Investigación à Psicoanálisis

Trabajos de Investigación Clínica y de Inserción del Psicoanálisis en diversas Áreas Temáticas
La investigación psicoanalítica en la Clínica de la Discapacidad

Autismo y Conversación

Diego Yaiche

El título de la ponencia, título paradojal, me surgió luego de asistir al Espacio Cultural Nuestros Hijos, de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, en el que dos colegas amigas habían sido invitadas para conversar respecto al autismo. Dicha conversación derivó del autismo como tema, hacia poder conversar de cosas de la infancia, privilegio del hombre, como se dijo en esa ocasión. Creo que ese viraje fue posible al descentrar la interrogación de la cuestión del diagnóstico; objeto de reclamos cruzados en la práctica cotidiana. Así se llegó a cuestiones muy interesantes como la de pensar si la apuesta por la infancia, en tanto interpeladora de la clase, podría situarse como condición para el armado de comunidad, en un sentido muy distinto, disculpen si despierto alguna susceptibilidad, al de comunidad organizada y los privilegios que deberían tener en ella los niños.

Desde hace años mi interés por los niños así llamados autistas no sólo concierne a la manera de abordarlos sino que encubre un cuestionamiento más profundo respecto a las condiciones de posibilidad de la clínica en este momento, momento en que nos encontramos ante un cambio de paradigma después de la caída de los postulados de la psiquiatría dinámica. El autismo infantil interpela clínicamente al psicoanálisis y se encuentra en el centro del debate actual que enfrenta a neurólogos, neuropediatras, neuropsicólogos y psicoanalistas. Este debate no puede desconocerse si pretendemos poder aportar al mismo un poco de claridad que permita que esos niños vuelvan a poder ser alojados en el campo del psicoanálisis 1.

Creo que no sería excesivo de mi parte afirmar que el autismo se encuentra en los límites de la experiencia psicoanalítica. Al menos esto justificaría mi presencia en esta Mesa. ¿Pero qué hay de los medios de comunicación? Escasos quince minutos, y ya me quedan menos, no bastarían para desplegar las cuestiones básicas que a Lacan le llevó un semestre desarrollar hace 40 años (¡y era Lacan!) que hacen a los efectos de la unificación del mercado del saber, bajo el modo de producción capitalista, y como el discurso de la ciencia se pliega cómodamente a ella, dejando atrás una época de imperios y emporios donde todavía se podía sostener que saber y poder eran equivalentes. A la vista de Lacan bajo la mirada de Louis Malle estaba Calcuta, a la nuestra en la voz de Caetano Veloso está Haití. No sería nada cómodo para un analista, por otra parte, en un momento en que el debate por la ley de Medios en la Argentina aún no se ha enfriado, sostener afirmaciones como la de que no hay libertad de pensamiento o que el pensamiento es censura2, sin adentrarnos en esa pieza de vodevil entre Wedekind y su actor que narra Freud en su Psicopatología de la Vida Cotidiana 3 de la que quizás me ocupe un momento antes de ceder el micrófono.

Pero para no hacer de esto un tema de discusión, y a eso lleva convertir las cosas en temas, a reclamos y discusiones, pondré mi ficha en aquello que sostiene Paul-Laurent Assoun: el ejemplo es la cosa 4. Voy a contarles una cosa entonces.

Cuando la disyunción entre saber y poder ya se ha convertido en un hecho innegable, se produce un desplazamiento hacia "saber cómo se sabe". Al menos a esos límites arriba la experiencia cognitiva de Uta Frith5. Experiencia no desdeñable, por otra parte, en cuanto pocos analistas podrían brindar un testimonio como el que ella recibió de Milton, así lo llama, un niño autista inteligente, así lo llama también, de doce años.

Milton, a secas, así lo llamaré, participó en experimentos de lectura donde fue puesta a prueba su capacidad de comprensión y sus conocimientos generales. Uta Frith cuenta que después de una respuesta especialmente buena le preguntaron al niño, por casualidad, con sorpresa fingida diría yo, "¡Oh!, ¿cómo lo has sabido?". No perdamos tiempo en querer determinar si realmente fue "por casualidad" y seamos incautos respecto al "especialmente buena". La respuesta no tardó en llegar: "Por telepatía". ¿Está es la mejor respuesta qué se te ocurre?, inquirió Uta hacia sus adentros, repitiendo una y otra vez la misma pregunta y siempre recibiendo la misma respuesta. Aunque las respuestas esperadas nunca llegaron (como "acabo de leerlo", "me lo ha dicho mi profesor", " está claro", etc., etc.), no por eso Uta se amilanó. Una mente como la de ella no se dejaría sorprender: sólo era una respuesta estereotipada y errónea de la misma índole de causalidad que el magnetismo por ejemplo. ¿Mesmer, quien en su tesis de medicina "Disertación médico-filosófica sobre la influencia de los planetas" quería probar que los astros actúan sobre nosotros, era un autista también? Sólo una mente incauta como la de Freud hubiera podido interrogar allí en el mesmerismo una forma de teorización de la hipnosis 6.

