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Número 7 - Abril 2001

Historia del discurso psicoanalítico sobre la vejez: la regresión

Ricardo Iacub
riacub@ciudad.com.ar

Para analizar esta particular intersección, rastrearemos los estudios más importantes que posibilitaron o no, un acceso psicoanalítico de la vejez.

Desde el psicoanálisis, interpretar el envejecer humano pareció una práctica imposible. Las consideraciones acerca de lo psíquico, en esta etapa de la vida, parecieron más una justificación a los prejuicios de la época, que una elaboración científica. Lo cual nos permite dar cuenta del modo en que actúan ciertos principios teóricos, a los cuales los podríamos denominar como pre-científicos, dentro de un saber que se pretende científico.

Resultan necesarios cambios culturales, políticos y económicos en la sociedad para que ciertos conceptos puedan ser relativizados. Uno de los datos que más claramente da cuenta de este proceso es que los denominados "viejos" eran personas de 48 o 50 años. Dato, que deberíamos tener presente, ya que es un elemento relativizador de lo que aparece como un criterio psicobiológico de corte "naturalista".

En este momento podemos pensarlo como una construcción, históricamente determinada, de un rol a asumir. Teniendo en cuenta que el viejo, en tanto producto de significaciones sociohistóricas, ha variado, así como también el marco desde el cual fue analizado.

La subjetividad en la vejez según Freud

Para abordar esta enorme temática, su organización histórica nos proveerá de ciertos datos útiles para la comprensión de nuestro principal objeto de estudio: lo subjetivo en la vejez.

Dentro del marco de este trabajo describiremos los postulados sobre lo atingente a la vejez desde Freud, aunque en los restantes desarrollos psicoanalíticos nos centraremos en el concepto de regresión.

Los aportes freudianos son pobres y negativos, indicándonos por dos razones diversas su imposibilidad al acceso analítico.

En el texto "Sobre psicoterapia" enuncia dos motivos para subrayar la imposibilidad de la práctica analítica. En primer lugar aparece un motivo que es la falta de tiempo para rellenar las lagunas mnémicas, motivo impreciso de por sí, ya que no existe una definición en Freud de un tiempo cronológico en un análisis, ni tampoco es precisable cuanto tiempo vivirá un viejo.

La segunda es más compleja ya que alude a un factor no demasiado especificado en la obra freudiana como es la plasticidad mental. Es difícil encontrar en su obra demasiadas menciones al respecto y más pareciera ser una referencia a las funciones cognitivas, como la posibilidad de llevar el discurso consciente a lo inconsciente.

Considero que, este elemento, no es fácilmente remisible al plano cognitivo por una cuestión básicamente epistemológica, pero si podríamos pensarlo como la capacidad metafórica esencial para la comprensión de cierto discurso analítico.

Como respuesta a esta afirmación es necesario plantear dos cosas, esta dificultad es hallable en ciertos pacientes, entre los que aparecen aquellos con demencias como la de Alzheimer y entre los ancianos asilados y, en este caso cabe rescatar, que este fenómeno no es exclusivo de los ancianos sino de otros grupos que viven en instituciones totales, como cárceles, monasterios, etc.

También resulta necesario considerar como los pacientes viejos con una excesiva concentración en su cuerpo, el cual es pensado como enfermo, sus asociaciones mentales difícilmente den cuenta de ellos como sujetos, sino que se apoyan permanentemente en interpretaciones biológicas para explicar su padecer. Interpretación que remite a una serie de valores propios del siglo XIX, que llevaron a la asociación de vejez con enfermedad.

La idea, con la que Freud argumenta metapsicológicamente este proceso aparece en "Análisis terminable e interminable" cuando dice:

"...el Yo cesa de apoyar nuestros esfuerzos para descubrir al Ello, se opone a estos, desobedece la regla fundamental del análisis y no permite que emerja nada derivado de lo reprimido..."

Pensemos nuevamente en el dato anteriormente aportado acerca de la edad de muchos de estos pacientes considerados viejos con lo cual nos permite volver a señalar en principio la importancia de la determinación de la noción de edad y de los efectos estigmatizadores que esta produce.

