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Número 22 - Julio 2008

El sentido de ¨recrear¨ en el proceso de envejecimiento y en la experiencia estética

Carmen De Grado de Mogro
carmendeg2002@yahoo.com

Presentado en las Jornadas de Otoño 2008, organizadas por la Fundación Travesía, Psicoanálisis de la mediana edad
y la Universidad Maimónides, Carrera de Especialización y Maestría en Psicogerontología

Punto de intersección entre los desarrollos en Psicogerontología, Psicoanálisis y Estética el sentido de recrear adquiere una dimensión considerable respecto de nuestra existencia. (LAMINA 1)

Me propongo reflexionar sobre el sentido de recrear en la experiencia estética y en el proceso de envejecimiento, temas de los que se ocupa la Estética y la Psicogerontología. Tanto la Estética como la Psicogerontología se dan en un tiempo en que el hombre tiene un lugar de hombre autónomo, cuando deviene sujeto.( LAMINA 2)

La Estética surge en el siglo XVIII, aunque se va gestando mucho antes. Es parte de la filosofia, es marca de modernidad, de ese momento de la historia que inaugura el principio de subjetividad.

La Psicogerontología surge en el siglo XX como parte de la gerontología y como campo interdisciplinario. Lo central que nos interesa aquí es que ambas disciplinas se organizan cuando el concepto de sujeto está instalado (LAMINA3) Sujeto, la idea de un hombre cada vez más autónomo, más protagonista como ser individual que es centro, lugar de decisión y "creador" de su mundo. Paradojalmente también se va alejando de la idea de ¨ser acabado en sí mismo¨ y va necesaria, paulatina y a veces penosamente, conociendo más sobre su dimensión interpersonal. No sólo por su insoslayable vínculo con el otro, con quien está incondicionalmente relacionado, sino por su necesidad de otro como fundamento de su constitución. En este sentido el psicoanálisis tendrá un importante aporte diciendo que el sistema nervioso central no está ya dado al momento del nacimiento sino que se irá completando en relación a un otro que además de leche y alimento, da ambiente y ejerce su pulsión de transmisión. Trasmisión que se da en un círculo figural: progenitor o progenitor sustituto que ejerce función materna y un ser nuevo que despierta en ese adulto sus reacciones más arcaicas y que no recibe ambiente pasivamente sino que selecciona ambiente. El juego de recrearse activado a lo largo del ciclo de vida, intensificado a partir de la mitad de la vida ante el trauma por la propia muerte futura y expresado a través de la pulsión de transmisión en la vejez con la entrega del legado. También en la forma de un círculo figural, con un viejo que ejerce su pulsión de transmisión y otros, pares, nuevas generaciones, hijo, nieto que ‘necesita" de esa transmisión pero que no recibe sin más, se resiste, cuestiona, empuja a un verdadero trabajo de adaptación.

Veremos también un círculo figural de intercambio entre la obra de arte y el observador en la experiencia estética.

Empecemos pensando el tema desde la Psicogerontologia

Con la prolongación de la vida humana, al reflexionar el hombre sobre su proceso de envejecimiento, la dimensión interpersonal adquiere particular importancia

El adulto mayor realiza entonces un esfuerzo recreador en el sentido de revisión de su pasado, de integración con su presente para tener proyección de futuro. Si en el momento constitutivo inicial, hubo otro que dió tutela y cuidado además de leche y alimento, en el adulto mayor sano, lo que se acentúa es su pulsión de transmisión, su necesidad de transmitir un legado además de su herencia, tarea que no podrá realizar felizmente si no hace el ejercicio de recrear y recrearse, movimiento que se da respecto de sí mismo, en lo intra-psíquico, respecto del otro, en lo interpersonal, con los pares, con las otras generaciones y en el mundo con las ideas, las representaciones, las culturas. (LAMINA 4). En el trabajo preventivo con adultos mayores vemos la eficacia y convocatoria que ¨lo creativo¨ tiene. Veámoslo en su forma más general de expresión: la comunicación con el otro, ya que es en ella donde se da la posibilidad de lo creativo. Se da por nuestra insaciable, inconmensurable y desmesurada necesidad del otro que nos lleva a nuevos caminos de expresión para rehacernos cada día, que nos puede llevar a los logros más sublimes, como también a las expresiones más funestas. Según la calidad del narcisismo. Con un narcisismo patológico el sujeto se instalará en una situación inamovible " yo soy así y no pienso cambiar¨. Un narcisismo normal llevará al sujeto por caminos en los que lo siniestro puede también inquietar pero se verá impulsado a recrear, básicamente por dos motivos: el placer de representación en sí mismo y las pérdidas (LAMINA 5) Ello posibilita: tener un futuro que es proyecci ón, ejercitar su pulsión de transmisión, construir su legado y entregarlo. Esto dentro de la experiencia cultural y dentro de un espacio transicional y potencial que también veremos en relación a la experiencia estética .

