Volver a la página principal de Nadja
Revista temática de carácter independiente

Número 3:
La huella y el pensamiento judío
(Haga click sobre el título para comprar la revista por internet)
(Abril 2001)

Sumario

Editorial. José Giusto Zimmardo

Hakdamá. ¿Por qué el judaísmo? Ricardo Bianchi

LECTIO:

Jornadas de Lectura y Crítica filosófica 2000. Walter Benjamin: una fenomenología de la alteridad.

TRANSLATIONIS

La mancha. Avivando todos los fuegos

"Huellas en el desierto". Diana Sperling (fragmento)

..."Tú eres rico. La palabra te es dada.

Edmond Jabés

Erramos. Fatalmente, erramos.

Leemos interesadamente; cuando elegimos un texto, hallamos en él signos, señales, voces que nos hablan de una manera peculiar, una manera que de seguro habrá de ser para nosotros, para mí: lo que mi oído necesita escuchar, lo que mi oído puede escuchar.

No será, pues, mi lectura igual a la de otro lector. No hallaré en el texto sino lo que busco, aun si no sé exactamente lo que busco o si, de hecho, descubriré qué es lo que busco cuando ya lo haya encontrado. Allí, en esas páginas que me convocan y me invitan, que me sugieren un recorrido en el que no me encontraré con otra cosa que conmigo misma. Pero es un conmigo misma desplazado, extrañado, asombroso, como si yo fuera otra y, sin embargo, me reconociera en esa parcial ajenidad. Soy lo que soy siendo otra, extraña a mí misma, porque si no, no soy.

No hay, así, lectura "objetiva" en el sentido de neutral, totalizadora, imparcial. Ya Nietzsche fue claro al respecto: no existe conocimiento desinteresado, siempre el pensador, el escritor, el investigador pone en marcha su acción cognoscitiva desde la voluntad de poder. Desde el deseo, diría Spinoza. Detrás de todo qué hay un quién, y es ese quién el que, más allá de sí mismo –es decir, de su intención o su conciencia- determina la dirección de la lectura y el énfasis de la interrogación.

De modo que esta primera acepción del errar apunta a la interpretación: toda lectura, en efecto, lo es. Pero si todo leer es, inmediata e ineludiblemente, interpretar, ¿cuál es el límite, qué es lo que hace que ciertas lecturas sean más ajustadas al texto que otras, que unas aparezcan como válidas mientras que otras se presenten como caprichosas, arbitrarias, ilegítimas? ¿Cuál es el grado de traición que un texto puede soportar? Y, en todo caso, ¿cómo, quién, desde dónde se establecen los parámetros que validan una interpretación?"...

"Hacia una crítica dialógica. La religión de la razón de Hermann Cohen". Karmen Ochando Aymerich. (fragmento).

..."De acuerdo con Samuel Hugo Bergman , en el período de Marburg, Hermann Cohen sostuvo que la religión constituía sólo una presuposición para la ética, y que ésta estaba destinada a absorberla. Sin embargo, la idea de Dios (más que un ser existente, una idea o un concepto) constituía un eje central de su propuesta ética y tenía la función de proveer a la humanidad de un ideal eterno. Para Cohen, ética y ciencia no constituían conocimientos contradictorios. Sostenía que la libertad del hombre, que es la base de la ética, no está en contradicción con la ley de la causalidad de las ciencias naturales; ambos conceptos, libertad y causalidad, constituyen presupuestos metodológicos utilizados en la construcción de dos sistemas diferentes que pueden coexistir simultáneamente.

Cabe deducir que los escritos de Hermann Cohen posteriores a la época de Marburg pertenecen a un ámbito ‘otro’, el judío, del pensamiento? Tal vez como una materia de estudio impropia de la filosofía ‘general’, ‘occidental’, ‘universal’? Debería comprenderse que su defensa del judaísmo y, sobre todo, del que sería su libro póstumo Die Religion der Vernunft aus den Quellen des Judentums (1919), esa obra a la que consagró sus últimos años, en la que, al decir de su esposa Martha Cohen, "había puesto toda su alma", constituyen intereses de gueto, extranjeros perennes para el pensamiento occidental? Acaso, en el mejor de los casos, curiosidad intelectual para los adictos a la historia de las religiones?