Si pensamos que, en la época de Freud, esta edad era un índice de haber entrado e la vejez, podemos suponer como los significados asociados a la misma podrían haber determinado ciertos posicionamientos efectivos de muchas personas que, por creerse viejas, actuaban de ciertas maneras. Pero así también, como la mirada científica califica prejuiciosamente las subjetividades en juego y en donde las alusiones a cuestiones aparentemente psicobiológicas tendrían otro tipo de determinaciones.

Por último, para trabajar sobre la temática de la regresión en la vejez tomaré un artículo de Freud del año 1913 "La Disposición a la Neurosis Obsesiva" en el cual señala que después de cierta edad se observa en las mujeres una regresión a formas pregenitales de erotismo. La cita es la siguiente:

"... Es sabido, y ha dado mucho que lamentar a los hombres, que el carácter de las mujeres suele cambiar singularmente al sobrevenir la menopausia y poner término a su función genital. Se hacen regañonas, impertinentes y obstinadas, mezquinas y avaras, mostrando por tanto, típicos rasgos sádicos y erótico- anales, ajenos antes a su carácter. Los comediógrafos y los autores satíricos de todas las épocas han hecho blanco de sus invectivas a estas "viejas gruñonas", último avatar de la muchacha adorable, la mujer amante y la madre llena de ternura. Por nuestra parte comprendemos que esta transformación corresponde a la regresión de la vida sexual a la fase pregenital sádico-anal, en la cual hemos hallado la disposición a la neurosis obsesiva. Esta fase sería, pues, no solo precursora de los genital, sino también, en muchos casos, sucesora y sustitución suya, una vez que los genitales han cumplido su función" 1.

Resulta llamativo como Freud no pudo ver en esto una determinación cultural. La cual se produjo de maneras cambiantes a lo largo de la historia. Incluso siendo, él mismo, parte de un grupo discriminado, por ser judío, que llevo epítetos denigratorios y ofensivos, tan basados en el prejuicio, como los anteriormente mencionados.

Para continuar con la historia del psicoanálisis, analizando los avatares del concepto de envejecimiento, tomaremos como eje la noción de regresión. Pero para ello haremos un breve repaso acerca de su significado en el psicoanálisis.

La Regresión

Dentro de un proceso psíquico que comporta una trayectoria o un desarrollo, se designa por regresión un retorno o sentido inverso, a partir de algún punto situado anteriormente.

Este término, de mucho peso en el psicoanálisis, se lo utiliza para designar un retorno a formas anteriores del desarrollo del pensamiento, de las relaciones de objeto y de la desestructuración del pensamiento.

Este concepto es introducido en "La Interpretación de los sueños" para explicar el carácter esencial del mismo, ya que las imágenes que se imponen al sujeto al modo de una alucinación, parecieran suponer un retorno a un tipo de pensamiento más primitivo.

La explicación de esta característica exige una concepción del aparato psíquico formado por una sucesión orientada de sistemas. En estado de vigilia estas son recorridas desde la percepción a la motilidad, como en el sueño los pensamientos ven negado su acceso a la motilidad regresan a la percepción, introduciendo de esta manera la regresión en el sentido tópico.

Su significación temporal se halla implícita desde un principio con las aportaciones freudianas al desarrollo psicosexual del individuo. Esta regresión podrá efectuarse conduciendo la libido regresivamente hacía objetos o vías laterales de satisfacción. Una vez que se descubre las fases del desarrollo psicosexual que se suceden según determinado orden, podrá establecer una regresión temporal.

Dentro de la regresión temporal Freud distingue según las diferentes líneas genéticas, una regresión en cuanto al objeto, una regresión en cuanto a la fase libidinal, y una regresión en cuanto al yo.

El concepto de regresión formal ha sido menos utilizado por Freud, aun cuando en numerosos procesos existe un retorno del proceso secundario al proceso primario, es decir un pasaje del funcionamiento, según la identidad de pensamiento a la identidad de percepción. Lo que podría denominarse una desestructuración de la conciencia, según la Psicología de la Forma. Uno de los ejemplos que da Freud es el deseo de comer llevado al punto de la alucinación. La no concreción del hecho y la persistencia biológica del hambre supondrían la insatisfacción.

De esta manera se conforman tres modos de regresión:

Tópica: en el sentido del esquema del aparato psíquico.

Temporal: en el que se reactivan formaciones psíquicas más antiguas.

Formal: cuando se reemplazan los modos de expresión y de representación habituales por otros más primitivos.

