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Entrevistas.

Entrevista al Dr. Jorge Falbo

Realizado por Virginia Viguera
tiempo@psicomundo.com

Hoy entrevistamos al Dr Jorge Falbo, médico jubilado, argentino, nacido en la ciudad de La Plata, 83 años.

Dejaremos que él mismo vaya contando su historia y dentro de ella su relación con la medicina , a la que brindó tantos años y por supuesto no en las condiciones que los adelantos cientificos y tecnológicos le acercaron en la 2da mitad del Siglo XX.
Pero empecemos por lo primero:

 

V. V. : Dr : cuando nació? En donde?

Dr Falbo: Recién comenzaba el año 1924, cuando un 25 de enero, creí que ya era tiempo de salir de mi encierro para ver que pasaba afuera, del otro lado del mundo. La verdad es que me encontraba muy cómodo pero deseaba comenzar ya la gran aventura de la vida. Nada me hacía pensar que en breves instantes iba a comenzar la más arriesgada de todas.

Intenté salir como era costumbre en aquella época, pero con gran disgusto vi bloqueada mi salida por la placenta que se había ubicado muy oronda justo por donde yo debía pasar. <no quiero hablar mal de ella, pues me había alimentado durante nueve meses y nos llevábamos muy bien, pero allí estaba ahora y no me dejaba pasar. Oí que afuera se había armado un gran alboroto y que mi madre se quejaba y mi padre discutía con un señor (luego supe que era el Dr. Simón Mendy), que quería llevar a mi madre a un sanatorio. Ganó mi padre, y en instantes se improvisó una sala de operaciones en el escritorio de la casa.

Sentí un olorcito dulzón que me mareó un poco, pero no tanto como para impedirme esquivar un bisturí que me pasó cerquita.

Ya estaba afuera y no sé por qué razón me agarraron a sopapos como si yo tuviera la culpa del lío que se había armado.

V. V. : Ya veo, una cesárea en su casa. !!! y qué recuerda de su infancia?

Dr Falbo: Tuve una infancia feliz y una adolescencia como las de antes pues ahora la infancia dura mucho menos, empujada por la tecnología, la televisión que incorpora conocimientos avanzados, que nos asombra aún a los adultos mayores.

V. V. : recuerda su escuela primeria, el secundario?

Dr Falbo:La escuela primaria la realicé en escuelas del estado. El secundario en el Colegio Nacional, previo examen de ingreso. Allí se producía un cambio importante. Nuevos compañeros, que serian nuestros amigos toda la vida, pantalones largos y distintos profesores para cada materia, hoy recordados diría con veneración, pues no solo enseñaban su materia, sino que nos formaron en todos los aspectos de la vida.

V. V. : cuando terminó su bachillerato y cuando ingresó a Medicina?

Dr Falbo: En 1942 terminé el bachillerato, para ingresar a la facultad de Medicina. Allí empezó la época mas linda de mi juventud, la estudiantina, tantas veces recordada y cantada en el entonces famosa Trouppe KRAQ, de la cual formé parte junto con mi ingreso a medicina.

Ya lo dicen los versos de Primavera Estudiantil que escribió Noel Sbarra y que fue estrenada en la primavera de 1937.

Estudiantina

Que en nuestra vida

Se cruzara solo una vez

Versos y flores, novias y risas

El alma plena de goces va.

Tal vez mañana en la lejana

Y triste hora de la vejez

Te recordemos y así diremos

Cantando por última vez

Vendita vida bohemia querida

Olvidarte nunca jamás podré.

V. V. : qué lindo recuerdo!!!

Dr Falbo: No sería solamente la trouppe KRAQ la que me atrapara con fuerza. En el recién formado Coro Universitario masculino que llegó a tener mas de 130 coristas y dirigido por el maestro Rodolfo Kubik, me integre en el año 1943.

