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Número 8 - Febrero 2007

La inercia libidinal como consecuencia de la envoltura atérmica
Cuerpos desinvestidos

Mabel Malinowski


El punto de partida de este trabajo, se centra en las fijaciones a momentos anteriores a la constitución de las huellas mnémicas y los consecuentes estados de conciencia que pueden ser detectados en adultos como resultado de dichas fijaciones. La atención está centrada principalmente en los trastornos térmicos, es decir la alteración de la temperatura corporal en forma de pérdida abrupta y masiva independientemente de la temperatura del ambiente; el estado de pasividad, en la falta de recursos para procesar las desmesuras pulsionales y mostrar cómo el cuerpo puede ser objeto de la pulsión, invistiendo los órganos internos en forma de continuo estancamiento por déficit de ciertos mecanismos proyectivos.

Freud 1916 (conferencias de introducción al psicoanálisis), estudia los procesos tóxicos que culminan en manifestaciones psicosomáticas a las que considera neurosis actuales. El paciente psicosomático mantiene una retracción narcisista vuelta tóxica. La megalomanía, que corresponde a la retracción narcisista, constituye una tentativa de procesar la investidura libidinal, que ha recaído sobre el yo, y cuando fracasa esta tentativa pueden sobrevenir manifestaciones en el plano de las alteraciones corporales. Maldavsky (1994) aduce que en este proceso de abolición anímica lo suprimido es el matiz afectivo. La ausencia de inscripción psíquica, complementa con la imposibilidad afectiva de recuperar el núcleo traumático. Este núcleo insoportable inelaborable se transforma en tentativa de elaboración vía pesadilla, mientras el resto se expresa en un dejarse morir. (las neurosis traumáticas y sus variedades, Actualidad.psi,211) Como rasgo característico de estas patologías se evidencia un carácter abúlico, desvitalizado, acorazado. Entre otras características se enlaza también con los registros térmicos centrados en el frío que adormece las tensiones vitales y rebaja las necesidades a un mínimo, como en los estados de hibernación, o más bien de congelamiento. Dichos registros térmicos parecen procesos de desinvestidura, de hemorragia libidinal. Se podría aducir que las defensas que conciernen a este proceso son inherentes a la autoconservación y a la pulsión de muerte.

Viñeta clínica:

Alejandra, es una paciente de 39 años que padece rectocolitis ulcerosa desde los 18 años y artritis desde hace 4 años, que le produce invalidez. Tiene una hermana un año menor que nunca trabajó porque aduce tener agorafobia y su madre está postrada desde hace 7 años al cuidado de ésta. Su padre murió en el año 97. Era un hombre muy autoritario, nervioso, agresivo y enfermo. Ana, la madre trabajaba todo el día afuera en lo que podía y su hermana y ella se quedaban con el padre que tampoco se ocupaba mucho. Me comenta: "¿Sabés que la rectocolitis ulcerosa apareció en los campos de concentración?. Se podría pensar que tal era su estado de desamparo en ese entonces.

Alejandra es una mujer de contextura pequeña, delgada, muy sumisa y sometida a las órdenes de los demás. No reacciona frente a la hostilidad ajena, siempre obediente, responsable y autoexigente. Está casada con Joaquín y lo describe como un hombre muy bueno que la cuida, la protege y la estimula constantemente para que empiece a hacer algo por ella y que tenga proyectos propios.

En una entrevista me muestra la muñeca izquierda y la rodilla izquierda muy doloridas e inflamadas por la artritis y se pone a llorar. Estas escenas tan reales, tan crudas parecen estar mostrando la desinvestidura materna, padecida desde muy temprana edad.

Viñeta Clínica Nº2:

Carolina, 33 años, padece artritis reumatoidea, desde hace casi dos años. Aduce: "en mi casa hubo un incidente terrible, en el 2003 cuando estábamos de vacaciones, entraron a robar, como alguien vio lo que pasaba, llamaron a la policía y los ladrones antes de escaparse quemaron todo, no quedó nada. Lo hicieron con una crudeza y un ensañamiento…"

En esta escena Carolina describe cómo se siente víctima de una intrusión y termina despojada de todo, queda como un desecho, carente de subjetividad.

