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Número 12 - Abril 2003

Viudez femenina: un desafío en la vejez

Mónica Navarro
mnavarro37@hotmail.com

Este título hace referencia a los procesos que se dan en la viudez a edades avanzadas.

Consideramos que se trata de una situación compleja, donde se sintetizan cuestiones tan fundamentales como el duelo, la salud psíquica y la vejez.Tal como desarrolláramos oportunamente en nuestro trabajo anterior sobre viudez 1, se trata de un fenómeno atravesado por lo social, lo psicológico y lo cultural.

Con relación a esto último podemos citar ejemplos tan distantes y diversos como el trato hacia las viudas en la India, donde se las inmolaba junto a sus esposos, o en la cultura incaica, donde la viuda debía arrojarse desde una cierta montaña al vacío para unírsele al esposo.

Existen otros ejemplos que iremos citando a lo largo del trabajo, pero en este momento nos es necesario subrayar lo siguiente: el ser viuda es una condición muy particular que genera conductas sociales diversas con ritos particulares, adjudicación de roles y ciertos condicionamientos que se interjuegan con la subjetividad de la mujer en cuestión.

De algún modo algo de la muerte se le adhiere a la viuda, como representante del muerto, como testimonio de la muerte o como amenaza de que la muerte llega, allí donde no se la espera.

La viudez y los tabúes

Una gran cantidad de tabúes sobre los muertos están dirigidos hacia la viuda en particular, tal como señala Freud en

Tótem y Tabú respecto del Tabú de los muertos:

Sabemos ya que los muertos son poderosos soberanos; quizá nos asombre averiguar hasta que son también considerados como enemigos. Manteniendo nuestra comparación con el contagio podemos decir que el tabú de los muertos muestra en la mayor parte de los pueblos primitivos una particular virulencia. Este tabú se manifiesta, primeramente, en las consecuencias que el contacto con los muertos trae consigo y en el trato especial de que es objeto las personas afines al individuo fallecido. 2

En este sentido podemos reconocer nuestras prácticas culturales actuales y sus antecedentes en generaciones anteriores: el luto, el medio luto, la prohibición de asistir a fiestas o actividades sociales por parte de la viuda.

Estas son, por así decirlo, resabios de ancestrales mandatos culturales establecidos desde nuestros más lejanos antepasados y su persistencia nos debe llevar a pensar en la función que cumplen en la cultura y en la subjetividad de los miembros de la misma.

Continúa Freud en su maravillosa descripción:

Entre los shuswap de la Columbia británica, los viudos y las viudas deben vivir aislados durante el período de luto, no deben tocar con sus manos su cabeza ni su cuerpo, y todos los utensilios de que se sirven quedan sustraídos al uso de los demás. Ningún cazador se aproximará a la choza habitada por una de tales personas, pues esto le traería desgracia, y si la sombra de la persona que guarda un luto se proyectase sobre él, caería enfermo. Las personas que guardan luto duermen sobre haces de ramas espinosas y forman con ellas una cerca en derredor de su lecho. Esta última práctica tiene por objeto mantener alejado el espíritu del muerto.( 3)

Actualmente los escenarios de mayor acompañamiento a la viuda siguen siendo el velatorio y entierro del difunto, aunque cada vez se reduce más la duración de estos rituales y en algunos casos son suprimidos.

Con mayor frecuencia, en sectores de mayores recursos, se utiliza la cremación con ceremonias cada vez menos numerosas.

Sin alejarnos del tema podríamos señalar que tal como señala P. Arîes en su magistral obra (3) el lugar del muerto y las diversas formas de ritualizar la muerte han ido cambiando notoriamente conformando lo que él señala como "la muerte excluida.

Hoy entonces, se muere en soledad y rodeado no de afectos sino del encarnizamiento médico.

Los hospitales se han convertido en "morideros" donde se mantiene con vida al muriente a costa de lo que fuere sin tener en cuenta la calidad de vida y lo que se denomina calidad de muerte.

En otro aspecto, podemos rescatar tanto en las costumbres arcaicas como en las actuales cuestiones ligadas a otorgarle al muerto atributos de poder sobre los vivos, que de alguna manera logran "mantenerlo vivo", continuar tratándolo como si no hubiese dejado de existir.

Es más, en ocasiones la muerte lo transforma en un ser con propiedades extraordinarias tales como definir el futuro de los vivos.

Allouch ha señalado la importancia de los muertos en la vida de sus seres queridos y la manera en que nuestros muertos nos guían y habitan nuestra cotidianeidad. ( 4)

Ocurre algo que podemos asimilar con lo presentado por Freud en Tótem y Tabú, cuando habla del duelo por el padre de la horda, en realidad se refiere al acto ceremonial de la ingesta pieza a pieza del padre y su destino en tanto la conciencia moral de quienes le suceden adquiere un carácter más temerario que el mismo padre al que se tributa.

La viuda sigue en muchos casos, sosteniendo vía identificación a este padre absoluto al que se unió por las particulares vicisitudes de su edipo y al que mantiene vivo a través de prohibiciones que tal vez aquel nunca pronunció.

En esta serie de conductas prescriptas reconocemos fácilmente el mandato del celibato instaurado con la viudez y que está dedicado a sostener la memoria del muerto como si a través de ella se lograra la completud. 5

La palabra y el pensamiento del muerto cobran una significativa importancia que regula la vida de estas mujeres que no se permiten siquiera desafiarlos a riesgo de perder su identidad.

Este temor está fundado en la estructura del narcisismo, un narcisismo que está estructurado sobre la base del otro como sostén de la imagen propia tal como el espejo de Narciso.

Siguiendo a Tótem y Tabú recordemos que este constituye el recurso de Freud para ilustrar a los neuróticos:

El hombre que ha perdido a su mujer debe protegerse contra toda tentación de reemplazarla, y la viuda debe luchar contra igual deseo, tanto más cuanto que no poseyendo dueño alguno es susceptible de despertar los deseos de otros hombres. Todo abandono de este género sería un acto contrario al sentido del luto y habría de despertar la cólera del espíritu. 6

En estas prohibiciones encontramos mayor cercanía con las prácticas actuales del luto en las viudas mayores.

El mandato de no sucumbir a la tentación de reemplazar al cónyuge, la lucha contra tal deseo demuestra la intensidad de esta batalla, del duelo, de modo que nada será fácil. De este combate quedarán marcas en el sujeto.

