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Revista temática de carácter independiente

Número 9:
Del meteoro y la contingencia
(Haga click sobre el título para comprar la revista por internet)
(Marzo 2006)

Sumario

Reisebilder: El arte de ver. Ricardo Bianchi

LECTIO:

SEMINARIO Nadja 2005: "Lo sustractivo: reserva y transferencia"

PRESENTACION-ANIVERSARIO cinco años de la revista

THEATRUM:

TRANSLATIONIS:

La mancha. Suplemento


Reisebilder: El arte de ver. Ricardo Bianchi (completo)

"Daniel Nikolaus Chodowiecki fue un grabador de la segunda mitad del siglo
XVIII que recibió la admiración de E. T. A. Hoffmann. Aporto a continuación una prueba. En La ventana esquinera de mi primo, el inválido recrimina al otro su falta en el requisito principal para la literatura: "un ojo que realmente mire". Desde la ventana de su pequeño gabinete, en el alto piso ochavado que habita sin abandonar nunca, el primo disfruta del espectáculo de la inmensa feria, junto al magnífico edificio del teatro. Esa vez, delante de la ventana, mientras uno ve debajo tan solo un inmenso y abigarrado cantero de tulipanes, el primo buscará enseñarle "por lo menos los rudimentos del arte de ver"1 . -"Aquella feria no ofrece para ti nada más que el espectáculo de una muchedumbre colorida y caótica que se mueve sin ningún sentido. ¡Ja, ja! Para mí se despliega allá el escenario más variado de la vida burguesa, y mi espíritu –como un bizarro Callot, o un moderno Chodowiecki- realiza un boceto tras otro, cuyos trazos son a menudos bastante audaces"2 . La mención de Hoffmann funciona como con los nombres de los héroes en la tragedia antigua, sobre el firme horizonte del reconocimiento de sus contemporáneos.

¿Porqué Chodowiecki es el nombre para un maestro en el arte de ver? Para responder a esta pregunta bastará recorrer su obra con suficiente amplitud. Ahí el falo está siempre emplazado. Siempre dominando la escena, desde su mismo centro o destacado sugestivamente en un plano secundario. La época de Chodowiecki no es entonces la misma que la de Charles Melman, según el testimonio recogido en El hombre sin gravedad. Para Melman asistimos a un final determinado por "una liquidación colectiva de la transferencia"3  y la apertura a una época del pasaje al acto, del "análisis sin transferencia"4 . Bastan para mostrar las diferencias esos personajes recurrentes de Chodowiecki, maestros, hipnotizadores, soldados, viajeros, caballerizos o postillones, en una escena donde nunca faltan, zuhanden, un látigo, un bastón, un florete o un poste erguido.

Frente al retratista de la transferencia, el viejo psicoanalista y analizante de Lacan, revela un tiempo sin metáforas ni metonimias, en donde "lo que se encuentra perdido es lo que Lacan llama el objeto a, la causa del deseo"5 . La nueva economía psíquica, en el cenit de la humillación paterna, "privilegia el goce del objeto al goce fálico"6  bajo un adictivo vaivén entre presencia y ausencia. Pero si "la castración no es forzosamente la Ley definitiva de la humanidad", Melman interpreta la "búsqueda de una defensa contra la castración" como un progreso, y duda que el significado interminablemente se soporte en la diferencia sexual7 .

Por lo demás, Melman sostiene que la nueva economía psíquica constituye una lógica del traumatismo. Desde Freud, trauma y traumatismo nunca nombraron lo mismo. Porque mientras el trauma funda una dialéctica imposible, el traumatismo

es un meteoro. Quizás por eso, en la última sesión del Seminario de 1955-56, Lacan haya enunciado: "el meteoro es eso"8 . El arco iris es eso: detrás de esa apariencia nada se oculta. Reducido a su apariencia se sustrae a toda dialéctica imaginaria. Mientras que el falo -continuaba Lacan- "se pasea", y entonces la mirada de Chodowiecki es la de un viajero abierta hacia el descubrimiento fálico. Pero en este caso como hay quien lo recibe, aparece la figura del portador –y nunca mediador- fálico: "La única función del padre en el trío es representar al portador, el que detenta el falo. El padre en tanto padre tiene el falo: y más nada… es aquello que debe existir en la dialéctica imaginaria, para que el falo sea otra cosa que un meteoro"9 .

Aristóteles y hasta el mismo Descartes son autores de Meteorológicas . Sartre y Heidegger fueron meteorólogos durante la primera guerra. En el frente esperaban con anhelos enfrentados una dirección favorable de los vientos o la desventura de un temporal. Panópticos del meteoro, otra función –todas al servicio del discurso del amo- que los filósofos nunca dejaron de cumplir. Ante tanta obscenidad, preferimos la miseria del grabado de Chodowiecki en nuestra tapa, Armes Kind im Winter. No olvidar frente al meteoro invernal, nuestra pobreza y nuestra intemperie.

Y nuestra intemperie nos causa. El año pasado produjo el comienzo del Seminario Nadja al cumplirse 5 años de la revista. El lector encontrará en este número una sección conteniendo una presentación del Seminario, la totalidad de las intervenciones y el panel final de nuestro aniversario. Durante este año 2006 la nueva convocatoria será bajo el título: "El prójimo". Las sesiones serán los segundos Jueves de cada mes entre Abril y Noviembre, desde las 20 Hs. en el Auditorio Rodolfo Shcoler de la librería Homo Sapiens de Rosario, también organizador junto a la revista.

Ahí mismo, entre el 7 y el 9 de Septiembre próximos celebraremos las Primeras Jornadas Nacionales de la revista Nadja, en esta edición convocadas mediante el título de "Fenomenología y psicoanálisis". En paneles temáticos se podrá participar con ponencias, que previa aceptación por un Comité Académico compuesto por Nicolás Rosa, Pablo Zöpke y Juan Ritvo, serán publicadas en el número 10 de nuestra revista, en Marzo de 2007. Toda la información puede solicitarse a nuestra dirección de correo electrónico (revistanadja@hotmail.com) o en nuestra página Web (psiconet.com/nadja).

Por último planeamos este año una Mesa redonda para debatir las Políticas editoriales de las publicaciones independientes en el campo de las humanidades. En una fecha todavía a determinar participaremos junto a Paula Siganevich de la revista Grumo y a Carlos Brück de mal estar para rechazar recientes pronunciamientos que sobre políticas editoriales hicieran bienintencionados investigadores universitarios..

Esperamos pues reencontrarnos durante el año y en nuestro próximo número, El prójimo, en Marzo del 2007, contando en tener, el viento a nuestro favor favor".

Notas:

1 Hoffmann E.T.A. Cuentos fantásticos. Corregidor. Buenos Aires, 1978. Pág. 261

2 Idem ant.

3 Melman Charles. El hombre sin gravedad. Gozar a cualquier precio. Entrevista con Jean-Pierre Lebrun. UNR Editora. Rosario, 2005. Pág. 17.

