Investigación à Psicoanálisis

Trabajos de Investigación Clínica y de Inserción del Psicoanálisis en diversas Áreas Temáticas
Problemas contemporáneos en la clínica de las neurosis

El analista defensor del derecho
Holocausto, ciencia y política

Bejla R. de Goldman

1.- La rata humana

Edwin Black, escribe en su libro IBM y el Holocausto que "la humanidad apenas notó el nacimiento silencioso del concepto información organizada masivamente, que se convirtió en un medio de control social, un arma de guerra y un camino para la destrucción de la gente" . Esta nueva empresa de tarjetas perforadas en el invento de un tal Hollerith es usado en la Alemania nazi con la asunción, el 30 de enero de 1933, de Adolf Hitler como el nuevo canciller de un país ávido en creer en un Líder totalitario. Estas tarjetas permitieron censar en tan sólo 4 meses a una población de 60.000.000 de habitantes, con una minuciosidad admirable, única en la historia hasta ese momento, dejando así un precedente que daría origen a un nuevo concepto de política, ciencia, medicina y guerra.

Se instaura de esta manera una ciencia racial que registra fielmente y sin errores, las características más íntimas de los ciudadanos alemanes.

La excusa de un censo en 1933 fue en verdad para localizar rápidamente a la población judía, sus direcciones, oficios, antepasados, lazos conyugales y sanguíneos y darle a dicha información un destino para nada ingenuo.

El nazi y médico Dr. Karl Keller escribe "el médico debe recibir un entrenamiento antropológico especial". El exigía la oficialización de formularios genético-biográficos personales obligatorios. "Nada debería impedir que usemos estos formularios para asentar toda información importante que pueda ser usada por los científicos raciales ". Comienza así un programa de eugenesia que discriminaba no sólo a los no arios sino aquellos alemanes con defectos y enfermedades hereditarias y terminales como la parálisis general progresiva. A estos defectuosos y marginales como ser pordioseros, prostitutas, homosexuales, débiles mentales y otros, se los exterminó en granjas especiales y el método usado fue el gas. Este experimento duró 15 meses y daría origen a lo que luego habría de ser die Endlosung, la "solución final".

El campo de concentración inaugura un espacio político jurídico que es el de la excepción y que habrá de ser el paradigma del recurso biopolítico de la modernidad. Es la franja – como tierra de nadie- donde todo es posible. No hay jurisprudencia válida de ser aplicada pues los internados en los Lager viven una pura vida, una nuda vida, donde no hay ley humana que los proteja, no hay Otro como garante. Dice Giorgio Agamben al respecto " el campo es el espacio que se abre cuando el estado de excepción empieza a convertirse en regla". Con el campo de concentración se inaugura la desnacionalización de las personas, surgen los apátridas, se borran las fronteras y se realiza un plan biopolítico de eugenesia no sólo para los judíos sino aplicado inclusive a los alemanes arios como un permiso que los nazis quisieron implantar en toda Europa occidental, o sea, la supremacía de una raza de hombres puros. Hoy diríamos, de una raza de inmortales clonados.

Con el Lager se imprime la matriz de un nuevo nudo, un cuarto elemento anudando a otros tres ya existentes : estado, nación y territorio. Con este cuarto surge la segregación, los refugiados yugoslavos, bosnios, albaneses y los desaparecidos argentinos entre otros.

Siguiendo con la tabulación de las tarjetas fabricadas por la IBM y usadas para esta información científico-racial ella nos orienta a repensar el destino de una ciencia moderna, sin sujeto, donde la tabulación "objetiva" del DSM lV hoy no incluye el diagnóstico de histeria, esa posición discursiva que reconoce al sujeto barrado efecto de estar habitado por lo que no sabe, o sea, un inconsciente. Entonces, nos recuerda o nos hace pensar si su origen no lo podríamos ubicar en esta manera de censar a la población alemana en 1933 siendo que sus efectos fueran que los judíos, gitanos, homosexuales y negros serían localizados rápidamente , expulsados de sus cargos académicos, eximidos de seguir siendo jueces , saqueados sus comercios y viviendas para finalmente ser llevados a los campos de exterminio. Desde esta perspectiva el DSM lV sería otra manera de censar a la población desde un nuevo concepto político-asistencial llamado: Orden Público y Salud Mental.

