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Número 35 - Abril 2019

Calidad de vida, autocuidado y autonomía

Natalia Ciano

Resumen:

En el presente trabajo nos proponemos abordar losconceptos de salud y calidad de vida. Identificar la importancia de la educación para el envejecimiento. Acercar una definición de salud integral y establecer la relación con el concepto de calidad de vida. Así como también abordar la importancia del aprendizaje de estilos de vida saludables para promover el autocuidado y la preservación de la autonomía.

1. Introducción:

El Envejecimiento activo se construye en base a tres pilares: salud, participación y seguridad (OMS, 2002). En el presente trabajo, en una primera parte, se abordará el pilar salud planteando algunas definiciones de salud y analizando aspectos de éstas. Así como también, el concepto de calidad vida y su relación con la salud. En una segunda parte se considera la importancia de intervenciones educativas para promover un envejeciendo saludable, centrando el eje en el autocuidado y la preservación de la autonomía. Finalmente se plantean algunas discusiones en relación al tema.

2. El concepto de salud:

Desde el Modelo de envejecimiento activo se intenta ampliar la esperanza de vida saludable y la calidad de vida de las personas a medida que envejecen, mantener su autonomía e independencia. Lo cual lleva a revisar qué concepciones se sostienen salud, calidad de vida y autonomía.

Se pueden mencionar dos grandes modelos respecto del abordaje de la salud y enfermedad. Uno de ellos es el modelo médico hegemónico, que concibe a la salud como ausencia de enfermedad. Al respecto Saforcada y De Lellis (2006) plantean:
los más notables científicos se han afanado por delimitar y medir los estados de enfermedad mucho más que el inasible concepto de salud.  Acaso porque, remedando a la concepción popular que nos indica que percibimos la salud cuando nos falta, la enfermedad se impone con toda su evidencia objetiva…y porque la salud, tal como pensara Leriche, ha sido representada como la vida en el silencio de los órganos (2006, 101).
En cambio desde el modelo epidemiológico social se entiende a la salud en un sentido más amplio, no solo como ausencia de enfermedad sino como presencia de potencialidades y capacidades en los sujetos y comunidades que favorecen un mayor bienestar. En esta línea, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud en un sentido positivo como “el estado de completo bienestar físico, mental y social y no solo la ausencia de enfermedad” (1948). No obstante, si bien esta definición ha sido revolucionaria por no definir a la salud por la negativa ha sido objeto de críticas. En especial, se ha criticado la expresión estado de completo por considerarse utópicoel alcanzar un equilibrio permanente o un estado sin malestares o sufrimientos. Los autores mencionados proponen la sustitución de los términos en cuestión por situación de relativo, a su vez que amplían la definición:

Salud es la situación de relativo bienestar físico, psíquico, espiritual, social y ambiental (el máximo posible en cada momento histórico y circunstancia sociocultural determinada), debiéndose tener en cuenta que dicha situación es producto de la interacción permanente y recíprocamente transformadora entre las personas (entidad bio-psico-socio-cultural) y sus ambientes humanos (entidad psicosocciocultural, bio-físico-química y económico-política, comprendiendo que todos estos componentes integran a su vez el complejo sistema de la trama de la vida (Saforcada & De Lellis, 2006, 104).

De acuerdo con esta concepción de salud se propone superar el dualismo cartesiano mente-cuerpo adoptando una visión integral, ya que “…no hay ninguna manifestación del proceso de salud que pueda ser no-mental en su etiología, en su evolución y en su desenlace…” (Saforcada & De Lellis, 2006-108). Esta modificación de términos trae consigo la inclusión del dinamismo, de proceso y de relatividad en la definición de salud. En ella ell concepto de bienestar es entendido como la confluencia de:

Pensar la salud desde una perspectiva o de un enfoque integral implica concebirla además como:
- responsabilidad personal (lo cual lleva a hablar de autocuidado);
- derecho humano fundamental (enfoque ético);
- construcción social (contextuada);
- continuo proceso y
- fenómeno multidimensional.