Uta Frith a pesar de calificar este descubrimiento de sorprendente no parece sorprenderse en lo más mínimo. Confiesa su presupuesto, el de que "ver es saber". Por tanto no puede resultar un enigma el saber o no de dónde viene el conocimiento y si su índole es local o global. De todas maneras, se ve llevada a postular que la mente humana funciona como si estuviera propulsada por una fuerza central de cohesión que procesa información compleja de alto nivel con un propósito dominante: dar sentido. Este impulso de dar coherencia a la interpretación de los datos de del medio, no estaría a la mano de Milton y de los demás niños de los que nos habla Uta. ¿Está muy alejado el mundo de Uta, con sus fluidos de información, de la economía global de fluidos magnéticos de Mesmer? En ambos casos la terapéutica es la misma: la manipulación, a nivel local, de esos fluidos.

Volvamos otra vez a la telepatía, a los medios de comunicación, a los mediums y a los límites de la experiencia. A aquello que el discurso científico del ver es saber, no puede aguantar: lo oculto. Y que está a un paso o dos de los límites de la interpretabilidad 7. Al querer alcanzar sexual, no otra cosa es la libido, responde el lenguaje en lugar del sentido, indicará incautamente Lacan en 1973 y nos dejará con las historias de Freud y su oculto 8. Oculto que es ausencia de relación para Lacan. ¿Y la telepatía? Algo del orden de la comunicación. De las maquinaciones podríamos decir, acechanzas artificiosas y ocultas, dirigidas regularmente a mal fin. Al menos eso es lo que se nos dice de los medios de comunicación. Pero si hay telepatía puede admitirse, el mismo Freud estaba dispuesto a aceptarlo, que ha habido mensaje, anuncio por hilo especial, advertencia, denkzettel. Pero cual es el médium, si se me permite esta expresión, cuando el pensamiento no es censura, no viene cifrado. Cuando hay comunicación de los datos del medio y no localización del deseo del Otro. El mundo según Uta o los Reyes de la Colina de la Fox.

Helo aquí al pequeño Milton frente a la mentalista Uta Frith, que manipula todos esos objetos míticos en su laboratorio, asistentes, libros de lectura, cajas repletas de cosas, baratijas, tazas donde se ocultarán objetos. Seguramente después de horas y horas de experimentos el ni ño le ha tomado aprecio. El cansancio y las manipulaciones a su alrededor han hecho que su atención esté un poco en otra parte. En esas condiciones recibe la pregunta oracular, ¿cómo lo has sabido? Y Uta Frith, en el mejor de los casos recibirá su mensaje, cifrado, en forma invertida. Este parece no ser el caso, lo que dice el niño no cuenta. Permanecerá siendo un doble, sólo un médium, la telepatía no será saber oracular sino comunicación, medio de comunicación. El Umwelt, esa especie de doble del organismo, ese halo que lo rodea, y que ha hecho de ellos los niños índigo como también se los llama, los que viven por la ley del Uno 9, no sufrirá los efectos de lo contado en el orden de la imagen. Permanecerán encerrados en la lengua, lengua bien hecha que pretende ser el lenguaje de la ciencia, lenguaje que no se distingue de la cognición, según el ideal del médico-filósofo Condillac10. Accederán eso sí al conocimiento, al de la imago, siempre con su lastre pasional y su tinte paranoico. Incluso si las meditaciones 11 de aquel Barón Von Uexküll que gustaba de enviar cartas biológicas a su dama12 ya daban cuenta de que el mundo circundante de todos los animales, su panorama, su contorno, siempre queda separado por un abismo del nuestro, pues los animales no poseen un lenguaje 13. Tendrán acceso a eso que se llama lo imaginario y permite el despliegue de todas las funciones que se inscriben en la rúbrica del orden, la jerarquía, el reparto, el intercambio, el transitivismo y la identificación imaginaria. Orden que, forzando un poco las cosas, podría describirse en términos de adecuación. Reino de la decadencia y la reducción del organismo que arrastrando su Umwelt desaparece pero que estrictamente hablando no encuentra en su límite la muert e simbólica.

Antes de bajar el telón quiero dejarlos con esa maravillosa pieza de vodevil que les mencionaba anteriormente.