Las alternativas serían convertir al marido en emblema como referíamos más arriba o entablar la lucha y arriesgarse en ella, aún a costa de desafiar al espíritu del muerto.

Otro tema muy interesante referido a las prácticas del luto es el que señala Freud en torno a nombrar al muerto:

Una de las costumbres tabú más singulares, pero también más instructivas, entre las que se refieren al luto de los primitivos, consiste en la prohibición de pronunciar el nombre del muerto. Esta costumbre se halla en extremo difundida, presenta numerosas variantes y ha tenido importantísimas consecuencias. Además de los pueblos australianos y los polinesios, en los cuales se han conservado inmejorablemente las costumbres tabú, observan también esta prohibición otros tan lejanos entre sí y tan diferentes como los samoyedos de Siberia y los todas de la India meridional, los mogoles de Tartaria y los tuaregs del Sahara, los ainos del Japón y los añambas y los nandi del Africa central, los tinguanes de Filipinas y los habitantes de las islas de Nicobar, Madagascar y Borneo (#1132). En algunos de estos pueblos no rige tal prohibición más que durante el período del luto. Otros la conservan permanentemente. De todos modos, siempre va atenuándose con el transcurso del tiempo. 7

Cuál será el fundamento de una tradición tan extendida?

En nuestras viudas mayores hemos encontrado diversas formas de referirse al muerto, hasta hace unos años era común escuchar hablar del "finado"- terminado-, actualmente en una gran ciudad como Buenos Aires no es frecuente encontrar este tabú aunque tal vez sea posible relevar en otras culturas del interior.

Resulta interesante el poder invocante del nombre, nombrarlo es hacerlo presente, o llamarlo, y si nombrarlo significa convocarlo, cuál es el temor respecto del espíritu del muerto?

Freud dirá que esto tiene su origen en la ambivalencia de los sentimientos. Dice textualmente "los muertos matan".

El trabajo del duelo permitiría una cierta defusión de los afectos que daría lugar a la "emergencia" de los afectos negativos que sufrirán diversos destinos.

Verdadera emergencia en tanto tal vez nunca haya sido posible dejar surgir cuánto se odia al otro, cuánto se le reprocha o cuánto se ha deseado su muerte.

Esta emergencia pone en funcionamiento los mecanismos defensivos que operan para proteger al aparato psíquico. Así surge la culpa en el duelo.

La culpa por lo que se pudo hacer y no se hizo, por lo no-dicho,por ejemplo.

Este tipo de reproches se presenta incluso en aquellos casos de largas enfermedades donde se dedicó mucho tiempo al cuidado del esposo.

Este es un paso o una etapa dentro del trabajo de duelo bien logrado. Cuando estos afectos negativos se dirigen al yo, en una estructura narcisista deficiente aparece el escenario dispuesto para la melancolía.

Entonces podríamos señalar cómo el duelo, al decir de Freud, deja transparentar, (tengamos en cuenta que transparentar habla de un cierto velo que permanece aún).

Esa transparencia es la que deja surgir los sentimientos hostiles hacia el fallecido que se visualizan a partir de reproches obsesivos, señala claramente Freud que al mismo tiempo que muestran ocultan, o mejor dicho que a pesar de querer cubrir, logran mostrar aquello que es imposible de admitir.

Respecto de la ilustración de la neurosis a partir del análisis de la vida del hombre primitivo.

Freud señala que en el hombre civilizado la supresión de los tabúes está relacionada con la disminución de la ambivalencia que cobraba gran significación en el hombre primitivo, el costo a pagar es un elevado gasto de energía psíquica.

Cabe entonces preguntarse cuál es el costo por la supresión de los rituales y la eliminación del "velatorio"o el acortamiento de éste en estos tiempos.

Si efectivamente los ritos socioculturales cumplen una función necesaria para los sujetos sociales y para la sociedad en su conjunto, cuáles serán entonces las consecuencias del velar en las nuevas prácticas de la muerte y el morir?.

Cuánto de éstos cambios tienen efecto en el duelo y en la elaboración simbólica de la muerte de un ser querido?

La viuda sigue sin creer en esa realidad que pasa rápidamente, cuando aún el cuerpo está tibio se vuelve a "la vida normal", y todos esperan que el doliente esté en condiciones de trabajar en otra cosa que en su duelo...

Entonces, el duelo, es susceptible de ser forzado, puesto a término aún a costa de resultar obstaculizado por una negación maníaca de la muerte?

 

EL DUELO, LA MUERTE Y LA VIUDEZ

Duelo también significa combate. Batirse a duelo. En este combate el narcisi smo de la viuda es el escenario, el campo de batalla, los ideales del yo, el investimiento libidinal del yo, permitirán "des-asirse" de las ligaduras que se encuentran como valencias del muerto.

El pasar por el duelo impulsa esta fuerza de trabajo que no repara en gastos y que coloca al aparato psíquico en una situación crítica que sólo logrará ser superada a costa de un gran esfuerzo.

Duelo y Melancolía 8 no es una obra escrita para hablar de duelo, sino para desarrollar el tema de la melancolía usando al duelo como marco.

Luego de haber desarrollado la teoría onírica que señala al sueño como vía regia de acceso al inconciente, "Después de habernos servido del sueño como modelo normal de las perturbaciones mentales narcisistas, vamos a intentar esclarecer la esencia de la melancolía, comparándola con el duelo, afecto normal paralelo a ella. "

En esta obra, Freud pondrá claro algunas cuestiones, tal como el hecho de que el duelo no está del lado de la patología y que nada debe hacerse para perturbarlo.

Señala de algún modo un cierto respeto hacia el duelo, una distancia adecuada frente a algo que se produce en la subjetividad de quien ha perdido algo o alguien querido.

Dice que debe confiarse y esperar, el tiempo es una variable importante en el duelo.

Es allí donde aparece la palabra trabajo, donde compara la inhibición y restricción del yo con la melancolía pero la justifica en el duelo como una "entrega total" al proceso que se desarrolla.

Al respecto queremos señalar la singularidad del duelo en función de cada vínculo que el sujeto establece, podemos decir que en casos de la pérdida del cónyuge en parejas de largos matrimonios es interesante establecer la cuestión sobre:

Qué duela la mujer que ha estado en pareja durante 30, 40 o hasta más de 50 años?