Podría sintetizarse lo mencionado hasta aquí respecto a la salud integral a través del siguiente:


            Fuente: Gavilán (2015)

Este gráfico además permite señalar:

Por último, esta concepción la salud permite trabajar con las comunidades el ejercicio del pleno derecho a estar sano, a autogestionar sus procesos de salud, a ser protagonistas de ellos, devolviéndoles la palabra sobre el saber que poseen sobre sus procesos de salud-enfermedad. Adoptar este enfoque conlleva acciones de protección y promoción de la salud. En la Carta de Ottawa (1986) se establece que: 
la promoción de la salud consiste en “proporcionar a los pueblos los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma. Para alcanzar un estado adecuado de bienestar físico, mental y social un ¡individuo o grupo debe ser capaz de identificar y realizar sus aspiraciones, de satisfacer sus necesidades y de cambiar o adaptarse al medio ambiente. La salud se percibe pues, no como el objetivo, sino como la fuente de riqueza de la vida cotidiana. Se trata por tanto de un concepto positivo que acentúa los recursos sociales y personales así como las aptitudes físicas. Por consiguiente, dado que el concepto de salud como bienestar transciende la idea de formas de vida sanas, la promoción de la salud no concierne exclusivamente al sector sanitario (Carta de Otawa, 1986).

En La República Argentina desde el Ministerio de Salud de la Nación se elaboró el Plan Nacional de Envejecimiento Activo y Salud (2007). En su fundamentación considera los documentos y planes de acción anteriormente mencionados y la situación sociodemográfica actual de nuestro país a partir de datos censales así como las proyecciones en materia de crecimiento poblacional. Como finalidad del programa se establece:
- Favorecer el desarrollo de la promoción de la salud y la atención primaria de la salud para adultos mayores en el sistema de salud.
- Promover el pleno goce y ejercicio de los derechos reconocidos por la Constitución Argentina y por los tratados internacionales vigentes, respecto a la salud de las personas mayores, los ancianos y las personas mayores con discapacidad.
- Promover el desarrollo de los servicios integrados para la vejez frágil y dependiente.
- Influir en los prestadores de salud acerca de los programas y estrategias de promoción y prevención destinados a los adultos mayores.
- Incorporar en la formación de recursos humanos la perspectiva del envejecimiento activo y saludable y la atención de salud adaptada a las necesidades de los adultos mayores.
- Promover el concepto de envejecimiento activo y saludable en la sociedad en general.
- Favorecer el desarrollo de proyectos de investigaciones destinadas a incrementar el conocimiento en el campo gerontológico y a dar respuesta a las necesidades detectadas (Ministerio de Salud de la Nación).

3. Calidad de vida:

Por calidad de vida (CV) se entiende “la percepción individual de la propia posición en la vida dentro del contexto del sistema cultural y de valores en que se vive y en relación con sus objetivos, esperanzas, normas y preocupaciones. Es un concepto de amplio espectro que incluye deforma compleja la salud física de la persona, su estado psicológico, su nivel de independencia, sus relaciones sociales, sus creencias personales y su relación con las características destacadas de su entorno” (Orley,1994, 15 citado por OMS 2002).
No existen criterios únicos para definir el concepto en cuestión. No obstante, realizando una revisión por varias definiciones puede observarse que términos como bienestar, satisfacción, subjetivo/objetivo, multidimensional son el denominador común (Fernández Mayorales & Rojo Pérez; Ramos Campos). A continuación ejemplificamos lo anteriormente planteado algunas definiciones obtenidas en una revisión teórica de dicho concepto por Urzúa & Caqueo-Urízar ( 2012):
 