Estas tres formas de regresión son, en su fundamento una sola y en la mayoría de los casos, se unen ya que, lo más antiguo en el tiempo es también más primitivo en su forma y, en la forma psíquica, se sitúa más cerca de la extremidad percepción.

Freud insistió a menudo que el pasado infantil persiste siempre en nosotros "Los estados primitivos pueden siempre volver a instaurarse. El psiquismo primitivo es, en sentido pleno, imperecedero".

La regresión podría considerarse como volver a poner de nuevo en funcionamiento lo que ya fue inscrito. Cuando se dice que hubo una regresión oral, Freud dice que el sujeto volvió a encontrar, en lo que dice y en sus actitudes el lenguaje de la pulsión oral.

La regresión en la vejez

Existe una referencia de 1921- 2 citada por Ferenczi acerca de criterios compartidos con Freud que dice lo siguiente:

"Con la edad las emanaciones de la libido tienden a ser retiradas de los objetos de amor del individuo y sus intereses libidinales, indudablemente disminuidos desde él punto de vista cuantitativo, tienden a dedicarse a su propio yo. Los ancianos se hacen nuevamente narcisistas, como los niños; gran parte de su interés por la familia y por las cosas de orden social se desvanece y pierden en gran medida su anterior capacidad de sublimación, especialmente en lo atingente a la vergüenza y el asco. Se tornan cínicos, maliciosos y mezquinos; es decir, su libido regresa a las etapas pregenitales del desarrollo expresándose, a veces de una manera desembozada, en forma de erotismo anal, voyeurismo, exhibicionismo y tendencia a la masturbación" 2.

Esta frase, sin duda fuerte, es el resultado lógico de cierto modo de pensar el psicoanálisis, en donde lo que prima es la libido como motor real físico, asimilable a la energía corporal.

De esta manera Ferenczi lo relaciona a la Parafrenia, ya que existe abandono de objeto e igual regresión al narcisismo. Aunque señala su diferencia, en tanto que en la Parafrenia no hay una alteración cuantitativa como en la vejez, pero en ambas la libido vuelve al yo, dejando las catexias libidinales débiles.

Sin embargo, este autor, aclara que no es frecuente tal manifestación de síntomas en la vejez, evidenciándose más en las neurosis, y que por lo contrario lo que se muestra es un exagerado desvalimiento familiar y social, falta de egoísmo, modestia y se encuentran generalmente predispuestos a las depresiones. Se hallan plagados de ideas de culpa y remordimiento que los inclinan a la melancolía arrojándose en los brazos de la religión.

Un dato curioso surge en el párrafo que lo lleva a los extremos de esos textos que marcan una época, no por su importancia, sino por la evidencia de un discurso social sobre sí, en el que dice que estos estados de melancolía desaparecen, en algunos casos rápidamente, por un enamoramiento. El individuo trata en vano de luchar con la incompatibilidad de tal sentimiento por el decoro exigido a la edad, diciendo, sin embargo, que de este tipo de envejecimiento proviene el nombre de "edad peligrosa".

La justificación que él encuentra es aun peor ¿porqué? Ya que dice que este amor es como el redoblido de un tambor que se usa en las ejecuciones para ahogar los aullidos de la víctima, que en este caso es la libido objetal.

La libido de la paciente ha sido retirada de su objeto y se trata solamente del yo, de retomar los ideales del amor y ocultar, tras la vibrante proclamación de un amor, la regresión que de hecho se ha producido. De esta manera, el desastroso fracaso del yo y el desarrollo de la libido, en tanto marchan de la mano, lleva a que la humanidad fuerce a reprimir, en la vejez, aquello que es contrario a sus capacidades.

De esta manera considera que el desesperado despliegue de intereses sexuales que caracteriza a muchas mujeres en el climaterio es entendible como un intento de sobrecompensación. De esta manera aparecerán ideas depresivas que tendrán que ver con la expresión del displacer, del retorno de goces regresivos y narcisistas que se contraponen con un sujeto civilizado.

