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Revista temática de carácter independiente

Número 10:
Figuras del otro
(Haga click sobre el título para comprar la revista por internet)
(196 páginas. Ediciones de las 47 picas. Rosario, Marzo 2007)

INDICE:

LECTIO:

SEMINARIO Nadja 2006: "El prójimo. Figuras del otro"

MESA REDONDA:

CLAUDE RABANT en Rosario

LIBRARIUS:

La mancha. Suplemento

El desamor al prójimo

Muchas veces el lector encontrará en la revista un firme rechazo dirigido hacia el amor al prójimo. En este número se recogen nuestros fundamentos. Uno de sus detractores -durante el Seminario Nadja 2006- declaró hallar en el fondo de tal rechazo una lógica de lo inconmensurable. Juan Ritvo demostraba entonces la convergencia entre Jacques Lacan –Seminario La ética del psicoanálisis- e Inmanuel Kant –Doctrina de las virtudes- alrededor de cierta distancia con el prójimo que debe ser mantenida en resguardo de "la posibilidad de separarse". El respeto kantiano que obliga a mantener esa distancia evita mi reducción del prójimo, anticipando un borde ríspido en la fenomenología de Husserl.

Eduardo Vidal también nos recuerda desde Río de Janeiro que "La primera formulación de Freud sobre el deseo, tal como la anuncia en su Proyecto de 1895, introduce, de modo lógico, la existencia de una opacidad en el Otro. El prójimo (Nebenmensch) se constituye como el representante del Otro...".

Pero entonces ¿cómo se compone la ciudad? Recuerdo que en el Seminario de este año hubo preguntas dirigidas hacia Carl Schmitt, tras su figura del soberano y su antagonismo del par amigo-enemigo. Liliana Fenoy a quien agradecemos su acto de viajar expresamente desde San Luis para participar en una de las sesiones, contestó mediante una lógica inversa: "se constituye desde la imposibilidad de su constitución". "En última instancia la comunidad como comunidad imposible, inconfesable, inoperante, desobrada, acéfala. (Nancy, Blanchot, Bataille) o en Barthes expresada como pregunta ¿cómo vivir juntos? Comunidad desde el límite en tanto la comunidad implica, como dice Levinas, el modo en que el otro se presenta a sí mismo excediendo la idea del otro en mi". Nicolás Rosa en el Prólogo que escribiera para el libro de Fenoy, La escritura y su sombra, le atribuye la preocupación por una "teoría del colectivo" entretanto se permite mostrar hondas disyunciones: "¿En dónde está la "fraternidad" lacaniano-heideggeriana? Las fratrías son siempre origen de rivalidad, diría Freud".

Nicolás Rosa a quien dedicamos este número de Nadja escribió en su último libro, Relatos críticos, sobre la sombra salvaje de nuestros ritos ciudadanos evocados en el sueño fatídico de destrucción que hallamos en la literatura de Sade, Genet u Osvaldo Lamborghini. "La civilización es cuestión de investiduras".

Publicamos además una sección especial de la revista conteniendo uno de los primeros testimonios del reciente viaje de Claude Rabant a Argentina. Rabant –otro viajero- interpretará "la pulsión desértica de la deshabitación" en términos de topologías y coreografías. En la Presentación de Clins –véase en este número- Pablo Zöpke se refería a un libro proveniente del encuadre, dotado "de un grano de voz, de un grano de locura, de un grano poético", donde reconocía también la pauta freudiana, la Leidensgeschichte, el progr ama de un duelo para decidir entonces su pertenencia a la literatura analítica. Por eso durante Rebecca insistió en la función del luto, mientras nos contaba de una "tópica del oído". "El luto, tiene dos partes, siempre comporta dos cosas. Por una parte, el efecto de ventriloquia. Yo mismo, en este momento... en esta voz, en mi voz, están abrazados todos mis muertos. Pero al mismo tiempo que hay un efecto de incorporación, de introyección, o de ventriloquia, como lo digo más rápidamente, el luto también comporta el muerto; el muerto como tal, el muerto que puede retornar, el espectro". Y nos enfrentaba -otra vez- con cierta excedencia en las figuras del otro.

Ya casi al final de su intervención Juan Ritvo opuso lo siniestro y lo vacío. Porque "lo siniestro implica la imposibilidad del vacío". Sonó como un eco de las Jornadas das Unheimlich organizadas este año por Alberto Tudurí y el Espacio de Cultura en Rosario. Para Freud, unheimlich es el doble, porque –es cierto- imposibilita cualquier instancia de nuestro vacío. Por el contrario reconocemos en René Magritte una elaborada topología del hueco, donde sus figuras del otro nunca pierden un halo de opacidad.

Para terminar remediamos la errata en la cita de Pablo Zöpke publicada en su intervención, El seminario de Zollikon, y en la contratapa del número anterior. Debió decir "Todo ese texto, los Beiträge, es el altercado de Heidegger con el pensamiento cristiano de la carne" en vez de leerse "con el pensamiento cristiano de Lacan". La responsabilidad es mía por lo que le ofrezco mis disculpas.

Nos despedimos hasta el próximo número dedicado a El deseo y que esperamos aparezca en Marzo del 2008. Entretanto los invitamos a visitar nuestra página web actualizada con textos completos de todos los números editados en la nueva sección: Diez veces, una por una.

Ricardo Bianchi

La apuesta de autorizarse en el deseo. El vacío del Otro en Pascal
Eduardo Vidal (Fragmento)

"En un juego que se desarrolla paso a paso, ganar o perder es una consecuencia de la decisión tomada en cada partida y no el resultado de una suerte ocasional. Así, en cada etapa se obtiene un saber de la parte del azar que interviene. El que juega es supuesto saber lo que gana y lo que pierde en cada momento. El saber sobre el azar desarticula la creencia mágica en una contingencia absoluta. El azar puede ser calculado y por lo tanto, objeto de un saber en donde es reducido a instantes de contingencia que, al final del juego, habrán sido racionalmente matematizados. Si el azar es sin ley, la regla consiste en una concatenación significante que posibilita que un sujeto aparezca, en la escansión de un tiempo lógico, teniendo que responder con una decisión: continuar o no apostando. La entrada en el juego implica en la asunción anticipada de la pérdida por un sujeto que consiente en someterse a su regla. Sólo en ese orden de articulación se produce la decisión y se puede sostener que apostar es necesario. Precisamos apostar porque ya embarcamos en el juego desde mucho antes y aún sin saberlo. Apostar no es ni obligatorio ni voluntario, es un acto de decisión".

Análisis de la Intersubjetividad en Husserl: El problema del "Otro"
Nazareno Marinozzi. (Fragmento)

"Descartes funda la relación del otro en un razonamiento por analogía, esto es; hay otro que habla tal como yo lo hago…, por ende el otro debe ser un ser humano al igual que yo; en cambio para la fenomenología no hay razonamiento por analogía, es mas, no necesito prueba alguna de la existencia del otro, sino que el otro simplemente existe. Y esto es así por que si yo tuviera que deducir la existencia del otro no habría certeza alguna, solo habría aproximaciones probabilistas, y esto se enfrentaría al hecho de que en las relaciones cotidianas no se duda de la existencia del otro, sino que estamos seguros de que el otro existe; para esto basta con examinar las relaciones amorosas, en ellas uno sobrevalora al otro y a la vez esto genera un horror ya que si me separo del otro un momento, siento una falta, se me crea una necesidad. Éste ejemplo es suficiente para aclarar que no se duda de la existencia del otro, pero el problema es que el otro encarna un enigma o hasta un misterio para mí, y es en esta oscilación entre enigma y misterio que el otro se encuentra siempre presente, de modo que siempre hay un misterio en el otro que no puedo resolver…"

Yo ni nadie: Masotta entre otros
Ángel Fernández. (Fragmento)

"Mario Bunge tiene razón. Hay freudianos entre la gente. Hablan de la inexistencia del Otro. Dicen que el Otro es estructuralmente inconsistente. Que Dios es inconsciente. Han despertado sospechas. Quizá quieran tomar el Mundo Científico a traición. Conquistarlo. Hace rato que se sabe que las "Malas Intenciones" del Otro respecto de "Nosotros" resultan paradojalmente tranquilizadoras. Suturan su heterogeneidad radical. Su expulsiva, apática indiferencia. Y en el límite, su incomprensible ausencia.

