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COLOQUIO
A CIEN AÑOS DE LA TRAUMDEUNTUNG
La interpretación de los sueños hoy

El acto de escribir
o "La interpretación de los sueños" o
de un libro que parece haberse
adelantado a su tiempo

Lucia Molina Fallas

Resumen

El presente trabajo es un recorrido, biográfico, ya que se trata de un periodo de la vida de Sigmund Freud, el periodo en que escribió la interpretación de los sueños, así que es también un recorrido en la producción de una obra.

Es un intento por aprehender eso que es el "acto de escribir", a partir de la experiencia de uno de los grandes escritores de fines del siglo XIX y del siglo XX.

La escritura de Freud es, en sí misma, un punto de separación de su obra con la ciencia.

El texto incluye muchas citas textuales, que he querido incluir con el afán de que sea Freud mismo, quien nos relate su modo de escribir.

 

.El acto de escribir
o "La interpretación de los Sueños" o
de un libro que parece haberse adelantado a su tiempo.

En 1887 Wilhem Flieb, otorrinolaringólogo radicado en Berlín viaja a Viena. Por recomendación de Josef Breuer, médico de renombre en tal ciudad, asiste a las lecciones que dicta Sigmund Freud. A partir de esta visita se establece una gran amistad entre Freud y Flieb, cuya evolución se puede conocer a través de la correspondencia, que estos dos personajes sostuvieron durante 5 años. De tal correspondencia se rescataron la mayoría de las cartas escritas por Freud, y muy pocas de las escritas por Flieb.

Esta correspondencia además de dar cuenta de los rumbos que siguió la amistad entre estas dos personas, permite conocer lo que ocurría tras telones en esa historia trágica que es el nacimiento del psicoanálisis, y nos muestra la génesis de la escritura, de una de las grandes obras de los siglos XIX y XX, las obras completas de Sigmund Freud y particularmente refiere el cómo fue escrita "La Interpretación de los Sueños".

Empecemos por decir que Freud escribe: escribe cartas, investigaciones. La escritura es inherente a su manera de trabajar.

Y nos hacemos una pregunta: ¿Es posible que haya un saber que se produzca sin recurrir a la escritura?

La escritura de Freud está ubicada en un lugar extraño, podríamos decir que la ciencia propone un molde en el que se debe vertir el conocimiento, ese molde parece no ser el adecuado para recibir, eso que Freud está descubriendo, porque el molde es insuficiente para el contenido que se vierte, o porque por su forma definida no coincide con la forma de este nuevo saber.

Es desde ahí que se instala esta ruptura de Freud con la ciencia: Desde la escritura, Freud se ve llamado a escribir algo que no se escribe, como se escribe la ciencia.

 

El acto de escribir.

Escribir es un acto que construye al sujeto, es decir, el escritor no queda incolume, no queda limpio frente a su obra. Si un texto lleva firma, es imposible para quien lo suscribe lavarse las manos. La escritura es un acto, es ponerse en escena. Poder decir en qué consiste tal acto es díficil.

Considero que en el contexto de la correspondencia Freud Flieb se hace posible un acercamiento al acto de la escritura, al menos bordearlo con unas cuantas palabras. Pocas oportunidades existen de contar con el testimonio directo, de un gran escritor sobre la forma en que realiza su trabajo.

Esa correspondencia inicia -digámoslo así- de forma natural; encontramos a un médico de 31 años escribiendo con muchísimo afecto, sintiéndose sumamente agradado por el cariño de su nuevo amigo. Se trata de Freud con un año de matrimonio y que dos años atrás estuvo en París, estudiando con Charcot. Radica en Viena, ahí tiene un consultorio e imparte clases.

Desde la primer carta que Freud envía a Flieb, se observa el intercambio de comunicación referida a sus actividades como médicos; es en este aspecto que se va produciendo un viraje. Cada vez más, el texto "científico" va ocupando el centro de la comunicación. No faltan los saludos, las cortesías, el interés por el bienestar del otro; sin embargo esta amistad parece estar marcada, al menos desde Freud, por la necesidad de un interlocutor "científico".