Por lo tanto ¿qué tipo de sujeto va pensando Ferenczi en la vejez? Alguien, sin duda, no demasiado preciso ya que la teoría lo lleva más allá de lo que él debería ver en sus pacientes, alguien agotado libidinalmente y poco propenso a salir de sí mismo con lo que ello conlleva. Alguien que debe luchar con sus impulsos trastocados. O alguien que ostenta lo que ya no tiene, yendo claramente a la vía depresiva

La idea básica de la disminución libidinal, la cual él asocia a la parafrenia y a la neurastenia, darán lugar a un sujeto triste para lo cual cita la frase latina "omne animal post coitum triste est ", narcisista, regresivo, depresivo, incluso pudiendo llegar a inteligir, por esta vía, la demencia senil. Dando una explicación sobre la pérdida de memoria, por una distribución libidinal inadecuada, cercana a la de cualquier melancolía.

Por último, cita a Swift en los viajes de Gulliver, quien observó entre los Struldbrugs (personajes de su ficción) que no podían morir y eran condenados a la vida eterna., describiéndolos de esta forma:

"Cada vez se van poniendo más melancólicos y abatidos, sin detenerse este proceso hasta que llegan a los 80". Alcanzada esta edad, desaparece su depresión, pero en lugar de eso "no solo se vuelven afectos a opinar en todo, malhumorados, codiciosos sórdidos, vanidosos y habladores, sino también incapaces de toda amistad y estériles para todo afecto natural... la envidia y los impotentes deseos son sus pasiones predominantes... no tiene memoria para nada de lo que no sea lo que aprendieron y observaron en su juventud y en su edad madura. Los menos desdichados entre ellos parecen ser los que se vuelven enteramente chochos y pierden el recuerdo de todo; en estos... faltan muchas de las malas cualidades que abundan en los demás" 3.

Ferenczi considera a esta una admirable descripción de los efectos del conflicto psíquico en las personas de edad avanzada, así como las consecuencias últimas de los mismos.

Resulta importante tener en cuenta cuál es el modelo de subjetividad que lo lleva a Ferenczi a tales conclusiones. El hacer coincidir lo biológico con lo psíquico, ya sea como libido, sin tener en cuenta que esta es otra cosa que una energía física. Hizo que no pudiera hallar más que el redoblido de sus propios prejuicios.

Otras perspectivas:

Los siguientes psicoanalistas aquí citados corresponden al grupo psicoanalítico de Boston, los cuales escribieron un libro, que fue base de la literatura sobre el envejecimiento, denominado "Psicología Normal del Envejecimiento".

Según Berezín, la regresión es el fenómeno clínico que con más frecuencia se observa en el envejecimiento. Su importancia intrapsíquica en el proceso del envejecimiento es tan evidente que llega a ser axiomática. La regresión es pues condición sine qua non o sea sin ella no hay envejecimiento.

La regresión en el anciano no es la misma que en la persona joven por que las condiciones que la causan pueden variar. Es por ello que también sería más normal en la vejez que en la juventud.

Para demostrar tal aseveración cita el poema "Las edades del hombre" de Shakespeare, creyendo encontrar en la opinión popular a los fenómenos regresivos.

... "La sexta edad lo transforma en un polichinela

enjuto y en chancletas,

de espejuelos en la nariz montados y zurrón al flanco,

sus calzas de las mocedades, bien guardadas,

demasiado grandes

para sus desmirriadas piernas.

Y su varonil vozarrón

Otra vez tornase atiplado, como en la infancia

Y suena a pífanos y pitos. La última escena

De todas la que concluye esta historia

peregrina plena de sucesos,

en la segunda infancia y en el total olvido,

sin dientes, sin gusto, sin nada." 4

Berezin define la regresión de este modo: "es una operación defensiva del yo, que en condiciones de estrés y conflicto, la persona puede renunciar parcial o totalmente a sus deseos y, para evitar la ansiedad, retornar a sus objetivos y apetencias" 5.

Así una persona que siente un deseo genital por otra y que por algún motivo lo sienta limitado, imposible, riesgoso o indecente, puede regresar a los objetivos y anhelos orales y/o anales.

El propósito es alcanzar, de ese modo cierto grado de satisfacción, de gratificación, de placer o de equilibrio dentro de la estructura psíquica. Kris considera que no sería patológica si se encuentra al servicio del yo. Sin embargo toda defensa utilizada excesivamente se vuelve de riesgo para el equilibrio del yo.

La diferencia que puede observarse entre la regresión al servicio del yo o en la forma patológica estriba en lo que la regresión origina.