El fantasma de un Otro que amenaza nuestra identidad, nuestros modos vitales de reproducción, que roba nuestras mujeres, manipula a nuestra juventud y pudre la cabeza de los niños es inagotable. Que en países como el nuestro (pero ¿en cuál no?) este guión cobre dimensiones pesadillescas de realidad efectiva no dice nada contra el estatuto fantasmático de esta figuración del Otro. Lacan sabía insistir en esto: aunque la mujer de un celoso llegue a engañarlo efectivamente con otro hombre, no por eso, los celos del celoso son menos patológicos. Y si ella le fuera devotamente fiel y cariñosa igualmente la perseguiría hasta destruirla. Y de hecho es lo que ocurre. Pequeñas maravillas de la vida amorosa.

Pero lo inagotable no quita lo rentable. Los asesores editoriales jamás olvidan, al elaborar la estrategia comercial de ciertas publicaciones científicas un ítem ganchero ineludible: "hablar mal del psicoanálisis". Y como si figurara en un contrato, los Og Mandino del Mundo Científico acatan la sugerencia e interpretan su speech. Más o menos, siempre lo mismo. Ya es una tradición divertida.

Entre las diversas contrafiguras del éxito se encuentra Oscar Masotta".

La discreción de lo desconocido. Sobre la amistad en Maurice Blanchot
Sergio Cueto. (Fragmento)

"Entonces, la amistad es una relación sin medida; en ella lo inconmensurable se convierte en relación. Entre los amigos se tiende –sin tensión, extensión ni distensión, sólo con una dulce intensidad, la intensidad de la dulzura– la excepción de la amistad. La amistad exceptúa a los amigos de todo querer, todo poder, todo deber de amistad, y se exceptúa a sí misma de todo testimonio, de todos sus testigos. Si la amistad resulta excepcional es precisamente por esto: porque es una relación sin términos en la que los términos están sin relación. Amistad sin amigos, amigos sin amistad. En el momento en que los amigos más próximos creen reconocerla, la amistad se retira; pero cuando en la lejanía se sienten libres de ella, ella todavía se afirma como la soledad en común de su ausencia. La amistad dice finalmente la imposibilidad de la amistad. La amistad es en Blanchot amistad con lo imposible. Lo imposible no viene a designar el límite del poder, a significar el triunfo de la impotencia, sino a abrir el espacio ilimitado de una relación sin poder, a hacer lugar a la afirmación sin medida del no-poder. Es también por ello, sobre todo por ello, que la amistad no constituye una relación de conocimiento. No conozco a aquél que es mi amigo, es mi amigo precisamente en cuanto no lo conozco ni puedo conocerlo, en cuanto permanece para mí desconocido, llega hasta mí como lo desconocido, el desconocido que trae lo desconocido de todo conocimiento. La amistad es para Blanchot conocimiento de lo desconocido –relación tanto más íntima en la medida en que afirma la común extrañeza de los amigos. Pues no sólo el amigo es el inobjetivable, el inaprensible, el desconocido cuya lejanía mide solamente la discreción de la amistad, sino que también yo soy en su amistad el extraño, el desconocido aceptado y recibido como tal en la lejanía que lo constituye. Los amigos lo son en virtud de lo desconocido. La amistad, relación con lo desconocido, es lo desconocido convertido en relación. La amistad permanece ella misma desconocida: no la conocemos, no se conoce a sí misma. Ella solamente expone, o mejor, es la exposición en común de los amigos a la dulzura de lo desconocido".

El paso hacia el otro
Ricardo Bianchi. (Fragmento)

"El problema es que lo propio husserliano y lo propio heideggeriano n o se constituyen a partir del rodeo por el otro. Suponen un impasse absolutamente al margen de cualquier dialéctica intersubjetiva. Lacan, más allá de un cierto equívoco durante los primeros seminarios, si bien habla de intersubjetividad, debe entenderse que muy por el contrario la intersubjetividad no es un problema lacaniano… porque para Lacan no hay ninguna intersubjetividad. Porque si el sujeto se determina como interválico entre S1 y S2, entre un primer significante y un segundo significante, el lazo con el otro aparece desencontrado a partir de lo que Lacan nombra como muro, como el muro de la palabra o del habla. Entonces no hay inter sino entre. Pero en Husserl y en Heidegger sí hay un problema que se puede nombrar bajo este término de intersubjetividad. A mí me preocupaba que reconociéramos ahí que lo propio es lo que no me es extraño. Entonces, en la constitución de la intencionalidad de la conciencia hay una esfera de lo propio y una esfera de lo extraño para Husserl. Y el problema será que estas esferas se articulan como capas; sobre una capa que supone la esfera de lo propio se va a encabalgar otra capa que va a suponer el excedente de la esfera de lo extraño.

Por ejemplo, uno de los problemas que es absolutamente de Husserl y que no es un problema de Heidegger, es el del cuerpo. Es la pregunta que le ha hecho Sartre a Heidegger a propósito de Ser y Tiempo, cómo… ¿el Dasein no tiene cuerpo, no está atravesado por la diferencia sexual? Heidegger no es un filósofo de la diferencia sexual.

Dentro mismo de estas Meditaciones cartesianas Husserl distingue entre cuerpo físico, Körper, y cuerpo orgánico, Leib. Y esta diferencia se revela como fundamental, porque en mi esfera primordial, mi cuerpo es el único que no se reduce a Körper sino que aparece como Leib. ¿Y cómo aparece en mi horizonte el otro? En los términos de Husserl va a aparecer como Korper-Leib, como cuerpo físico-orgánico..."

Erótica y violencia del Otro
Juan Bautista Ritvo. (Fragmento)

"Kraus, tiene algunas frases tremendas, y cuando está hablando de la articulación social, dice, del último peón, aún, es siervo el caballo, para señalar los caracteres de toda estructura social donde la razón jerárquica es dominante, y luego agrega, "que se ponga a pensar cualquiera, en este género de humanidad, expulsado hacia abajo", ¿no?, aquí está sugiriendo el detrito que debe expulsarse, "con su elevada necesidad de poder como dote, y con el decoro que esta prescribe. No se ve de repente el mundo como si la necesidad de un enemigo externo fuera sólo un acuerdo para satisfacer, por fin, de manera inapelable, una más profunda necesidad de odiar al prójimo". La profundidad antropológica de estas frases condenan a una especie de antropología angélica, a las cosas que sostiene del Barco, pero es curioso, y esto vale la pena tenerlo en cuenta. Del Barco fue en la década del sesenta y del setenta, un ortodoxo marxista-leninista, luego maoísta, y no sé qué más, ah, el Ejército Revolucionario del Pueblo. Ahora está tomando posiciones del humanismo cristiano, y también del humanismo judeo-cristiano, si es que pueden juntarse ambos términos, ¿no?, judío y cristiano. Pero persiste en los dos casos, en gran parte de la intelectualidad de izquierda argentina, persiste esta especie de capacidad para evadir todo lo que es inquietante. Es decir, una política donde, si hay algo que se expulsa es el sexo y la violencia. El sexo, desde luego, y la violencia, ¿cómo? ¿la izquierda no ha hablado siempre de la violencia? La izquierda ha hablado de la violencia higiénica, pero la historia no conoce violencia funcional e higiénica. Esa es una mentira inmunda. Realmente, la historia reconoce otras cuestiones. La violencia histórica, es decir, donde perdura el ultraje al cuerpo del otro, excede toda funcionalidad, y reclama otra clase de interpretaciones que no son las que se utilizan comúnmente con cierta apelación a la inocencia. Digo apelación a la inocencia porque nadie puede declararse inocente en este punto.

Llegado a este punto, cuando Kraus habla de odio al prójimo, cualquiera recordará las observaciones de Lacan con respecto al amor al prójimo, en el seminario de la ética. Yo he vuelto muchas veces sobre este tema que a mí me parece claro. Lacan dice, el amor al prójimo es algo que siempre rechazamos, ¿cómo que siempre rechazamos? y sí, siempre rechazamos porque si se nos recomienda amar al prójimo, siempre aparecerá el que dirá ¿pero cómo, amar al prójimo como a mí mismo? Es poca cosa, hay que amarlo por encima de todo, entonces me humillo ante el prójimo. O bien, la sospecha, ¿amar al prójimo como a mí mismo?, pero si yo me odio a mí mismo, entonces si lo amo como a mí mismo, lo quiero reventar del mismo modo que me reviento yo. Es cierto esto, es absolutamente cierto, porque implica, y esto es lo primero que hay que decir, siempre, algo que no es psicológico, la implicación del amor y el odio. Digo que no es psicológico porque el vínculo de amor y odio es una relación social, aunque sean dos los que están en juego. Hay que terminar con esto de la psicología individual opuesta a lo social, toda psicología es social y por lo tanto no existe la psicología individual. Y en la relación más íntima y privada, como es el vínculo de amor, uno puede encontrar las constantes más intensas del nivel social. Entonces digo, el amor y el odio es un vínculo social, el amodio podríamos decir, o el odio-enamoramiento como se traducen algunas expresiones neológicas de Lacan, es constitutivo de la estructura social".