¿Qué es necesario para escribir? Retomemos algunas afirmaciones hechas por Freud en estas cartas:

1. Ataques de escritura trimestral.

2. Tener entre las manos un bello fragmento de verdad.

3. Miseria relativa e indispensable para el trabajo intenso.

4. Cierta dosis de buen humor.

5. Soledad.

6. Valor para escribir cosas inacabadas en las que no todo el mundo está en capacidad de creer. Y...

7. Sobre todo un "amigo", alguien que crea en él, que crea en lo que hace. Sabemos de la soledad que acompañó a Freud en ese primer tramo de la historia del psicoanálisis. En el que todas sus teorías acerca de la neurastenía y sobre la histeria fueron leídas y escuchadas por ese amigo; Wilhem Flieb.

Es en el periodo de escritura de "La Interpretación de los sueños ", en el que Freud, con más detalle hace referencia a su manera de trabajar. Así que intentaré a partir de este momento intentaré dar voz a Freud, que sea él mismo quien nos enseñe su manera de trabajar. El 24 de marzo de 1898 escribe:

"En modo alguno considero que esta redacción sea definitiva. Quiero dar forma primero a mi propio aporte, estudiaré luego en forma exahustiva la bibliografía y después intercalaré o reelaboraré aquello a lo cual halla dado ocasión esa lectura. No puedo leer antes de haber terminado yo, y sólo en el acto de escribir puedo componer en el detalle. Hasta ahora están terminadas otras 24 páginas; pero ninguna otra parte es tan divertida o tan ‘redonda’ como la leída por ti." 1

Freud se deja llevar por el deseo de escribir, inicia la escritura de " La Interpretación de los sueños", con uno de los capítulos que se ubicarán casi al final de la obra, el capítulo 7, al que llama su psicología 2.

Este nombre nos debe recordar que tres años atrás había escrito el "Proyecto de Psicología para Neurólogos", que una serie de ideas que en aquel momento confluyeron con el afán de señalar un asidero anatómico para el aparato psíquico, quedaron almacenadas en algún rincón de su memoria. Estas ideas, ahora modificadas por la lucidez, o la oscuridad que la experiencia clínica le ha dado, o del todo eliminadas, toman de nuevo vida en ese capítulo escrito de manera febril -tal y como en su momento lo fue el Proyecto. Así es como podemos entender esto de que el capítulo se escribió solo, tal y como lo dice a su amigo el 7 de julio de 1898.

"Ha sido escrita enteramente siguiendo el dictado de lo inconsciente según el famoso principio de "Itzig el Caballero del Domingo. ‘Itzig ¿hacia dónde cabalgas?’. - ‘¿Que sé yo?, pregúntale al corcel.’ En cada comienzo de párrafo no sabía a dónde terminaría. Desde luego no está escrita para el lector, el intento de estilización se abandonó tras las dos primeras páginas. Naturalmente creo en los resultados a pesar de ello. Aún no tengo idea sobre la forma definitiva en que se insertará el contenido." 3

Una vez que tal acceso febril acaba, le ocupará y por mucho tiempo el que será el primer capítulo del libro. Freud querrá que éste capítulo sea una puerta de entrada agradable al lector. Sin embargo esto no es así, el capítulo más que una puerta de entrada se convertirá en un escudo, con el que intenta defenderse de la crítica científica.

¿Por qué es tan importante la cientificidad en "Die Traumdeutung"?. Peter Gay, uno de los biografos de Freud, nos dice que "...ningún investigador moderno había considerado que los sueños merecieran una interpretación." 4

Digamos, sirviéndonos de un concepto foucaultiano, que el modelo epistémico de la época no daba cabida a interpretar sueños. Y apoyémonos en una afirmación hecha por el mismo Foucault en su texto "El Nacimineto de la Clínica".

"La agilidad artesanal de romper el cráneo ha reemplazado la presición científica de la balanza, y no obstante es en aquélla donde se reconoce nuestra ciencia después de Bichat: el gesto preciso, pero sin medida, que abre para la mirada la plenitud de las cosas concretas, con la cuadrícula menuda de sus cualidades, funda una objetividad más científica para nosotros que las meditaciones instrumentales de la cantidad. Las formas de la racionalidad médica se hunden en el espesor maravilloso de la percepción, ofreciendo como primera cara de la verdad el grano de las cosas, su color, sus manchas, su dureza, su adherencia." 5

Desde el primer microscopio de 1590 hasta las tomografías del siglo XX el progreso científico en la medicina, ha sido vinculado a la capacidad de ver el interior del cuerpo, sólo una percepción completa, una ampliación de la capacidad de ver, dota de veracidad a la clínica. Afinar el oído no corresponde con una clínica de la mirada.