4 Idem ant. Pag. 79.

5 Idem ant. Pág. 21.

6 Idem ant. Pág. 157.

7 Idem ant. Págs. 49 y 91.

8 Lacan Jacques. Seminario Libro 3. Las psicosis. Paidós. Barcelona, 1984. Pág. 451.

9 Idem ant. Pág. 454.


Victor Shklovski: "Las obras de arte son a su manera impenetrables". Laura Estrin. (Fragmento)

"Finalmente Victor Shklosvki reflexiona: "Hago mi deposición: declaro haber vivido honestamente la revolución. No he ahogado a nadie, no he aplastado a nadie, no he hecho la paz con nadie bajo la presión del hambre". Pero la revolución hizo que ´la vida se haya convertido en un arte, se perciben los mínimos detalles´ –había dicho Eijelbalum- cuando el hambre les agigantaba los sentidos: vanguardia y guerra, teoría, estrañamiento, y realidad sin solución de continuidad, es decir, la teoría y la crítica literaria no eran una invención sino que estaban desencadenadas por esa misma vida concreta. Los hijos de Eichelbaum enfermaron, el hijo, Victor, murió de hambre, en Viaje sentimental Shklovski recuerda como enrollada en una manta, llevaba Eichelbaum a su hija no pudiendo sentir el calor de la primavera. También relata como quemaban colecciones de revistas y de libros para entrar en calor, metían los pies de a uno en el horno, pero los libros se queman mal –dice Shklovski acompañando lo que Bulgakov monumentalizó en Maestro y Margarita: los manuscritos no arden que es, en realidad, una frase que toman de Mandelstam, del Coloquio sobre Dante donde se lee "los borradores nunca se destruyen"


Experiencia y cosmos: la narrativa de César Aira y la poesía de Arturo Carrera Nancy Fernández. (Fragmento)

"Los misterios de Rosario es una novela que expone toda una elaboración a partir de las formas populares de la cultura, tomando los géneros de masas como el marco más adecuado para armar una narración. De este modo se introduce el folletín con los vaivenes de una trama amorosa, y también con la historia del Sabio loco y del Héroe desesperado. Si el nombre propio de Alberto Giordano encamina la ficción verídica, el mismo funciona como senda de doble mano al jugar con la confusión desopilante del verosímil: un cataclismo meteorológico, de magnitud apocalíptica, amenaza con destruir a Rosario, " la segunda ciudad de la República". Pero la clave del enigma urbano le está reservada al insigne investigador, en quien también parece estar depositado el destino de las Artes y Letras nacionales, refugiadas en el amenazado edificio de la Facultad de Humanidades."


¿Psicoanálisis? ¡Milagro! O del múltiple desinterés por el psicoanálisis. Parte I. Ángel Fernández.(Fragmento)

"¿De los múltiples "Lacan y yo" que se conocen hay uno que reúne una pluralidad de encuentros (Quartier Lacan) . En su introducción Alain Didier-Weill recuerda la decepción con la que Freud escribía a Ferenczi: "los espíritus obedientes no advierten la elasticidad de esas convenciones y se someten a ellas como ordenanzas tabúes."

Esto ocurría en 1928 y apuntaba a la transformación de los consejos técnicos en prescripción imperativa.

Cuando todavía no se había configurado del todo un "adentro" se podía soñar con que las dificultades provenían del exterior. Cuando empezó ha haberlo, ese "adentro", dejó de ser protector para tornarse amenaza.

La formación de analistas por vía institucional o por agrupación espontánea en torno a un Maestro, a pesar de ser radicalmente distinta comparte el mismo núcleo mafioso y la misma vocación satánica. Las apologías y las reivindicaciones que de ahí provienen, cuando las hay-en general reina un diplomático silencio- son falsas.

Es obvio que ambos lugares sobreviven, gracias a la profunda ignorancia en la que se mantiene lo que respecta al psicoanálisis en sus aporías teóricas y en su quehacer clínico. Si los reclamos de apertura, intercambio y reconocimiento que solemos escuchar de parte de instituciones y maestros se cumplieran, perderían buena parte de sus privilegios".


Literatura y contingencia: El fiord de Osvaldo Lamborghini. Juan José Mendoza (Fragmento)

"Ese es el gesto in-decidido de El fiord: referir pero no referir. Carla Greta Teró n (uno de los personajes de la novela) es, en una lectura literal, la C.G.T. y Evita, pero, en una lectura literal, no es ni la C.G.T. ni Evita. Sebas, es las bases del peronismo excluidas de la fiestonga de garchar. Pero es también, simplemente, otro excluido del goce (no necesariamente alineado entre las bases del peronismo). La crítica que gusta de la exégesis simbólica ha señalado con suficiente recurrencia el mapa sinóptico que refiere al escenario político de la Argentina de entonces, marcada por la proscripción del peronismo, la politización de la sociedad y "las vísperas de la revolución."

Sin embargo, la radicalidad política de El fiord no reside ni en la "supuesta" actitud de denuncia de un régimen económico ni de una estructura social (sexual). La radicalidad política de la obra de Lamborghini reside en la identificación de un tono, y en la renuncia a una moral de la moda escrituraria de entonces. Vale decir: El fiord no es literatura porque es un libro, sino que es una realidad porque es literatura (ya se sabe: cualquier similitud entre la ficción y la realidad es pura coincidencia).

No tomar posición. Tomar la actitud crítica que supone la conciencia de la indiferencia o la indiferencia consciente. Mantenerse al margen de los discursos imperantes o simplemente reproducirlos tal cual circulan para, precisamente, hacer cualquier cosa menos adherir a su reproducción. Pero por otro lado escribir lo que todos, en algún momento dicen (y siempre piensan): es difícil no escribir lo que todos quieren leer...".


Presentación del Seminario Nadja 2005 "Lo sustractivo: reserva y transferencia". Ricardo Bianchi. (completo)

La historia

En el mes de Junio de 2005 se cumplieron cinco años de edición de la revista Nadja, Lo inquietante en la cultura. Hasta entonces se habían publicado ocho números de alrededor de doscientas páginas cada uno. Con éste que usted está leyendo, el noveno, totalizamos la participación de setenta y cuatro diferentes autores, quienes en muchos casos han reiterado sus colaboraciones, a veces hasta alcanzar a todas las entregas.

Para los lectores recienvenidos, disponemos de una página Web: psiconet.com/nadja donde hemos recibido ya 6.000 visitantes. La mitad de Argentina, y un porcentaje destacado de visitas desde España, México, Estados Unidos y Latinoamérica. Quienes ingresen a nuestro sitio podrán encontrar los diferentes sumarios, adelantos de todos los trabajos publicados, inéditos, contactos, lugares de venta, información para suscriptores y ventas al exterior, etc. Nuestra página Web se actualiza periódicamente.

Desde el año 2000, Nadja fue presentada en muchísimos paneles tanto en Rosario como en Buenos Aires. La revista también fue invitada a participar en encuentros de publicaciones afines, en Río de Janeiro y en Rosario. Durante dos años, auspició un programa radial que se emitió semanalmente por una FM rosarina, a la vez que simultáneamente podía escucharse desde cualquier parte del mundo vía Internet.

De este modo, durante esos años mostramos el deseo de inventar, tanto a un lector, como una escena pública habitable.

Nuestro reciente aniversario nos pareció propicio para insistir. Cinco años de edición ininterrumpida para una publicación independiente, impresa sin gozar del financiamiento estatal o universitario, lejos de las imprentas oficiales, sin comités de referato, y sin burócratas, quizás permitan conjeturar una trayectoria.

De esa trayectoria recordaré su historia.

Durante la segunda sesión del Seminario El acto psicoanalítico, en Noviembre de 1967, Lacan sostenía que la función de la Universidad en los países desarrollados era la de poner en circulación todo de modo que no trajera consecuencias. Y reconocía que en los países subdesarrollados, donde la Universidad no cumplía esa función, había tensión. Esa tensión en nuestro caso produjo durante los años 70 la proliferación de transferencias irreductibles a la Universidad Argentina. Basten el nombre de Oscar Masotta y la fundación de la Escuela Freudiana de Buenos Aires, y aquí en Rosario la creación de la Maestría en Ciencias del Discurso dirigida por Nicolás Rosa, para dar testimonio de una extraordinaria y subterránea transmisión.