Rebecca
Pablo Zöpke. (Fragmento)

"Tarde o temprano tenía que hablar de Rebecca. Es algo que viene de lejos, como un mar. De la novela de Daphné du Maurier seguramente y de mi novela familiar también. Iniciado en la lectura de esta novela supe entonces que la mujer existía. En el texto en castellano el subtítulo era "Una mujer inolvidable". De modo que la primera figura de la alteridad, por lo menos en mi vida, fue la de La mujer. Debo confesarles que me bastaba con mirar un crucifijo para darme cuenta de que Dios estaba muerto. Como dijo el príncipe Myshkin delante del Cristo muerto de Hans Holbein: "Caramba, delante de este cuadro uno sí que puede perder la fe".

También Rebecca está muerta. En un cementerio marino, yace a varias brazas de profundidad. "Perlas son los que sus ojos fueron".

Ahora sabe de corrientes marinas y de la frágil quilla de los balandros.

Está muerta, es cierto. Pero se deja espiar. Leyendo "Rebecca" uno se convierte en un mirón, en un voyeur. A tal punto que puedo entrar en su dormitorio y acariciar su camisón apenas arrugado.

Lo que yo intento, o intentaré, esta noche es un itinerario, una cierta aventura de la letra, me arriesgaré a decirlo, puesto que pretendo tomar la letra, de Pound a los nudos. Cuando esté entre nosotros Claude Rabant en la última semana de septiembre su seminario va a ir de Kafka a los nudos y a fin de no confundirnos, por más que tenemos varias coincidencias, aquí les voy a proponer un trayecto mucho más breve, que es este asunto, esta cuestión, este problema de la letra y del significante en esta travesía".

La mesopotamia del exilio: Ante la Ley de Kafka
Blanca Liliana Fenoy
. (Fragmento)

"En esa historia, que será simultáneamente una historia de la escritura, se desgajan momentos- espacios privilegiados. En el caso que nos ocupa, el relato de Kafka y la pregunta por lo otro comparten, entre otras cosas, la región que es la de la interrogación específica acerca de lo real en su diferencia con la verdad y la justicia como espacio que compromete, en el modo de lo que lo excede, a lo humano. Un más allá, un sobrante de lo universal y una singularidad que espera, siempre, ser pensada. Parecería, por una parte, haber una historia de esa excedencia en tanto lugar en el que lo Otro es nombrado de diferentes modos y, en ese sentido, la relación entre límite, trasgresión y cultura o sociedad civil acompaña el del surgimiento y declinación de los discursos. Que puede ser leído también como la historia de los modos en que lo Otro se resiste a ser significado: la Ley excede y constituye al sujeto o a la historia o al lugar en donde éste va viviendo.

Podemos recurrir a Bataille, para quien ese espacio de excedencia implicaría una cierta relación con lo sagrado ya que se deslinda un límite a ser constantemente reafirmado por medio de la trasgresión, (Dios es inconsciente), y en ese caso podemos leer una historia de la ley que se confunde con una historia de lo sagrado, es decir de las relaciones del sujeto con ese "vacío" de significación que se desprende de su finitud y de su impotencia y ubicar a la escritura como una de las formas de dominar esa violencia constitutiva de la cultura, en un intento de acercamiento regulado al Caos, -entendido como una sexualidad y una violencia desprovista de normatividad-. Tensión entre ese acercamiento al exceso originario y el orden de prohibiciones y tabúes que regulan el discurso. Conflicto fundacional de lo político entre el Caos del goce sin ataduras y el orden de la regla. Abriendo la posibilidad de hacer una política de lo sagrado en la cual ésta consiste en un enigma sobre el cual deberá ser fundada la comunidad de los iguales, en tanto insuficientes, tal como la denomina Bataille, en una relación mediatizada por la ley. En última instancia la comunidad como comunidad imposible, inconfesable, inoperante, desobrada, acéfala. (Nancy, Blanchot, Bataille) o en Barthes expresada como pregunta ¿cómo vivir juntos? Comunidad desde el límite en tanto la comunidad implica, como dice Levinas, el modo en que el otro se presenta a sí mismo excediendo la idea del otro en mi.

El texto de Kafka se inscribe en esta línea de interrogación del sujeto con respecto a su finitud, en la Europa atravesada por las guerras y la locura, momento de quiebre que plantea con urgencia la obligación de establecer un nuevo contrato con la ley, la urgencia de escribir un contrato que no esté sustentado en la política sino en la ética. O también el texto de Kafka es una anticipación a lo insostenible del contrato social que se desmorona en las primeras décadas del siglo XX, desmoronamiento que hemos heredado. A su vez, este texto singular nombra y relata, a su manera, el conflicto sin solución de la Ley y la singularidad, la paradoja y el enigma del ser ante la ley".

Sur y Contorno: políticas editoriales de las revistas culturales independientes
Laura Schenquer. (Fragmento)

"¿Alguna vez analizamos las razones por las cuales accedemos a ciertos libros? ¿Quién decide que autores traducir y difundir en Argentina? Esta conferencia forma parte de una investigación sobre la recepción de las obras de Sartre en la Argentina. Se busca trazar el itinerario que recorren ciertos libros -y determinadas corrientes de pensamiento- desde los lugares de publicación a los de ‘recepción’. Esta perspectiva permite observar a las empresas editoriales como espacios en donde se traman intereses comunes en los procesos de selección y en donde la función de traducir y publicar se convierte en una tarea impulsada por determinados intelectuales.

La revista Sur publicó en el año 1947 El existencialismo es un humanismo, desde entonces diferentes acontecimientos marcaron clivajes en la relación entre el escrito y los intelectuales locales.

En los años cincuenta los miembros de una destacada revista son reconocidos como seguidores del pensamiento de Sartre. Se trataba de Contorno la revista de los ‘intelectuales comprometidos’. Se busca trabajar esta definición que admitiría un modo de ser intelectual alterno a las elites culturales del momento. La delimitación de ‘lo otro’ les sirvió para referenciar una identidad común que les imprimió un estilo propio en sus obras. Contorno recorrió los autores consagrados de la literatura nacional, estableciendo como eje temático de indagación el mensaje transmitido sobre el Ser Nacional".

Hacia Los Libros (Buenos Aires 1969-1976). Hacia la revista Literal (Buenos Aires, 1973-1977)
Juan José Mendoza. (Fragmento)

"Si dentro del programa inicial de Los libros se encontraba el objetivo preciso de conformar una "nueva crítica", Literal levantará las banderas de aquel programa del que su predecesora, por exigencias coyunturales –según el decir de quienes así lo decidieron- se había apartado. Entre las ideas de Los Libros que Literal continuará promoviendo podríamos destacar:

El reemplazo de la noción de literatura por la de escritura: esto es, el abandono de los ideales y valores de la literatura entendida como una institución burguesa y su reemplazo por la escritura entendida como una experiencia. Si bien el ceñimiento de la noción de experiencia podemos atribuirlos a Maurice Blanchot, también podemos inferir –a partir del uso de la palabra "goce" del que Literal se jactará- de una acepción psicoanalítica del término.

Otra de las preocupaciones heredadas de Los Libros es la vocación subversiva de Literal a las funciones sociales de los discursos: todo discurso –incluido los discursos críticos y literarios- circula en un estado determinado de la cultura, supeditado al rol que una hegemonía asigna. Subvertir esa función –y los modos en que esa subversión puede ser sostenida- estará también entre los planteos de la generación Literal".

Presentación de "Decadentismo y Melancolía" de Juan Bautista Ritvo.