"Antes del incidente no me acuerdo como era, tengo muy poco registro de lo que era, insegura, miedo a todo, miedo a fracasar.

Con mi hermana (34) nos llevamos un año y medio de diferencia y es una amiga. Con mi hermana éramos muy pegadas. Mi hermano hace el rol de grande (27). Mis padres siempre nos comparaban. Papá es muy machista, nosotros le teníamos respeto. Cuando me diagnosticaron artritis, poco después del incidente, mi cuerpo estaba quebrado, duro .En esta escena se podría conjeturar que en el vínculo con los progenitores en una época de absoluta dependencia, la parálisis motriz podría corresponder a una coraza antiestímulo temprana. Dos meses después tenía todas las articulaciones inflamadas, la eritro en 180, era un vegetal, me enojé con dios. Estaba abombada, me daba asco comer. Encima corté con mi novio, yo no me podía adaptar al ritmo de él. Después el incidente, la enfermedad. Mi papá no es de la idea que la mujer trabaje, pero yo tengo un emprendimiento.

Le pregunto cuál es y me dice: "indumentaria de protección contra incendios, protectores de oídos, botas especiales. Es un rubro difícil… pensarlo es una cosa, fabricarlo implica otras cosas. Yo siempre trabajé bajo patrón, me explotaban. No quiero ser un porcentaje y no figurar en nada.

Desconstitución de la eficacia de lo sensible en las afecciones tóxicas:

Cuando Freud se refirió a la envidia (Lo ominoso, 1919), se refirió a la envidia hacia algo valioso y otro tipo de envidia referida a la función de la mirada como destrucción silenciosa. En este caso (afección tóxica) Alejandra refiere una mirada envidiosa en su hermana como un rasgo fundamental que organiza el contexto al servicio de la pulsión de muerte. Algo de esto se expresa en Alejandra cuando aduce que su hermana cierra las ventanas y corre las cortinas de su casa porque la luz le perfora las pupilas. (Aludiendo además de la mirada fulminante a la perforación de la coraza antiestímulos) La envidia en este caso se refiere a la estasis libidinal que no consigue desplegar la violencia en un objeto extracorporal ni siquiera a la manera de una expulsión fuera del yo. Se deduce además el fracaso de la proyección constitutiva de la espacialidad anímica, y la falta de un interlocutor al cual dirigir interrogantes identificatorios, que no dieron la posibilidad de salir de la retracción tóxica. El caso de Carolina es distinto porque encontró en su hermana una mirada tierna y una contención que no tuvo con su madre. Cuenta esta escena:

"Cuando mi mamá salía, nos obligaba a limpiar toda la casa, mi casa es muy grande. Yo obedecía, me aceleraba y empezaba a limpiar y a pasar el trapo, me enchufaba. Mi hermana me decía, vení, vamos a mirar la tele y se sentaba en el sillón con las piernas sobre la mesita ratona. Ella me calmaba."

Desde el punto de vista económico la estasis libidinal es reedición de un tipo particular de acontecimiento abrumador. Este tipo de recuerdo carece de destinatario y de espacio anímico en el cual desarrollarse.

¿Cómo se construye una representación si los actos puramente internos no han sido pasibles de procesamiento y en su lugar una cantidad excesiva de estímulos deja a la conciencia abrumada? Existe un grupo de pacientes en que el trauma a posteriori deriva de una investidura de lo mundano caracterizada por hallarse en el límite de lo indiferente, como ocurre en las retracciones tóxicas de la libido. No es que la vivencia fue traumática, sino que lo traumático fue la desinvestidura por parte del contexto.