En este sentido se puede despejar una serie de ideas dignas de ser tenidas en cuenta.

Suele identificarse equivocadamente a la vejez como etapa de múltiples pérdidas.

Las pérdidas existen y se suman cuanto más tiempo se vive, sin duda, el perder puede significar cambiar crecer, asumiendo pérdidas y ganancias 9.

En el caso de las viudas mayores, tan largas relaciones maritales superan en mucho al tiempo transcurrido en soledad o dentro de su marco familiar de origen.

"Es toda una vida " escuchamos con frecuencia y es cierto es el mayor tiempo de vida al lado de otro.

Entonces a las pérdidas que ya se han ido acumulando durante la vida, ésta pérdida de algún modo le llega como un duelo particular.

Se duela la conyugalidad?, se duela la historia en común donde el otro siempre estaba como referente?, se duela la historia vincular? , se duela la pérdida del otro como sostén? , se duela un compañero sexual?,se duela la muerte propia en la muerte del otro?

Una forma de comenzar a delinear respuestas sería pensar que el duelo por el cónyuge comporta una cierta cantidad de pérdidas que deben elaborarse junto con la pérdida del ser amado.

En éste duelo estarían contenidas aquellas pérdidas vinculadas a la conyugalidad, la identidad atravesada por el vínculo, la sexualidad historizada en la vida en pareja , la cotidianeidad y todos aquellos aspectos que en cada singularidad estarán directamente relacionados con la vida en parejas añosas y que deben prestarse a ser elaboradas con el duelo por la muerte del compañero. A instancias del duelo se elaboran las pérdidas que se refieren a lo que se pierde de sí con la muerte del esposo.

Creemos que Freud nos ha dado en su obra una gran cantidad de líneas para pensar en estos interrogantes.

Comenzando por lo que señala respecto del juicio de realidad, un juicio que" demanda que la libido abandone las ligaduras con el objeto".

Y agrega que "el hombre no abandona gustoso ninguna de las posiciones de su libido".

Se trata de una realidad que abruma siempre, la muerte no se espera nunca, ni aún allí donde no hay lugar para la vida como lo pudimos ver en el caso de enfermos terminales, donde sus viudas señalan que la muerte les resultó inesperada.

Entonces se trata de algo que demanda, se trata de una instancia que no resulta fácil de conciliar porque de algún modo suena imperativa, el riesgo es el duelo interminable, no logrado.

Entonces la viuda que ha perdido a su esposo se vé enfrentada frente a esta demanda, pero al mismo tiempo Freud dice que hay apartamiento de la realidad con motivo del duelo. Cabe preguntarse, cuál es la realidad que demanda desligar, como compatibilizarla con la realidad psíquica que mantiene vivo al objeto de amor?

El duelo es un estado particular con gran carga de energía, esta energía es despojada del mundo exterior y retraída al yo para efectuar este trabajo "pieza por pieza".

Si hablamos de trabajo,usándolo como metáfora, diríamos que al final de la jornada, está el descanso reparador para renovar fuerzas para el nuevo trabajo y claro está, hay una ganancia, un premio, un valor de cambio.

En el duelo no hay tal ganancia en tanto no se trata de un final de duelo triunfal dado que el objeto queda perdido.

Lo que se gana al final del duelo es la vida misma dice Freud. "La vida continúa " suele decirse en estos casos y a la viuda puede parecerle indiferente que la vida siga o puede parecerle absurdo que el mundo siga andando sin aquél a quien ama.

Este momento en el duelo es una etapa más, la melancolía se estaciona en ese rencor por la continuidad que no puede ser admitida.

También Freud habla de sustitución de objeto. Dónde opera la sustitución ,qué se sustituye?

El objeto de amor es un objeto único, insustituíble y de ahí el enorme dolor por su pérdida, se sufriría tanto si el objeto fuera totalmente reemplazable?

Entendemos que mucho se ha hablado del duelo en torno al duelo por el padre, últimamente por el duelo del hijo en tanto revierte el orden natural.

Pero el duelo por alguien con quien se ha compartido todo, con quien se ha luchado, con quien se ha tenido hijos,con quien se ha compartido la vida, en qué plano se puede sustituír?

Ya nada es igual para la viuda como para cualquier persona en duelo, el mundo ha cambiado y se encuentra desprovisto de ese objeto que se duela.

Entonces el tener interés por ese mundo de nuevo, el relanzar el deseo sobre otros ideales que investir tiene su trabajo y su final.

En el final del duelo, luego que se ha podido desatar cada una de las ligaduras que ataban al sujeto a su objeto de amor, luego de los rituales de la muerte, ésta mujer ha cambiado ya no es la Señora de... sino la viuda de..., es así que el cambio en su identidad hasta tiene un correlato formal.

Ser sin el otro puede llegar a resultar un trabajo insalubre, un trabajo que no puede llevarse a cabo o puede ser un trabajo con accidentes.

Si nos referimos al final del duelo de la viuda añosa, añosa ella misma y añosa en su vínculo con el fallecido pensamos en el otro día en el después imaginarizando la vida cotidiana, el vivir sola.

Es la problemática más común en ésta etapa de la vida, la soledad.

Muchas veces se trata de una soledad a regañadientes, odiar estar sola y entristecerse porque estar sola es consecuencia de la muerte del compañero.

Pero el estar solo de la viuda tiene cuestiones ligadas a "haberse soltado del otro" en tanto puede ser un destino de caídas o de caer en el destino 10

Ser viuda para algunas mujeres, es no poder reemplazar no sólo al otro sino a lo que portaba el otro: sus ideales, sus competencias- tan importantes en este momento de la vida-, sus caricias o su apoyo.

Cuando enfatizamos el final de duelo y su relación con la vida cotidiana queremos significar hasta donde las mujeres de las que hablamos pueden ser frágiles, encontrarse en condiciones dificultosas para hacer frente a ésta pérdida en particular.

De dónde viene, entonces la fragilidad para el duelo?

Sin duda la respuesta pasa por dar revista a lo que el duelo transparenta y revela como el mecanismo psíquico de la elaboración de la pérdida.

La constitución del yo nos señala un nuevo acto psíquico donde la libido narcisística se convierte en libido del yo por un lado y libido objetal por otro.

Si la libido objetal ha sido depositada en varios objetos aún con distintas valoraciones , la pérdida de alguno de ellos deja el campo disponible de los otros objetos y otros nuevos que puedan aparecer en escena.