Ritvo y el ensayo de interrupción
Sergio Cueto. (Fragmento)

"El ensayo es un ejercicio de interrupción. Ritvo piensa el ejercicio con la imagen de la deriva. El ensayo es una deriva, una errancia, un vagabundeo por el desierto, por ese ilimitado derrumbe que es el desierto. El ensayo traza un rumbo en el derrumbe y de ese modo hace del desierto un rumbo y una residencia. La deriva es la precaria, irreparable residencia del ensayo en el desierto. De allí los rasgos, las maneras, los gestos del estilo ensayístico: la discontinuidad, la dispersión, el fragmentarismo, la indecidibilidad de las fronteras, la multiplicidad de perspectivas, la digresión como camino, el regreso como dirección y el recomienzo como origen, en una palabra: la interrupción, pero no como método, como principio, sino como práctica, como ejercicio, ella misma expuesta a sí misma, a su propia imprevisible interrupción en el éxtasis apagado de una imagen –un viejo tapiz veneciano, una botella y un vaso sobre la mesa desnuda, un hombre de pie junto a la ventana–, imagen que es como la ruina quieta de una declinación inarrestable.

Melancolía del ensayo, sin duda, y no sólo ensayo acerca de la melancolía, pero melancolía sin nostalgia ni abandono. En Ritvo la melancolía tiene un carácter épico. Con motivo de un libro anterior de Ritvo, libro que él mismo recuerda y cita en una página de éste, yo hablaba precisamente de una épica melancólica. La épica no es el relato de ciertas hazañas magnificadas a leyenda. La épica es la celebración fundacional de una nación. Entre nosotros, esa épica la han escrito –fallidamente, es claro, no porque hayan fallado al escribirla sino porque han debido escribir con perfección la fundación fallida de esta nación– Sarmiento, Martínez Estrada y Borges. En el acto de fundación nuestro epos no encontró, no deja de encontrar nunca otro suelo que la dispe rsión polvorienta y sombría de sí mismo. Es lo que se llama el mito."

Cruza crítica
Ricardo Bianchi. (Completo)

Reseña de Relatos críticos. cosas animales discursos de Nicolás Rosa. Santiago Arcos editor. Buenos Aires, 2006.

"Si el hombre navega es por nomadismo pero también por la pulsión desértica de la deshabitación" Nicolás Rosa. Relatos críticos.

Un lunes durante el invierno pasado en los pasillos de la Facultad de Humanidades y Artes de Rosario, nos cruzamos con el autor de Relatos críticos: –Tengo algo para vos- Un momento después me dedicaba un ejemplar –errata incluida- acompañado del deseo para que reseñáramos su libro en este número de Nadja.

No me sorprendieron los animales en medio del subtítulo. En conversaciones me había adelantado su exhortación hacia "la acentuación parasitaria de Michel Serres". Leemos: el viaje de Verne como ciencia de los sueños, el de Colón como diario íntimo, el animal turístico ha perdido "lo anterior a toda certeza". Su síntoma es el naufragio. La deshabitación: el nido, la guarida, la madriguera, el formicario y hasta el nicho se han vuelto unheimlichen.

En Relatos críticos el animal entrometido es entonces el animal fracasado, como en Kafka o en Deleuze –otra de las orientaciones del libro- bajo la forma de una cruza, de un híbrido. "El híbrido, por su extravagancia, detiene la circulación de las "traducciones", ya sean literales o económicas. No hay traducción entre el valor de uso y el valor de cambio, sólo puede haber reemplazo, confirmación o antagonismo" Pág. 240. Pero aunque "nuestro peligro es la metáfora" al híbrido tampoco se le atribuyen la autenticidad del Dasein, su anticipación, su Sein zum Tode. Hay un ensayo para demostrarlo, Monopolizar la muerte, publicado antes –pero sin nombrarlo- como Prólogo a la edición (Buenos Aires, 2004) del Seminario Lo neutro de Barthes, en quien puede reconocerse una tercer orientación. "La orientación barthesiana, clara, precisa, focal, rígida, de desviar la "aproximación fenomenológica" de Maurice Blanchot" 78.

Y cuál será en esta vulturologia impura, en la declinación de los géneros y las especies, la voz de esa anfisbena, de ese parásito, de esa cruza crítica? Recordemos el elenco alucinante: la voz en falsete de la mentira, la voz sibilina del engaño, la voz meliflua del reclamo, la voz maléfica del sopor lúbrico, la voz colérica de la venganza, la voz lastimera de la melancolía, la voz del lamento de amor, la voz gutural de la ira, la voz ronca y traqueal del estertor, la voz entrañable del susurro materno... 173. Leemos: el desear del buitre (vult-vultur-vulturologia) a la espera del pasaje al acto de la lengua materna guarda "las fugacidades de una voz disoluta que exige y reclama disolución" 129.

Recibiendo a Frankfurt
Ricardo Bianchi. (Completo)

Reseña de La recepción de la Escuela de Frankfurt, Alain Blanc y Jean-Marie Vincent directores. Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, Abril 2006.

"Frankfurt nos ubica y nos deja en el borde del camino, tal vez más libres pero en el exilio,
desheredados respecto de nuestros semejantes y de nuestros pares"
Alain Blanc y Jean-Marie Vincent

El volumen que comentamos reúne a más de una docena de autores, vinculados mayormente a universidades francesas y europeas. Los directores declaran que su proyecto editorial busca responder a la pregunta por "la influencia, la recepción y la posteridad de las tesis de la Escuela de Frankfurt". Nuestro epígrafe tomado de su Conclusión, anticipa el horizonte de esa respuesta.

Para muestra basta un botón. Así desde el mismo título del libro, en un auténtico acierto editorial, se prueba la vigencia del dicho. Porque durante el volumen se presentan testimonios heterogéneos que historizan los efectos de la recepción de Franfurt acompañados de una excelente sección final de Bibliografía. Yendo a los botones de la muestra, Henri Leroux recuerda cuando Foucault reconoce su desconocimiento –casi el pase de un análisis- de las vías fankfurtianas lo que le hubiese "ahorrado mucho trabajo", evitado decir "muchas tonterías" y recorrer "tantos rodeos " Pág. 53. Leroux expone uno de los choques irreconciliables del volumen porque para Foucault: "La relación con la historia es un elemento que me ha decepcionado en los representantes de la Escuela de Franfurt". Así frente a la interpretación foucaultiana de una "red de contingencias", "que se basan en un zócalo de prácticas humanas y de historias humanas", Frankfurt necesariamente descubre una "historia intangible, sagrada" 57. Un segundo choque queda expuesto por Pierre Zima alrededor de las interpretaciones de la negatividad –privadas de toda reconciliación- de Adorno y Lyotard. Pero quizás el momento de mayor vértigo corresponde al artículo de Pierre-Laurent Assoun dedicado al encuentro –desencontrado- de la Escuela de Frankfurt y el psicoanálisis. No olvidemos el intento fallido de Adorno alrededor de una tesis doctoral sobre Freud. Assoun recuerda que Freud "se siente y se dice extranjero al pensamiento dialéctico" 94 en tanto reconoce una "antipatía" entre metapsicología y dialéctica como barrera frente al idealismo alemán 96. Tampoco nos permite olvidar "la inauguración en la Universidad de Frankfurt del Instituto Psicoanalítico de Frankfurt el 16 de Febrero de 1929, que formaba parte de la sección local del Grupo de estudios Psicoanalíticos del suroeste de Alemania" con lo que paradójicamente Frankfurt "le reconoce un estatuto universitario" y "marca la entrada del psicoanálisis a la universidad" 95. Por eso la carta que Freud remite a Horkheimer en 1929, agradeciendo la "antena psicoanalítica" en Frankfurt, muestra para Assoun la ironía del entre-dos freudiano, para inmediatamente reenviarnos hacia su quiasmo: "ambas corrientes se han cruzado alrededor del Colegio de Filosofía, en el período parisino de exilio de los representantes de la Escuela de Frankfurt" 105. Se refiere al encuentro del " retorno a Freud" lacaniano influido por la "dialéctica hegeliana, sobre el fundamento de la recepción de Hegel vía Kojeve" y la dialéctica negativa como instancia de la no identidad en Adorno 99. La recepción de la Escuela de Frankfurt nos propone entonces un diálogo finalmente crítico. No en la jerga de la autenticidad, sino el de Adorno con Lacan.

MESA REDONDA: Políticas editoriales de las revistas independientes de la cultura argentina. (Completo)

Ricardo Bianchi: Estamos todos enterados de la muerte de Nicolás Rosa, durante la tarde de ayer. Su desaparición nos enluta a todos. Nicolás colaboró desde el comienzo en la revista Nadja: publicó, aportó sugerencias, protagonizó presentaciones, fue el primer entrevistado de nuestro programa radial, y esperábamos una oportunidad –según la periodicidad con que viajaba a Rosario- para que pudiera intervenir en este Seminario.