  • Calidad de vida general definida como el bienestar personal derivado de la satisfacción o insatisfacción con áreas que son importantes para él o ella (Ferrans 1990).
  • Satisfacción de necesidades en las esferas física, psicológica, social, de actividades, material y estructural (Hornsquist, 1982).
  • Define la calidad de vida de manera objetiva y cuantitativa, diseñando una ecuación que determina la calidad de vida individual: QL=NE x (H+S), en donde NE representa la dotación natural del paciente, H la contribución hecha por su hogar y su familia a la persona y S la contribución hecha por la sociedad. Críticas: la persona no evalúa por sí misma, segundo, no puede haber cero calidad de vida (Shaw, 1977).
  • Evaluación multidimensional, de acuerdo a criterios intrapersonales y socio-normativos, del sistema personal y ambiental de un individuo (Lawton, 2001).
  • Evaluación multidimensional de circunstancias individuales de vida en el contexto cultural y valórico al que se pertenece (Haas, 1999).
  • Ecuación en donde se balancean la satisfacción de necesidades y la evaluación subjetiva de bienestar (Bigelow et. al., 1991).
  • Satisfacción, alegría, realización y la habilidad de afrontar... medición de la diferencia, en un tiempo, entre la esperanza y expectativas de una persona con su experiencia individual presente (Calman, 1987).
  • Tamaño de la brecha entre las expectativas individuales y la realidad a menor intervalo, mejor calidad de vida (Martin & Stockler, 1998).
  • Condiciones de vida o experiencia de vida (Opong et. al., 1987).

                                                                  

Si bien se acuerda en definir a la calidad de vida como multidimensional no existen acuerdos absolutos respecto de las dimensiones incluidas para su evaluación, aunque la salud parece ser la excepción. Fernández-Mayoralas y Rojo (2005) mencionan varios componentes referidos a la multidimensionalidad de la CV: calidad del medio ambiente, entorno residencial, valores, relaciones y apoyo social, relaciones familiares, situación laboral, situación económica, salud, estado emocional, religión, espiritualidad, ocio, cultura.

Como constructo multidemensional se han elaborado números instrumentos para medirlo, un ejemplo de estos y diseñado para evaluar la CV en adultos mayores es el Cuestionario breve de Calidad de Vida (CUBRECAVI) de Fernández Ballesteros y Zamarrón (2007). Este cuestionario está compuesto por veintiún
subescalas agrupadas en las nueve dimensiones:
Salud (subjetiva, objetiva y psíquica).
Integración social.
Habilidades funcionales.
Actividad y ocio.
Calidad ambiental.
Satisfacción con la vida.
Educación.
Ingresos.
Servicios sociales y sanitarios.

4. Intervenciones educativas: educación para el envejecimiento:

Resulta interesante relacionar lo planteado anteriormente con el envejecimiento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dedicó el Día Mundial de la Salud 2012, al tema Envejecimiento Saludable. Con el lema “Salud añade vida a los años”, se propone instalar como uno de los desafíos a uno de los mayores logros de la humanidad el acompañar al envejecimiento con salud a través de la generación de políticas públicas que promuevan prácticas y estilos de vida saludables y apunten a prevenir discapacidades; fomentar la autonomía y el autocuidado a través del empoderamiento de las comunidades. Esto es posible si dichas políticas y programas son diseñados teniendo en consideración un enfoque que reconoce los derechos de las personas mayores a la igualdad de oportunidades y de trato en todos los aspectos de la vida a medida que envejecen.
El empoderamiento de las comunidades se alcanza, entre otras acciones, a través de intervenciones educativas para la promoción de la salud. La educación para el envejecimiento es una de ellas. Dos de los principios básicos de ésta son el autocuidado y la preservación de la autonomía.

4.1. Autocuidado:

El autocuidado es definido como:
una práctica que las personas realizamos con nosotros mismos y por voluntad propia. Implica una responsabilidad individual en las decisiones que tomamos y acciones que emprendemos. Nos permite identificar comportamientos que nos preparen mejor para el día a día y nos ayuden a mantener y /o mejorar la salud. Está relacionado con el estilo de vida (Manual de autocuidado del Ministerio de Salud de la Nación).

Dentro de la educación para el autocuidado se incluyen: salud visual, salud auditiva, salud bucal, vacunación, control del peso, entre otros.
Al referirse a la promoción de prácticas de autocuidado surge como hecho fundamental el desaprender prejuicios que se asocian envejecimiento a enfermedad, para lograr comprender que muchas de las enfermedades que se presentan no son producto de la edad sino que se relacionan con otras cuestiones, entre ellas, con los estilos de vida asumidos de modo que son prevenibles modificando aquellos pocos saludables.
Los estilos de vida se relacionan con las decisiones que toman los sujetos y sobre las cuales tienen cierto grado de control (Lalonde, 1983). Dentro de los estilos de vida saludable se incluyen: alimentación saludable; actividad físico, movimiento corporal; se contempla también buenos hábitos en relación al sueño y la sexualidad y la buena utilización del tiempo libre. Así como también la estimulación de las funciones cognitivas.
Las actividades de autocuidado apuntan a la conservación del nivel máximo de autonomía.