En caso contrario, la libido recargada sobre aquél sobre el que se ha depositado el Ideal hace surgir una peligrosa dependencia hacia el objeto que más allá de ser único, pasa a ser un objeto imprescindible.

Freud dice " sombra del objeto ha caído sobre el yo" 11para referirse a la retracción libidinal en la melancolía.

Ilustramos este trabajo con una imagen de una mujer mirando con tristeza por una ventana hacia el jardín y en ese jardín la sombra de un hombre proyectada sobre el suelo.

Shadow of stranger - Getty Images.

Creemos que grafica muy claramente la melancolía, el objeto externo ha devenido interno y ya nada puede servir de prueba de realidad. La sombra presentifica una ausencia, una marca, frente a la mirada de esta mujer que contrasta con los colores de la imagen.

Cuando hablamos de la viudez frágil, nos referimos a sujetos con trastornos del narcisismo, donde el duelo no logra concluír su objetivo, dejar libre al yo y exento de toda inhibición.

Cuál es el destino entonces de éstas viudeces?

Tal vez seguir al muerto, irse con él por la vía de Tánatos,o "la muerte en vida" tal como encontramos en las antiguas prohibiciones y mandatos.

Si nos preguntamos acerca de cómo opera la pulsión de muerte, la pulsión desobjetalizante al decir de Green 12, encontramos que con relación al duelo patológico, el defecto, puede decirse, está con relación a que no se produce la ligadura con nuevos objetos, se pierde de alguna manera el "hambre de objeto", el deseo no circula porque el objeto ha sido asimilado vía identificación.

Mientras Eros liga y une, Tánatos divide y desata.

"... la función objetalizante no se limita a las transformaciones del objeto, pero puede hacer advenir al rango de objeto lo que no posee ninguna de las cualidades, de las propiedades y de los atributos del objeto, a condición de que una sola característica se mantenga en el trabajo psíquico realizado: el investimiento significativo

Nos referimos a la función objetalizante como la puesta en juego al final del duelo normal, como paradigma del duelo normal.

Green continúa luego diciendo:

"Del lado opuesto, la perspectiva de la pulsión de muerte es cumplir en todo lo que sea posible una función desobjetalizante por la desligazón. Esta cualificación permite comprender que no es solamente la relación con el objeto la que se ve atacada, sino también todas las sustituciones de este : el yo, por ejemplo y el hecho mismo del investimiento en tanto que ha sufrido el proceso de objetalización."

El desafío para aquél que duela es entonces poder llegar al término, liberar las inhibiciones del yo para poder investir nuevos objetos , todo a cambio de seguir vivo, diríamos mejor de seguir deseando, entonces el proceso que se le opone tiene que ver con no investir nuevos objetos y quitar ligaduras de todo aquello que puede conducir a mantener al sujeto en el circuito deseante.

Ya queda claro entonces que en lo que a duelo se refiere a las pulsiones desobjetalizantes podemos afirmar que son las más tenaces fuerzas en oposición al trabajo del duelo, son algo así como aquellos obstáculos que se presentan y que atentan directamente a que el trabajo mismo prosiga.

El estancamiento libidinal puede aludir entonces a un estancamiento en un lugar que no permite salida y que genera su descomposición.

En la melancolía el objeto permanece aún ,no está perdido, se encuentra alojado en el yo desde donde se dirige reproches y condenas.

Podemos entonces comprender por qué la ambivalencia de su vida instintiva envuelve al melancólico en conflictos especialmente graves que hieren las raíces de su relación con sus objetos de amor.

En otras enfermedades, a saber, en la demencia precoz o esquizofrenia, encontramos un desapego de la libido del mundo externo igualmente amplio; pero en este caso el individuo acepta su completa pérdida de interés con una pesada indiferencia, mientras que el melancólico se queja de esa pérdida, y tiende inclusive a asociar con ella sentimientos de inferioridad. 13

Por esta razón el esclarecimiento del origen de síntomas de distimia o retracción libidinal debe ser profundamente revisado en cada paciente para evitar conducir a errores diagnósticos en la identificación de sindromes demenciales.

 

La muerte del otro

Con este título queremos sintetizar aquello referente a ese lugar otro para la muerte y ese lugar, otro para el objeto de amor, de este modo queremos en este apartado trabajar la viudez a la manera del duelo.

Si bien en el enamoramiento se cursa una especie de locura, se puede tener la ilusión de reencontrarse con el objeto perdido, la caída de la ilusión podrá generar que el objeto de amor sea aceptado aún con sus fallas. En este caso ocurre la caída de la Idealización.

En el caso del duelo por el objeto de amor parece ocurrir una verdadera revolución en torno a como aparece en diversos momentos la figura del que ha muerto.

Tanto afecta el duelo por el ser amado que ya Freud hablaba de una verdadera psicosis alucinatoria del deseo en referencia a esos fallidos encuentros con el muerto al que se lo ve aparecer en rostros ajenos o en lugares propios.

Resulta entonces que en este proceso normal hay un comportamiento por parte del que duela que si no tuviéramos la información que nos revele por lo que está transitando diríamos que está loco.

El enlutado, la viuda en este caso, no lo puede creer, aún teniendo ante sí el cuerpo inerme del marido, ocurre como señalan Smud y Bernasconi 14,que " el enlutado es asaltado por lo siniestro", y debe desafiar aún esa realidad alucinatoria que se le presenta con la demanda de la realidad misma.

Siguiendo a estos autores, el problema que se presenta es que el objeto al que debe desasirse el sujeto tiene vida aún, en lo psíquico.

Seguramente podemos reconocer situaciones en las cuales se le pide a la viuda, se le exige que abandone rápidamente el llanto y la tristeza.

En mujeres mayores, madres de hijos mayores y a veces abuela de adultos, no se le permite expresar el duelo, o mejor dicho no se tolera la expresión del duelo que adquiere por razones ligadas al objeto en cuestión un dramatismo que atemoriza a sus familiares.

Este temor hace que aparezcan en la clínica, frecuentemente, hijos trayendo a madres que duelan y consultan por el sólo hecho de que no soportan ver a sus madres abocadas al duelo, pareciera que esto constituye en sí un hecho intolerable.

Podríamos acercar a esto sin mucha dificultad, lo que aparece como amenaza es la muerte del otro como fantasma de la muerte propia siendo ésta la única forma en que podemos tolerar su presencia.