Desde entonces nuestras universidades, turbulentas en la tradición de la Reforma del 18, se transformaron rápidamente en la dirección del discurso universitario. Cada vez más homogéneas a las de Europa, Estados Unidos, o Eslovenia... porque no nos olvidemos finalmente que la universidad, es una invención medieval, eclesiástica. Así la normalización académica de la Universidad argentina pronto defraudó a muchos... aunque no a todos. ¿Una cátedra un bien de familia?

Todavía en El acto psicoanalítico, Lacan decía que "una enseñanza no es un acto" y que "no lo ha sido jamás". Porque una enseñanza es para el discurso universitario producir una tesis, mientras que para Lacan recién "en la antítesis puede comenzar el acto". Esta antítesis, rara frente a la imperturbable familiaridad de la actual Universidad argentina, donde a la vez que nada se debate, todo se investiga, resistió en cátedras subversivas, atópicas, declinantes. De esta procedencia la revista recibe aportes fundamentales, en tanto reconocemos la excedencia irreductible del psicoanálisis sobre la Universidad. Tesis que nada más que el acto psicoanalítico permite enunciar.

El imperio del discurso universitario nos urge pues a nosotros en esta época, a una crucial invención: una escena habitable capaz de disputar contra "el monopolio de todas las transferencias", como lo nombró Juan Ritvo en su columna de la revista Imago Agenda de Julio del 2004. Una escena habitable: no impedida de producir consecuencias.

La revista, junto a Sin-ton-ni-son, el programa radial que dirigimos junto a Ángel Fernández, organizó en el auditorio de la librería Homo Sapiens de Rosario, en noviembre del 2004 una Mesa redonda: "Lo que fundó Masotta, treinta años después", con la participación de Germán García y Juan Ritvo. Esa noche Germán recordó las consecuencias del gesto de Masotta que así aparecen publicadas en el número ocho de Nadja: "crear una cierta irreverencia, una cierta irreverencia que se puede sacar siempre y ponerla a jugar cuando... todo se vuelve una cosa asfixiante y de tontos que repiten frases".

Germán García también insistía en recordar que Masotta fundara cosas, y que se autorizara en aquello que fundaba. Tampoco nos dejó olvidar que mientras tanto se divertía.

Divertirnos. Porque nos aburren mortalmente, como lo aburrían a Nietzsche sus académicos contemporáneos. Pero esperamos de nuestra trayectoria algo más que apartarnos del aburrimiento. Peor nos inquieta el horror. Confróntese Eichmann en Jerusalén, de Hannah Arendt, donde se concluye de los atributos del personaje: excelencia, minuciocidad, celo, eficiencia... la identidad entre burocracia y totalitarismo.

La constitución del Seminario Nadja se propone la apertura de un espacio heterogéneo de formación y debate. Esta propuesta repite el movimiento de la revista. Su misma trayectoria. Pero adelanta otro paso más hacia una escena pública.

El Seminario Nadja se propone también de acuerdo a la esencia del acto. Tenemos la certeza de una suspensión, de una interrupción, pero desconocemos de antemano sus consecuencias. La invitación está cursada.

El programa

El Programa completo de nuestras reuniones durante esta primera edición aparece a continuación. El Seminario Nadja está organizado conjuntamente con la Librería Homo Sapiens de Rosario. Agradecemos a Homo Sapiens el apoyo que nos brindan, de un modo particular a Gabriel Riestra, siempre cordial y generoso y a Rodolfo García por su coordinación en el Auditorio Rodolfo Shcoler durante cada una de nuestra sesiones.

Agradezco también a todos los colegas que tomaron la palabra, exclusivamente por nuestra amistad y por su deseo. El producto de las diferentes intervenciones fue desgrabado y revisado con un enorme cuidado a través de muchas horas de trabajo. En las primeras notas, al final de cada intervención publicada, se aclara quien de los organizadores tomó esa responsabilidad. Cuando había términos en otras lenguas o nombres de autores poco frecuentes, optamos por solicitar a los participantes que hicieran una revisión final. Pido disculpas por ciertas dificultades con el sonido, especialmente para registrar las preguntas de los asistentes. Trataremos de superar ese inconvenient e la próxima vez.

Agradezco entrañablemente a los Miembros del Comité Organizador que me acompañaron en la coordinación del Seminario Nadja 2005: Verónica Barbieri, Juan Pablo Carrascal y Adrián Giménez. Su aporte contribuyó a sostener la realización del Seminario y a la posterior edición de esta sección. Su protagonismo además queda testimoniado en las intervenciones de cada uno en el panel de cierre y Presentación-Aniversario de la revista, que se publica al final de esta sección.

Agradezco a los asistentes que creyeron en nuestra propuesta. Un total de sesenta inscriptos nos parece auspicioso, pese a que no todos obtuvieron sus certificaciones. Decidimos que hubiera un arancel, porque nos pareció tramposo proponer un intercambio no mediatizado a través de "la mercancía universal". Para que nadie pudiera quejarse se otorgaron medias becas gestionadas ante los Centros de Estudiantes de las Facultades de Humanidades y Artes y de Psicología de la U.N.R. y el Espacio de Cultura del Colegio de Psicólogos de Rosario. Nuestra gratitud entonces a quienes difundieron nuestros encuentros y registraron a los solicitantes de becas. La recaudación lograda permitió afrontar los gastos en oportunidad de nuestra invitación a Perla Sneh, quien especialmente viajó a Rosario para intervenir en nuestro Seminario. Además se costearon gastos de cassettes, difusión gráfica e internet. Se extendieron certificados a cada uno de los asistentes, participantes y organizadores; dejando constancia del Programa desarrollado y del total de horas de trabajo.

Analizamos la conveniencia de convertir nuestro Seminario en homologable, mediante el cumplimiento de ciertos requisitos formales, con el propósito de que en próximas ediciones pueda acreditarse dentro de instancias de Posgrado; y una sugerencia para dictarlo simultáneamente a través de Internet.

En nuestra primera edición el Seminario contó también con jornadas de Extensión. Esta vez se trató de la presentación de dos libros, cuyos paneles, autores y títulos aparecen en el Programa.

Programación del Seminario edición 2005:

Todas las reuniones se realizaron en el Auditorio Rodolfo Shcoler de la Librería Homo Sapiens, Sarmiento 829 - Altos, de la ciudad de Rosario. Esta actividad fue organizada conjuntamente por Homo Sapiens Libros y la revista Nadja.

Comité Organizador: Verónica Barbieri, Adrián Giménez y Juan Pablo Carrascal. Coordinador: Ricardo Bianchi

El título

Como para la selección de los títulos de tapa de la revista se hicieron consultas previas con los invitados. Finalmente Lo sustractivo: reserva y transferencia me pareció apropiado porque mantenía cierta actualidad y a la vez prometía dirigirse hacia lo que Masotta nombraba como una dialéctica del hueco y que a mí me parece que todavía nos falta. Falta cuya insistencia el lector podrá reencontrar en Husserl, Levinas, Kafka, Heidegger o Lacan, nada más con voltear esta página.


Sustracción y alteridad. Juan Ritvo . (Fragmento)

"Habría que rectificar cierto insólito finalismo sin duda optimista: el primero no ha nacido para una recreación ni el origen pide un segundo nacimiento: el pasaje del uno al otro es pura contingencia y sólo desde el segundo momento podemos, retroactivamente, establecer un puente causal, tan frágil como todos los puentes; los puentes, lo sabían los antiguos romanos y supo recordárnoslo con estilo y capacidad de sugerencia Roger Caillois, se tienden desde una a otra orilla tratando de cerrar una herida, de proyectar la vida desafiando los vientos y las corrientes y los irregulares y traicioneros remolinos de lo demoníaco. "Catástrofe", podríamos también decir "trauma", con Freud, es una palabra inadecuada para adecuarnos a la necesidad de expresarnos. El vocablo filosófico "facticidad" es también otra expresión desesperada que busca la conmoción originaria sin hallar allí sino el eco de la vida que se extingue, de la vida que se sustrae a encontrarse con la muerte y que cesa, bruscamente, sin que la representación pueda aislar, fijar, detener, ese momento tan patético como irrisorio, quizá insignificante, terriblemente insignificante. Es que existe una sustracción más radical que la sustracción que mentamos y con cuyos modos múltiples operamos".