Entre los colegas invitados a participar esta noche, hubo quienes asistieron ayer y hoy a su despedida en Buenos Aires. Agradezco entonces a Paula Siganevich que pese al cansancio y la tristeza viajó para participar en nuestro panel de revistas. Enrique Foffani después de comunicarse telefónicamente –insistiendo en su deseo de viajar- finalmente no podrá acompañarnos, en su lugar ha designado para que lo reemplace a Maximiliano Linares. Entre todos entonces vamos a buscar sostenernos frente a esta pérdida, cuando este duelo nos causa tras otra lectura de los libros de Nicolás. Francamente no alcanzábamos a difundir la suspensión de nuestra cita.

Esta noche proponemos entonces un nuevo encuentro del Seminario de la revista Nadja, "El prójimo. Figuras del Otro". En este caso hemos querido plantear un acto político. Constituimos pues una banda de conjurados; y quizás, al modo de Oscar Masotta, tramaremos alguna traición inventando espacios atópicos.

Esta reunión está diseñada en tres escenas. La primera es la muestra de las revistas, que ustedes han encontrado en la planta baja de la librería Homo Sapiens co-organizadora también del encuentro. Ahí participaron las revistas Grumo, Katatay, espiralnetico, Éxodo, Olipsi, Nadja y falta –por una confusión de fechas- malestar. Otras publicaciones mostraron su interés en participar pero por diferentes motivos no pudieron concurrir.

La segunda escena es la que vamos a proponer a continuación: la intervención de Laura Schenker. Este diseño aprovecha cierta contingencia a partir de nuestra convocatoria de este año. Convinimos con Laura en que su participación se anticipe al debate, ya que se propone brindarnos un panorama parcial de la historia de las revistas independientes en la Argentina.

La tercer escena será la que dejaremos para el final, cuando suban al escenario los demás participantes. Paula Siganevich, co-editora de la revista Grumo, Maximiliano Linares, por la revista Katatay, Juan Mendoza, por la publicación web espiralnetico, y yo, que tomaré la palabra por la revista Nadja.

Escuchamos entonces la intervención de Laura Schenker titulada: "Sur y Contorno. Políticas editoriales de las revistas culturales independientes."

Véase la intervención de Laura Schenker en la página...

Ricardo Bianchi: Invitamos a pasar a la mesa a los demás asistentes.

Esta es la tercera parte de la reunión de esta noche, diseñada como un panel. El título es "Políticas editoriales de las revistas independientes de la cultura argentina".

Va a comenzar Paula Siganevich. Paula es co-editora de la revista Grumo, una publicación que se edita entre Buenos Aires y Río de Janeiro. En este momento está en preparación su número cinco. Paula Siganevich es crítica literaria, docente e investigadora de la U.B.A. Ella va a abrir esta última instancia de la noche.

Paula Siganevich: Gracias por invitarme hoy y también gracias por las charlas que compartimos a partir del proyecto nuestro de constitución de la revista, allá por el año 2002. Para mí fue muy importante compartir algunas ideas alrededor de este proyecto. Hay algunas cositas que quisiera decir brevemente. Yo estudié Letras acá, en la Facultad de Rosario, y antes de eso formamos un grupo de estudio, hace muchísimos años atrás, que coordinaba Nicolás Rosa. De mis compañeros de entonces, no recuerdo a casi nadie. Recuerdo que participaba un poeta rosarino, Eduardo D’ana pero también recuerdo que esto duró apenas un par de reuniones. Después, Nicolás Rosa quería cobrarnos un honorario que nosotros considerábamos que no era un aporte a la revolución y entonces ahí se perdió todo y quedó todo en la nada. Después de eso, y con el correr del tiempo, en los años que estábamos bastante a oscuras, él nos iluminó un poco y nos dio un grupo de estudio particular privado por los años 79, 80, 81. E ingresamos de la mano de él a la Facultad. Así que, para mí, fue un maestro, un amigo. El compromiso de encontrarme con ustedes hoy acá me hizo poder venir a pesar de la tristeza y a pesar de las circunstancias. Y también un poco lo que me llevó a no cancelar el viaje. Mi situación es bastante distinta a la de Foffani. Había cuestiones que le hacían realmente imposible estar acá. Pero les decía que para mí fue importante no dejar de venir por estas conversaciones que venimos llevando adelante con Ricardo desde hace varios años, para finalmente concretarlas en un espacio público. Nuestras conversaciones fueron siempre en un café y ahora las hacemos públicas. Creo que va a ser eso, transferir esas conversaciones que nosotros estuvimos teniendo. Me encantó el título que encontró Ricardo para esta mesa. "Políticas editoriales de las revistas independientes de la cultura argentina". No pude dejar de darme cuenta de la ironía, de la sutil paradoja que implicaba que había revistas que tenían una política editorial, que había revistas independientes, y que había otras revistas, que eran las de la cultura argentina. Entonces, ahí estaba planteando la figura del otro. Están las políticas editoriales de algunas revistas culturales, y están las políticas editoriales de la cultura argentina, y están las políticas editoriales de las revistas supuestamente de la cultura argentina. En realidad, lo que está planteando acá es una lógica diferente entre las revistas que de algún modo surgen siguiendo el paradigma de lo que planteó Laura y las revistas que surgen desde una lógica institucional. Desde este punto nunca pueden encontrarse, son absolutamente diversas y son lo otro absoluto. Es decir, aquellas revistas que surgen como un proyecto de un grupo, de una comunidad de pensamiento, y aquellas que surgen de una institución. Por eso también me gusta debatir –no sé si se va a plantear hoy- con Ricardo la idea de que tenemos que ser reconocidos en el ámbito académico por la tarea que llevamos delante con las revistas independientes de la cultura argentina, cuando en realidad él dijo que éramos un grupo de conjurados. Yo acuerdo con la idea de que seamos un grupo de conjurados, o que somos un grupo que pretende transmitir determinada política de pensamiento, y, por lo tanto, no podemos ser admitidos en la escala de valores del ámbito académico. O sea, esto me llevó tiempo entenderlo, pero creo que es algo terminante, creo que tiene que ver con el planteo de Ricardo, a ver con qué conjuramos los conjurados de hoy. Esto es algo que me gustaría dejar planteado para la polémica que venimos llevando adelante.

Con respecto a la exposición de Laura, me pareció sumamente interesante y tan pertinente con lo que yo siento que es la experiencia de hacer una revista. Quisiera señalar dos cosas, dos ideas. Una, la primera, que es la historia de la revista, que siempre se mezcla un poco con la historia de vida, o la historia personal de las personas que hacen la revista. De algún modo ella lo planteó en Sur, no lo planteó para la revista Contorno. Yo creo que cualquier proyecto de revista, si uno analiza la comunidad que constituye esa revista, se va a dar cuenta que tiene como un vínculo de vida, de algún modo. Esa es una idea. La segunda idea es que las personas que participan de una revista cultural se van autoconstruyendo desde la crítica, se van construyendo a sí mismas en el proceso. Eso difiere una política editorial de una revista independiente de una institucional, donde se junta como una suma de intereses en una institución; intereses que tienen que ver con la institución. Y en la revista cultural esto no sucede. En el caso que ella plantea, la revista cultural se piensa a sí misma como una empresa. En algún punto creo que estas cosas tienen que ver con momentos históricos, o también puede tener que ver con la situación del grupo social. Pero creo que las revistas independientes en general se plantean desde un lugar de construir comunidad; construir comunidad en el sentido en que lo plantean algunos teóricos o algunos filósofos de la cultura hoy en día como Blanchot. Y en el caso de la revista que nosotros hacemos.

La revista tiene su punto de partida en el año 2002, su punto de pensamiento de origen, y está relacionada con la terrible crisis que nosotros compartimos. Y que nos deja en un estado de intemperie tal que necesitamos justamente volver a construir comunidades. Es nuestro caso particular. Quizás se van a plantear otras situaciones. Pero ahí ven ustedes cómo el proyecto cultural se teje con el proyecto de vida. La revista Grumo también surge como un tránsito entre dos culturas, por circunstancias de vida de las personas que forman parte de la revista. De vida intelectual, porque la revista sucede a partir de gente que llega de Río de Janeiro a interesarse por lo que estaba sucediendo en ese momento en Argentina. Pero a partir de ahí se establecen vínculos con nosotros, además de otros vínculos personales que algunos de nosotros tengamos del grupo editorial. Y también y principalmente de una de nuestras editoras que está en Río de Janeiro, cuyos padres son exiliados desde épocas anteriores. Quiero dejar en claro lo de los vínculos de vida y de pensamiento. Y a partir de esto la revista se piensa desde un lugar de tránsito, se piensa desde un lugar donde la traducción no sea la traducción de lengua, entre el portugués y el español, sino que sea la posibilidad de pensar una traducción de culturas, en el sentido de mirarse una cultura a la otra, y generar escrituras en donde, además de tratar de que autores argentinos o brasileros se lean mutuamente para conocerse, también se suscitan escrituras en común, o proyectos en común. Y por eso el tránsito es pensado, no como lingüístico, sino como tránsito cultural.