Vale la pena recordarlo, cuando terminaba el ensayo la trouppe en el colegio Nacional, pasábamos por el salón de actos, donde ensayaba el coro y con Alberto Zingoni abríamos apenas la puerta y quedábamos admirados de lo que se estaba logrando. Nunca pensé en poder cantar en el coro, hasta que una invitación de Zingoni y un empujón para animarme, me hizo sujetar junto al piano, frente al maestro. Me hizo hacer unas escalas y cuando esperaba que me echara, me mandó al grupo de barítonos, a mi y a Zingoni.

V. V. : y esta experiencia en el coro lo llevó a seguir en esta actividad?

Dr Falbo: No voy a explayarme sobre el coro, pues me llevaría a escribir un libro. Solo voy a decir que seguí cantando en muchos coros masculinos durante 60 años. Coros formados por muchos de los que habíamos cantado en el primitivo coro Universitario, dejándome muchísimos amigos, hoy diezmados por el inexorable paso del tiempo.

V. V. : 60 años en la actividad coral!!!!!!! Y en la medicina como empezó?

Dr Falbo: Cuando cursaba el 2do. Año en la facultad, me dieron un puesto en el cuerpo médico de vialidad, con tareas administrativas, pero afortunadamente pude obtener el traspaso al Hospital de Niños.

Recuerdo vividamente cuando me presenté a la Dirección que estaba a cargo del R. Oyuela. Me llevó de la mano y me dejó en la sala primera de clínica médica cuyo jefe era el Dr. Carlos Blanco y los médicos de sala eran el Dr. .Pelusso, Chavez , Roselli Salas y Elizalede y algunos practicantes que cursaban los últimos años.

La amistad que me brindaron y las experiencias que me trasmitieron fueron invalorables para mi formación.

Los medios de diagnóstico comenzaban por un prolijo interrogatorio, tarea que se me encomendaba muchas veces, Antecedentes familiares, síntomas por los que concurría y se completaba la historia clínica, con un examen semiológico que comenzaba por la posición del paciente en la cama Ej. Decúbito activo, facultativo, indiferente. Examinando luego al paciente con la aparatología que contábamos entonces: la oreja, las manos para palpar y percutir y los signos que se pueden observar mirando al paciente detenidamente con criterio médico

Muchas veces los practicantes hacíamos las anestesias con el Ombredanne, un inhalador de éter que habíamos aprendido a usar muy bien.

No había material descartable, las agujas y jeringas de vidrio se hervían y hasta se afilaban. Las extracciones de sangre en los chiquitos se hacían en yugular, La enfermera lo envolvía en una sábana y lo sostenía atravesado en la cama con la cabeza afuera. Para exponer la vena, el niño debía llorar, cosa que a veces no hacía espontáneamente, pues luego de unos días de internación nos querían mucho, para lograrlo debíamos retarlo por haberse hecho pis, conseguíamos así que la yugular se ingurgitara y fuera fácil hacer la extracción.

Las transfusiones a los lactantes se hacían en pericraneanas, en venas muy finas y con agujas de 30/6 que eran las mas finas que teníamos. En verano había que transfundir plasma a tantos lactantes que comenzábamos a las 7 de la mañana y terminábamos por la tarde. El banco de sangre funcionaba en el laboratorio, donde se hacían las extracciones con métodos mas que primitivos.

Durante mucho tiempo se me encomendò esa tarea en la que me ayudaban el Dr. Teobaldo , jefe del laboratorio y el Dr. Pianzola, que era el anatomopatòlogo del Hospital. Hacían falta tres personas para efectuar la extracción yo me ocupaba en encontrar la vena y cuidar que todo funcionara sin inconvenientes y otro aspiraba con una especie de inflador al revés, pues aspiraba y la sangre pasaba a un matraz de vidrio con citrato de sodio que debía ser agitado para que no se coagulara. Para obtener el plasma había que dejar sedimentar los glóbulos pues no había centrífugas. Tampoco había guías de plástico, sino que eran de goma, como se ve era todo muy primitivo.