El seminario de Zollikon: Heidegger habla de la locura. Pablo Zöpke. (Fragmento)

"Soy simplemente un clínico. Fui al asilo a espiar la locura, a espiarla, a espiarme. No me llevó el psicoanálisis. Lo que me llevó al asilo fue la locura. Y la mía también seguramente. Así que nos hicimos señas en patios antiguos, desmedrados. Yo prácticamente no entendía nada de esa labia.

Por entonces la locura estaba remachada sobre la enfermedad mental, y más claramente aún por el dilema de Jaspers, el dilema acerca de la comprensibilidad del delirio. El dilema era el siguiente: o bien el delirio es comprensible, tiene su motivación, puede ser seguido en su secuencia de vivencias, o bien existe una incomprensibilidad de la génesis, del comienzo de ese delirio, en cuyo caso habrá que pensar en una base orgánica. Algo así como si fuese la diferencia entre el sentido y la ciencia, me atrevo a decir entre la motivación y la causalidad. Decisión que, por otra parte, permitía clasificar los casos – si ustedes me permiten el término- entre los casos comprensibles y, tal vez, curables y aquellos incomprensibles que seguramente tenían una base orgánica y que, por lo tanto, eran declarados incurables.

Yo, por entonces, tomé contacto con un libro extraordinario: "Las memorias de un enfermo nervioso", escritas por un jurista de enorme talento y con una locura ejemplar, Schreber-. Muchos de ustedes seguramente lo conocen, ¿no es cierto?- Y la lectura de Schreber me convenció de que había otras direcciones en la locura. Que seguramente la locura tenía otras direcciones que no eran aquellas que me habían enseñado, o que me habían mostrado, o que iba mucho más allá que el sentido o la comprensibilidad del delirio. Hay una dimensión en la labia, en la carne o en la letra. Quiero decir, una relación de la locura con una nueva lengua; una relación de la locura con una carne estremecida y turbulenta. O una relación de la locura con la letra, con la función persecutoria de la letra".


Lo no afirmativo en Kafka. Sergio Cueto. (Fragmento)

"Habría que empezar diciendo que la obra de Kafka tiene la forma de la paradoja. La paradoja es la condición de un evento cuya imposibilidad de realización es al mismo tiempo imposibilidad de su no realización. Dos ejemplos, eminentemente kafkianos: no se puede no escribir, pero escribir es imposible, o bien, vivir es imposible, pero no se puede no vivir. La sustancia de la paradoja es la facticidad de lo imposible. Lo que hay que pensar es una facticidad de lo imposible. Ahora bien, lo primero que se plantea aquí nada más que con estos dos ejemplos, vivir y escribir, es la relación vida-literatura, que es también central. Cuando uno lee Kafka lo primero que aparece es que la escritura es una experiencia de vida, para decirlo así muy burdamente. Pero al mismo tiempo hay que decir que la vida es una experiencia literaria. Hay una inherencia, parecería, entre vida y literatura. Es como si dijésemos, se escribe con la vida, pero la vida se reduce a escribir. Es esta relación lo que hace de la vida una experiencia literaria, pero de la literatura una experiencia ética. Escribir es una experiencia ética para Kafka. Ahora bien, habría que entender qué quiere decir ética aquí. Se podría decir que la ética es, inclusive si uno lo considera desde una perspectiva etimológica, un arte de la habitación. El ethos es la habitación del mundo. Para Kafka esta ética es un arte. Ya vamos a ver también en qué sentido. Es decir un ejercicio. Usaría aquí la palabra arte como sinónimo de ejercicio. Ahora, justamente, lo único que hay que habitar, para Kafka, es la paradoja, no hay otra habitación que la habitación de la paradoja".


Modalidades de la transferencia. Oliden Rubén López. (Fragmento)

"Los psicoanalistas, desde Freud, tratamos de mostrar la estructura misma de la transferencia. Ya Freud a partir de muy temprano dice que la transferencia se establece a partir de la libido, o sea, de la energía psíquica. Para tomar brevemente un texto temprano al que ustedes pueden acceder –no interesa la práctica- que es muy accesible que son las "Conferencias de psicoanálisis", la conferencia 28; allí Freud va a definir que la terapia que está inaugurando él como nueva oferta a la humanidad, dice que esa terapia va a mostrar cómo los enfermos neuróticos tienen una incapacidad de trabajar y amar. Sufren entonces, dice Freud allí, de una incapacidad de amar y de trabajar. Dice que el yo de cada sujeto no dispone de la libido para dirigirla sobre los objetos de la realidad, ya que la libido está ligada a su enfermedad, a sus síntomas. O sea que fíjense que el sujeto que ya atendía Freud es lo que pasa ahora, podríamos decir que el sujeto hoy ¿de qué está enfermo? De saturado de objetos, saturado de hastío, de aburrimiento. Y Freud agrega allí, dice que esa libido que descubrimos está ligada a esos síntomas, por lo tanto la cura constituirá que hay que restituir al yo la posibilidad de disponer de la libido, y para lograrlo será preciso que el médico –o sea, él en ese caso- se apodere de estos síntomas. Es interesante porque podemos hacerlo extensivo a las otras prácticas. Si un educador de alguna forma no se coloca para asimilar, para tomar y para formar parte del psiquismo del sujeto va a ser difícil que el alumno pueda aprender. Es interesante porque Freud nos da la posibilidad de decir que así como el médico se tiene que apoderar de esa libido, podríamos decir todo practicante –en este caso de la educación o en este caso podríamos decir cualquier práctica- se tiene que apoderar de esto sintomal del sujeto y pasar a formar parte ¿de qué? De su vida".


La suspensión escéptica. Ricardo Bianchi. (Fragmento)

"Entonces, para decirlo de un modo anticipatorio respecto del cual vamos a tener que retroceder después, es el problema de la certeza lo que toda la tradición del escepticismo antiguo busca evitar. Y el problema de la certeza es un problema jugado enteramente en el campo del significante, y vuelvo a recordarlo –como decía Todorov- no hay enunciaciones sino enunciadas. Entonces gran parte de la posición escéptica se juega en la resistencia y la evitación o el rechazo de este movimiento de la certeza que no deja de insistir a través de la serie significante. Freud sitúa la duda como movimiento resistencial. Entiendo que el escepticismo y particularmente el escepticismo antiguo se construye sobre esta punt ualización freudiana, como si fuera su condición de posibilidad, usufructuando la resistencia para transformarla en sistema, pero a la vez desestimando la estructura retórica y sintomática de la duda. Víctor Brochard, a propósito de Pirrón sugiere que lo buscado era una duda sistemática. Debemos interpretar este escandaloso oxímoron como la pretensión de vaciar la duda de todo suplemento de certeza. Quizás encontremos tempranamente aquí un límite en la posición del antiguo escepticismo. Porque descubrimos en la apertura de su horizonte al fenómeno de la certeza como un suplemento irreductible que desmorona el suelo de cualquier afán de sistema. Y aquí el libro de Brochard nos prodiga un par de relatos divertidos que han llegado hasta nosotros y que dejo para dentro de un rato".