La muerte del padre viejo, arrima la muerte propia, con todo el sentido, la acerca, la aproxima.

Y tal como decíamos al hablar de los tabúes la viuda está impregnada de muerte.

A la viuda la muerte le pasó por al lado, es la que más sabe de la muerte estando viva.

Del lado del que duela y lo hace sin interferencias se da el desencadenamiento de procesos psíquicos que lograrán según Lacán, instaurar una posición subjetiva hasta entonces no efectuada. 15

Tal vez podríamos aquí citar esa reconocida frase de " lo que no mata fortalece".

Aquí el sujeto mismo es puesto a prueba en un examen que lo condicionará para el resto de su vida.

Las mujeres mayores que duelan a sus parejas tienen un trabajo muy duro por realizar y al decir de Freud las satisfacciones narcisistas de la vida se imponen en el duelo para cortar los lazos que la ligan a su objeto de modo tal que ese desligar, ese soltarse de algún modo es dejar caer al objeto, es transitar al menos por un tiempo por un borde que sitúa el antes y el después del duelo, un lugar desde donde mirar y mirarse a sí misma.

Desde éste punto el duelo lograría un reordenamiento del deseo tal vez en una configuración inédita para estas mujeres que como vemos frecuentemente descubren nuevos proyectos vitales a menudo con asombro, con temor y con gran pasión.

El duelo en el cuerpo:

Aquí realizaremos una breve referencia a una de las formas clínicas de presentación de los duelos: la somatización.

Para acercarnos al tema es conveniente reseñar brevemente los conceptos teóricos que sostiene Pierre Marty 16 y han sido motivo del desarrollo de la psicosomatología.

Pensamiento operatorio

El pensamiento operatorio es un pensamiento consciente, que duplica e ilustra la acción.

No usa mecanismos mentales neuróticos o psicóticos.

Se presenta desprovisto de valor libidinal Se lo puede considerar como una modalidad del proceso secundario en virtud de su orientación hacia la realidad sensible, del afán de causalidad , de lógica, de continuidad.

Refiere a un modelo de investidura arcaico.

Depresión esencial:

Es la depresión psicosomática a la que en diversas ocasiones he llamado depresión sin objeto, constituye la esencia misma de la depresión, la disminución del tono libidinal sin contrapartida económica positiva.

La depresión esencial se establece cuando sucesos traumáticos desorganizan algunas funciones psíquicas desbordando sus capacidades de elaboración.

P. Marty 17 señala que a la depresión la preceden en general angustias difusas, donde la angustia no función como alarma sino que ella misma es la alarma de un estado precario de desbordamiento.

Para este autor las enfermedades psicosomáticas resultan de las inadecuaciones del sujeto a las condiciones de vida que le toca vivir.

En este sentido se reafirma el concepto de trauma como desborde, por lo tanto el sujeto trataría en principio de adaptarse a ese cuantum de energía que lo invade en el trauma pero si su capacidad de procesamiento está limitada por ejemplo por una característica operatoria con poca capacidad de elaboración simbólica se produce el efecto desorganizante.

En principio el trauma afecta a lo psíquico y la tramitación en este nivel de elaboración dará lugar a la enfermedad psíquica o a la somatización.

Cómo interpretar todos estos conceptos en relación a el duelo?

Creemos que se trata de una perspectiva sumamente interesante que debe tenerse en cuenta en aquellos casos en que el duelo deja de ser un afecto normal tal como lo definiera Freud y se transforma en un trauma.

En esta línea teórica se encuentra como factor de riesgo la depresión como señal de alarma para una posible somatización posterior.

La base de la somatización tendría que ver con la depresión esencial que la origina y de la persistencia de los factores generadores del trauma.

Por ello consideramos fundamental en la evaluación de la persona en duelo lo que podríamos denominar tendencia a la somatización basándose en criterios elaborados con ésta línea de pensamiento.

 

EL FINAL DE LA ALIANZA

Resulta interesante cruzar con la temática del duelo la cuestión de los contratos sociales y simbólicos que forman parte de la alianza con el cónyuge.

Al casarse, muchas, tal vez la mayoría de las mujeres mayores de hoy, han jurado amor " hasta que la muerte nos separe ", asegurándose con ello la ilusión de que sólo algo tan terminante y al mismo tiempo impredecible como la muerte pudiera mediar para romper con ese matrimonio.

No siempre ha sido la muerte la causa de rupturas vinculares, sabemos que en la actualidad estas uniones sufren cambios que han ido modificando la estructura de la familia tradicional, de modo que existen muchas mujeres y hombres que ensayan nuevas versiones de uniones que tendrán otros condicionamientos.

Pero, en realidad, al morir el cónyuge, la mujer adquiere un nuevo estatus, y nuevos roles sociales que se generan automáticamente al fallecer su compañero.

Creemos que es importante destacar las diferencias de género al respecto dado que desde la interacción social se juegan diferentes expresiones del ser mujer en la viudez, así como también el lugar de la viuda ha tenido histórica y culturalmente una identidad muy particular.

De modo que no resulta tan sencillo decidir cuál es la magnitud del impacto psíquico que genera el ingreso a este nuevo estado civil, el de viuda.

Por empezar deberíamos preguntarnos sobre cómo el ser mujer genera una modalidad diferente de enfrentar los diversos destinos de una alianza conyugal.

El modelo de familia tradicional patriarcal en el que muchas mujeres mayores de hoy han sido socializadas no ha tenido como prioridad para la unión la existencia de amor, tal como en la clínica aún pueden escucharse casos de mujeres que fueron elegidas, o que fueron "dadas" en matrimonio por sus padres pero que no han elegido casarse con un hombre porque lo deseaban.

Haciendo un poco de historia para poder interpretar el devenir de las uniones conyugales de las mujeres mayores actuales podemos remontarnos a lo dicho por el italiano por Angelo de Gubernatis en 1869 " la familia es una monarquía, donde el padre es el rey; si el padre falta, el mayor de los hermanos ocupa su lugar " 18

Hasta entonces, -1888- el único casamiento posible en Argentina era el que se celebraba en la Iglesia y distaba en mucho de lo que sucedía en esos años en Europa ya que en Francia surge el matrimonio civil a fines de 1791.

La creciente inmigración europea obligaba a la Iglesia a renunciar a un poder que ya no podía ejercer.