Eric Laurent plantea que las clínicas siquiátricas dan un vuelco a partir de la posguerra. No sólo es la era de los neurolépticos sino que "las categorías clínicas también cambian con un pensamiento siempre más rápido de lo que se ve, por ejemplo, en el DSM lV. Ya se está discutiendo la próxima edición y la inclusión de nuevas entidades ...." (Psicoanálisis y Salud Mental, pag. 23).

2.- El analista un deshecho útil

Se piensa al Holocausto como una nueva categoría de trauma que merece ser estudiada para entender las nuevas modalidades de una clínica cambiante y poder ubicar la función del Otro para aprehender sus efectos en la constitución del sujeto, efectos de discurso y así poder pensar desde dónde debe operar el analista como desecho real de ese nuevo discurso. Dice Laurent " tenemos que estar atentos a los efectos contradictorios de la tensión nominalismo/realismo en una cultura dada y a los efectos que la ciencia produce sobre estas clasificaciones (...) para no tener nosotros una práctica ingenua (...).¿ Cómo orientarnos hacia lo real en una civilización donde los artefactos, el artefacto de las clasificaciones, está cada día más presente como evidencia?."

El nos recuerda ,al igual que Lacan, que el real que orienta al analista no es el de los artefactos sino que lo orienta el real del síntoma, ese sufrimiento hecho de goce entonces, condición de lo humano, que ni siquiera una nueva modalidad de la ciencia puede desoír.

El analista como deshecho del discurso forma parte del inconsciente de su analizante amen de que ha hecho un trabajo sobre el suyo propio. Es entonces, un nuevo producto de esa operación analítica. Desde ese resto hará de síntoma, lugar del Otro sexo, como esa Eva bíblica que le fue dado a Adan como un "ezer quenegdó " (una ayuda en su contra), piedra que interfiere en el camino fantasmático, para evitar que éste siga acomodado a los discursos amos acorde a la subjetividad de cada época.

La formación del analista es para molestar la defensa del sujeto cuando el propio analista está advertido de su inconsciente, soportó atravesar todas las torsiones que el nudo borromeico le ofreció y no se resista él mismo en habitar su propio síntoma, caída de las máscara ilusorias que velaban la castración.

El sujeto neurótico es el que confiesa su relación al goce, o sea, de qué manera goza de un cuerpo y es el analista el que autoriza el derecho al goce para que pase al significante, da valor a la "ficción de dar un cuerpo" o sea, designa la relación del sujeto al goce en su particularidad, no universalizado rescatándolo de una moral colectiva. Cuando "se desgarra el imperio de las ficciones surge el hecho de que se maltratan los cuerpos y se los ve aparecer en su materialidad más patética", esto en las palabras de Miller. Con el Holocausto se inaugura ese permiso, atravesar la ficción de los cuerpos en su goce íntimo para que el cuerpo devenga carne de experimentación sin ninguna ley que atempere esa ferocidad. No estamos tan sólo hablando de privilegio sino de "un poder neutro y un estado de excepción" y con este poder supremo se violenta al cuerpo en su derecho íntimo al goce sadiano, se lo dispone al maltrato público de una moral cretinizante.

Entonces, volviendo a la utilización de la tecnología de las tarjetas perforadas de la empresa IBM, lo que aquí nos interesa es interrogarnos si con ellas no asistimos al nacimiento de una nueva clasificación de los humanos en categorías raciales/realistas que derivaron de la marcación en la carne de los individuos perdiendo así su reconocimiento como entes sociales con nombre y apellido. El número, la sigla y la cifra pasaron a ser el nuevo código para reconocer y nombrar al encarcelado, clasificándolo en categorías de raza para una futura discriminación , utilizando sus potencias y habilidades para un trabajo esclavo totalmente deshumanizado.

Ese hecho histórico ha dejado un saldo cínico a la humanidad. Se descree en el Otro, la biopolítica orienta a una nueva ciencia, el estado se apodera de los órganos humanos y autoriza los trasplantes y la vida del sufriente queda a disposición del estudio y la investigación en aras de una nueva ciencia indiferente al uno por uno.