Prefiero, en estas líneas, compartir la actitud ética o intelectual (tan alejadas?) de quienes, como Marlène Zarader y Reyes Mate, por citar a los más próximos, se empeñan en rescatar para la filosofía y la ética occidentales la presencia, más que latente o silenciada, vigorosa, de los pensadores judíos. Se trata, como hicieron Franz Rosenzweig y Lévinas, de pensar la filosofía tomando como punto de partida al judaísmo porque, en definitiva, como se preguntaba el propio Hermann Cohen, podría encarnar la filosofía la universalidad de la razón cultural si no contara con los buenos servicios que le prestó el monoteísmo?"...

"La huella en el nombre". Silvana Rabinovich (fragmento).

..."¿Cómo concebir un tiempo independientemente de la presencia? Se trata de pensar radicalmente la idea de "trascendencia". La temporalidad de la Estrella de la Redención plantea la Creación como un pasado que no fue el presente de nadie; la Revelación es el encuentro con aquél que no se "presenta" ante mí, sino que aparece de modo inaprehensible, y la Redención es un futuro que no se asemeja a un segmento presente por-venir. Podríamos decir que la temporalidad mesiánica, Ajarit Hayamim , se concibe independientemente del espacio, y a partir de su diferencia no se reduce a un tiempo cuantificable. Pero en los textos de Levinas, el tiempo se define con relación a los otros, a la muerte del otro, a la posibilidad de trascender a partir del erotismo y la fecundidad. La propia existencia tiene el estigma de la culpabilidad del sobreviviente. El uso del lenguaje en los textos de Levinas -y en este sentido la idea de trascendencia-, debe abordarse cuidadosamente, sin olvidar el principio deconstructivo que lo caracteriza. El filósofo de la huella sostiene que el término "dios" –y agregaríamos (para todos aquellos lectores que sospechan de una filosofía teologizante), la "trascendencia", así como una larga lista de palabras explosivas del léxico levinasiano- tiene un sentido subversivo, se trata de poner en cuestión un discurso hegemónico en la filosofía que considera válido un único tipo de racionalidad: la razón lógica, excluyendo racionalidades alternativas. Levinas no se queda en un estadio pre-filosófico ni en un discurso irracionalista, sino que expresa otro tipo de racionalidad: la razón ética pre-originaria, y en ese marco debe abordarse la idea de "trascendencia""...

"Edmond Jabés: una poética del vacío". Lisa Block de Behar (fragmento)

..."Et, pourtant, à la question : "Pour qui écrivez-vous?" n’avait-il pas, spontanément, répondu : "Pour personne ; pour le silence, peut-être, qui est toujours attente de quelqu’un."

Edmond Jabès

Un Étranger avec, sous le bras, un livre de petit format.

Además de una poética del vacío, tal vez habría sido justo aludir a una poética de la contradicción ya que la redundancia no es ajena a esa forma de la ausencia, una constante en la escritura de Edmond Jabès. Tendida a dos puntas, convoca la totalidad y el vacío, la vida y la muerte, el discurso y el desierto, el mundo y la aniquilación, la solución y el misterio, la voz y el silencio, el pensamiento y la poesía: "Sœurs siamoises, séparées par la tête: la pensée et la poésie." Si el conocimiento aparta la revelación poética de la reflexión, si divide en dos una misma entidad, la lectura podría reunir esas partes en una hermandad que no desconozca la fractura. Declarando la rotunda inexistencia de un método hermenéutico, Hans Georg Gadamer se pregunta, a propósito de Paul Celan, "-¿Qué debe saber el lector?", "-Lo más posible", es su inquietante respuesta. Apesadumbrado por carecer de un sólido fondo cultural sobre la tradición religiosa judía, sobre la mística de la Cábala, los términos hebreos y una teología judía suficiente, al abordar a un poeta que hace de esa profundidad y profusión su prodigio poético, Gadamer insiste en la importancia de leer una y otra vez, de procurar asistencias válidas para que el encanto de la comprensión se produzca.

De la misma manera, como si Edmond Jabès fuera el poeta doctus que fue Paul Celan para su crítico, la aproximación a su obra requiere las precisiones de erudición necesaria, una necesidad que multiplica inquietudes hermenéuticas semejantes acentuadas por un hermetismo que, en ambos poetas, da cuenta de un vacío primero y mayor, iniciado por el secreto de Dios que, como tal, no se dice (la ausencia de una palabra), y un vacío reciente y no acabado, por los espantos de una historia indecible (otra ausencia de palabras). Hasta aquí las semejanzas"...

 

"La huella de Freud, la huella en Freud". Juan Ritvo (fragmento).