En esta ley la mujer casada, para citar alguno de sus aspectos, debía tener autorización del marido para ejercer públicamente alguna profesión o industria.

También la inmigración trajo junto con el matrimonio civil, proyectos de divorcio que tuvieron largas discusiones y cuya trayectoria resultó muy accidentada en una sociedad que no deseaba ajustarse a esos rasgos "modernos" del viejo continente, desde dónde se horrorizaban por la forma en que se hallaba sometida la mujer en este país.

Muchas de las mujeres de las que en este trabajo nos ocupamos pasaron de las riendas del padre autoritario a las de un marido sin muchas variaciones, siendo éste en general mayor varios años. A esto se suma el hecho de que, muchas de ellas no fueron educadas para salir a trabajar o destacarse en una profesión, sus roles de ama de casa y madre gobernaron su devenir y en ellos trataron de expresarse, como pudieron, en ocasiones transmitiendo a sus hijas mujeres su malestar y su deseo de que ellas pudieran elegir.

La ruptura de la alianza por muerte del esposo ha sido un fenómeno cultural de mucho interés en diversas sociedades.

En otras culturas el luto y el celibato hasta el fin de sus vidas correspondían de alguna manera al hecho de ya " no ser de nadie " , la muerte en vida.

Podríamos decir que las mujeres socializadas en el modelo tradicional femenino identificado con lo débil y con lo doméstico tienden a perpetuarse en su rol maternal teniendo para con sus esposos actitudes infantiles. El tipo de vínculo fragilidad en el soporte subjetivo y las ponen en riesgo por el hecho de que dificultan su autonomía en situaciones como la viudez.

Irene Meler señala respecto de las depresiones femeninas: " Pareciera que las mujeres fueron exigidas en esos vínculos a representar el rol del infante, arrogándose el varón la omnipotencia supuesta en la madre. El rol proveedor, tipificado como masculino, sería una modalidad institucionalizada de desposesión de la madre preedípica y expropiación de sus poderes. En estas mujeres, se fue creando lo que se llamó "indefensión aprendida". 19

Por supuesto que también se encuentran las viudas de medio luto y las viudas rejuvenecidas que han sido ocasión de asombro para quienes han visto un proceso de despertar en la vida de mujeres que han desarrollado vidas sumamente ricas y creativas al transitar la viudez.

LA VIUDEZ TIENE GÉNERO FEMENINO

A la luz de las estadísticas la viudez , tal como explicáramos en nuestro trabajo anterior 20es cuestión de mujeres en la avanzada edad.

Lo es porque mayoritariamente las mujeres duelan a sus maridos y los sobreviven en general por largos períodos, mayores a medida que se prolonga la expectativa de vida.

Pero también podríamos decir que las mujeres son las que presentan los fenómenos más interesantes respecto de la resolución de uno de los mayores problemas que trae la viudez: la soledad.

Los hombres generalmente se vuelven a unir a otra mujer y resulta infrecuente que vivan solos. El caso de las mujeres de edad avanzada es verdaderamente interesante en este punto, la mayoría de ellas viven solas y desafían una gran cantidad de dificultades que la edad, los prejuicios y la vida cotidiana les presentan. 21

Resulta trabajosa la viudez para muchas de ellas siguiendo nuestra línea inicial.

El esfuerzo está dado en muchas ocasiones por los prejuicios en torno a la sexualidad, la autonomía y los estereotipos de la viudez femenina.

Estos estereotipos están basados en supuestos que sostienen que la mujer viuda no puede desear a otro hombre, es más que no puede desear.

Cómo sabemos que se trata de construcciones colectivas sostenidas desde patrones culturales, religiosos y subjetivos trataremos de analizar cuáles son algunas de las posibles lecturas.

La cuestión de género

Es el conjunto de características sociales, culturales, políticas, psicológicas, jurídicas, económicas asignadas a las personas en forma diferenciada de acuerdo al sexo

Entonces, hablar de género significa dejar de creer que los roles sociales y culturales asignados a hombres y mujeres son naturales.

Sin duda que las vicisitudes de la viudez femenina tienen que ver con el sentimiento de sí desarrollado en cada mujer.

Podríamos llamar a esto identidad, autoconcepto pero también podríamos cruzar esta conceptualización con aquellos parámetros sociales que advierten en la naturalización del género una particular identidad en la mujer como el " ser de otro, " la Sra de... " encarna estos significados particulares que genera la unión conyugal.

Por ello, el dejar de ser de alguien o el ser de alguien fallecido, que no habita entre los vivos tiene una particular consecuencia que se halla en relación con la pregunta de, a quién se debe la viuda? , a quien le debe su ser de otro en esta etapa de su vida.

El duelo por el cónyuge es un duelo que abarca este núcleo identitario.

El ser de otro, objetiviza, sin dudas, pero también genera identidad, se es la mujer de un hombre y el apellido del esposo cubre y silencia la identidad adquirida en el nacimiento atribuida desde la cultura con alto contenido simbólico.

Al respecto señala Bleichmar:

Ser "la mujer del un hombre". El carácter narcisista de la elección radica en que el objeto es extremadamente valorado y su sola posesión es lo que le otorga el valor. 22

Entonces se deja de ser un sujeto para ser propiedad del hombre, tal como reza en los códigos que regulaban el matrimonio de la familia tradicional.

En el código de Vélez Sarsfield 23se encuentran aspectos relativos a la relación entre el hombre y la mujer: El marido,debe en todos los casos protección a la esposa y ésta debe seguirlo y establecerse junto a él, ofreciéndole respeto y obediencia.

En 1888, Osvaldo Piñero 24refiriéndose a la mujer señala: la mujer es toda maternidad; su organización fisiológica, sus tendencias psicológicas, el rol que debe desempeñar en la conservación de la especie , todo obliga a anteponer esta consideración a todas las demás.

Este dato que parece tan superado por los nuevos avances en todas las disciplinas humanas tiene resabios que han sido y continúan siendo cultivados en la recreación que del género realiza cada cultura, cada sociedad.

Aún hoy las mujeres se sienten perteneciendo a un hombre que ejerce de algún modo ese poder de propiedad, son mujeres que se han identificado fundamentalmente con el rol de madres y que no han podido independizar su subjetividad deseante del dominio masculino, han renunciado sin haber tenido oportunidad de conectarse con ella.