Así al introducir ese difícil primer capítulo Freud señala que ha sido electivo en lo referente al material que incluye, sin embargo al leerlo, lo que se puede observar es que hizo una revisión minuciosa sobre muchísimo material. Ese primer capítulo tan molesto y tan obligatorio a la conciencia científica de Freud.

"...para mi talante miserable, que probablemente no consigo ocultarte, además del factor mencionado , que me produjo inquina, son responsables otros dos, la monotonía de la gravosa situación profesional y la horrorosa desolación de la bibliografía sobre el sueño, que sin embargo tengo que leer." 6

Y es que al parecer hay dos frentes hacia los que se dirige esta escritura, por un lado la cientificidad del libro, el que al menos tenga como protegerse de la feroz crítica científica, por otra parte la belleza, no se puede escribir de cualquier manera, se observa esmero en pulir la escritura, y el afán de desarrollar un estilo dotado de cierta estética, eso también le interesa a Freud.

En 1956 cuando Jacques Lacan se ocupaba de dictar su seminario sobre la Psicosis, le solicitaron, a propósito de cumplirse 100 años del nacimiento de Freud, una exposición sobre Freud y su influencia en el siglo, en esta conferencia Lacan se refiere a la gran tradición literaria y literalista a la que pertenecía Freud y agrega:

"La originalidad de Freud -que desconcierta nuestro sentimiento, pero que es la única que permite comprender el efecto de su obra- es el recurso a la letra. Es la sal del descubrimiento freudiano y de la práctica analítica. Si no quedase fundamentalmente algo de eso aún, hace mucho que nada quedaría del psicoanáisis. Todo se desprende de ahí." 7

La escritura continua, sin perder de vista esos dos frentes, Freud traza un plan, que como podemos ver es bastante ambicioso, dice el 22 de julio de 1899:

"Con el sueño las cosas están así. Ha faltado un primer capítulo, de introducción a la bibliografía, que tu, si no me equivoco mucho, pediste también, para aliviar el resto. Este ha sido escrito, me resultó muy laborioso y su aspecto no es muy satisfactorio. La mayoría de los lectores no podrá pasar de este matorral de espinas para ver a la Bella Durmiente que se esconde detrás, lo restante que tú, conoces será sometido a una reelaboración no profunda. Se verá lo que trata la bibliografía, se incluirán algunas referencias de detalle a esta, que sólo ahora he averiguado, se intercalaran nuevos ejemplos de sueños como ilustración, lo que en total no es mucho. Después se hará de nuevo el último capítulo, psicológico, la teoría del deseo, que se convertirá en el eslabón unitivo con lo que sigue, algo de hipótesis sobre el dormir, la rendición de cuentas sobre el sueño de angustia, el entrelazamiento entre el deseo de dormir y lo sofocado. Quizá todo más bien de manera indicativa." 8

Realmente la empresa que se ha propuesto es gigante para un mortal, y es lo que podemos ver al leer "La Interpretación de los Sueños", solamente sostenido por una pasión muy fuerte se realiza un trabajo de esa magnitud, ahí es donde adquiere tanto valor la figura del amigo, capaz de creer en él y en su obra.

Es también a través de la correspondencia Freud Flieb, que podemos conocer del gusto especial de Freud por realizar caminatas, en sus vacaciones, principalmente el ascenso en zonas montañosas, la llegada a ciertas elevaciones y la contemplación del paisaje. El primer gran esfuerzo del caminante que se ve premiado por la excitación del encuentro con la naturaleza. Es así como puede imaginar al lector de su libro, como alguien capaz de sobrepasar los obstáculos para encontrar a la bella durmiente. Freud sabe que para los lectores será una dura prueba ese primer capítulo:

"¿Cuándo no tendrías razón? No haces sino expresar lo que me he dicho entre mi, que este primer capítulo disuadirá del resto a un número de lectores. Pero no es mucho lo que se puede hacer. Salvo el anuncio en el prólogo de que al final empero construiremos. Tu no querías la bibliografía en el interior del trabajo, y tenías razón, tampoco al comienzo, y de nuevo con razón. Te sucede como a mí, el secreto acaso esté en que absolutamente no nos gusta. Pero si no queremos poner a los ‘científicos’ un hacha en la mano para que abatan al pobre libro, tenemos que tolerarla en algún lugar. Ahora bien, el todo se instala en una fantasía de caminata. Al comienzo el oscuro bosque de los autores (que no ven los árboles), sin salida, lleno de sendas falsas. Después, una escondida senda de leñadores por la que yo guío al lector -mis malos chistes-, y después de repente la elevación y el panorama abierto con la pregunta: Por favor, ¿adónde quieren ir ustedes ‘ahora’?" 9