3-. El niño gozado

Eric Laurent también plantea que lo que marcará al siglo XXl es la biología donde la naturaleza quedará desplazada. Esto orienta a una clínica de sujetos narcisistas abandonados a su propio goce hecho que los vemos confirmar en las patologías del objeto, como lo son la bulimia y la anorexia, el alcoholismo y toda una suerte de adicciones. Se promueve a la "felicidad" sin la creencia en el Otro que marcaría un tope a ese goce totalizante. Se ve una nueva modalidad de goce a través del comercio sexual y el maltrato de los niños. Goce brutal y desmedido por la no creencia en el Otro y el niño es gozado por un Otro que ya no lo protege ni orienta sino que lo devora. El niño pasa a ser así un nuevo objeto del consumo pulsional dado por un narcisismo desmedido. Niño que entra en un circuito mortífero y este circuito intenta burlar la castración y hace consistir ilusoriamente el vacío de una falta de inscripción o sea, el goce del Otro y la no relación sexual.

Ahora bien, el psicoanálisis opera con el niño que habita al sujeto, esa sustitución metafórica que deviene discurso en el síntoma, demanda dirigida a un Otro supuesto para que con el amor jugado en la transferencia, un niño no sea devorado sino todo lo contrario, para que el sujeto se alíe con él como ganancia de objeto. Entonces, la ferocidad del narcisismo es como una ofrenda a redimir el altar del dios canaanita Moloch que en ese altar de fuego insaciable consume a todos sus hijos, siendo de esta manera peor aún que el dios Cronos. Es el consumo consumido sin resto entonces, no hay plus valía como ganancia de goce y un saber hacer con el deseo para el sujeto, se rompe así con el lazo que hace discurso vía la política del síntoma.

Hoy asistimos a una nueva modalidad de devastación , de Shoah, en un mundo que devora a sus hijos y saquea la naturaleza.

El cuerpo es segregado cuando no hay plus que le retorne del goce quedando atrapado en las demandas mortíferas del Otro y no le vuelve como ganancia al sujeto, ese plus devenido discurso ya que este cuerpo está hecho de los recortes significantes entonces, es por los dichos donde lo segregado se reintroduce nuevamente en la cadena asociativa, pero hasta lograr esa ganancia, este cuerpo es un reflejo ausente frente a una audiencia expectante que exige colmar con apremio la demanda de un mercado consumista que lo consume.

4.- El cuerpo, asiento del goce

Este cuerpo falla en el punto de la mirada donde al no localizar ,en el espejo, las flores en un florero invertido –en el invento de Lacan-, o sea, falla en reconocer su deseo debido a que está sujeto a la ubicación del Otro mediático en el plano del espejo que le hace así de reflejo vacío entonces, este cuerpo se constituye desde ese Otro como mirada vacía, quedando de esta manera apresado en los caprichos de éste que lo empuja a realizar, vía el super yo, un trabajo imposible y desmedido como es el de colmar su falta. Esta será la apuesta de una nueva ciencia al servicio del fantasma. Quiere suprimir la barra que marca al sujeto cuando la condición de hablante lo confronta con su falta, esa pequeña a perdida que lo pone al decir. De esta manera, un cuerpo deviene asiento del goce que equivoca por el síntoma, que va trenzando en su literalidad las torsiones borromeicas y así se resiste a ser tratado, ese cuerpo sufriente, como un mero organismo de esta nueva ciencia. Podemos ubicar el nacimiento de ésta en los experimentos atroces que se han cometido con humanos en los campos de concentración, donde por primera vez en la historia el hombre se atrevió a usar al semejante como cobayo de laboratorio. Entonces, franqueado ese límite, de ahí en más se contabilizará una serie donde todo será posible.

De esta manera, lo segregado del cuerpo, lo vívido de la pulsión deberá reubicarse en el cuerpo como reflejo y ésta será la responsabilidad de la orientación de un análisis, donde el analista se ofrece a encarnar un objeto vivo a ser usado para que lo mortífero del goce equivoque la repetición y así el sujeto habite y realice la pulsión en un cuerpo recuperado para la vida, distinto al entregado otrora como pacto neurótico a colmar la falta en el Otro, ese todo mortífero e incansable que en el recorrido de la repetición hace de la vida del hombre un animal sacrificado en aras a satisfacer al super yo, que cuanto más se le da, más quiere.