En la viudez, el dejar de ser propiedad de un hombre, al menos en lo terrenal, qué implicancias tiene para la subjetividad femenina?

Los ejemplos de mujeres que "reviven" cuando sus esposos mueren tienen que ver con estas instancias que se juegan en torno a ser de otro o ser de sí? .

Hay otras mujeres que se adecúan al famoso dicho popular "detrás de un gran hombre hay una gran mujer", se sienten reconocidas a través del esposo, como una extensión de éste. Cabría el preguntar que significa detrás, atrás, al fondo?, detrás donde se urden engaños?, detrás de qué hombre?

Las viudas de estos hombres cuando ellos mueren siguen detrás muchas veces de sus propios hijos, en general de sus hijos varones que " toman las riendas " que antes sujetaba el marido.

La realización de éstas mujeres aún en la viudez está mediatizada por otros a los que ellas les entregan sus ideales.

Se trata de un yo frágil, con alteraciones identitarias que provienen de la infancia, mujeres aniñadas y dependientes que buscarán siempre de quien depender.

"La Femineidad/masculinidad no es sólo un rol o una conducta prescripta, sino un principio organizador de la subjetividad entera: yo, superyó y deseo sexual La fuente del deseo no es un cuerpo anatómico sino un cuerpo construido en el conjunto de los discursos y las prácticas intersubjetivas ". 25

Sociedades como la nuestra han criado a sus niñas dentro del modelo tradicional que propone a la mujer como objeto y les propone ideales que se vuelven sus fonteras subjetivas, los ideales demandan la obligación de cumplirlos y cualquier desafío tiene una sanción más o menos dura en cada cultura y su correlato subjetivo.

Ideales centrados en la seducción, la belleza corporal y la juventud, como atributos necesarios para sentirse femenina y obtener el amor y el reconocimiento del hombre 26

La posibilidad de tener una nueva pareja aparece ligada a la inseguridad de resultarle atractiva a un hombre.

Sin duda hay mujeres en las que el ejercicio de la seducción está en el pasado y no sienten que sea posible reeditarlo.

Se trata de mujeres que con el difunto han enterrado su erotismo o al menos lo han dejado "velado", cubierto tal vez mucho antes de quedar viudas.

Que significa entonces el duelo en una trayectoria vital de 60,70, 80 o 90 años?

De alguna manera no hay novedad en el duelo en tanto se opera este trabajo sobre la estructura psíquica existente, pero en otro aspecto significa una nueva oportunidad para resignificar otros duelos o pérdidas en una persona que transita la vejez.

El duelo pone a prueba la capacidad del yo para recuperarse, y obliga a un trabajo que implica elaboración y nuevas simbolizaciones y reformulaciones del proceso identificatorio en el yo, superyó e ideal del yo. En esta reorganización el proceso será posible por la capacidad que tenga el yo de religar lo presente con aquello pasado.

Una paciente, Selva de 92 años dice en una entrevista:" luego de que mi marido murió , unos días después hicimos una reunión familiar en casa y yo les dije a todos : yo no soy una viuda inconsolable, con mi marido he tenido una buena vida en estos 66 años juntos, mi marido era de carácter fuerte y muy machista , entonces ahora, - 88 en ese entonces- voy a dedicarme a hacer todo lo que no pude hacer antes y quiero hacer todavía."

(Selva fue instada por su familia hace pocos meses para que dejara de tomar colectivos ya que les atemorizaba que pudiera caerse por una problema de cadera. Hace varios cursos y está buscando con quien hacer algún viaje y salir por las noches al teatro)

 

EL TRABAJO PSICOGERONTOLÓGICO EN EL DUELO

Factores de riesgo

Riesgo significa peligro, pero también probabilidad. En salud en general se considera como probabilidad de que ocurra un hecho desagradable ( accidente , enfermedad o muerte).

Factor de riesgo es cualquier característica o circunstancia detectable en una persona o grupo de personas, que se sabe asociada con una probabilidad aumentada de experimentar un daño a la salud.

Un factor de riesgo puede estar asociado a una probabilidad aumentada de desarrollar un daño, sin ser necesariamente un factor causal, o aumentar la ocurrencia de un daño. En este caso, en general, es parte de la cadena causal de este daño.

La importancia de los factores de riesgo es que son observables antes de la ocurrencia del hecho que predicen.

Cómo relacionar los factores de riesgo con la salud mental y en particular con el duelo?

Creemos que es posible diseñar programas dirigidos a realizar diagnóstico precoz e intervenir en diferentes niveles de prevención en la Salud Mental de los Adultos Mayores.

El caso de las viudas mayores pasa a ser una preocupación en tanto puede significar un quiebre en su vida que las convierta en personas dependientes o con graves problemas para llevar adelante su devenir en la vejez.

Pensamos que resulta fundamental encontrar herramientas que permitan realizar un trabajo productivo que al mismo tiempo respete los tiempos y ritmos singulares de elaboración del duelo junto a la prevención .

Por ello hemos trabajado en esta oportunidad, aunque brevemente, sobre dos instrumentos valiosos para el abordaje psicogerontológico de los duelos en la vejez.

Graciela Zarebski ha señalado en su libro, 27 factores de riesgo psíquico en relación al envejecimiento patológico, que podemos vincular con la temática del duelo:

1.posición de total dependencia, cuando se vive toda la vida sostenido o sosteniendo al otro.

En el caso de la viudez en mujeres añosas detectar este tipo de factor de riesgo resulta muy útil al momento de pensar en la perspectiva de la viudez cuando se depende instrumentalmente o psíquicamente de otro.

En el caso de viudas que necesitan que otros dependan de ellas, resulta mejor pronóstico aunque debe trabajarse en torno a este maternaje sobredimensionado y sus consecuencias.

2. El modo de funcionamiento "todo o nada".

Sin duda que este factor de riesgo entraña el riesgo mayor de colapso narcisista y generador de múltiples problemas vinculares que retraen las redes de apoyo y colocan al sujeto frente a una falsa opción ilusoria de superación de los conflictos. Falsa en tanto no cuentan los matices ni los deseos de otros , sólo está el sujeto entrampado en su narcisismo.

3-Las posiciones nostálgicas como "todo tiempo pasado fue mejor".

En este caso, detectar a tiempo esta posición puede favorecer trabajar sobre un duelo que tiende a estar del lado de lo traumático por fuera del duelo normal.