La revista tiene cuatro números. El primero, tenía un dossier temático que se llamaba "Literaturas argentas" donde pensábamos la sección desde varios lugares temáticos. La segunda tenía un dossier que tenía que ver con las narrativas del yo, los lugares autobiográficos. La tercera tenía un dossier que tenía que ver con la literatura, la ética y la política. Y la cuarta tenía que ver con invenciones, migraciones y tradiciones.

La literatura es como el cuerpo sobre el cual se instala la crítica y también la imagen.. O sea, la revista trabaja sobre la literatura y sobre imagen y también sobre la literatura como cuerpo teórico y sobre la crítica como cuerpo poético.

Y con eso quiero terminar, porque somos varios y me encantaría poder conversar. Pensando en que iba a venir a encontrarme con ustedes, estuve revisando mi biblioteca y traje algunas cosas que me parecieron buenas para mencionar. Una, es un capítulo de un libro de Agamben, Infancia e historia que se llama "Tratado para una revista ". El último capítulo del libro tiene que ver con una propuesta de un programa para una revista, donde justamente plantea la relación entre filología y poética. Dice que la revista que él imagina en algún modo no hace distinción entre filología y poética. Me encantó porque me parece que es un poco lo que nos pasa a nosotros. Y después otra revista que encontré en la biblioteca es Punto de vista del año ’94, donde Jitrik y Rosa dialogan alrededor de las revistas culturales.

En general, Jitrik es contemporanizador y, por supuesto que Nicolás Rosa, que fue siempre peleador, lo que hace es referirse a la revista Los Libros y a hablar de cómo se había creado la revista Los Libros y la importancia de cómo él había participado junto con otros, pero finalmente se había separado. Y también señala el carácter autobiográfico de toda revista. La revista es como un recorrido de vida.

Me parece que todas estas cuestiones son las que se ponen en juego cuando hablamos de las revistas independientes de la cultura argentina.

Ricardo Bianchi: Interviene a continuación Maximiliano Linares, ayudante en la cátedra de Literatura Latinoamericana de la carrera de Letras de la U.N.R. cátedra de la que Enrique Foffani es titular. Maximiliano va a hablar por la revista Katatay.

Maximiliano Linares: Brevemente. Traigo las disculpas por el profesor Foffani por los motivos que quedaron expuestos. No lo voy a reemplazar. Me enteré hace una hora que no venía. De todos modos, si hubiese traído algo escrito sería insuficiente y aburrido compartirlo. Por lo tanto, simplemente voy a mencionar que Katatay es una revista que se edita en la ciudad de La Plata, conformada por la red Katatay , que es una red inter-universitaria. Participan alumnos y profesores de Salta, La Plata, Rosario, Tucumán, Mendoza y Córdoba. Tiene como objetivo principal el estudio cultural y literario de lo que sea latinoamericano. Esta revista ya tiene dos números editados. Mucho más para decir no tengo. Solamente que la intención de la revista, desde que se planteó su creación, es seguir el horizonte cultural y de trabajo que han llevado en los últimos 50 años del siglo XX dos críticos latinoamericanistas, ya fallecidos; que son Rafael Gutierrez Girardot, colombiano y Angel Rama, crítico uruguayo. Intentamos todos los integrantes seguir navegando y esperamos lograrlo de a poco. Y puntualmente Rafael Gutierrez Girardot, él murió el año pasado y por una de esas casualidades la última producción que organizó salió en el primer número de la revista, lo que a nosotros nos honró mucho poder comenzar la revista con la firma de Gutierrez Girardot.

Aparte de esos dos intelectuales, la otra figura a la cual la revista pretende destacar es la de José María Rivera, escritor peruano, de quien precisamente prestado el título, que es Katatay, que es una palabra quechua, que según su traducción, que es la más cercana a la esencia incaica. Katatay es una palabra que podría traducir como un estado extático de cuerpo y espíritu que poseían y al que aspiraban los incas.

Para más datos, dentro del sitio Web de la U.N.R., dentro de Facultad de Humanidades y Arte, está el Centro de Estudios Latinoamericanos Angel Rama y ahí va a haber más información próximamente sobre los dos número de la revista, que, por supuesto, están acá abajo para quienes quieran consultarlos.

Ricardo Bianchi: Va a intervenir ahora Juan Mendoza director de la publicación www.espiralnetico.com.ar; Juan anticipó que va a referirse a las revistas Los libros y Literal, retornando sobre la historia de las revistas independientes en la Argentina.

Véase la intervención de Juan Mendoza en la página...

Ricardo Bianchi: Nadja, Lo inquietante en la cultura es una revista –lo digo en términos que compartiría Nicolás- afectada por el Psicoanálisis. El próximo número, que esperamos sea publicado en marzo del año que viene, va a constituir su décima entrega. Nadja se empieza a publicar en el año 2000, en Junio. Recuerdo a Roberto Retamoso, por los pasillos de la Facultad de Humanidades y Artes, una mañana en que venía de contarle a Nicolás Rosa sobre la aparición de la revista. Incluso Roberto ya le había obsequiado su propio ejemplar. Poco después yo personalmente le entregué otros ejemplares, y él siempre -como todos reconocemos acá- sostuvo la figura del maestro, aportando su formación, su entusiasmo y su generosidad. Alguna vez, durante las charlas que de vez en cuando manteníamos en su despacho del Postgrado de la Facultad de Humanidades y Artes de Rosario, me dijo que Nadja era en ese momento una de las mejores revistas de su tipo en Argentina. Voy a extrañar esos diálogos cortos donde intercambiábamos un ejemplar, el diskette con una colaboración, una sugerencia crítica, la proposición para una presentación, un comentario sobre cierto autor, una invitación para un próximo encuentro o el anticipo de otro ensayo, y que invariablemente terminaban con la despedida y la promesa de renovar nuestro canje de nada por nada.

Han pasado siete años. Pronto va a haber 70 autores diferentes brindando sus colaboraciones a través de las ediciones de la revista. Recuerdo también que unos números atrás incluimos –con el acuerdo de Nicolás quien era su Director concursado- los auspicios de la Escuela de Postgrado de la Facultad de Humanidades y Artes de Rosario. Es uno de los pocos auspicios que constan en Nadja. Apenas uno abre la revista, es lo primero que se puede ver junto con el logotipo y el nombre.

Yo también decía antes que esta mesa redonda supone un acto político porque, es cierto que con Paula -y también con Carlos Brück quien no pudo viajar en esta fecha- venimos discutiendo en charlas de café desde hace algunos años sobre los proyectos de nuestras revistas. También encuentro sugestivo para nuestra desgraciada conmemoración de esta noche que con Paula nos reencontramos hace unos años en un congreso porteño donde se realizaba un homenaje a Nicolás Rosa. También nosotros intercambiamos entonces revistas, conversamos y asistimos después a ese homenaje, que fue reseñado junto a una fotografía en uno de los números de Nadja. Pero retornando a la pretensión política que le atribuyo a este encuentro, quiero recordar algo que a mí me sorprendió mucho y me impactó recibir a través de la dirección e-mail de la revista. Fue algo gestado en IRICE, "Instituto Rosario de Investigación en Ciencias de la Educación", según creo recordar nombran esas siglas. Ese correo contenía dos archivos; uno, una especie de protocolo y otro una fundamentación. Y quienes lo enviaban convocaban a lo que llamaban "Primer Encuentro Nacional de Editores de Revistas Científicas en Ciencias Sociales". Y redundaban en el atributo. Este correo es de comienzos de diciembre de 2005. Por supuesto que yo no participé y la náusea sartreana me habitó en esos días. Yo voy a leer un párrafo de esa fundamentación. Supongo que esa convocatoria es obra de investigadores y que seguramente no gozarán de simples cargos administrativos. Ellos encontraban cierta dificultad con respecto a revistas que les resultaban inclasificables. Les leo un párrafo: "Existen una cantidad bastante considerable de revistas en el país que no tiene el corte o el perfil de las revistas científicas. Sin embargo, tienen una previvencia (tradición e historia) y periodicidad importante, con buena calidad de artículos, información, e incluso con comité editorial" y terminaban preguntándose: "qué hacemos con ellas; cómo las incluimos y qué lugar le damos". Ellos también querían pensar en el perfil de las revistas de Ciencias Sociales y además los criterios y las normas que supone el proceso de evaluación y acreditación de las revistas. Y se preguntaban con absoluta candidez –y esa falta de disimulo era lo más inquietante del mail- ¿qué supone la evaluación y acreditación de una revista, cuáles son sus criterios? y "¿Por qué no pensar en un sistema de clasificación de revistas con distintos criterios de evaluación, como por ejemplo: Revistas Científicas; Revistas de Divulgación; Revistas de prensa e información?".