Un llamado a la investidura:

La paciente viene muy dolorida con dificultades de caminar, como si fuera una anciana. En una sesión me cuenta que el padre era muy autoritario, represor y la amenazaba con un rebenque y que ella corría alrededor de la mesa pero como el padre era rengo no la podía alcanzar. El padre había tenido un accidente y tenía fracturada la pierna izquierda en tres partes, motivo por el cual le había quedado una pierna casi inmobilizada y rengueaba. Como me muestra la rodilla inflamada y dolorida y consecuentemente trae la escena del padre corriéndola alrededor de la mesa, pensé que cuando buscaba un interlocutor válido para poder procesar sus estados tóxicos encontraba desde el contexto una aceleración de los ritmos pulsionales y amenazas de golpes muy dolorosos, ante la imposibilidad de procesar esta toxicidad se retraía nuevamente. Salir de la retracción la llevaba a un mundo en que un represor loco con un poder despótico la dejaba en una situación de aceleramiento con amenazas de golpes. La otra salida que encontró como recurso más saludable fue traer niños a su casa o ir a cuidar a una nena de dos años, hija de una vecina, con lo cual se resguardaba de los abusos paternos.

Trabajo con materiales sensibles:

En una sesión le propongo a Alejandra que con materiales de distintas texturas y colores haga lo que a ella se le ocurra, un trabajo de imaginación, libre, sin consignas.

-"Yo me doy maña para hacer las manualidades pero esto nunca lo había hecho". Cuando cumplí 8 años, mi mamá me había adornado la galería con guirnaldas, la había hinchado tanto, tanto, que me hizo eso de materiales lindos. La cocina de mi casa era vieja, fea, tenía una cocina económica y la pared, era muy cascaruda, no tenía un trabajo fino, que se caía, se desprendía.

El baño era grande estaba en una habitación muy grande, el mismo techo de pinotea bien frío, toda la casa era bien fría".

Cuando Alejandra dice "yo me doy maña para hacer manualidades pero esto nunca lo había hecho", creo que se refiere a que tiene mucha habilidad manual para copiar, pero nunca había hecho algo relacionado con la creatividad, porque esta técnica se propone sin consigna, es libre. Libre de qué? Se podría pensar en un acto de elección de materiales, de elección de texturas y de armado sin ser ordenado por un superyo que dadas las características de esta paciente es un superyo, dictador, represor y autoritario. Sería la primera vez que Alejandra se siente libre para tomar una decisión y desplegar algo de su subjetividad. En otra asociación que realiza de su trabajo, recuerda la habitación grande y el techo frío, toda la casa era bien fría:

Freud (Formulaciones sobre los dos principios de acaecer psíquico, Xll,1911b) prestó atención a las condiciones térmicas cuando aludió al autismo. El calor o el frío corporal derivan de la investidura o desinvestidura y que la coraza está constituida por una insensibilización fría e inerte. Las sensaciones de frío derivan de un drenaje térmico entrópico, inercial no trasmudable en tensión interior. Tal enfriamiento parece ser consecuencia de la pérdida de vitalidad, consecuencia de procesos de desinvestidura y también una forma particular de recordar una historia, una forma de rememoración imposible de relatar a través de recuerdos. La elaboración del trauma se desarrollaría allí donde las capacidades de ligazón del proceso primario fracasan, sin trabajo de figurabilidad (Botella). Se daría una incapacidad para transformar, para convertir en psíquico un estado que por causa de esa misma incapacidad, se torna excedente de energía, perceptivo, no ligado. A diferencia de la psicosis, no sería producto de una abolición de una representación sino de una incapacidad inicial, de un defecto de inscripción.

Teniendo en cuenta este marco teórico me planteo ciertos interrogantes: ¿ Qué relación existe entre los trastornos térmicos y la función de reverie materna?, Qué relación puede existir entre los estados de hipertonía y hemorragia libidinal o entropía? Cuáles serían las características del contexto para que aparezcan los trastornos térmicos? ¿Los registros térmicos tienen relación con los desarrollos de afecto?

