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El envejecimiento a la luz de nuestros días
Trabajo monográfico para el
Curso Virtual Educación para el Envejecimiento

Alba de la Caridad Alba Pons
albapons@hotmail.com

Resumen:

Con este trabajo se pretende expresar algunas de las ideas existentes a través de la historia sobre la duración de la vida , aquellos elementos que se invocan en nuestros días como factores causales del envejecimiento así como los enfoques actuales para lograr una vejez saludable, haciendo énfasis en la labor preventiva lo cual trae aparejado un mejoramiento del estilo de vida de este grupo etáreo.

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A través de la historia, han quedado plasmados muchos intentos de establecer la duración de la vida humana. Según el historiador griego Herodoto esta debía prolongarse hasta los 70 u 80 años. El poeta griego Mimnermus (siglo VII antes de nuestra era), dijo que la muerte alcanza al hombre a los 60 años. Lo contradijo Solón, uno de los siete sabios griegos que consideraba los 80 el momento natural de la muerte.

En la Edad Media y en el Renacimiento, las ideas sobre la duración de la vida eran menos optimistas. El Papa Inocencio III (1611-1226), considerado una figura de renombre en su tiempo, escribió en su libro "De comemptu mundi seu de miseria humana" (Sobre el despreciable mundo y la miseria humana) que son pocos quienes alcanzan los 40 años y los sexagenarios representan excepciones. El renombrado poeta francés del siglo XVI Eustache Deschamps (1330-1415) en el libro Miroir de Mariage (El espejo del matrimonio) consideraba que las mujeres alcanzan la vejez a los 30 años y los hombres a los 50. Según Deschamps, 60 años es era el límite de la vida.

En la antigüedad, también hubo intentos de correlacionar el período de crecimiento con la duración de la vida. El gran sabio Aristóteles fue uno de los que planteó esta hipótesis en relación con los venados. En el siglo XVIII el famoso naturalista G:L Buffon la sostuvo y desarrolló. Puso en su base el número mágico siete y afirmó que la duración de la vida en los seres vivos supera siete veces el período de su crecimiento.

Todos estos juicios se apoyaban en observaciones personales y particularidades del conocimiento de la época. Sin embargo, la opinión contemporánea es mucho más abarcadora que categórica y se basa en la confluencia de múltiples factores aunados a los biológicos que determinan de manera importante en el proceso de envejecimiento.

El enfoque actual del envejecimiento tiene como tarea central el mantener el funcionamiento del hombre en un nivel estable que retrase la aparición de incapacidades, lo cual conlleva a un aprendizaje de los elementos causales de este proceso y a la toma de decisiones de estilos de vida saludables.

 

 

¿Cuál es la causa del envejecimiento?

Los científicos estudiosos del envejecimiento han planteado diversas teorías para explicarlo:

Teorías genéticas:

Un equipo de biólogos de Nueva York del Cold Spring Harbor Laboratory y la Universidad de Mc Master de Canadá, descubrieron que las células humanas pueden dividirse hasta cincuenta veces. Según ellos, los cromosomas, estructuras en las que se organiza el ADN, pierden en cada división celular entre cinco y veinte fragmentos de una región situada en los extremos llamada telómero. En el momento en que la célula se dispone a dividirse, el ADN es desplegado, copiado y compactado con el fin de dotar con un juego de cromosomas completo a cada una de las células hijas. La enzima encargada de la replicación se llama polimerasa, la cual no es capaz de copiar enteramente las dos hebras de ADN ya que tiende a omitir nucleótidos en uno de los extremos de las nuevas cadenas. En cada replicación, el ADN de nuestras células pierde un poco de su sustancia y son precisamente los telómeros los que sufren esta lenta erosión. De esta forma, cuando un telómero se hace demasiado corto, la línea celular acaba debilitándose y muriendo.

Teorías No Genéticas:

Teoría de los radicales libres: los radicales libres son átomos, iones y moléculas que se originan en el organismo generalmente a partir del oxígeno que es empleado por las células durante el proceso de producción de energía. Estos fragmentos moleculares de oxígeno resultan tremendamente tóxicos para el cuerpo y aceleran el proceso de envejecimiento. En su corta existencia se combinan con elementos de las membranas celulares y los ácidos nucléicos de los cromosomas lo que provoca una desorganización gradual y en muchos casos irreversible. Los radicales libres lesionan el ADN de las mitocondrias, centrales energéticas de las células, de esta forma pierden su capacidad de multiplicarse y regenerarse.