En el mail se aclara que "el encuentro no ha sido pensado con ningún fin lucrativo, sino más bien como la respuesta a una necesidad que tenían los editores de juntarse para pensar acciones y políticas relacionadas con el proceso editorial de revistas en Argentina". También ellos daban a su encuentro un alcance político. Y finalizaban en ese protocolo declarando que se convocaba a ese Encuentro de Editores de Revistas Científicas en Ciencias Sociales, con el objetivo de lograr una identidad común. Se auto-convocaban entonces para conformar una identidad común. Y como antes mencioné partían desde una entidad común.

Frente a los fundamentos de ese cónclave, lo que nos encuentra a nosotros, a esta banda contingente de conjurados, es absolutamente lo contrario. Nos encuentra nuestra heterogeneidad. Esta misma heterogeneidad que después de mucho conversar y discutir con Paula, tuvo un cierto giro a partir de tomar publicidad. Paula también expone su proyecto, y este año, con el auspicio del Centro Cultural de España, en Buenos Aires, logra organizar un primer encuentro, pero, de revistas culturales independientes. Hasta el momento, hubo una veintena de revistas participantes, aunque es muy ardua su coordinación. Hay también habilitado un sitio web: www.revistasculturales.blogspot.com. Participan revistas que no solamente son de Capital Federal, sino también de Bahía Blanca, de Córdoba, de Rosario. Pero –y este es su capital- son revistas de teatro, de poesía, de literatura, de crítica literaria, de ensayo, de cine, de arte, de psicoanálisis y de tanto más. Es la heterogeneidad lo que nos encuentra y nos desencuentra, tal como les contaba recién, en sintonía con lo que se ha expuesto esta noche, con estas historias de vida que guardan nuestras revistas. Las nuestras, no las de ellos. Ellos se incomodan dentro del bienestar del sistema cuando un otro –bajo la figura extraña de revistas asistemáticas en este caso- aparece en el horizonte. Por eso recordaba antes que apenas uno abre la tapa de la revista Nadja constan los auspicios de la Escuela de Postgrado de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario. Pero este auspicio solamente tenía que ver con el nombre de Nicolás Rosa y con lo entrañable que es para muchos, en particular para mí y para la revista Nadja. Por eso también el año que viene vamos a modificar esta primera página y seguramente ustedes no van a encontrar más ese auspicio porque es una referencia transferencial, y no un sello burocrático.

Con esto termino y quiero cederle la palabra a quien de ustedes quiera tomarla.

Ricardo Bianchi: Va a intervenir a continuación Federico Vida realizador, redactor y conversador de la revista Éxodo, escritor, estudiante de Psicología de la U.N.R. y David Calord.

Federico Vida: Yo había pensado algunas cosas en relación a la escritura. Me preguntaba por la historia y la escritura.

Escribir supone escribir en el lenguaje de otro. Esto significa perder el tiempo y perder la lengua materna; pienso en la figura del Éxodo judío y en como, a medida que se distancian de su suelo materno, van escribiendo la Torá y haciendo de esa escritura su nueva patria, al tiempo que deben escribir en lalengua del otro, del enemigo: la Biblia de los 70 se hizo de fragmentos escritos en egipcio.

Las revistas independientes hacen un movimiento similar, pues también se distancian del suelo materno: la Editorial. El sello editorial es un sello que autoriza, y lo que autoriza es lalengua (sabemos que el extranjero no tiene los mismos derechos, no es un semejante, aunque goce sí de privilegios 1).

Vos, Ricardo, citabas el sello trasferencial de la Escuela de Postgrado de la Facultad de Humanidades y Artes; es muy diferente que, luego de establecerse una trasferencia , por añadidura, se imprima un sello de lo transferido, como en ése caso, a que se imprima un sello que pretenda instituir la trasferencia.

Por eso quería preguntarte por el título: "Políticas editoriales...".

Yo me permitiría corregirlo. Para mí serían "Poéticas editoriales...". Porque la poesía es la ruina de la institución, del suelo que autoriza. Michel De Certeau al preguntarse por la "Historia y Psicoanálisis" 2 plantea la disyunción entre la institución y la poesía, recordando esa cita de que Freud realiza del poema de Schiller: "lo que vivirá inmortalmente en el poema debe perecer en ésta vida". La política tiene que ver con la autorización en el ejercicio de representación, la poética con la autonomía del ejercicio de la palabra

De los restos, de lo perecedero, se hace la poesía. La escritura surge de los restos de la institución 3.

La moderna distinción entre Historia y Literatura repite esa oposición entre la institución y la poesía. De Certeau ironiza diciendo: "quítale al autor de un estudio histórico su título de profesor y sólo quedará un novelista" 4. Luego concluye que de lo que trata al fin, es de escrituras autorizadas o no autorizadas, respectivamente, institucionalizadas ó independientes 5.

Esto nos permite también criticar a quienes a título de profesores de literatura pretenden explicar un texto por las condiciones histórico-materiales de su producción, es decir "lo institucionalizan" (al decir de De Certeau). Esto pasó en Argentina en los 70, cuando la "literatura política" pretendía capar "la realidad" y darle a su producción una "utilidad" política, histórica. Es decir, autorizarla.

La respuesta del psicoanálisis por ése entonces vino desde la revista Literal, que sostenía que "La Historia no es Todo 6" y que "la escritura es goce", por lo que no tiene porque ser útil, no tiene porqué "servir".

Básicamente, me parece que los que estamos acá, estamos a nombre propio, a título personal, que no estamos a título de ningún sello que nos autorice.

¿Qué compromiso tenemos? (y ahí viene el problema con el otro). Gracias a Masotta estamos advertidos de que esto de escribir en nombre propio tiene efectos institucionales grandísimos: la Escuela Freudiana de Buenos Aires, por ejemplo. Es decir que "publicar", hacer un lugar para el encuentro, para la palabra, tiene efectos identificatorios muy grandes. ¿Qué compromiso tenemos los que hacemos una revista? De lo que se trata es de, ahí donde se establece la masa, ir a disolverla (¡no vamos a abrir una Escuela de Revistas Independientes!, vamos a ser heterogéneos, vamos a conjurar).

Así que yo agradezco la invitación a conjurar que recién nos hiciste Ricardo, y la acepto por supuesto.

Paula Siganevich: Me pareció buen acompañamiento el de él. Me parece que rápidamente nos ponemos de acuerdo en la heterogeneidad. Leyendo los lugares del significante vacío de Juan, donde comenzó renegando toda posibilidad a la revista, y después dejó planteada la posibilidad de las revistas. Insistiría en las diferencias que tienen entre sí las revistas independientes y el punto que apareció a partir de un estudio, de una investigación y que después se fue sucediendo, del carácter de vida propia que tiene todo proyecto cultural. Y no había terminado de entender por qué vos ponderabas hace un tiempo atrás esta cuestión del auspicio institucional. O no entendí en ese momento. Me pareció serio el planteo.

Ricardo Bianchi: Es que como se dijo alguna vez de Nicolás: en los años de la dictadura, la universidad fue sostenida por él y por otros como él.

Paula Siganevich: Discutamos la necesidad de reconocimiento institucional. ¿Apelamos al reconocimiento de la institución o estamos afuera de la institución?