La escritura también es cuerpo, es cansancio, es una mano marcada con la forma de la pluma, manchada por la tinta, una mano que algunas veces no responde, sentir en la mano un poco de calambre del escribiente. " 10 Como dice el mismo Freud.

Cuando se escribe llegan momentos de cansancio, incluso desesperación. Escribir 8 ó 10 horas diarias y sentir que se está entregando una parte de sí, no es una situación cómoda. No es cómoda la escritura.

Lamentablemente no hemos tenido acceso a alguna de esas cartas en las que Flieb propone correcciones o hace comentarios sobre el texto de Freud, pero al parecer fue un buen lector, escrupuloso al mismo tiempo crítico. Un ejemplo de esto lo encontramos en la carta de 11 de Setiembre de 1899. Freud dice a su amigo

"Te agradezco de corazón tu empeño. Yo mismo ya había observado algunos descuidos y pasajes confusos por omisión, las otras mejoras serán fielmente volcadas […]Por desdicha, hoy parte otro paquete de 30 hojas, falta mucho para que sea el último.

Yo he terminado, o sea todo el manuscrito ha sido enviado . Mi estado de ánimo puedes imaginarlo, el acrecentamiento de la depresión normal tras el ascenso.[…]

Con la psicología las cosas están así, que haré depender de tu juicio si he de volver a retocarla o puedo atreverme en esa forma. A las cuestiones del sueño como tales las considero inatacables; lo que en ellas me disgusta es el estilo, que fue ‘ enteramente’ incapaz de encontrar la expresión noble sencilla, y cayó en lo ingenioso, la búsqueda de imágenes, las disgresiones. Lo sé, pero la parte en mi que lo sabe y sabe apreciar, desdichadamente no produce." 11

En las cartas también se encuentra muchas expresiones de agradecimiento por parte de Freud.

Como bien sabemos Freud escribía de "puño y letra", y este manuscrito era enviado a la imprenta, le regresaban las pruebas tipográficas para que hiciera las correcciones que considerara pertinentes, estas pruebas tipográficas las enviaba a Flieb, quien las leía y regresaba con comentarios, críticas y recomendaciones, según deducimos de las cartas de Freud. El 21 de Setiembre de 1899 escribe:

"Me apena además que deba arruinarme al más querido y mejor lector a causa de la comunicación de las pruebas de galeras, porque ¿cómo se podría gustar de algo si se está obligado a leer como corrector? Pero desdichadamente no puedo prescindir de tí, del representante del "otro", y...tengo otra vez 60 hojas para ti." 12

Un hijo que es parido con dolor, pero al fin entregado al mundo: el libro egipcio de los sueños, al mismo tiempo tan personal y tan ajeno a su autor. El 27 de setiembre de 1899 le escribe a Flieb:

"Con mi ciencia tendrás ahora un tiempo de reposo. Me he expoliado hasta vaciarme, hasta la bella teoría del deseo doble de las neurosis he entregado para el libro del sueño. Cualquier granuja pronto podrá saber de ello tanto como yo." 13

Y el 4 de octubre de 1899 dice:

"La sensación dolorosa del dar-de-sí aquello que poseíamos en exclusividad la describes certeramente. Ha sido ella sin duda la que me estropeo tanto el gusto de la obra. He llegado a tolerarla, por cierto no bien, pero mucho mejor. Aún más penosamente tuvo ella que resentirme porque no he soltado una propiedad sobre ideas sino sobre sentimientos." 14

Freud le llama a Flieb "padrino del sueño" . Y es él quien recibe, junto con una carta del 27 de octubre de 1899 el primer ejemplar, de la primera edición de "Die Trumdeutung", como regalo de cumpleaños.

La escritura es también tiempo de vida, no sólo del escritor, también del amigo que ha dado "un vigoroso empujón". De tiempo que se pudo dedicar a otra cosa, tiempo que se le dedica a algo en lo que se cree.

