es “en realidad” aquello que es engendrado por el deseo, y el  marco que sitúa a la realidad está dado por el fantasma.  Dirá entonces que “el deseo y la realidad son una relación de textura sin corte.”  El fantasma, entonces es aquel que nos permite que al hablar, creamos que podemos capturar todo lo que ocurre, lo que nos pasa, en síntesis, el universo de discurso. Y creer entonces que con las palabras podemos comprender toda la realidad.

9 - El fantasma en la estructuración subjetiva.

Si nos guiamos por el grafo del deseo, el fantasma, está debajo del significante de la falta del Otro. Siguiendo el movimiento del grafo, podemos pensar en momentos de la estructuración subjetiva, desde el piso de arriba, el sujeto dividido, marcado, mortificado por los significantes de la Demanda del Otro. La clave para salir de ahí es ubicar la Falta en el Otro, la castración simbólica. El “invento” del sujeto, para suturar, para rellenar esa falta, es el fantasma. Es por medio del objeto a, algo que no es significante, que el sujeto puede salir de aquella trampa. El fantasma viene a señalar ese artilugio del sujeto que es el armado de una ficción que articula el sujeto y el objeto. El fantasma entonces sería “El acoplamiento del no pienso con la estructura gramatical.”  En el lugar o la instancia (de la elección forzada o alienación)  “del no soy, deja lugar a nivel del inconsciente al complemento de la estructura puramente gramatical, significante del fantasma, a saber… una significación de la verdad. (S. 14, clase 23).

10 - Fantasma e intervención analítica.

 Lacan se pregunta: ¿Cuál es la función del fantasma para un sujeto? En primera instancia, hay que tener en cuenta de qué sujeto se trata. La función del fantasma se inscribe, se define según en qué estructura psíquica esté. En el campo de las neurosis, podemos encontrar: en la FOBIA, el deseo prevenido; en la HISTERIA, el deseo insatisfecho, en la NEUROSIS OBSESIVA, el deseo imposible. El rol del fantasma en cada caso, estará articulado a la peculiar forma de confrontarse con el deseo (y con la castración) de cada estructura. El fantasma entonces, su función general,  es dar un orden, “poner orden en la pieza, en la entrada del acto sexual”. Poner orden en la pieza, armar una escena, para el deseo del neurótico.      A continuación, da algunas indicaciones para el trabajo analítico sobre el fantasma: “Tienen que tomarlo tan literalmente como les sea posible, y tienen que, al encontrarlo en cada estructura, definir las leyes de transformación que aseguran al fantasma en la deducción de los enunciados del discurso inconsciente, el lugar de un axioma.” Tener en cuenta que con el fantasma: “la neurosis encuentra en este arreglo el soporte hecho para ornamentar la carencia de su deseo en el campo del acto sexual.”(S. 14, clase 23).   
Por otra parte, esta incursión topológica que llevó a situar al fantasma desde la estructura del plano proyectivo, como un pegamiento de dos objetos heterogéneos, formando el cross-cap, le proporciona también un nuevo modo de situar la intervención analítica. En efecto, Lacan situará la operatoria analítica en el “buen corte”, el que separa sujeto y objeto.
 “El objeto a lo hemos definido y representado como lo que cae en la estructura a nivel del acto fundamental de la existencia del sujeto, ya que es el acto en que el sujeto se engendra, a saber: la repetición. El hecho significante, lo que se repite, he aquí lo que engendra al sujeto y algo que cae.” (S. 14, clase 16).

Oscar P. Zelis.
Año 2013)

Referencias Bibliográficas:
Lacan, J. Seminario 5: Las formaciones del inconsciente (1957-1958). Paidós; Bs. As.; 2011.
Lacan, J. Seminario 6: El deseo y su interpretación (1958-1959). Inédito.
Lacan, J. Seminario 14: La lógica del fantasma (1966-1967). Inédito.


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