¿Cuáles son las diferencias entre una y otra?

En su forma patológica, la regresión puede estar causada por un trauma, mientras que en la "no tan patológica" puede estar originada por razones de creatividad. Zinberg considera que la patológica afecta a la totalidad del yo y la que se realiza al servicio del yo es intrasistémica y transitoria, aclarando que la segunda puede convertirse en la primera.

En su forma patológica el yo se encuentra agobiado. Las fronteras psíquicas entre las abstracciones ello, yo y súper yo están debilitadas y, con frecuencia, parecen haber desaparecido. El súper yo y el ello pueden de esta forma irrumpir en el yo, razón por la cual este se retrae a posiciones anteriores. De esta manera se producirá una serie de consecuencias ligadas a esto:

apartamiento del pensamiento abstracto y de la verbalización para dirigirse hacia el pensamiento concreto y la acción.

impulsiones salvajes de autodestrucción y de instintos sin refrenar.

En la regresión al servicio del yo, en cambio, lo que se procura es sintetizar. El yo se presta a una actividad mental primitiva de regresión y la utiliza para sus propios fines. Esto es lo que debe considerarse un proceso intrasistémico en el cual parte del yo ha admitido un modo de funcionar, por lo común inconsciente e inaceptable, a fin de resultar sintónico. Tales cambios son específicos y transitorios por definición. Las fronteras intra psíquicas se mantienen, no obstante el súper yo, que parece requerir siempre la presencia del mundo exterior, se resentiría si esta no fuese transitoria.

"En el anciano la necesidad de regresión proviene del hecho inexorable de que el predominio genital –que es el objetivo que se ha llegado con la madurez- experimenta, en ese momento, una disminución de diversos grados y, a veces, desaparece por completo. Es decir que a la persona de edad no le queda otra posibilidad que retirarse a otras posiciones de la libido. Así pues, la regresión se manifiesta por la "crisis normal" del envejecimiento" 6.

La regresión puede llevarse a cabo a paso lento o sea en una "marche a petits pas". Lo que puede observarse es una recapitulación en sentido inverso a la anterior ontogenia de la madurez.

Las diferencias en cuanto al grado de regresión pueden estar determinadas por los niveles de madurez anteriormente alcanzados o por los conseguidos en el equilibrio narcisista con los objetos.

Los estados clínicamente observables que denominamos regresivos son aquellos en los que se manifiestan los impulsos anales y orales. Llegando a alterar de tal manera la supremacía genital que los llevarán a evidenciar una mayor inclinación por defecar que por tener relaciones sexuales.

Zinberg lo define de esta manera: "El debilitamiento de la función de síntesis del yo y el restablecimiento en parte, del proceso primario y de la acción del principio de placer, tiene su mejor paradigma en las preocupaciones por las necesidades corporales" 7.

Otra resultante de los fenómenos regresivos es la modificación del carácter según los diversos niveles de organización de la libido. Recordemos la cita de Freud acerca de la modificación del carácter femenino después de la menopausia y su incidencia sobre la sintomatología.

Berezin opina que: "La existencia de cambios de carácter regresivos en el anciano es harto conocida: lo que llama Shakespeare la segunda infancia involucra el campo total del carácter y de la formación de síntomas" 8

De esta manera este autor articula desde la noción de carácter la formación de síntomas.

 

Regresión y recesión en las psicosis del envejecimiento

Linden plantea la cuestión por la vía de la amenaza a la adaptación.

Piensa que el individuo en desarrollo mantiene sus propósitos de adaptación sólo si hay recompensas, como son la incorporación al grupo o el reconocimiento. Es a través del grupo donde se conceden al individuo una gran diversidad de refuerzos psicológicos como amor, satisfacción material, participación, elogios que contribuyen a la autoestima y valor personal. Por ello considera que con la edad se experimentan diversas sensaciones:

"1) Reaparición de elementos neuróticos de toda la vida.

2) Actitudes sociales en contra del proceso de envejecimiento.

3) La involución y la recesión psicológicas.

4) El progresivo estrechamiento de las relaciones psicológicas, que es dable esperar como protección psicológica." 9

Sin embargo, él considera que el factor de mayor importancia en el proceso de envejecimiento, son las actitudes culturales de rechazo hacia la vejez y la alteración del funcionamiento biológico.