..."¿Estamos en condiciones de examinar el concepto freudiano de huella mnémica (Erinnerungsspur) sin transformar a nuestro trabajo en un esfuerzo parásito? Sabemos (y es enteramente obvio) que sin la huella freudiana no habría ni letra ni significante en Lacan, pero (y esto no es tan obvio, no lo es en modo alguno) la mayoría de los análisis de los lacanianos, parecen suponer que el sucesor ha absorbido completamente al antecesor. Suposición que puede explicar esa forma tan extendida de revisar y exponer los conceptos (no sólo entre nosotros; la falsa piedad de anticuario domina todo el espectro de la cultura universitaria) sin que la revisión y la exposición -así sean minuciosas, así fueren competentes- traigan la menor consecuencia. Voy a dejar de lado las nociones de 1‘antecedente’ y de ‘sucesor’ tanto como esas dos novelas familiares de la cultura que son estrictamente complementarias: la que piensa en un continuo en el cual indefinidamente se pueden ligar las "influencias" de todos con todos, y la que quiere preservar al Amo que nombra en el origen (el Adán de su campo, que nombra de una vez para siempre) de toda contaminación y de toda "apropiación ilegítima" por parte de quienes no son sus fieles.

Quiero decir: no voy a considerar la noción de huella con la indiferente condescendencia de quien, ya instalado en la verdad superadora, puede, ahora, con tranquilidad, examinar los esbozos, geniales, pero esbozos al fin, de un concepto que sólo más tarde aparecerá a plena luz. Tampoco me dispongo a volver, con mal disimulado resentimiento y hastío, al ‘clasicismo’ de Freud: como si no hubiera más defensa contra la asfixiante escolaridad lacaniana que retornar a una verdad primera puesta al abrigo de la heterogeneidad, el desgaste, la arbitrariedad, las dudas y las oscuridades insistentes, obsesivas y hasta persecutorias"...

"La impureza como huella". Perla Sneh (fragmento)

..."El ídish, "almendro florecido en el desierto", que vivió en carne viva la matanza, tiene una vida que no se reduce a "contar esa muerte infinita". Sus orígenes se pierden en el siglo X y arraigan en el Mittel-Hochtdeutsch, el hebreo, las lenguas romances y las eslavas. Su posterior denominación como taitsh (equivalente a la voz germana deutsch, traducción) indica el papel que le tocó desempeñar: traducir lo sagrado, esclarecerlo. Lengua de los simples y de los no ilustrados, nunca representante del poder o la autoridad –celestial o terrenal-, fue, sobre todo, una lengua femenina, la de aquellas que, excluidas de la educación religiosa, debían sin embargo cuidar de los concretos preceptos de la piedad cotidiana, de la sacralidad de la minucia doméstica. Pero ya en la literatura ídish medieval, además de traducciones y recopilaciones de textos sagrados, la traducción se amplía a lo profano y aparecen novelas de caballería al estilo de las sagas de la época, cuentos y leyendas. El ídish fue albergando así la narración y la canción de cuna, el canto popular y la tradición juglaresca. Lengua de paradoja y poesía, virtuosa en el insulto y el sarcasmo así como en el sentimentalismo y la ironía, gusta de la contradicción y la ambivalencia. Lengua modulada en tonos femeninos: consuelo e injuria, arrullo y engaño, melodía y maldición.

Esta mínima noticia del ídish vuelve más notoria aun la ausencia de su lectura en el interior de la reflexión contemporánea sobre el judaísmo, en la que el gesto de fascinado respeto ante la tradición judía se convierte en mueca de desprecio por lo que se considera yargón, "dialecto degenerado" del alemán, lengua "bastarda", de vocabulario "híbrido", de carácter "incivilizado". En suma: lo despreciado del ídish es su impureza.

He aquí otra desconcertante historia: la lengua cotidiana de gran parte de los judíos durante más de diez siglos parece no haber dejado huella en la reflexión actual del pensamiento judío"...

"Spinoza y el epicureísmo". Diego Tatián (fragmento).