Teoría del Reloj Celular: nuestras células responden a un programa vital, cuya información se origina en los códigos genéticos. Algunos factores Químicos (tóxicos ambientales, tratamientos agresivos, tabaco, alcohol, etc), Físicos ( radiaciones, calor, frío, etc), Biológicos ( bacterias, virus, parásitos, etc) y/o Emocionales (stress, traumas psíquicos) pueden favorecer la producción de sustancias OXIDANTES capaces de interferir en el ciclo vital de las células con el consiguiente deterioro y envejecimiento patológico.

Teoría Inmunológica: refiere que con el avance de la edad, el sistema inmunológico de los diferentes individuos sufre un continuo deterioro de manera que los ancianos presentan una menor capacidad de defenderse frente a agentes infecciosos por lo que tienen un mayor riesgo de sufrir infecciones que los individuos más jóvenes, así como una mayor incidencia de neoplasias o enfermedades autoinmunes. Este proceso de deterioro del sistema inmunológico se conoce como Inmunosenescencia lo cual va mermando la vitalidad del organismo.

 

 

 

 

Relación entre stress y envejecimiento:

Diversos investigadores sugieren que el stress se relaciona con la edad en al menos dos formas. En primer lugar los organismos más viejos, aún cuando estén perfectamente saludables, no toleran el stress como los más jóvenes. En segundo lugar, se señala que el stress acelera el proceso de envejecimiento, incluso puede llegar a producir daño cerebral.

El hipocampo, zona situada en la corteza temporal, desempeña un papel crucial en el aprendizaje y la memoria y las evidencias sugieren que una de las causas de la pérdida de memoria que ocurre con el envejecimiento es la degeneración de la estructura cerebral. Investigaciones con animales han demostrado que una exposición prolongada a los glucocorticoides, en especial al cortisol, destruye las neuronas situadas en una región específica del hipocampo. La hormona parece destruir las neuronas al hacerlas más susceptibles a efectos potencialmente dañinos, como la reducción del flujo sanguíneo que muchas veces ocurre como resultado del proceso de envejecimiento. El efecto primario de esta hormona es reducir la capacidad de las neuronas del hipocampo para utilizar la glucosa, de modo que cuando se reduce el flujo sanguíneo, el metabolismo disminuye y comienzan a morir. Con estos antecedentes, existe la posibilidad de que los estímulos estresantes a los cuales se exponen las personas durante su vida hagan aumentar la probabilidad de problemas de memoria a medida que envejecen.

¿Cómo combatir el envejecimiento?

Desde tiempos inmemoriales el hombre ha intentado por todos los medios saciar su ansia de preservar el vigor juvenil y dilatar la duración de la vida. Con este fin se ha recurrido a la creación de múltiples remedios o medicamentos milagrosos. Durante la Edad Media, por ejemplo, los alquimistas se empeñaban en transformar a los "viejos" en "jóvenes", haciéndoles ingerir el aurum potabile, un elíxir a base de oro. Sus coetáneas hechiceras también lo intentaron con sus conjuras y pócimas que incluían polvos de orquídea y mandrágora. En épocas más recientes fueron populares en algunas zonas las curas de agua, la transfusión de sangre de niños, el injerto de testículos de chimpancé y toda suerte de regímenes esotéricos.

Estas y otras muchas inútiles recetas contra la ancianidad han caído en desuso para dar paso a una cada vez más eficiente medicina preventiva que combate las verdaderas causas del envejecimiento. El objetivo no es descubrir el secreto de la "eterna juventud" sino buscar los mecanismos que permitan proporcionar un "envejecimiento saludable", facilitando así la mejor calidad de vida posible a los ancianos.

Existen pilares básicos en los que se fundamenta la labor preventiva:

Fomento de hábitos alimentarios saludables (dieta sana):

Dieta baja en calorías: Investigaciones como las del Dr. Roy Walford, profesor de Patología de la Universidad de California, apuntan a que la continuidad en una dieta baja en calorías podría retrasar el proceso de envejecimiento. En algunos animales de experimentación sometidos a regímenes dietéticos especiales, se ha descubierto una relación entre el descenso de consumo calórico y la longevidad, comprobándose además la ausencia de enfermedades cardíacas y renales.

 

 

Consumo de frutas y verduras que garantizan un aporte vitáminico al organismo:

El betacaroteno: La función especifica que se le atribuye al betacaroteno es la protección de las otras vitaminas mediante la destrucción de los radicales libres. Por estas facultades se le podría considerar una vitamina independiente. El betacaroteno es uno de los elementos más abundantes en la naturaleza y constituye el pigmento rojo y amarillo de numerosas plantas. Pertenece a los carotenoides, sustancias que en el organismo se convierten en vitamina A. Se pueden encontrar fundamentalmente en las verduras de hojas verdes como el brócoli, la espinaca, el repollo y la acelga, en los frutos amarillos como la naranja y el albaricoque, y en las raíces como la zanahoria.