Los trabajos preventivos y asistenciales en la Psicogerontología ponen el foco en la posibilidad del sujeto envejeciente de crear nuevas representaciones a lo largo del curso de vida. Dan evidencias de que tanto los individuos como los grupos de adultos mayores viven creando y recreando la vida y la cultura, de que las imágenes del pasado están activas, a la vez que son transformadas por los sujetos y transformadoras de su realidad. Esto dice de la capacidad humana para modificar sus representaciones y de los efectos que ello produce en los comportamientos. Hubo una publicidad que circul ó por todo el mundo occidental del libro autobiográfico de Gabriel García Márquez que decía: " La vida no es la que viviste sino como la recuerdas para contarla" Esta capacidad humana se potencia aún más ante la conciencia de finitud y de lo transitorio de la existencia. Lo esencial de la vida humana se despliega entonces en la búsqueda, a través de caminos de desplazamientos y sustituciones, que permiten ver una cosa en otra, tomar una cosa por otra, generar nuevas representaciones, tener o aceptar ideas nuevas: trabajo en el que en alguna medida aparece la amenaza y el temor de no poder seguir en el camino de reconstituirse, especialmente cuando los referentes identificatorios se pierden.

Como desarrolla G Zarebski: ¨El envejecer saludable tendrá que ver con la flexibilidad ante los cambios que permitirá no aferrarse a una personalidad unívoca, aceptar las transformaciones propias y ajenas, construir proyectos y recrearlos, romper con rutinas rígidas, probar, innovar, realizar actividades nunca exploradas…..¨. Proceso que supone atravesar duelos, el ¨¡no, no es como yo creia!¨, la evidencia de que en el mundo ya no está una persona necesaria, y que de todas formas hay que seguir adelante.

Winnicott reflexiona sobre el vivir creador y el vivir mismo. Vivir en forma creadora es un estado saludable¨ …….¨El tema principal es el del impulso creador mismo…hay un vínculo, directo entre el vivir creador y el vivir mismo. Al decir ¨vivir creador¨, Winnicott refiere al vivir del artista que crea su obra, pero también al hombre que vive el ¨placer de representación ¨Lo pensamos como vivencia de ser creadores y creativos en el sentido de que el impulso creador se halla presente, tanto en el vivir de momento en momento de un niño retardado que goza con su respiración, como en la inspiración de un arquitecto que de pronto sabe qué desea construir y que piensa en términos de los materiales que puede usar para que su impulso creador adquiera formas y el mundo pueda verlos¨

Los individuos vivimos en forma creadora y sentimos que la vida es digna de ser vivida o que no podemos hacerlo y dudamos del valor de vivir. En el adulto mayor se trata de su pulsión de transmisión que lo lleva a recrear al otro, al mundo y a si mismo para continuar en el ciclo de la vida que es transformación y cambio.

Eros, que sostiene la vida es ¨el tiempo del comienzo largamente escondido detrás de los finales¨, al decir de Juarroz. Ese círculo figural de intercambio que nos constituyó como sujetos, recreado a lo largo de todo el curso de vida, seguramente replanteado intensamente frente al trauma por la propia muerte futura y acentuado hacia el final de la vida en la pulsión de transmisión. Allí el otro sigue jugando un lugar necesario en la constitución hasta el punto que podemos decir que el destinatario de nuestro legado no es sólo alguien importante con quien nos relacionamos, sino que entra a formar parte de nuestra fisiología en forma tan honda y dramática que determina nuestra estructura psicológica, el destino de nuestra vida y nuestra forma de morir.

El juego de recrearse, recrear al otro y al mundo en el adulto mayor se expresa en la entrega del legado.

La Estética. ¿Qué ocurre frente a la obra en la experiencia estética?, sea ésta de la naturaleza que fuere, literaria, musical, pictórica, escultórica, cinematográ fica, etc

La subjetividad del espectador se activa en la experiencia estética, haciendo de la obra su objeto transicional. La obra de arte favorece la aparición de fenómenos transicionales en el sentido de que se dan en un ¨espacio potencial¨, en esa tercera zona de la experiencia humana que no está dentro del individuo: mundo interno, ni afuera: mundo externo, sino en el mundo de la realidad compartida. El mundo del observador y el mundo del artista, dos horizontes fusionados. Crea un ámbito de juego, ya que la obra está siempre abierta, necesita ser interpretada , completada por la mirada de otro, se da dentro de la experiencia cultural, es rica en contexto, nos invita a vincular el pasado, el presente y el futuro, ocupa tiempo y espacio , concentra nuestra atención pero sin esforzarla

La apreciación de la obra de arte es parte de la experiencia cultural y dentro de ella es parte de un mundo sensible, ilusorio y cambiante. Este carácter del mundo de la obra, nos mueve e invita a una permanente búsqueda de sentido.

