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Número 2 - Noviembre 2001
Sandra
Valeria Mazzia

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Conocí a Sandra hace casi tres años mientras estrenábamos un poco desorientadas el traje nuevo de la jefatura de residentes, haciendo malabares con los horarios, las obligaciones y los gustos de cada quien para que la formación de los grupos marchara. Fue un bálsamo poder contar con alguien para limar las aristas de un rol docente bastante particular que suele generar situaciones a veces disparatadas, con las que uno , o se desespera o se divierte y puede aprender mucho.

Como para ambas era un momento de balances y cambios solíamos pasar largos ratos filosofando sobre la locura de los pacientes , de las instituciones y ya, en ese tramo de la confianza, también de las propias.

Y acercándonos al final de ese año movido, nos esperaba la otra locura : la inserción laboral post hospital: el consultorio, la facultad, las instituciones privadas y todo eso, sin descuidar el ejercicio de pensar sobre la práctica. Ni el interés por el psicoanálisis, por su práctica y su enseñanza.

Quizás por eso pensé en ella cuando Michel me invitó a sumarme al proyecto de una revista sobre clínica y transmisión. Para seguir conversando .

Y así hicimos el primer número.

Cuando comenzamos a pensar este segundo número, ella se tomó un tiempo para solucionar algunos problemas de salud…

Por eso es tan difícil escribir ahora un editorial que no sea para dedicarle a ella este segundo número.

Extraño su capacidad de trabajo, su entusiasmo, su afecto y los guiños cómplices que espantaban a la solemnidad o al desánimo cuando se nos querían colar en los sueños compartidos.

Continuar con la revista es sólo una de las mil maneras de recordarla.

Incurable
irreversible
insaciable bicho
se alimentó
veloz
del centro de los sueños

Pero si todavía
la hija es bebé
y el amor la desea

Pero si todavía
los padres no se fueron
los amigos yo los demás
contábamos con sus horas

Pero si todavía
punzada en el tiempo
detenido
palabras
en el lugar donde
vive en mí

Recuerdo
sus ojos
últimos
que intentan
decir qué
como si todo fuera
y sonríen

Recuerdo
tierra flores
mucho frío
y el lugar donde
vive en mí

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