Freud defenderá el lugar que el sueño ocupa en la clínica psicoanalítica, a lo largo de toda su vida. Es un punto que siempre tendrá prioridad en su enseñanza.

A partir de ese momento se inicia una larga espera; de un lector, un verdadero lector del libro de los sueños. Que el libro pueda, desde el alma de Freud llegar al alma de alguien más. Es una espera llena de angustia, de ironía, de resignación, de alegrías que se disiparon con rapidez, en fin de mucha desilusión. Podríamos decir que es una espera que se prolonga aún, cada vez que el libro en manos de alguien tiene la espectativa de encontrar a su lector. Como dice Jorge Luis Borges:

"Un libro es una cosa entre las cosas, un volumen perdido entre los volúmenes que pueblan el indiferente universo, hasta que da con su lector, con el hombre destinado a sus símbolos. Ocurre entonces la emoción singular llamada belleza, ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica. La rosa es sin por qué, dijo Angelus Silesius; siglos después, Whistler declararía El arte sucede." 15

 

Un libro que se adelantó a su tiempo:

Tenemos una deuda al parecer impagable, con "el autor del ‘eminentísimo, aunque por desgracia no suficientemente apreciado por la ciencia, libro sobre el sueño’, su engendro como Freud le llama, seguirá su vida, cual hijo que sale del hogar, nosotros sus lectores quizas nunca estemos a la altura del autor, quizas quedemos siempre en deuda, como quedaron en deuda sus primeros lectores, el 19 de noviembre de 1899 Freud le escribe a Flieb:

"Un trabajo ingrato el de ilustrar a los hombres sobre algo. Ninguno me ha dicho todavía, acerca del libro de los sueños, que se siente obligado hacia mi por haberle enseñado algo nuevo, por haberlo introducido en un mundo de problemas nuevos. ‘Muy interesante’, pronuncian entonces por condescendencia." 16

Una esperanza alberga el corazón de Freud, el reconocimiento no llega, porque este libro se ha adelantado a su época, son generaciones posteriores las que le pueden dar un lugar. Es una especie de intuición la que le hace saber a Freud que su libro no será bien recibido por sus contemporáneos.

En algunos momentos la situación parece reducirse a una especie de terquedad de los científicos de la época, ante los que Freud se portaba de manera rebelde, subversiva, Peter Gay señala que el título del libro, constituía una especie de provocación para una sociedad que se podría caracterizar como lacónica.

Por qué no plantearse, más bien, que efectivamente las redes discursivas, no daban cabida a algo que está muy cerca de lindar con la magia, que más que una terquedad se trata de una imposibilidad de conceder un estatuto de "verdad" a los sueños. Y que interpretar sueños aparecía como una práctica de culturas antiguas y no de aquellas que se abrían a la modernidad.

"Tu noticia sobre el puñado de lectores en Berlín me complace mucho. Lectores tengo sin duda también aquí, para seguidores el tiempo no esta maduro". 17

El impacto del libro era muy lento, la pasividad de los lectores ofendía a aquel que con tanto furor escribió. Freud, no puede evitarlo se encuentra espectante con respecto a lo que se pueda decir acerca de su libro.

Unos años después en 1910, Freud dirá que este libro es su obra más importante, Peter Gay plantea que "La Interpretación de los Sueños" se puede considerar texto biográfico. Entonces, podemos afirmar que al ser rechazado el libro lo es también quien lo escribió; sobre quien se posa la crítica, es sobre el autor, y esto no es cualquier cosa.

 

El 1 de Febrero de 1900 Freud escribía

"...yo no soy ni hombre de ciencia, ni un observador, ni un experimentador, ni un pensador. Soy nada más que un temperamento de conquistador, un aventurero, si lo quieres traducido, con la curiosidad, la osadía y la tenacidad de un tal. A gente así se la suele estimar sólo cuando ha tenido éxito, cuando ha descubierto realmente algo, pero de lo contrario se la arroja a un lado. Y esto en definitiva no es tan injusto." 18

Hubo por supuesto reseñas sobre el libro, que aparecieron en revistas, las más de las veces se trató de críticas negativas, hubo algunas positivas, comentarios de sus amigos, discípulos y hasta de pacientes, pero ni unas ni otros satisfacían a un autor que esperaba una respuesta de la magnitud de su esfuerzo.