Igualmente los desarrollos relativos a un envejecimiento saludable se centran en esta posibilidad humana de búsqueda del ser, en el sentido de construcción de alteridad, relación intergeneracional, transmisión del legado, sentido de la trascendencia que se corresponden con incorporar la finitud, aceptar los cambios.

Es en esta propuesta y posibilidad de búsqueda que se inserta la obra de arte brindando nuevas posibilidades de sentido. El fenómeno de su apreciación se da en un espacio potencial, transicional, a mitad de camino entre los mundos internos del artista y del espectador y el mundo externo, el de la obra en sus aspectos materiales. Esto es: el mundo interno del artista ¨que la obra conserva¨ y el mundo interno del espectador en búsqueda de complitud y sentido, ¨fusionados¨, por un lado, y el mundo externo: su materia, su condición de hecho: por ejemplo, si se trata de una pintura, su materia es una tela, se observan los trazos del pincel.. etc. Pero lo que hace a su eterna vigencia no es la materia, su condición de hecho. ¨Lo que se conserva es el percepto y el afecto. ¿Qué es exactamente el percepto? El arte, de acuerdo a Deleuze y Guattari tiene por finalidad ¨arrancar¨ el percepto de las percepciones del objeto, así como ¨arrancar¨ el afecto de las afecciones¨ Mientras la percepción es un mecanismo psicofísico, el resultado de la impresión de un estímulo sobre un órgano, el percepto es mucho más que eso, incluye también lo que está antes de la percepción actual, es ¨un vibrar la sensación ¨, es ante todo enigma. Gracias a ello una obra realizada hace siglos cobra actualidad, es reconocida, conocida de nuevo, inaugurada por un nuevo sujeto. El mundo interno del espectador y el mundo del autor se fusionan en ese tercer espacio potencial y transicional del que son co-autores. Es en este punto de reconocimiento que la persona mayor, se enriquece por el encuentro con el otro que la obra le propone (activación de su ¨red neuronal de reconocimiento¨ Se trata de ser co autor respecto de la obra.

¨El afecto no es sólo un estado vivido, no es sentir una emoción particular (de alegría, de pena, de miedo) Es más que eso. Es sentir que la obra nos apela profundamente. Es sentirnos afectados por ella. Nos detenemos, cortamos el ajetreo cotidiano para ver algo que hasta entonces no habíamos visto¨

La fusión de horizontes de artista y espectador también se dan en un círculo figural en el sentido de que la obra impacta al observador quien no la recibe en forma pasiva sino que desde su vivencia la actualiza transformándola. (LAMINA 6)

La experiencia estética toca las bases del adulto mayor en su constitución como sujeto, apunta a su ¨necesidad de juego, de símbolo y de fiesta, que es participación ¨ Estos conceptos, desarrollados por Gadamer en la Actualidad de lo Bello dicen de las ¨ bases antropológicas de la experiencia estética¨, son fundamento y explicación de por qué se producen cambios en las personas que concurren a lugares donde se trabaja con las distintas expresiones del arte, ya sea la poesía, la música, la pintura o escultura, la danza o el cine. En el encuentro con el otro que la obra estimula, el sujeto busca satisfacer estas necesidades que otrora, ante el desamparo inicial, fueran tan acuciantes y que se ven otra vez activadas en las situaciones de pérdida, de riesgo o límite que el mayor afronta. El adulto mayor, ante su finitud y su conciencia de lo transitorio de la vida, potencia o tiene la posibilidad de potenciar, el placer de representación que anida en los fundamentos de la existencia y que surgen de la necesidad de juego, de símbolo y de fiesta.