La integridad del aparato mental del anciano no puede soportar tal pauperización con la consecuente carencia de gratificaciones emocionales.

A medida que el exterior se va apartando cada vez más del yo que envejece, el aspecto racional, consciente de la personalidad halla paulatinamente menos cosas con las que relacionarse en el mundo externo. La consecuencia es un incremento del dominio de las zonas más profundas de la mente, a causa de que el equilibrio se inclina a favor de ellas. En este sentido, el yo siente la amenaza de verse arrasado por las mismas fuerzas contra las cuales durante toda su vida había levantado barricadas.

La elección del rumbo que la persona ha de seguir depende en gran medida de las fuerzas de compulsión inconscientes y de las barreras defensivas que supo erigir. Agregada a la ansiedad que ocasionan las tendencias contrarias a los diques levantados frente a la pulsión. Por ello Linden conjetura el retorno del resurgimiento de la neurosis.

Por lo tanto, podemos notar que, se fue describiendo una regresión de tipo temporal, con relación al criterio adoptado por el autor. Así la regresión en la vejez la describirá de este modo:

"En las personas de edad cuya principal corriente psicológica ha estado dominada por serios problemas, parcialmente resueltos, originados en la niñez, la perdida de eficacia del yo lleva a una suma de fuerzas inconscientes tan grande, que tales fuerzas tienden a vencer la barrera defensiva, irrumpir en él yo y neutralizar sus actividades" 10.

Esta irrupción de los impulsos inconscientes es un retorno a la conciencia de contenidos reprimidos.

La regresión tiene algo de lo imprevisto y se manifiesta al principio por una retracción del interés en cuanto se refiere a los otros objetos humanos. Esto va acompañado de una gradual retrogradación del comportamiento psicológico hasta puntos de antigua fijación en los estratos profundos de la psique. Por lo común se lo considera una enfermedad, aunque en realidad es un intento de curación. La enfermedad que amenaza consiste en las extraordinarias sensaciones de terror, pánico, y espanto que podría experimentar el anciano a medida que disminuye la eficacia de sus defensas. En las personas de edad la regresión a niveles anteriores del desarrollo es un proceso de restitución que le permite al yo orientarse de manera más acorde con las demandas familiares.

La psicosis es, para este autor, un retorno a lo consciente del pensamiento mágico y de los deseos que alguna vez estuvieron en la conciencia del niño. Tales fantasías sirven de sostén a la autoestima. Es decir que para Linden incluso la psicosis es una posibilidad frente a la angustia que ocasionaría la sensación de rechazo social.

Este autor presenta un primer esquema acerca de las vicisitudes de la regresión:

Rechazo social de la persona de edad.

Este rechazo se incorpora a la idea de sí mismo y unido a su neurosis se transforma en autorechazo.

Pérdida de la autoestima, reduce la eficacia de las defensas.

Aparición de la ansiedad consciente y de estados de pánico terror.

Los esfuerzos desenfrenados por restablecer las defensas se desmoronan y conducen a un debilitamiento y agotamiento psicofisiológico.

La mayor corriente inconsciente supera al yo y se produce la regresión psicológica.

La conciencia del yo es dominada por los hechos intrapsíquicos y su interés se aparta de la realidad exterior y de las personas que la integran. Podemos decir que es la retracción del interés por el objeto.

Los esfuerzos por dominar la ansiedad y el temor suponen el empleo de mecanismos de defensa primitivos e infantiles que desde el punto de vista clínicos son patológicos, interviniendo mecanismos de restitución.

Los sistemas de fantasía que predominan en la conciencia se interpretan como reales. Si esta situación continua sin tratamiento llevará al deterioro o más apropiadamente recesión.

La configuración de la psicosis que se observa en la persona que envejece ya sea por razones psíquicas u orgánicas (arteriosclerosis) está muy modelada según los hechos de la primera infancia. Ante lo cual se propone que se lo enfoque terapéuticamente de este modo siempre que se respeten los vestigios de la organización psicológica del adulto.

Recesión

La recesión es un proceso retrógrado bastante sistemático que corre parejo con la marcha degenerativa hacia la madurez última. Considerado como una des- educación. El sujeto parece recorrer, pasando nivel tras nivel, todas las etapas del desarrollo infantil, todo el camino hacia la infancia psicológica, la última etapa de la misma sería la demencia psicológica previa a la muerte y corresponde al recién nacido o al feto.