Sustracción y escritura – Intereses de la lectura. Perla Sneh. (Fragmento)

"Les cuento que, para hacer este recorrido, me ayudé mucho con un texto de Elías Canetti que se llama El otro proceso, las cartas de Kafka a Felice Bauer, que está en este libro, La consciencia de las palabras. Y Elías Canetti -fue un poco esto, creo, lo que me atrapó- dice algo muy sugestivo: en las cartas hay muchos rasgos llamativos, pero para un lector libre de prejuicios, el rasgo más llamativo es la cantidad de quejas que hay en las cartas de Kafka a Felice.

Y es cierto, es llamativo como aparece la queja. La queja, el lamento, la letanía incluso (y vamos a ver que la función de la letanía no es ajena a lo que se produce en las cartas). El rasgo más llamativo, entonces, es éste: las quejas y más que nada, las quejas sobre su físico, sobre dolencias físicas, sobre estado físico deteriorado. Por ejemplo, ya en la segunda carta que le manda, ah no… Primero, un dato más, fundamental: entre la primera y la segunda carta que Kafka manda a Felice, escribe La condena, en una noche, de una sentada, en diez horas. Es el primer cuento que él reconoce propio, digamos, y nunca lo repudia como sí ocurre con otras obras suyas. Se siente escritor por primera vez escribiendo La condena, es un cuento del cual él nunca renegó y que efectivamente lo ubica como escritor. Esto ocurre entre la primera y la segunda carta. En las dos semanas que siguen, escribe cinco capítulos de la novela América. Después escribe La metamorfosis, ah, y antes había escrito otro texto, El fogonero. Todo esto, en los primeros tres meses de la relación epistolar con Felice, es decir, deviene escritor en el tiempo que escribe estas cartas llenas de quejas".


"Heteronomías de la lectura". Silvana Rabinovich. (Fragmentos)

"Volvamos a la pasividad en la espera del advenimiento de lo absolutamente otro en el ámbito de la lectura, esto es, el aspecto por venir de esta práctica. Hugo de San Víctor –citado por Illich- prescribe: "(...) el mundo debe convertirse en territorio extranjero para aquellos que quieran leer con perfección. Dice el poeta [Ovidio] ‘No sé debido a qué dulzura el suelo natal atrae al hombre; y no puede aceptar que deba olvidarlo. El filósofo debe aprender, paso a paso, a abandonarlo’ ", la actitud del lector en este marco –que en términos éticos remite a la heteronomía- hace prevalecer hasta tal punto la escucha atenta por sobre la palabra proferida que dice: "Prefiero aprender con modestia de los demás que imponer desvergonzadamente mis propias ideas" (ibid.). Sin duda recrear esta disposición ante la lectura daría lugar a un discurso académico menos plagado de "pasiones tristes" (spinozianamente hablando), que ejercitara más la escucha y menos la anticipación agonística. Se trata de la heteronomía cuyo origen es la pasividad hospitalaria.

¿Pero cómo experimentar la heteronomía en el acto de lectura? Se trata de una puesta en escena del cuerpo (como exige Bruria): los sentidos (el oído, el gusto) en busca del sentido".


La tragedia contemporánea del deseo. José Manuel Ramírez. (Fragmento)

"La trilogía son tres obras de teatro. La primera El rehen, la segunda El pan duro y la tercera El padre humillado. Se sitúan históricamente, la primera en lo que sería el Primer Imperio, es decir luego de la revolución francesa, Primer Imperio que va hasta 1814. Las tres obras representan a tres generaciones distintas, tres generaciones que son necesarias para la constitución del deseo, la particularidad que destaca Lacan es que Claudel anticipa el descubrimiento freudiano sobre la estructura del deseo y presenta además en una de sus obras una variante del Edipo que es muy difícilmente aceptada, muy terrible en cierto modo por el intercambio que se da allí de mujeres. Lo que Lacan destaca es como se compone el deseo entre la marca significante y la pasión del objeto parcial.

Estas tres generaciones donde se va transmitiendo un deseo representan en cierto modo lo que en Freud va a ser la novela familiar del neurótico o sea, si partimos de la tercera de las obras El padre humillado, podemos considerar como que se trata de un caso y tenemos que remontar, es decir saber como llegamos a ese momento. La tercera obra es la que habla sobre la actualidad del deseo, una de las particularidades, entre muchas, es que Lacan se mete en este tema a partir de una correspondencia que le llega, entre André Gide y Paul Cludel, donde Paul Claudel dice que para poder publicar esta trilogía se ha tenido que crear una letra, un carácter nuevo en el abecedario, es decir poner el acento circunflejo sobre la u en francés, algo que en ese momento no se usaba, es decir que esa marca nueva, una escritura, es lo que a Lacan lo pone sobre la marca de un significante faltante de algo relativo al deseo y es por eso que se interesa por esta trilogía y por el teatro de Paul Claudel".


En la Ciudad se renueva el Fuego

A propósito del estreno en la "Sala de la Cooperación" de la Pieza Teatral "La Naranja Partida" dirigida por Sabatino Cacho Palma. Alberto Tudurí. (Completo)

"Otra vez el Teatro demuestra que es explosión – implosión – aventura y básicamente pregunta. Una pregunta que seguramente ha requerido un tiempo y un espacio de reflexión – decisión , para que la vida y la muerte preparen el soporte de la "Mise en scene", que es agón – Odisea – lucha, como lo relata Homero y lo canta nuestro Homero Manzi en Naranjo en Flor. Ese es el experimento teatral posible. Eso es lo que llamamos experimental, es decir, pregunta (punto de iniciación – acaecimiento). Quizá esta fue la condición germinativa, produciendo lo biográfico – testimonial. UNO frente al OTRO, ese otro de la exterioridad, pero ese OTRO más allá de la conciencia, es decir del orden de lo más íntimo – sagrado – real.

Vibra una Ronda intensa y tierna de "pañuelos blancos" emblemáticos, transidos por Eros y Thánatos, que desde el horror, lo siniestro, se convirtieron en las "locas de la partición – parición", dando a luz, desocultando a "cielo abierto" la verdad de historias ominosas convertidas, transformadas, en poesía, bravura, belleza. La fuente está en nosotros y en nuestra historia, que resuena, hace eco en el cuerpo – actor, como grito, aullido, canto, bramido o silencio. Es el pasado, que desde el presente de la Pieza, nos conducen al futuro. La historia se recupera a través del relato, la narración dramática, ya que cada uno de estos espacios "pone en escena" roles que nos implican, nos interpretan, nos cuestionan. Una bella forma contemporánea de "retornar al hilo, filamento del mito".

Si podemos aceptar lo inesperado, lo no sabido, que trágicamente lo encontramos en la actuación, la vida entonces nos da hoy la posibilidad de comenzar de nuevo (punto de advenimiento), confirmando entonces, el reconocimiento a un Teatro en continuo invento - combinatoria - experimentación. Un Teatro moderno, peligroso. Un Teatro de borde, abisal, siempre buscando ese quiebre que lo lleva en su "concepción escénica" más allá de cualquier ilusión de cierre, armonía o completud.

Nietzsche recordaba: "vivid en peligro".

Vivir es estar en peligro, pero es preciso hacerse cargo del riesgo para poder vivir, y no crear a partir de su renunciamiento, la cobardía o el eco de la muerte narcotizante.

Zaratustra canta "únicamente los que tienen vocación de pájaro pueden volar y hacer su nido, ahí en el borde del Vacío". Hay que animarse, arriesgarse, seguir el camino divergente, que es el destino, "trocha angosta", incierta, inquietante, del deseo y su Acto.