4.- La falta de maleabilidad , la inflexibilidad frente al cambio.

En este aspecto se encuentra emparentado con el riesgo de colapso narcisista, pues forma parte del mismo mecanismo de operación rígida típica de las caracteropatías.

5.-El aferrarse a una identidad unívoca

Este factor de riesgo tiene que ver con posiciones inflexibles que seguramente han generado problemas de convivencia y vinculares importantes. Debería evaluar el nivel de rigidez existente a través de la resolución de crisis familiares y de desempeño en la vida cotidiana. En general requiere especial cuidado cuando hay signos de deterioro cognitivo, de modo que puede estar ocultando una lo que tal vez sea la caída en la demencia.

6.-La falta de proyectos.

En este caso se encuentra algo similar a la posición melancólica que culpabiliza al yo e impide la salida normal del duelo o bien puede estar ligado a una falta de deseo por una inhibición provocada por el trabajo del duelo en tanto toda la libido se halla abocada al mismo. En este como en todos los casos es importante situar temporalmente la aparición de estos factores.

 

7.-La dificultad de realizar el trabajo psíquico de compensar pérdidas con ganancias.

Esta dificultad también tiene un aliado desde lo social , cuando la falta de oferta de nuevos roles y el modelo exitista junto a ideales de belleza y juventud no permiten explorar nuevas alternativas vitales.

Desde luego la presencia de este factor de riesgo debe explorarse en la clínica para hacer un diagnóstico diferencial de duelo normal o patológico junto a otros indicadores.

8.-Dificultades para asumir el autocuidado.

En este caso resulta de mucha importancia valorar la posición melancólica y diferenciar si se trata de una posición ligada a narcisismo patológico.

El no cuidar la salud puede ser un mensaje para otros de los que se desea depender, puede ser una identificación con el muerto o la expresión de la falta de deseos.

9.-El modo narcisista de ejercer la sexualidad.

Este factor de riesgo viene directamente ligado a la posibilidad de rehacer su vida en pareja. En general hemos visto este tipo de conductas en hombres más que en mujeres.

10.-La utilización de mecanismos de desmentida que tienden a ocultarse a sí mismo los grandes temas del tipo "de eso no se habla".

Este mecanismo genera una imposibilidad de abordaje que en muchos casos muestra un estado de gran fragilidad subjetiva que teme el desmoronamiento.

Se trata de un factor de riesgo de suma importancia en el caso de sujetos que portan enfermedades o signos deterioro o tendencia a la somatización en función de lo que P. Marty denomina problemas en la mentalización 28

En España, un grupo de expertos señala los siguientes factores de riesgo en general para cualquier duelo 29:

FACTORES DE RIESGO -CRITERIO DEL GRUPO DE EXPERTOS DEL PAPPS:
(el resaltado es nuestro)

Como queda claro, los factores de riesgo señalados en su gran mayoría pueden ser aplicados a los duelos por viudez en mujeres añosas.

Nos resultó interesante, por supuesto, el entrecruzamiento de variables ligadas tanto a lo biológico como a lo psíquico y lo social.

Proponemos que se configure un instrumento de evaluación de mujeres mayores en duelo que incluya ambos modelos de la manera siguiente:

Entendemos por duelo obstaculizado aquel caso que si bien se presenta en una estructura neurótica se halla dificultado por situaciones contextuales en relación a la pérdida o a una exesiva dependencia que le confiere un carácter dramático sin tratarse de una posición melancólica.

El estudio de la evolución del curso del duelo en mujeres mayores puede ser de suma utilidad como método preventivo de alteraciones psicopatológicas y pueden generarse recursos tendientes a mejorar la calidad de vida y disminuir su nivel de fragilidad.

Notas

1 ...y el mundo sigue andando. Trabajo presentado en el Curso de Actualización en Gerontología.Año 2001

2 Obras Completas. Sigmund Freud. Tótem y Tabú.. El tabú de los muertos.López BallesterosMadrid.

3 Sigmund Freud. Op cit.

4 Erótica del duelo en tiempos de la muerte seca.. Jean Allouch

5 Hacia un buen envejecer. Graciela Zarebski. Emecé. Buenos Aires.1999.

6 S. Freud. op cit.

7 S. Freud . Op cit.

8 Obras Completas. Sigmund Freud. Amorrortu.. Buenos Aires T . XIV.

9 Hacia un buen envejecer. Op Cit.

10 Graciela Zarebski. OP Cit

11 Obras Completas S. Freud .Duelo y Melancolía. Op cit.

12 Pulsión de muerte. André Green. Amorrortu. Buenos Aires.

13 El sitio de la melancolía. Psicogénesis de la melancolía. Gerardo Jiménez Herrero. Psicomundo.2002.

14 Sobre Duelos , Duelistas y Enlutas. Bernaconi.Smud. Lumen. Buenos Aires. 2000

15 Smud y Bernaconi op. Cit.

16 La Psicosomática del Adulto. Pierre Marty. Amorrortu. Buenos Aires.1992

17 Pierre Marty. Op Cit.

18 Divorcio y familia tradicional. Ricardo Rodríguez Molas. Centro Editor de América Latina .Buenos Aires.1984

19 Género Psicoanálisis y subjetividad. Psicoanálisis y género. Aporte para una psicoatología. Irene Meler. Paidós. Buenos Aires.1996

20 ...Y el mundo sigue andando. Trabajo original presentado en el Curso de Actualización en Psicogerontología. Universidad Maimónides.Buenos Aires. 2001.

21 Gerontología Social .Delia Sanchez Salgado. Espacio. Buenos Aires.2000.

22 Dio Bleichmar, E. "Del sexo al género", en Revista de la Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados, nº 18, p. 135. Buenos Aires

23 Divorcio y Familia Tradicional. Op Cit.

24 Divorcio y familia tradicional Op.Cit.

25 Elina Carril Berro* Ponencia presentada en el Panel sobre "Duelo en la diferencia de los sexos y las generaciones", del 1er. Congreso de la Asociación Psicoanalítica del Uruguay "Los Duelos y sus destinos- Depresiones, hoy". Montevideo, mayo 2000.

26 Dío Bleichmar. Op. Cit.

27 Graciela Zarebski.Op. Cit.

28 Pierre Marty. Op. Cit.

29 Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud.Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria. Página de Internet. Actualización 2002.

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