Pérdida de apoyos psicológicos y de los sostenes del yo que dan lugar al desencanto.

Se pierden o se debilitan ciertas defensas, produciéndose un abandono neurótico parcial.

Esto conduce a que aumente la plenitud de las defensas, si la restauración no es adecuada, el abandono neurótico amenaza seriamente la autoestima y lleva a la etapa siguiente.

Melancolía senil: en esta etapa se observa una depresión de diversa intensidad.

El yo relativamente seguro realiza esfuerzos en este estadio para lograr su reorganización interna, buscando cierto bienestar. Mejorando generalmente su estado clínico.

Abandono neurótico secundario.

Declinación senil, en esta etapa se observa una recesión fisiológica que se continuará en la siguiente.

Recesión emocional sistemática.

Comentario

Frente a las diversas posiciones acerca de la regresión en la vejez, deberíamos tener en cuenta lo que cada autor piensa como determinante de una regresión.

Dentro de la propia teoría freudiana podemos inferir diversos cursos que llevaron a profundas diferencias entre sus continuadores, ya sea por interpretaciones diversas de su obra o por retomar ciertas líneas u otras.

Una de ellas es sobre el curso evolutivo de la sexualidad, a través del cual se alcanza consecutivamente con la supremacía genital la madurez del individuo. Una vez que esta posición se vea imposibilitada o dificultada, también se encontrarían amenazados los logros genitales, pudiendo con ello el sujeto volver a una fase pre- genital, es decir con características de inmadurez afectiva.

Ferenczi aunque juega con varias hipótesis a la vez, insiste especialmente con la idea de una menor cuantía libidinal, lo cual determinaría un retorno de las posiciones libidinales al yo y con ello a fases pregenitales de la libido.

La otra teoría al respecto es la que pudimos ver en Linden, la cual se desprende más claramente de la teoría de la psicología social en la cual la adaptación a diversos ámbitos sociales juegan un rol mucho más preponderante.

Es curioso notar como este grupo pudo entender la normalidad de la vejez de este modo. De manera que podemos notar dos formas del prejuicio, una que es la de pensar que todo viejo es enfermo y la confirmación de esto se produce cuando esta visión patológica es considerada como la normalidad.

Y la otra, podemos notar como el psicoanálisis terminó reafirmando los prejuicios más antiguos de occidente como el del viejo verde o el viejo como un niño o como alguien amarrete desde una supuesta ordenación científica del tema.

Notas

1 Freud, S.: "La disposición a la Neurosis Obsesiva","Obras Completas". Ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1981.

2 Ferenczi, Sandor: " Problemas y Métodos del Psicoanálisis". Ed. Paidos. Buenos Aires 1966

3 Ferenczi, Sandor: "Problemas y Métodos del Psicoanálisis". Ed. Paidos, Buenos Aires 1966.

4 Shakespeare, W.: "Como gustéis", citado en el capítulo III del libro "Psicología Normal de la Vejez. Ed. Paidos, Bs. As. 1987.

5 Zinberg y Kaufman: "Psicología Normal de la Vejez". Ed. Paidos, Bs. As. 1987

6 Berezin, M.: "Factores Intrapsíquicos del Envejecimiento", capítulo III del libro "Psicología Normal de la Vejez" de Zinberg N. y Kaufman I. Ed. Paidos Buenos Aires 1987.

7 Zinberg, N.: "Fenómenos regresivos y proceso del envejecimiento", cap.VI del libro "Psicología Normal de la Vejez" de Zinberg N. y Kaufman I. Ed. Paidos Buenos Aires 1987.

8 Berezin, M.: "Factores Intrapsíquicos del Envejecimiento", capítulo III del libro "Psicología Normal de la Vejez" de Zinberg N. y Kaufman I. Ed. Paidos Buenos Aires 1987.

9 Zinberg y Kaufman: "Psicología normal de la vejez". Ed. Paidos. Buenos Aires 1987.

10 Linden, M.: "Regresión y recesión en las psicosis del envejecimiento" Cap.V del libro "Psicología Normal de la Vejez" de Zinberg N. y Kaufman I. Ed. Paidos Buenos Aires 1987.

 

*Lic. Ricardo Iacub.

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