En la Psicopatología de la Vida Cotidiana 14 Freud, quien gustaba de estas pequeñas historias, que le llovían a raudales en esa gran movida colectiva que motivó esa obra, relata el siguiente episodio. "En la escena más importante de la pieza en un acto La censura [el término alemán es Zensur], de Wedekind, aparece la frase "El miedo a la muerte es un Denkfehler" [error intelectual traduce López-Ballesteros, falacia lógica Etcheverry]. El autor que sentía especial predilección por esta escena, rogó en el ensayo al actor a quien correspondía decir esa frase que antes de Denkfehler hiciera una pequeña pausa. En la representación, el actor entró por completo en su papel y observó la pausa prescrita, pero pronunció la frase en tono festivo [solemne dice Etcheverry] y dijo erróneamente: "El miedo a la muerte es un Druckfehler" [errata traduce López-Ballesteros, error de imprenta Etcheverry]. Cuando al finalizar la obra preguntó el actor a Wedekind si estaba satisfecho de su interpretación del personaje, le contestó que no tenía nada que objetarle, pero que la frase referida era "El miedo a la muerte es un Denkfehler y no un Druckfehler". A la siguiente representación de La censura dijo el actor en el mismo tono festivo [desde luego con el tono más solemne dice Etcheverry]: "El miedo a la muerte es un Denkzettel" [memorándum traduce López-Ballesteros, advertencia Etcheverry]. Wedekind colmó de elogios a su intérprete; pero de pasada y como cosa secundaria, le advirtió que la frase no decía que el miedo a la muerte era un Denkzettel, sino un Denkfehler. A la noche siguiente volvió a representarse La censura, y el actor, que ya había trabado amistad con Wedekind y había estado hablando con él sobre cuestiones de arte, volvió a decir con su gesto más festivo [con el ademán más solemne del mundo dice Etcheverry]: "El miedo a la muerte es un Druckzettel [impreso traduce López-Balles teros, cédula impresa Etcheverry]. El cómico volvió a obtener la más calurosa aprobación del autor, y la obra se presentó muchas veces más, pero Wedekind tuvo que renunciar a oír la palabra Denkfehler [que estaba liquidada para siempre dice Etcheverry]".

Sí, Uta, el concepto de telepatía es un tanto fuerte y nos recuerda que no existe ningún órgano sensorial que registre directamente pensamientos, pero vale la pena plantear al menos la cuestión del conductor, del medio (médium) a través de la cual esta materia pensante podría pasar.

Creo que aquel material que nos desliza Freud en bruto, por debajo de la puerta, ha quedado inexplotado. Seguramente no será este el lugar para hacerlo 15. Pero, citando al Lacan de la excomunión 16, "es claro que es imposible no ver surgir el texto mismo e imponerse no la metáfora, sino la realidad de la desaparición, de la supresión, de la Unterdrückung, el paso hacia abajo". Nivel más primordial estructuralmente que la represión, habrá dicho, en tanto Freud designaría este elemento operatorio del borramiento con la función de la censura.

Notas

1 "Interrogar el Autismo, hacer espacio del lenguaje"- Liliana Di Vita, Graciela Currás, Claudia Dafonte, Silvia López Pardo, Nilda Seoane y Diego Yaiche. Ediciones del Cifrado. 2005.

2 "El Seminario de Jacques Lacan, Libro XVI, De un Otro al otro" – Jacques Lacan. Editorial Paidós. 2006.

3 "Obras Completas Sigmund Freud Volumen 6, Psicopatología de la vida cotidiana (Sobre el olvido, los deslices en el habla, el trastocar las cosas confundido, la superstición y el error). Sigmund Freud. Amorrortu editores. 1997.

4 "Introducción a la metapsicología freudiana" – Paul-Laurent Assoun. Editorial Paidós. 1994.

5 "Autismo. Hacia una explicación del enigma" – Uta Frith. Alianza Editorial. Madrid 1999.

6 "Anatomía de la Tercera Persona" – Guy Le Gaufey. Editorial Edelp. 2001.

7 "Algunas notas adicionales a la interpretación de los sueños en su conjunto". En "Obras Completas Sigmund Freud Volumen 19". Sigmund Freud. Amorrortu editores. 1992.

8 Seminario XXI (1973-1974). "Les non-dupes errent" - Jacques Lacan. Clase del 20 de noviembre de 1973. Estenotipia inédita traducida por Irene M. Agoff de Ramos y Evaristo Ramos.

9 "¿Qué son los niños y adultos índigo y cristal?" www.starchild.co.za/whatspan.html

10 "El rostro del lenguaje" – Diego Yaiche. Revista Cuerpo Psm. Año 1 Nº4. Setiembre 2008.

11 "Meditaciones biológicas, la teoría de la significación" – J. Von Uexküll. Revista de Occidente. Madrid. 1942.

12 "Cartas biológicas a una Dama" – J. Von Uexküll. Revista de Occidente. Madrid. 1945.

13 "Ideas para una concepción biológica del mundo" – Bar ón Jacob Von Uexküll. Editora Espasa Calpe Argentina. Buenos Aires. 1945.

14 OBRAS COMPLETAS. TOMO I. Tercera Edición - Sigmund Freud. Editorial Biblioteca Nueva. Madrid. 1973.

15 "La censura no existe mi amor" – Diego Yaiche. Ponencia en la Tercera Jornada Abierta del Programa Psicoanalistas de Suteba "El decir del analista". Auditorio "Gregorio Selser" de UTPBA. Año 2000.

16 "El Seminario de Jacques Lacan, Libro XI, Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis". Jacques Lacan. Editorial Paidós. Buenos Aires. 1987.


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