Con alegría, queremos resaltar un trabajo, una apuesta que se sostiene en un fondo de ausencia, ya que la actuación dramática ha tenido la particular función de realizar una representación no de algo compacto, lineal, homogéneo, sino de llevarnos mágicamente a la bordadura de un espacio de donde surgen las voces internas, lejanas, los ecos de la fiesta popular, la ceremonia ritual, así como la fuerza dispersante de la peste (enigmática – misteriosa).

Fulgura en la per – cusión del tan – tan – bor que también es timbal, caja, arrojado a lo recóndito del mar, en la danza y el canto de los actores que despliegan una dimensión órfica – proteica (música – disfraz – mutación – crisis), categorías míticas logradas extensamente en esta oportunidad, dejándonos el vestigio del secreto, evitando el sentido común, convencional y eligiendo su ruptura – el desconcierto.

Seguimos con esfuerzo la inquietud de A. Artaud por abolir distinciones, entre cultura y vida, teatro y existencia cotidiana, así como ese grito a la humanidad donde el "cuerpo se hace verbo", poder de la palabra, del significante, de la serie y rechazo al uni - verso. Concebimos el Teatro como la mediación entre una vida que aspira a lo imposible y una cultura cadavérica que fija límites de hoy y para siempre. Límites soberanos - totalitarios – fascistas. La propuesta, rechaza lo normativo, eligiendo el proceso, la experimentación, el movimiento, la vida, hilvanando escenas que siguen una derrota: poética – teatral.

Evocando esa fisura posibilitadora que le permite en este caso al Teatro quebrar las cosas en representaciones, desniveles, fragmentos, hacer alusiones, crear relatos, escenas alusivas, generar existencias narrativas, abiertas, produce no entidades lineales sino laberínticas - interválicas, destacándose la figura alegórica, divisa, del Minotauro.

Su causa no la encontramos en la forma, sino precisamente en la alteración como dice Bataille.

Las escenas se desdoblan, y van creando un rizoma atractivo, para representarse al infinito... y así expresarse – desplegarse como en el juego de las "muñecas rusas".

Es evidente que la palabra y el cuerpo van arrastrando a los actores, el Rol que representan a venido desde afuera a su encuentro, los invoca, los llama; los lleva a través de sus versiones, los interpreta, los trabaja, los recorre, produciendo una obra conmovedora – verdadera, compromiso que pone en juego no sólo el cuerpo – actor – lenguaje – nominación, sino su inconsciente perfectamente real, haciendo nudo con el discurso de ese OTRO (no soberano) que nos funda como Sujetos (cantera viva de significantes), dando como efecto un profundo sentido de pertenencia – entrega, un trazo que es un "dar a manos llenas", inspiración. Cuerpos y palabras en una puesta "en abismo" que quizá sea el amanecer de todas las cosas.

Que maravilla trabajar, crear, representar sobre un fondo, un horizonte de falta, carencia, inermidad. Esta obra existe por el sólo instante en que se realiza entre nosotros "espectadores" y desaparece, se extingue con el último gesto de la representación. El Teatro de Hoy no volverá a ocurrir, su rostro es transitorio, máscara, antifaz, carátula, mascarón, único – irrepetible, distinto, "como si fuera la primera vez".

El esfuerzo es liberar eso que se llama inconsciente, motor imprevisible, inaudito, de una realidad escénica imprevista. Y un actor en esa disponibilidad lo estará para la creación dramática, más allá de todo estilo. Es por esto que se nos fue revelando una trama emotiva – profunda, auténtica, porque pudimos hacerla nuestra a pesar de ser extraña. Esto iba ocurriendo a medida que las escenas se dirigían a su desembocadura abierta, buscando siempre esa otra corriente fluvial.

Un Teatro que le dice no al "álgebra de la buena forma" o como hemos visto a cualquier intento de gestalt o completud. Este estilo de hacer teatro respira – late por todos sus costados, por todos sus agujeros, fractalidad – corte – partición. Su nombre etimológicamente lo anuncia con encanto – seducción, ya que esa voz NARANJA de origen árabe – persa significa "olor – perfume", que se concentra en la intimidad de lo femenino – erótico y así mismo en el espacio de los sueños, donde el deseo va estimulando la trama.

Entramos en esta experiencia y salimos igual que en los sueños, a otro tiempo, a otro espacio, ya no gobernado por las leyes de una lógica convencional – del lugar común o del sentido, sino a esa lógica propia de la ficción, sin olvidarnos que la verdad tiene precisamente estructura de ficción, "es decir no toda, artificio".

Todo Teatro es un llamado al arduo trabajo (besogne), contenido – sostenido por su propio amor, cuyas energías incluyen la transgresión creadora, la pasión, el proyecto, el vértigo, suceso.

Esta representación es derroche, erotismo, fiesta del alma, carnaval; elige la Voz, que solidariamente se anuncia en el grito y el silencio. Esa voz que pro – clama una nueva inscripción, textura, continuidad del "deseo indestructible", de la vida indetenible, promesa del Teatro, alba, acrobacia inexorable, canto y danza, donde el Teatro anticipa ese nuevo Acto ético que la humanidad esta esperando. San Agustín dice "Nuestro corazón esta inquieto".

La búsqueda de originalidad no es cuestión que importe, no hay nada a defender en el sentido de " progreso cultural" (donde algo se gana, también perdemos o descontamos).

El Teatro no es un problema tecnológico, de mercado o burocracia cultural.

No se trata de experimentos magistrales ni perfectos, tampoco una carrera de postas o de jugar a la oferta y demanda.

Es un modo de existir, no de subsistir, de arriesgarse, es un juego que incluye intenciones, deseos, goce, aluvión de fuerzas, convirtiendo un trabajo riguroso, en belleza, presencia y presente, dejando marcas en su desplazamiento.

La pieza esta hecha "por encima de si mismo" es decir más allá de lo racional, un paso más, cerca de ese limen, donde las palabras dejan de ser activas y sólo enuncian brechas, pinceladas, sombras, momentos de ser. La frescura de la arquitectura escenográfica y el diseño luminotécnico del hecho teatral con sus pliegues de luces y sombras, conforman un suave acercamiento a lo poético – fractal.

Seguramente esta "residua fugaz" que deja este trabajo actoral, avivará el gusto por la polémica y creará un espacio de debate inquietante.

Apostar, con – vocar, representar, jugar – jugarse, es un ejercicio ampliamente provocador y desencadenante."


Conferencia de prensa con Slavoj Zizek. En el Hotel Italia de Rosario. El Aniversario del nacimiento de Sigmund Freud (6 de Mayo de 1856). Año 2005.

Traducción directa del inglés por Claudia Genz. (Fragmento)