4.2. Preservación de la autonomía:

Puede definirse la autonomía como la capacidad de las personas de gobernarse a sí mismos, de tomar sus propias decisiones. Cabe mencionar una diferenciación con respecto al término independencia el cual refiere más bien a la capacidad de las personas de desempeñarse por sus propios medios en las actividades de la vida diaria (AVD). Vale aclarar que una persona dependiente en mayor o menor medida puede continuar ejerciendo plenamente su autonomía, por ello se plantea esta diferencia. Otra definición posible de autonomía es la elaborada por la Dra. Viguera quien la define como “facultad de poder convivir con uno mismo y adquirir la capacidad de elección: esto es, autonomía como proyecto de vida” (2009, 1).

Uno de los fantasmas que acechan a la vejez es el surgimiento de demencias ya que las personas reconocen que este tipo de enfermedad coarta la autonomía. Tal como se mencionó anteriormente el asociar envejecimiento con enfermedad es un prejuicio que conlleva una interpretación errónea de algunas enfermedades que se presentan en el envejecimiento y a una distorsión del proceso de envejecer.  Lo cual señala la necesidad de modificar aquellas representaciones negativas y hacer visible el hecho de que ellas se construyen sobre la base de prejuicios sostenidos en el imaginario social a fin de promover un envejecimiento saludable y activo. Por ello es de suma importancia que los envejescentes conozcan y reflexionen sobre lo que implica el proceso de envejecimiento, puedan visibilizar prejuicios incorporados, miedos y la representación general que tienen sobre el mismo, así como también las pérdidas y ganancias obtenidas a lo largo de dicho proceso.

Con tal fin pueden generarse espacios de reflexión con una intencionalidad educativa para abordar estos temas. Un ejemplo de ellos es la educación para el envejecimiento (Viguera, 2009) donde se proponen como contenidos:

Estos espacios que apuntan a promover salud, calidad de vida y un buen envejecer se plantean como intervenciones educativas dada su finalidad y su encuadre. Al respecto Yuni y Urbano (2005) afirman:

trabajar sobre y por la calidad de vida en la vejez a partir de la intervención psico-educativa representa una de las alternativas tendientes a la optimización del desarrollo personal y, por ende, de la calidad de vida de la población envejeciente. La educación se constituye en una de las herramientas alternativas para mejorar las capacidades individuales e incrementar la calidad de vida de los adultos mayores, contribuyendo a la promoción de su “saludabilidad” y a la mejora de su sentido de bien-estar (Yuni y Urbano, 2005 - 223).

5. Conclusiones:

En el desarrollo de este trabajo se ha abordado el concepto de salud, proponiendo como superador el concepto de salud integral y un abordaje multidimensional de los procesos de salud-enfermedad, relacionados con las condiciones de vida de los sujetos y comunidades.  En nuestra sociedad existen muchos estereotipos negativos sobre las personas mayores, no solo de parte de los propios adultos mayores sino también en muchos profesionales. Esto y el predominio del Modelo Médico Hegemónico durante años ha generado iatrogenia, ha otorgado un gran poder a la industria farmacológica y en consecuencia una biomedicalización del envejecimiento sobredimensionando la enfermedad, en lugar de centrarse en las potencialidades de los sujetos envejescentes. Adoptar una gestión de salud positiva permite considerar los aspectos sanos de las personas y maximizarlos. Este enfoque resulta de utilidad para abordar los procesos de envejecimiento ya que permite ver algo más allá de lo deteriorado, de lo que ya no funciona como antes. La educación es una herramienta fundamental para generar este cambio en la sociedad en general.

Bibliografía:

 

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