Cuando Alejandra aduce que:" la pared, era muy cascaruda, no tenía un trabajo fino, que se caía, se desprendía".Se podría pensar las propias envolturas psíquicas en términos de cáscaras, que cuando caen dejan una dermis expuesta a todas las agresiones. (Green, 1995) En Alejandra expuesta al congelamiento en un vínculo con una madre distante, en Carolina una exposición a quemaduras con una madre acelerada e intrusiva.

. Yo siempre trabajé bajo patrón, me explotaban. No quiero ser un porcentaje y no figurar en nada.

Estar bajo el poder de una autoridad que organiza el espacio y el tiempo es el efecto de no poder decir que no, de imponer límites, de preservarse.

El trauma en este sentido queda articulado con el funcionamiento familiar, es una falla en el proceso de dependencia.

Propuesta teórica

Los lineamientos actuales en procesos psicosomáticos, según David Maldavsky (1999) articulan la corriente psicosomática con el fracaso del proceso alucinatorio, es decir, el erotismo oral primario con la posibilidad de alucinar arruinada, como consecuencia de una mezcla entre intrusión y desinvestidura materna. La consecuencia de este proceso de intrusión y desinvestidura se puede inferir de la imposibilidad de la figurabilidad en estos pacientes. Allí donde tendría que aparecer la alucinación onírica, aparece un despertar brusco con alteraciones somáticas (térmicas, rítmicas, musculares, etc). Se podría articular aquí el estado de hiperactividad o hipervigilancia como la constatación, en estos pacientes adultos que se despiertan sobresaltados, de una defensa arcaica frente a un contexto tóxico, que altera el organismo. La denominación que propongo a partir del resultado de esta investigación es la de "Envoltura atérmica". Estos pacientes aducen despertar con un gesto de terror, los ojos bien abiertos, y dolor por las contracturas musculares. Algunos están dormidos con los ojos abiertos, tensos, agitados, con taquicardia y la imperiosa necesidad de incorporarse. Se podría conjeturar la presencia de una contrainvestidura defensiva ante un contexto intoxicante que deja al durmiente con la única posibilidad de despertar como forma de tomar distancia. La fuerza de dicha contrainvestidura es directamente proporcional a la envoltura atérmica del contexto. Se entiende aquí al contexto como una función del objeto que filtra las interferencias, dosifica los estímulos externos (hiper o hipointensos) y facilita la retracción libidinal y la relajación muscular para poder dormir.

 

Conclusión:

La denominación de envoltura térmica sería el correlato de la constitución de la regulación de la temperatura y los ritmos circadianos. Estaría más cercana a una necesidad básica característica del contexto, así como conciliar el sueño exige de una incitación mundana monótona, como así también respirar exige que el contexto sea equiparable al oxígeno. Cuando esto no ocurre y el mundo extracorporal tiene esta característica, la incitación interna puede presentar un carácter hostil como correlato de una desinvestidura, respecto de un fragmento anímico. El núcleo de estas patolo-gías parecen ser vacíos psíquicos, producto de un defecto fundamental de la instalación de la relación de base (Balint, M. 1968) que conduce a una descalificación de las vivencias psíquicas. Esta situación de trauma está caracterizada por la no inscripción de un acontecimiento potencialmente representable.

Bibliografía:

Balint,M: 1968 La falta básica. Aspectos terapéuticos de la regresión. Buenos Aires. Paidos. 1982.

Botella,C: 2003 La figurabilidad psíquica. Amorrortu.

Freud, S:

Green,A: 1993 El trabajo de lo negativo.

Maldavsky,D:

Sami-Alí,M: 1997 El sueño y el afecto. Amorrortu.

Tisseron, S: 1998 "Esquemas de envoltura y esquemas de Transformación", En "La fantasía en la cura". En Los continentes de Pensamiento.

Anzieu, D. Cap.3.Ediciones de la Flor.

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