Ricardo Bianchi: Yo creo que hay un lazo de extimidad. Algo que pasó también en la década del ’80. ¿Vos te acordás que Nicolás había inventado una Maestría en Ciencias del discurso. Hasta obtuvo el reconocimiento de la Provincia de Santa Fé. Pero esto era absolutamente insistematizable y de alguna manera esa era la función que encerraba su proyecto. Después ese factor de excedencia frente al sistema en muchos casos desapareció reducido por la Universidad y en muchos otros hubo una transferencia hacia posiciones burocráticas, lo que finalmente a fines de los ’80 y comienzo de los ’90 quedó muy claro en el escenario de la Facultad de Humanidades y Artes de Rosario. Pero no nos olvidemos que Nicolás Rosa, formó a muchísimos de quienes quedan al frente de las cátedras en Humanidades y Psicología. Y ahí me parece que hay un trabajo de transmisión que se dio de un modo absolutamente éxtimo, trascendente-inmanente a la Universidad. Me parece que su caso encierra un testimonio extraordinario de que el discurso universitario fracasa en su pretendida totalización y sistematización. Según lo expuesto por Lacan durante su seminario El acto psicoanalítico, podemos interpretar que Nicolás Rosa ha sostenido un modo de enunciación todavía irreductible y excedente al discurso universitario en tanto apuesta a sus consecuencias.

Paula Siganevich: A mí no me joden más. Yo no dejo de hacer revistas independientes a pesar de que ahora tengo mucho más trabajo en instituciones. A mí me jodieron porque me hicieron creer que iba a poder estar en proyectos como los de revistas independientes en ámbitos de la institución. Pero creo que básicamente lo que tiene la revista independiente es la independencia.

Ricardo Bianchi: No cabe dentro de la Institución.

Juan Mendoza: Antes hicimos una referencia a Oscar Masotta. El fue a la Facultad de Psicología invitado para dar clases y un día, al cabo de cuatro meses, se fue a su casa y se llevó a aproximadamente 400 alumnos. Y Masotta decía que cómo iba a confiar en la Universidad si él se llevaba 400 alumnos a la casa. Entonces, no se puede confiar en la Universidad.

Al cabo de algunos años va a ir a introducir el Psicoanálisis a España, entonces le deja sus alumnos a Germán García. De los 400 alumnos, 200 se quedan con Germán García. Una enormidad, teniendo en cuenta que Germán García había sido alumno de Oscar Masotta. Entonces, como de alguna manera empieza a vivir del psicoanálisis, dice: "bueno, voy a estudiar Psicología ". Y cuando va a la Facultad de Psicología, encuentra que, entre los alumnos de esa Facultad, estaban sus propios alumnos. Entonces dice: "no, no puedo ir a la Facultad de Psicología, porque así deslegitimo lo que sé".

La relación con la institución es muy extraña. Ahora bien, estamos hablando de la institución universitaria, la institución que goza de mayor prestigio social, en el escaso prestigio social que tienen las instituciones argentinas.

Ese es un problema. Y hay otro problema. La revista Literal, que es justamente la que estoy trabajando, plantea subvertir el orden de las fuerzas imperantes, renunciar, doblegar la exclusión social que cualquier hegemonía siempre instituye. La función cultural de la revista también puede ser una función instituida por alguna hegemonía. Ojo. Cómo subvertir una función que siempre se aplica aún a todos aquellos que supuestamente resisten. ¿Cómo estar al margen?

La literatura también es una institución. Y, como toda institución, tiene funcionarios. Un escritor consagrado es un funcionario de esa institución. Instituye valores la institución literaria. Por eso, a veces, más que de literatura, queremos hablar de la escritura. Y ahí es donde justamente entra el concepto de goce. Que no es un concepto. Ni siquiera es un significante. Es una experiencia. El goce puede ser atribuido a Maurice Blanchot, pero obviamente estamos hablando de otra referencia. Una referencia más psicoanalítica. Pero es un poco esto, ¿qué relación guardamos con las instituciones? Y, para terminar este breve planteo, creo que en este momento estamos asistiendo a una confluencia de sistemas culturales que se están solapando. Por un lado, está la tradición humanista, que tiene que ver con la cultura humanista, ahí hay 2500 años de tradición. Por otro lado, hay una cultura que tiene que ver con lo industrial. Ahí hay un siglo, el siglo XX. Y hay una nueva configuración cultural, que no sabemos qué nombre va a tener, pero es algo que está adviniendo. La cultura humanista ocupa el lugar de cultura residual y tiene un valor de resistencia. La cultura industrial tiene un lugar de hegemonía. Y esto que está adviniendo, no sabemos bien qué es lo emergente. Lo emergente, en una denominación provisoria, puede ser llamado cibercultura. No lo sabemos. Lo interesante es ver cómo se solapan estas diferentes formas culturales. Lo que yo sospecho es que una institución estatal, de alguna manera, tiene muchísimo que ver con la cultura del Estado. Y la institución estatal, el Estado, tal como la conocemos, corresponde a una configuración cultural del humanismo. Entonces, la supuesta batalla entre lo independiente y lo institucional no es tal cosa. Porque también lo independiente como lo institucional corresponden a una configuración cultural que ya pertenece al pasado, que tuvo 2500 años de gestación y que, de alguna manera, corresponden a un mismo momento. Esto es lo que quiero plantear. Pensémoslo.

Asistente: En relación a lo que decían Paula y Juan acerca de cuál es la relación entre revistas independientes y la institución. Porque hay un hecho que es ineludible, creo yo, que es el público. Por más que no se agote en lo que pertenece a las instituciones, la mayor parte del sector de las revistas tiene un paso por las instituciones, aunque sea breve. Para tener en cuenta en estas relaciones de poder.

Ricardo Bianchi: Interviene ahora Daniel Leone director de la revista Olipsi y estudiante de la carrera de Psicología.

Daniel Leone: Estoy muy agradecido de que me hayan invitado. Yo los escuchaba a todos ustedes, y yo soy muy nuevito en esto de la revista. Tengo un antecedente, haciendo honor a lo que decía el amigo, creo que viene de una calentura de niñez, que tiene que ver con un diario barrial que un director de una vecinal nos invitó a hacer. Empezamos a hacerlo con unos amiguitos y cambia el director. Justamente el director de la vecinal y el diario se terminaron después del tercer número.

La revista no pertenece a ningún grupo, salvo a mí mismo, por lo cual mi analista y de alguna manera está, porque viene particularmente de un sueño. Como buen creyente del tema de los sueños, lo seguí a tontas y a locas, y acá estamos. Es una revista que quiere tener una posición propia, y que no sabe bien qué significa ser independiente o no incluso, por más que parezca ingenuo el planteo. Lo que pretende la revista es plantear la posición frente a lo que podríamos llamar identidad de pertenencia o implicación. Me parece un punto interesante para distinguir. El punto creo que no es si uno pertenece o no a una institución. El tema es si está implicado o no. O, al revés, uno puede estar implicado en diferentes instituciones, y eso no quiere decir que no pueda producir independientemente. Porque la producción va más allá del papel. Es, como dijeron ustedes, una historia de vida. Y una historia de vida se pone también en juego como lector, con lo que uno ha leído y ha pasado.

La revista Olipsi tiene incluso la independencia de sacar su nombre de un apodo que me pusieron a mí en algún momento. La revista tiene que ver con eso, y a la vez con cierta idea que tuve el primer día que estuve en la Facultad de Psicología, y que fue la idea que me retuvo en esa Facultad. El peso institucional de algo tan institucionalizado como es el Psicoanálisis, con todo lo que tiene de institución, sobre todo en el sentido lacaniano, denso, del término. Es la necesidad de la poesía. Es como decir: si yo me hallo en la poesía, estoy salvado.

La revista nace un poco de todo eso. Esto es lo que tengo para aportar al tema del debate.

Ricardo Bianchi: Antes de cerrar el panel me declaro sorprendido: escuchamos esta noche a los psicoanalistas referirse a la poesía y a los colegas de Letras hablar del goce! Desde el horizonte de las humanidades, Nicolás Rosa inventó el término perfusión de los géneros, destinado a ese suplemento contaminante en que retorna el poder del logos. Entonces la sugerencia de Federico Vida, reemplazar en la convocatoria "Políticas editoriales" por "Poéticas editoriales" descubre la ética de su pertinencia.

Quiero agradecerles a todos su asistencia y destacar que se trata del comienzo de un debate. Después de la serie de reuniones de revistas independientes, coordinadas durante el 2006 por el Centro Cultural de España en Buenos Aires –véase el aviso con las direcciones web de todos los participantes en este número de Nadja- falta responder una pregunta… ¿Constituiremos un encuentro de revistas independientes de la cultura argentina? Nos pareció así oportuno invitar a esta mesa redonda, pero anticipando que nuestra interpretación propone como indiscernibles la historización de las revistas independientes y su porvenir. Quizás una vez publicadas las intervenciones de este panel en el próximo número de Nadja se recojan ecos que nos permitan insistir.

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