..." Resulta evidente que no es esta la idea de azar que se adjudica normalmente al epicureísmo, cuyo mundo es ateleológico y cuya crítica de las causas finales ha sido referida ya. La noción de azar propuesta por Boxel se define como un imprevisto en relación a un fin preestablecido por un autor, como el accidente que le ocurre a la ejecución de un plan por quien lo ha concebido. Pero es exactamente esto lo que tanto los epicúreos como Spinoza desbaratan afirmando la inocencia de lo real y del devenir. No hay ni un sujeto trascendente que predestine (lo que se llama un "autor"), ni finalidad alguna hacia la que tiendan los seres y respecto de la cual pudieran sobrevenir accidentes –así, por "azar". En efecto, sólo puede hablarse de azar en un mundo creado en virtud de un modelo preestablecido, por un Dios autor que lo concibe en su entendimiento y lo realiza por su voluntad de acuerdo a fines. De manera que la negación spinozista del azar hace constelación con su negación de un Dios trascendente que crea el mundo y lo dirige hacia fines: "...dígame, por favor, si usted ha visto o leído algunos filósofos que hayan sostenido la opinión de que el mundo fue hecho por azar, en el sentido en que usted lo entiende, a saber, que Dios, al crear el mundo se fijó un objetivo y que, no obstante, transgredió el que se había fijado. No sé que tal cosa haya venido jamás a la mente de nadie". Y menos que nada a la mente de los epicúreos..."

 

"Mujeres sabias". Nicolás Rosa (fragmento).

..."A propósito del libro de Julia Kristeva sobre Hannah Arendt:
El genio femenino.1. Hannah Arendt, Buenos Aires, Paidós, 2000

La historia es un relato que tiene muchos comienzos y ningún final.

Hannah Arendt

La historia es un relato lleno de ruido y furor contado por un idiota.

Shakesperare- Faulkner

En 1906 nace Hannah Arendt, en 1975, muere. Entre estas fechas se extiende un tiempo y una temporalidad. El tiempo está gravado fuertemente por acontecimientos históricos duros y en cierta manera, novedosos: el imperialismo moderno y el totalitarismo. La temporalidad tiene necesariamente un carácter filosófico y una variación literaria: cómo pasa -fluye- el tiempo en la constitución del sujeto, en su propio Dasein. De estos hechos está tramada la vida pública y privada de Arendt, no solamente por la teorización de base heideggeriana sobre la historicidad del tiempo, sino por las vicisitudes de su historia personal. Si se piensa siempre como "mujer pensante", la vida histórica la devuelve como "mujer actuante" y en ese enlazado encontró su fortaleza y su escenario, acosada de fragilidad por aquello que se le impusiera como destino (la acción política, la vida activa de la polis, la férrea lógica de las acciones públicas de las que no se vuelve sin deterioro), se renovó constante pero dolorosamente en lo que se llamó la vía activa, aquella que podía superar dialécticamente la vía meditativa, y por ende sobrepasar la soledad del pensamiento filosófico. Mujer entre dos mundos, entre dos tiempos, y entre dos linajes (¿alemana? ¿judía?) y entre dos revoluciones fallidas, pobló toda su obra -su escritura, su relato de la historia contemporánea- de variaciones y antinomias. ¿Mujer que culmina el siglo XX o mujer que declina el siglo XIX? Es ella misma la paria que ve en la vida de Rahel Varnhagen; judía extraña entre los judíos y alemana extranjera entre los alemanes, encarna su destino personal pero también el destino de la época"...

Walter Benjamin. Agesilaus Santander

Traducción y nota de Ricardo Ibarlucía

..."El texto que aquí presentamos fue escrito por Walter Benjamin en Ibiza en 1933 y descubierto entre los manuscritos conservados en Archivos-Benjamin de Francfort del Meno, formando parte de un pequeño cuaderno de notas (W.Benjamin, Gesammelte Schriften, VI, 520-521). Fue publicado y comentado por Gershom Scholem en su ensayo "Walter Benjamin und sein Engel", recopilado en Siefried Unseld (comp.), Zur Aktualität Walter Benjamin, Francfort del Meno, n°150, 1972 (hoy en G. Scholem, Walter Benjamin und sein Engel. Vierzehn Aufsätze und kliene Beiträgre, Francfort del Meno, Suhrkamp, pp. 35-72).

Benjamin redacto dos versiones de este texto en tan sólo cuarenta y ocho horas, introduciendo importantes cambios. La primera versión nunca antes había sido traducida al castellano; la segunda, en cambio, se publicó en Diario de Poesía (Buenos Aires-Rosario, n°51, primavera de 1999), aunque con una redacción ligeramente distinta. Esta es la primera vez que se publican conjuntamente"...

PsicoMundo Argentina - el canal argentino de PsicoMundoPsicoMundo - La red psi en Internet