Lo segregado del cuerpo se reintroduce no por la mirada deseante del Otro sino por la recuperación de goce vía el discurso, ganancia en el plus del objeto perdido. De allí que sea necesaria la operación "deseo del analista" ese semblante vacío que cause desde un cuerpo vivo para que el sujeto recupere su voz, se autorice a decir sostenido de la identificación al síntoma y deponga la identificación engañosa al Otro.

La nueva ciencia orienta a colmar la falta estructural con un todo de sentido. El mercantilismo de la razón y el sentido sexual son hoy una posición política que brega por la felicidad masificada. El psicoanálisis es el que debe dar una respuesta en defensa del invento freudiano ya que instaura al inconsciente como un estatuto ético y no como resultado de la razón conciente. La operación analítica actúa desde el lugar del Otro vía la interpretación para poder así coadyudar a despertar al sujeto de los argumentos de la razón, salir de una lógica del dos e introducir el nudo de tres ya que junto al sentido también hay el cuerpo y lo real. El analista no debe quedar aislado de esta nueva modalidad discursiva en un mundo mecanizado sino que ha de propender al entrecruzamiento discursivo entre la psiquiatría, el derecho, las matemáticas y la filosofía, amén de autorizarse a decir no cuando hay un mundo que se adapta y vuelve conformista a los excesos del Otro sometido al servilismo de la razón. Este no es en la orientación a mantener la máxima diferencia entre Imaginario y Real para que el fantasma de la ciencia no haga consistir lo imposible de decir intentando escribir la no relación sexual.

Laurent platea así una nueva disyunción: o se piensa a partir del cuerpo y su adaptación a los gadget de la ciencia o se piensa a partir de la no-adaptación del cuerpo al sexo, dado que no hay inscripción que de cuenta de la relación sexual, hay los goces y el nominalismo del caso por caso. El órgano con el que el humano goza "no tiene representación corporal" y esta afirmación es del psicoanálisis y no de la medicina .

5.- Una nueva orientación

Ninguna ciencia por más avanzada que esté cura el agujero real de la angustia, pulsación irreversible del tiempo en la vida de cada sujeto, que como tal es mortal entonces, la castración lo habita aunque no la quiera reconocer. Es precisamente en este intersticio mudo donde el analista puede operar aún y combatir a contracorriente a una ciencia totalizante pero que todavía no ha inventado un antídoto para el sujeto, que mientras hable será mortal. Entonces, en ese " que se diga" hay la posibilidad de dirigir su demanda al Otro, ese supuesto, que soportará lo real del síntoma para poder orientarlo, al síntoma, en una vida viva, la del propio ser, para que éste sepa hacer con él y deje así de vivir una vida fantasiosa al servicio de la ciencia, la tecnología y sus embrutecidas consecuencias.

Con Lacan llegamos a la conclusión de que el sujeto es un exiliado de sí mismo dado que allí donde piensa no es. Pero el Holocausto, potenciado con el nombre de Auschwitz, arroja y catapulta al hombre y lo confronta a una nueva definición de humanidad; y este hecho histórico no compete únicamente a los judíos. Ya no hay "casa del hombre" que en los versos de Rilke decimos "el que no tiene una casa, ya no se construye más una" (Wer jetzt kein Haus hat, baut sich keines mehr). La humanidad se enfrenta a un acontecimiento traumático marcado por una nueva era, se rompe con el humanismo de los siglos XVlll y XlX y se entra de lleno en un nuevo concepto de hombre: el homeless, el futuro clonado, el segregado de sí y el apátrida.

Si nos atrevemos a mirar este horror de frente, es posible que tengamos los analista Aún algo que decir , algo por hacer y algo a recuperar .

 

BIBLIOGRAFÍA

Agamben G.: Medios sin fin. Notas sobre la política, Pre-Textos, Valencia 2001

Laurent E.: Psicoanálisis y salud mental, Tres Haches, Buenos Aires 2000.

Black E.. IBM y el Holocausto, Atlántida, Buenos Aires 2001.

Goldman B.: Holocausto, ciencia y psicoanálisis. Un nuevo nudo, LecTour, Buenos Aires 2001.

Miller J. A.: Un divertimento sobre el privilegio, Clase del 7 de abril de 1999, Seminario Política lacaniana.

Lacan J.: "...Ou Pire", clase de 15 de septiembre de 1971, seminario inédito.

Kertész I.: Un instante de silencio en el paredón. El Holocausto como cultura, Herder, Barcelona 1999.


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