"Permítame contestarle primero acerca de lo que usted dijo en relación a esta dimensión dentro-fuera. Pienso que aunque nosotros los eslovenos constituimos un país más pequeño que Argentina, estamos aquí en la misma situación: podemos leer a Lacan desde esta distancia externa mínima. Y pienso que se necesita esto para hacer algo con un autor, que es la razón por la cual en mi muy problemático libro sobre Lenin, enfaticé que Lenin era un ruso exterior. El no era parte del círculo interior de… Lo mismo que San Pablo, él no era uno del clan interno de los apóstoles y es sólo desde este lugar de distancia mínima que puede surgir una interpretación creativa. Por supuesto, los puristas del centro, reclaman frecuentemente que estamos haciendo la lectura equivocada, pero algunas veces una lectura equivocada puede estar más cerca de la verdad intrínseca de un autor que su propia lectura. Alfred Hitchcock, él era un ingles y como tal pudo ver la patología de los Estados Unidos mejor que los propios norteamericanos y lo mismo se puede pensar del policial de Raymond Chandler. Él descubrió la dimensión poética de Los Ángeles pero era un americano que había leído a T.S.Eliot cuando era joven. Entonces, pienso que nosotros desde Argentina, desde Eslovenia no deberíamos tener ningún complejo cuando hablamos con París. El hecho de que estemos afuera es nuestra ventaja y pienso que lo mismo funciona para ustedes aquí en Rosario. Amo Buenos Aires pero noté que ellos tienen algo así como esa complejidad de las grandes universidades norteamericanas como Princeton, Harvard. Ellos piensan que son el centro del mundo. Quiero decir que uno tiene que estar un poquito afuera. Pero, desafortunadamente, debido a que Oscar Masotta no está traducido y debido al hecho de que aún estoy peleando con mi español, aún no lo he leído. Por supuesto, escuché hablar de él. Es un figura mítica incluso en Francia. Una especie de primer fundador heroico. Les puede sorprender pero tengo dos autores argentinos favoritos. Por ejemplo, Juan José Saer. Pero no sus mejores novelas. Esta tiene lugar precisamente en la Provincia, en una isla puede ser incluso sobre el río Paraná. No estoy seguro. Nadie Nada Nunca .Lo que me gusta tremendamente de esta novela es el modo en el que el mismo suceso está descrito dos veces, primero objetivamente, luego subjetivamente. Pero no es simplemente, que el primero sea objetivo y luego psicológico. Algunas veces cuando está en primera persona es incluso más objetivo en algún sentido. Y lo que usualmente describe es nada, nada que suceda. No solo Lacan sino también Alain Badiou hablan también frecuentemente sobre la sustracción: la reducción a la diferencia mínima. Y pienso que este Nunca Nadie Nada es para mí la novela más importante escrita sobre la diferencia mínima… Aunque temo el masoquismo. Por otra parte, el otro candidato obvio es por supuesto la poetisa Alejandra Pizarnik. Ella es para mí demasiado intensa y ese es mi racismo esloveno por nuestro pasado político en la pasada década de los noventas, ustedes saben, la guerra en Yugoslavia. Yo desconfío profundamente de los poetas. Pienso que en los Estados Unidos, tenemos un complejo industrial militar, nosotros en las Balcanes tenemos un complejo poético militar. Poetas que sueñan acerca de la nación vienen junto a los soldados y se obtiene una etnia clásica. Sé que esto no tiene absolutamente nada que ver con la poesía de Pizarnik. Yo solo quería explicar mi miedo a la poesía. Pero uno de sus poemas minimalistas, los amo profundamente y también en mi próximo libro… Y otro ejemplo de cinematografía, la película La Ciénaga. Estoy enamorado de esta atmósfera deprimente donde nada sucede. Pienso que es casi lo que ella hizo allí, Lucrecia Martell, es casi, puede sonar un poco ridículo, melomaníaco, pero ella es para mí el Robert Altman argentino. Y existe otro asunto por el que simpatizo con Argentina. Pienso que la literatura argentina fue erróneamente eclipsada por la gloria del realismo mágico. Lo que en Europa se nombra como Latinoamérica, es Borges por supuesto y el realismo mágico. Pero pienso que ustedes tienen muchas cosas verdaderas por descubrirse. Similar a nosotros en Eslovenia. Cuando la gente escucha sobre la ex-Yugoslavia, pensamos en Bosnia, Serbia, Kursumlija, todas estas facciones y tendemos a olvidar de que existen otras cosas periféricas mucho más interesantes. Por eso, precisamente como extranjero me gusta descubrir Argentina porque pienso que países como Argentina que no es ni el primer mundo ultra-desarrollado pero tampoco definitivamente el tercer mundo, pienso que en estos países es posible que algo nuevo emerja. Desafortunadamente, para el horror de algunos de mis amigos de izquierda, no creo en los grandes potenciales revolucionarios de los países del tercer mundo. Pienso que el primer mundo de los Estados Unidos puede colonizar fácilmente el tercer mundo. Nosotros, el segundo mundo somos el punto problemático. Somos los únicos que podemos resistir, razón por la cual quizás sea yo demasiado naïve en creer en cosas tales como el Mercosur o la Unión Europea. No tengo ninguna ilusión al respecto. Lo único que sé es esto: Existen dos centros de poder global: América, el modo de vida de los Estados Unidos y la costa del Pacífico, Japón, China, que abogan por un modo de vida diferente. Y todo lo que sé es lo siguiente: no me gustaría vivir en un mundo dónde ésta sea la única opción: Estados Unidos o China. Por eso es que nosotros, los centros regionales, somos tan importantes".


En los umbrales de lo siniestro universitario. Juan Pablo Carrascal. (completo)

He tomado noticia que antes de mí, otros ya han presentado esta hermosa revista titulada "Nadja. Lo inquietante en la cultura". Y cómo poder explicar la vergüenza de tener que retomar la palabra, en esta serie de presentaciones, con antecedentes de la talla de Perla Sneh, quien presentó el número 7 de la revista, o de Nicolás Rosa quien hizo lo suyo con el número 5.

Jean-Paul Sartre, cuando se refería a los filósofos del siglo XVIII, especialmente a Rousseau, decía: "yo no sé si merezco semejantes ancestros". Pues bien, me veo en la obligación de aclarar que retomo esto de Sartre, no porque se llamara Juan Pablo como yo, sino porque algo parecido siento al aceptar y realizar esta empresa. E inmediatamente siento la necesidad de rectificar en aquélla frase, la palabra "ancestros" y poner en su lugar la palabra "antecedentes". Las razones, creo que son obvias; pienso que a nadie le gustaría en vida ser llamado ancestro o sentirse convertido en bronce, más aún cuando existe una producción de mucha más fuerza y vitalidad que ese pretendido vitalismo de la posmodernidad, que no es más que un estúpido fiasco, o mejor dicho, un bazar repleto de imbecilidades.

Para presentar la revista, no encuentro mejor estrategia, que presentarla en cuanto a la relación que ella viene teniendo conmigo, y por supuesto, a las vicisitudes que esto conlleva.

Roland Barthes nos preguntaba en un artículo de 1970, con el sugestivo nombre de "Escribir la lectura", lo siguiente:

"¿Nunca os ha sucedido, leyendo un libro, que os habéis ido parando continuamente a lo largo de la lectura, y no por desinterés, sino al contrario, a causa de una gran afluencia de ideas, de excitaciones, de asociaciones? En una palabra, ¿no os ha pasado nunca eso de leer levantando la cabeza?"1.

Esta detención, de la misma manera que sucede con un libro, asimismo puede suceder con una carrera, y me pregunto ¿qué es una carrera sino un juego particular de signos? Por lo que debo confesar que levantando la cabeza, en esas múltiples direcciones donde han ido a parar mis ojos, la revista Nadja ha sido tan sólo un pequeño descanso para apoyar o reposar mi búsqueda... ¡Gran equivocación, y gran ilusión la mía! ¿Quién querría encontrar descanso y apoyo por fuera, cuando el mismo discurso universitario, ofrece el más reconfortante y letal sueño de almohadón?

En el contacto que pude realizar con la revista Nadja, sin dudas, lo más fructífero fue el choque y la puesta en movimiento de algunas categorías universitarias que reconozco me regían silenciosamente, cuanto más calladas, más efectivamente.

Así pude sentir que la malla, aquello que nos aprieta y constriñe, no es Michel Foucault, no es Roland Barthes, no es, en definitiva, el estructuralismo, la malla, digámoslo de una vez, son las "sociedades de discursos"; aquellas que imponen rituales, preferencias, en fin, aquel espacio que se despliega y se impone, con exclusivos y excluidos. Y de esto nadie está exento; ni el discurso universitario, ni el discurso anti-universitario, ni nosotros, ni ustedes, en absoluto. Sólo podemos recorrer esa malla y ver que en determinados sectores se encuentra más apretada. A esos sectores más apretados, algunos le llaman el lado derecho, pero siguiendo esta disposición topológica, por decirlo de alguna manera, no nos asombraremos en descubrir que en el lado izquierdo, la malla está tanto o más apretada que del lado derecho.