V. V. : con qué medios tan rudimentarios se arreglaban y lo hacian muy bien!!! Y cuando se recibió?

Dr Falbo: Me recibí en 1950, habiendo perdido un año (1947) por el servicio militar.

En el año 1952 di examen de adscripción a la cátedra. El examen fue brillante, pero no me hice cargo, por diferencias con un adjunto.

V. V. : pero siguió trabajando en el Hospital de Niños de La Plata? Hasta cuando?

Dr Falbo: Después de 30 años en el Hospital obtuve mi jubilación. Tuve la fortuna de conocer personalmente a Sor María Ludovica , la superiora de la congregación que colaboraba en el Hospital, una mujer extraordinaria que fue quien hizo posible la creación del Hospital con el Solario San José de Punta Mogotes, para la recuperación de los niños con TBC ósea en un clima adecuado.

V. V. : qué privilegio el de haber conocido a Sor Maria Ludovica!!!!

Dr Falbo: Sor María Ludovica no necesitaba hacer ningún milagro para ser santificada, su obra, su fortaleza y su amor por los niños lo ameritaba sobradamente.

V. V. :…. y otras actividades?

Dr Falbo: En el año 1970 pedí tres meses de licencia sin goce de sueldo pues con cuatro compañeros hicimos un viaje inolvidable de la Patagonia a Alaska en una casa rodante. Después de muchos años escribí un libro "Memorias de un viaje extraordinario" donde rememoré anécdotas y episodios que se hubieran perdido en el tiempo.

V. V. : Será motivo de otra entrevista el relato y las vivencias de ese viaje.

Dr Falbo: La náutica y la pesca fueron mis deportes favoritos y mi hoby la carpintería.

V. V. : y su familia? Quiere recordar algo de esta parte de su vida personal?

Dr Falbo: Tengo escrito un librito que se llama " Recuerdos para mis nietos", donde les relato la historia de la familia. Sería muy largo reproducirlo, así que le voy a decir solamente que tuve una esposa que me acompañó en mis proyectos, que soportó mis ausencias cuando salía a navegar y que me acompañó durante casi sesenta años. Todo esto hace que el haberla perdido hace nueve meses me haga sentir irremediablemente solo. La navidad pasada apenas dos meses de su ausencia me inspiró a escribir "La soledad acompañada" donde expreso un sentimiento, no una queja, que fue contestada por mi hija Susana y que creo vale la pena reproducirlo para aquellos adultos mayores que pierdan a su compañera.

La alegría más grande de mi vida, el nacimiento de mis tres hijos.

El dolor más grande la muerte de mi padre a los pocos peses de haberme recibido-

V. V. : quisiera decirnos algo del envejecimiento? Como lo vive Ud? Que importancia tiene poder trasmitir la experiencia?

Dr Falbo: Sobre el envejecimiento, algo digo en la Soledad acompañada, que se debe tener en cuenta y lo que no digo es que el que ha cultivado la amistad en su juventud inmortal, puede refugiarse en ella como único recurso para sentirse acompañado.

V. V. : qué hace ahora, ya jubilado?

Dr Falbo: Que hago ahora que estoy jubilado?

Primera observación, para mi siempre es domingo. Leo, escribo y mi hoby (la carpintería) la tengo abandonada, pues requiere esfuerzos que yo no puedo realizar.

Surgió otro quehacer nuevo que para aquel que no lo esté haciendo, se lo recomiendo calurosamente. La computadora. Nunca pensé que me iba a adoptar, pero mi hija me regaló una y mis nietos me instruyeron en su manejo.

No soy un experto pero mis conocimientos me alcanzan para estar comunicado con mis seres queridos, por mas lejos que estén.

V. V. : Dr Falbo, fue un placer haber podido realizar esta entrevista, le agradezco mucho y lo mas importante es que la gente mayor pueda trasmitir de alguna forma sus vivencias, es parte de nuestra historia.

Tambien en nombre de la Revista Tiempo le agradezco su interesante colaboración.

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