¿La Interpretación de los sueños no lograba cautivar a sus lectores?.

El 12 de Junio de 1900, después de hacer algunos comentarios sobre una visita que le hicieron familiares, Freud pregunta a su amigo: "¿Crees tu por ventura que en la casa alguna vez se podrá leer sobre una placa de mármol:?

‘Aquí se reveló el 24. julio 1895
al Dr. Sigm. Freud
el secreto del sueño’." 19

 

¿Para quien escribir ahora?

Una carta que espera llegar a manos del amigo, es una carta en sufrimiento. Una carta que intenta que aún en la distancia se sostenga el cariño, una carta que intenta exorcizar la soledad de las ideas, el sufrimiento propio del vivir.

En este tiempo de la vida en el que Freud escribía " La Interpretación de los Sueños", en el transcurso de esta espera dolorosa, que es la de Freud, en su vida que se presenta triste, vemos deslizarse el declinar de una amistad.

Escribir un libro y perder un amigo no es una buena pareja. Talvez el libro es la causa ¿Saturó Freud esta relación?, ¿sintió celos Flieb?, o sólo se trataba de un destino inapelable, del cumplimiento de una profesía. Talvez el libro sólo estuvo ahí, intentando sostener algo que caía por su propio peso.

Para quien seguir escribiendo, se pregunta Freud, si ha perdido el único público que tenía.

Cuando se pierde a un amigo una parte de uno se va con él. Freud dirá mucho más adelante en "Duelo y Melancolía." que la sombra del objeto perdido recae sobre el sujeto. No sé si algo se consigue con intentar resistirse a la perdida, de todos modos, tarde o temprano ha de doler.

Las sombras de la noche caen, es preciso dejar descansar, al menos por un tiempo, estas cartas. Dejar la curiosidad, dejar de mirar tras telones. La escritura, para Freud tomará otro cause, ya vendrán otros a provocar nuevos textos.

Nosotros nos quedamos con el sabor de un verso en la boca, dice Víctor Manuel:

Dejo sangre en el papel, todo lo que escribo al día siguiente rompería si no fuera porque crees en mi, a pesar de todo tu me haces vivir, me haces escribir, dejando el rastro de mi alma y cada verso es un tirón de piel.

Notas

1 Freud, S. Cartas a Wilhem Flieb. P. 333.

2 Más adelante encontraremos nuevas referencias a este capítulo, ya que Freud no cejará en su afán por mejorarlo.

3 IBID. P. 348-349

4 Gay, P. Freud. Una vida de nuestro tiempo. P. 137.

5 Foucault, m. El Nacimiento de la Clínica. P. 6.

6 Ibid. P. 368.

7 Lacan, J. Seminario: Las Psicosis. P. 345. Este comentario se ubica a continuación de una serie de afirmaciones referentes a esos que se llaman psicoanalistas y que cada vez menos van al texto de Freud.

8 Freud. Ibid. P. 397.

9 Ibid. P. 400. He tenido en este capítulo la necesidad de hacer muchas citas textuales, la razón es querer que sea el mismo Freud, con sus palabras quien diga como se produjo la escritura de "La Interpretación de los Sueños."

10 Ibid. P. 402.

11 Ibid. P. 406.

12 Ibid. P. 410.

13 Ibid. P. 412.

14 Ibid. P. 413.

15 Jorge Luis Borges en: Gide, André. Los Monederos Falsos. P. 3.

16 Ibid. P. 424-425.

17 Ibid. P. 429.

18 Ibid. P. 436.

19 Ibid. P. 457.

 

Referencias Bibliográficas:

Borges, Jorge Luis.   En: Gide. Los Monederos falsos. Buenos Aires: Hyspamérica. 1985.
     
Freud, Sigmund.   Cartas a Wihem Flieb. Buenos Aires: Amorrortu editores. 1986.

Obras Completas. Buenos Aires: Amorrortu editores. 1985.

"La interpretación de los sueños." Tomos IV y V.

"Duelo y Melancolía". Tomo XIV.

Foucault, Michel.   El Nacimiento de la Clínica. México: Siglo XXI editores. 1997.
     
Gay, Peter.   Freud. Una vida de nuestro tiempo. Barcelona: Paidós. 1996.
     
Lacan, Jacques.   Seminario 3: Las Psicosis. Buenos Aires: Paidós. 1993.

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