Y no hay categoría universitaria más nefasta que la del dinero, la cual no vacila en embarullar todo para concluir siempre en que el saber no tiene más efecto que reducir su valor al de un simple título. Y me gustaría decir unas palabras al respecto, con la cabal conciencia de que no les gustarán a muchas personas; pues destino curioso tiene el dinero, ese objeto sucio, intercambiable, vale decir ominoso, que tan fácilmente puede representar lo más sublime como lo más nefando. Pongamos un típico ejemplo de la vida universitaria. Una conferencia, para el caso, no importa el tema, pero si no vale nada, perdón, si no cuesta nada, fallido voluntario, entonces es, abro comillas, copada. Pero si tiene un costo, para el caso, no importa el motivo, pasa a ser el objeto de un odio, por lo general murmurado, cobardemente murmurado, y transmitido como un secreto, para así no ser puesto en discusión, ya que el fin, hoy en día, parece ser acabar justamente con toda discusión y purificar los oscuros meandros del lenguaje, en especial, del cotidiano.

El discurso contemporáneo, pretendidamente libre de contradicciones, se ha convertido en el discurso verdadero. Por esto acuerdo con Foucault cuando afirma sin ambages: "El sofista ha sido expulsado "2. Y por esto mismo me gustaría prolongar diciendo que "no cesa de ser expulsado". Hoy en día, el sofista, si es que todavía quedan algunos, no es menos denostado que antes, porque ¿cómo puede una persona tan pérfida tener el tupé de ligar su discurso al ejercicio del poder? Pero ya lo sabemos, sólo por exponerse así, de esta manera, está exponiendo a quienes intentan ocultar estos sucios mecanismos tan reales, y eso no se lo van a perdonar, por eso mismo recibirá las cornadas de ese rebaño que sin saberlo sigue soñando con la promesa del platonismo.

Y sin embargo el dinero se gasta, uno podría decir, en las peores imbecilidades, en aquellas que no hacen más que atrofiar voluntariamente la capacidad de pensar. Siempre a condición de que el terreno se muestre aséptico y libre de malezas, entonces se puede destinar cualquier monto de dinero a cualquier objeto, producto o evento de moda, los cuales nos exigen formar parte de ellos, sin poder ir más allá del ya conocido, abro comillas, argumento, del "está bueno", del "no se puede explicar, se siente con el cuerpo", etc., etc., es decir, estupideces. Porque de lo que se trata es que cuando se pida una opinión, no se caiga en la mera repetición, ni que se escude en las palabras sagradas, en el sentido último. Por eso hay poca permeabilidad a tomar el otro camino, a desarrollar, como le gustaba decir a Foucault citando a René Char, "a desarrollar vuestra legítima rareza".

Todo esto me preocupa y me recuerda la famosa nota al pie de Kierkegaard en Temor y Temblor , donde oponiéndose al sistema hegeliano, más precisamente, al concepto de "mediación" en Hegel, decía: "Lo que falta a nuestra época no es la reflexión, sino la pasión". Ahora pregunto, 162 años después, ¿deberemos decir que hoy sucede lo inverso, que lo que falta no es la pasión, sino más bien la reflexión? Pero no quiero entrar hoy en estas disquisiciones de corte existencial, ya que no tienen salida, y quizás sea esto mismo su limitación como así también su virtud. Pero por ahora conservemos la sencilla afirmación freudiana de "que no nos referimos a una dificultad intelectual, [...] sino a una dificultad afectiva; [...]. Alguien que no ve con simpatía suficiente una cosa, no la comprenderá tampoco fácilmente." 3

Para ir cerrando, debo agradecer a Ricardo Bianchi, el hacedor de la revista, sin quien todo este espacio no hubiera sido posible.

Confieso que por un momento basculé, entre el agradecimiento a él por la invitación, que en verdad me honra, y el cuestionamiento, en el sentido foucaultiano, de la misma. Pero, después de todo, pensándolo mejor, sé que es una invitación digna, y que en absoluto es un favor o una dádiva. Ya lo sabemos, al orador, al que toma la palabra, siempre se le está ejerciendo un poder; para que hable, se exprese, manifieste su opinión, sin reservas, en definitiva, para que en cierto modo, se vuelva transparente. Y como decía Hannah Arendt "el poder no puede almacenarse y mantenerse en reserva frente a las emergencias, [...] es siempre un poder potencial y no una intercambiable, mensurable y confiable entidad como la fuerza"4. Por esto me gusta destacar la observación que hace Arendt de la palabra alemana Macht (poder), que no proviene de machen (hacer), sino de mögen (querer) o mejor, de möglich (posible).

Así es que debo sortear estos insuperables obstáculos, sabiendo, como decía Roland Barthes, que en el viaje mismo no me voy a encontrar con una verdad objetiva, ni tampoco con una verdad subjetiva, sino tan sólo con una verdad lúdica, que dicho sea de paso, no es distracción, sino única y legítima vía hacia la libertad.

Muchas gracias por dispensar vuestra atención, y no olviden eso de leer levantando la cabeza.

diciembre del 2005

Notas:

1LACAN Jacques. Seminario 1967-1968. El acto psicoanalítico. Sesión del 6 de Diciembre de 1967. Versión no revisada por el autor.

2 Roland Barthes; El susurro del lenguaje.

3 Michel Foucault; El orden del discurso.

4 Sigmund Freud; Una dificultad del psicoanálisis.

5 Hannah Arendt; La condición humana.


Suplemento La mancha

La editorial Nueva Visión ha publicado tres nuevos libros en la huella de Freud. Sobre el malestar en la cultura con trabajos de J. Le Rider, M. Plon, G. Raulet y H. Rey-Flaud, Freud y lo simbólico: crónica de un duelo imposible de Carlos Maffi, y Lecciones psicoanalíticas sobre el masoquismo de Paul-Laurent Assoun. Los recomendamos a nuestros lectores.

Felicitamos a los amigos de las revistas Grumo y mal estar por la aparición de un nuevo número. Grumo Nº4 contiene las siguientes secciones: Entrevista, Tránsitos precarios: Invenciones, migraciones, traducciones, Crónicas, Cinema: A margen da fronteira, Poesías y Reseñas. Y el Nº 3 de mal estar con las secciones: Estilos, Dossier: La repetición, lo siniestro, la representación y Entrecruzamientos. Preparamos con la participación de Paula Siganevich y Carlos Brück la realización de una Mesa redonda durante este año 2006, para debatir las políticas editoriales de las publicaciones independientes en nuestro país.

Agradezco la invitación para participar en el panel de Presentación de El hombre sin gravedad. Gozar a cualquier precio, de Charles Melman. La edición de esta Entrevista con Jean-Pierre Lebrun es mérito del entusiasmo de los analistas miembros de la Association Lacanienne Internationale: Patricia Cuestas, Ricardo Sujmajier y Esther Tocalli. La traducción fue de Marcela Gianni. Editó la U.N.R. R.B.

Hemos presentado dos nuevos libros como encuentros de Extensión del Seminario Nadja 2005: Del padre. Políticas de su genealogía de Juan Ritvo, editado por Letra Viva; y La huella en el palimpsesto. Lecturas de Levinas de Silvana Rabinovich, editado por la Universidad Autónoma de ciudad de México.

Recibimos la edición aniversario de la excelente revista El perseguidor, Revista de letras, con un Homenaje a Julio Cortázar: Policrítica en la hora de los chacales, felicitaciones a su director, Diego Viniarsky.

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