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XVIII Congreso Argentino de Psiquiatría
III Congreso Internacional de Salud Mental

"Psiquiatría Ecología y Calidad de Vida"
18 al 22 de Abril 2002 Mar del Plata

"Qué está circulando?"

Nota de Opinión

por Lic. María Laura Maldonado
(corresponsal en el Congreso).

Si pensamos que el tema que ha congregado a los trabajadores de la Salud es "Psiquiatría, Ecología y Calidad de Vida", y si con ello consideramos los trabajos presentados que giran en torno de estos ejes principales, no podemos dejar de decir que no es casual la temática elegida en este Congreso.

La vinculación entre la Psiquiatría y otras especialidades de la Salud Mental como la Psicología y el Psicoanálisis, y los especialistas de la Salud (Médicos, Enfermeros, Trabajadores Sociales, Terapistas Ocupacionales, etc.) nos remite a la declaración realizada por APSA en febrero de este año que está circulando entre los asistentes y expositores del Congreso y que se ha transformado en una referencia común en los debates continuos y en los intercambios de ideas que, propiciados por este encuentro, se multiplican por los pasillos del Sheraton.

Y vaya paradoja que se ha fundado ante "este espacio físico" de concurrencia y la temática recurrente.

Nadie está ajeno a la sitiuación del país, nadie puede distraerse ante este suceso concatenado de hechos críticos que nos han sumergido como ciudadanos casi en lo inefable. Pero también es cierto que en el encontrarse y en el vincularse se estrecha la fuerza y la esperanza de muchos que están dispuestos a remontar la crisis y a enfrentar esta desprotección sin precedentes.

Por ello, me pareció vital citar en forma íntegra y textual, la declaración de APSA. En ella leeremos el sentir de prácticamente todos los profesionales de la Salud Mental, quienes estamos dispuestos y ocupados en intentar revertir las difícil situación que está atravesando la Salud de nuestros ciudadanos.

 

DECLARACION DE APSA 
( EN CIRCULACION EN EL CONGRESO)

"ARGENTINA 2002: APSA DECLARA"

A nadie escapa que la Argentina está viviendo una crisis sin precedentes, uno de los momentos más difíciles en la historia de nuestro país, crisis que ha colocado en una situación limite la resolución de los problemas de nuestro pueblo, y en particular, los de la Salud.

Visualizamos la situación actual, como el estadio final de un largo proceso de deterioro de valores, condiciones de vida, pérdida de sentido de nacionalidad, individualismo exaltado en detrimento del compromiso comunitario, corrupción a impunidad como moneda corriente de circulación cotidiana, entre otros múltiples factores negativos de retroceso social y desintegración progresiva.

Aunque es imposible pronosticar la duración, modalidad evolutiva y posible resolución de la crisis, sabemos que no podemos permanecer indiferentes a un proceso que ha empeorado hasta lo indecible todos los parámetros que miden la ocupación, la salud, la educación, el bienestar personal, familiar y social del pueblo argentino.

Somos conscientes de que, a partir de ahora, el país deberá remontar la caída, desde muchísimos escalones más abajo, pero con el agravante de que se han perdido sentimientos y valores imprescindibles para la recuperación, tales como la esperanza, la credibilidad, el compromiso grupal y social, la cultura del trabajo (además del trabajo mismo!), entre otros tantos.

La duración histórica de un país, excede la de sus habitantes individuales; para más de una generación, la marcha recuperatoria será demasiado lenta y larga, y muy duro de aceptar la pérdida de condiciones dignas de vida, además de los modelos idealizados y aspiraciones legítimas de bienestar y progreso social. Para millones de argentinos, la cuestión implica nada más y nada menos que el poder asegurarse niveles mínimos de subsistencia básica.

En este marco, el deterioro de la salud, la perdida de seguridad social en todas sus formas, que a la desprotección progresiva, (no ya de la prevención y rehabilitación, sino de la asistencia en caso de enfermedad) suma la angustia por la percepción de tal desvalimiento, nos convoca a estrechar filas con otros trabajadores de la Salud en general, para ser más eficaces en la defensa de las reivindicaciones de toda la población.

En el área más restringida de la Salud Mental, y de la Psiquiatría en particular, APSA denuncia enfáticamente el deterioro de la salud psíquica de todos los argentinos, que incluye nuestra propia afectación como operadores en ese campo, pues no permanecemos fuera del deterioro general (en lo específico, el cierre de instituciones privadas, la pérdida de puestos de trabajo, los honoraríos devaluados y cobrados con ostensible retraso, si es que se cobran; la degradación asistencial en las instituciones públicas y privadas, imposibilidad de mantener niveles óptimos de capacitación, etc., etc.).

Estamos convencidos que sólo el agrupamiento solidario, como personas, como profesionales y como Institución, puede llevarnos a formas eficaces de resistencia y de recuperación paulatina, reflotando aquellos ideales y utopías que nunca deberíamos haber perdido como sociedad.

Convocamos a todos nuestros asociados, y a otros trabajadores de la Salud Mental, del campo social en general, y a la comunidad toda, a participar activamente en los cambios imprescindibles que requiere el país, solidaridad y participación que deben darse simultáneamente en varios niveles: coma ciudadanos, como trabajadores de la Salud, como Psiquiatras, y como Institución, aportando cada uno lo mejor de sí mismo, privilegiando el encuentro y las coincidencias por sobre el desencuentro y las disidencias. Si podemos hacerlo, estaremos impulsando un modelo salutogénico, para nosotros mismos, y pare el resto de nuestra comunidad.

COMISION DIRECTIVA - ASOCIACION DE PSIQUIATRAS ARGENTINOS (APSA).

Buenos Aires, 8 de febrero de 2002.

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