El caso de Andrés ilustra el sentido de recrear. Es un hombre de cincuenta y cinco años, a quien se le diagnostica un cáncer de páncreas, recibe quimioterapia en un centro médico, ingresa a un geriátrico y participa en los encuentros grupales que allí se realizan bajo mi coordinación. La descripción es sólo a los efectos de mostrar cómo la obra de arte es vivenciada por Andrés. Vemos entonces como lo que vive el personaje de la ficción se funde con lo que vive en la realidad Andrés

Es abogado, casado, con dos hijos y tres nietos, la más pequeña nació estando él ya internado en el geriátrico. Sabía de su dolencia, había hablado con su familia de la conveniencia de quedar internado ya que su esposa, también abogada debía seguir trabajando para afrontar los gastos de la enfermedad. Inteligente, culto, sensible, buscaba reunirse con el grupo. Era un maestro para seleccionar obras que pudieran interesar a todos y compartirlas

Una de esas obras elegidas por A fue La vida es Sueño de Calderón de la Barca. En ella Segismundo, el protagonista central se encuentra sólo, encerrado en una torre, aislado del mundo encadenado, vestido con pieles, ha sido apresado por sus progenitores al saber por el hado que haría cosas terribles

Segismundo dice entonces con la voz calma, fuerte y de emoción contenida de Andrés:

¨Ay mísero de mi ay infelice, apurar cielos pretendo ya que me tratais así que delitos cometí contra vosotros naciendo, aunque si nací ya entiendo que delito he cometido. Bastante causa ha tenido vuestra justicia y rigor pues el delito mayor del hombre es haber nacido

Sólo quisiera saber, que m ás os pude ofender para castigarme más No nacieron los demás y si los demás nacieron, ¿qué privilegios tuvieron que yo no goce jamás?

Andrés, como Segismundo, se sentía prisionero, encerrado su espíritu en un cuerpo que vivenciaba como una cárcel. El drama personal cobraba expresión poé tica: ¨quisiera arrancar del pecho pedazos del corazón.¨ Segismundo es un personaje arquetípico, ha sufrido una injusticia, busca su reivindicación, se siente asaltado por desgarradores sentimientos hostiles que lo enfrentan con su prójimo Peleará contra su padre, rey de Polonia por negarle el trono. Una ira intensa lo dominará. Andrés también tenía respecto de sus hijos y su mujer sentimientos ambivalentes intensos. Eran quienes lo ayudaban y contribuían a su asistencia. El recibía ésto con desesperación, estaba privado de su lugar, había dejado de producir, de tener ingresos, había perdido su inserción en el ámbito familiar, social y profesional, pensaba que su mujer le era infiel. Había dejado su casa, sus pertenencias, sus lugares conocidos y queridos para pasar sus días entre el geriátrico y el centro médico donde hacia su tratamiento

No obstante Andrés reconoce los sentimientos de hostilidad como propios y anteriores a la dolorosa situación actual. Recordaba un tiempo anterior conflictivo de frustrada búsqueda de afecto, de peleas conyugales, de celos y desacuerdos

El rey de Polonia le dice a su hijo que tal vez todo no sea más que un sueño. Segismundo responde reclamando lo que le pertenece: ¨¿Que quizá sonando estoy aunque despierto me veo? No sueño, pues toco y creo lo que he sido y lo que soy. Y aunque ahora te arrepientas poco remedio tendrás. Se quien soy y no podrás quitarme el haber nacido desta corona heredero y si me viste primero, a las prisiones rendido, fue porque ignoré quien era, pero ya informado estoy de quien soy, y se que soy un compuesto de hombre y fiera.¨ Andrés decía tener en el momento actual, una comprensión diferente y más amplia de su situación. A veces expresaba : "no tolero el odio que me domina" .

Hay mucha reflexión en la obra sobre qué hacer con esos sentimientos. ¨Es verdad, pues reprimamos esta fiera condición, esta furia, esta ambición¨ y sobre la situación humana de estar ante su finitud, de la vida como algo breve como un sueño y también como una construcción: ¨sueña el rico en su riqueza que más cuidados le ofrece, sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza, sueña el que a medrar empieza, sueña el que afana y pretende, todos sueñan lo que son aunque ninguno lo entiende.¨

¨La obra de Calderón de la Barca cobra actualidad en mi¨, escribe Andrés. ¨Como Segismundo yo me siento apartado y sólo. En seis meses mi vida ha cambiado totalmente ¿Quién soy?¿ Estaré soñando, estaré viviendo una pesadilla, volveré a mi estudio, a tomar un café con un amigo, a hacer el amor con mi mujer? Mi cuerpo estará y vivirá sólo para ser atendido por los médicos ¿Mi pasado era un escenario donde tod os actuábamos? ¿Nos hemos retirado de la escena para armar otra obra? ¿El amor, que con mi mujer nos llevó a tener y a criar a nuestros hijos, era algo montado que se derrumbó?

La otra tarde, reunidos todos en el patio me pareció que cada uno, como Segismundo, estaba encerrado en una torre. S in embargo, por un instante los miré y los vi a todos muy emocionados y juntos escuchándome.

Palabras clave: Envejecimiento. Estética. Recrear.

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