También conocido como provitamina A, el betacaroteno es absorbido por el organismo en las cantidades requeridas por este, sin almacenamiento de volúmenes innecesarios, lo que evita el riesgo de hiperavitaminosis (proceso que sí se presenta con la vitamina A). Se fija en la piel, la protege de los rayos solares y ayuda a disminuir las manchas producidas por la edad.

La vitamina A: Pertenece al grupo de las vitaminas liposolubles, las cuales penetran fácilmente a través de las paredes celulares, compuestas de lípidos. Aunque los vegetales no contienen vitamina A en estado puro, sí incluyen las provitaminas o carotenos que se transforman en dicha sustancia luego de la absorción intestinal.

El papel de la vitamina A es preventivo y ayuda a aumentar las defensas contra los radicales libres. Debe consumirse en dosis adecuadas para mantener equilibrado el organismo.

Como el funcionamiento del cuerpo es diferente en cada persona, es necesario que se determine, con la ayuda de un médico, si una persona presenta deficiencia de vitamina A, la cual puede ser provocada por una dieta pobre en vegetales, por incapacidad para absorberla y almacenarla, por cirrosis hepática producida por la obstrucción de los conductos biliares o por enfermedades que causan avitaminosis.

La vitamina A protege contra infecciones, ayuda a mantener una buena visión, favorece el desarrollo de huesos, cutis, cabello y dientes, y contribuye en el proceso de síntesis proteínica. Esta sustancia puede encontrarse en los vegetales antes mencionados y en tomates y frutas como el melón, el mango y la papaya.

La vitamina C: Se trata de una sustancia que ayuda a la absorción del hierro, lo cual es muy importante para que el sistema inmunológico no pierda su capacidad de defensa y proteja al organismo contra virus y las bacterias producidas por los resfriados.

La vitamina C protege el contenido líquido de las células y ayuda a que los fibroblastos, elementos principales de la dermis, aumenten su producción de colágenos, proteína clave para mantener la elasticidad de la piel, y así evitar las arrugas.

Esta sustancia contribuye además a la cicatrización de heridas, facilita el control de los niveles de colesterol en la sangre (afección tan común en nuestros días) y tiene también una participación importante en la producción de hormonas antiestrés.

Las personas que sufren de mala digestión, problemas respiratorios, lactancia pobre, encías que sangran y hemorragias, o que son propensas a hematomas, articulaciones hinchadas, alergias y lenta curación de heridas, muy seguramente presentan deficiencia de vitamina C; por esto es recomendable ingerir alimentos cítricos, espinacas, tomate, pepino, repollo, cebolla, aguacate, perejil y frutas frescas como guayaba, papaya, plátano, fresa y mandarina.

Para conservar la vitamina C en el organismo es indispensable que se tengan en cuenta las siguientes sugerencias: no exponer excesivamente los alimentos a la luz o a temperaturas demasiado altas; no cocinar en utensilios de cobre; evitar el estrés, el tabaco, la ingestión indiscriminada de antibióticos, las píldoras anticonceptivas y los elementos ahumados; no excederse al practicar ejercicio físico, ya que esta vitamina se elimina por medio del sudor.

La vitamina E: Está considerada como la vitamina de la fertilidad, la reproducción y la potencia sexual. Esta sustancia es liposoluble, lo que le permite fijarse en las células y protegerlas de la acción de los radicales libres. Además ayuda a evitar el resecamiento de la piel.

El papel que esta vitamina desempeña en el organismo es muy importante. Durante la gestación contribuye al desarrollo del feto, reduce la oxidación de las grasas no saturadas, interviene en la producción de glóbulos rojos y detiene la formación de depósitos de grasa en los vasos sanguíneos, causantes de la arterioesclerosis y el infarto del miocardio.

Entre los síntomas más frecuentes desencadenados por la falta de vitamina E encontramos los siguientes: esterilidad femenina y masculina, anemia, debilidad general, apatía, falta de concentración, debilidad sexual, impotencia, disminución del colágeno, piel seca, degeneración y distrofia musculares, trastornos hepáticos y renales y pérdida del cabello.

Para evitar estas fuertes deficiencias es necesario consumir germen de trigo, aceite de maíz y de soya, nueces, aguacates, nabo, pan integral, semillas de cereales y leguminosas.

Si una persona ha sufrido de enfermedades intestinales, hepáticas, o relacionadas con el páncreas, si se ha sometido a intervenciones quirúrgicas en el estómago o el intestino, si es propensa a la fibrosis quística o consume grandes cantidades de alcohol, agua tratada con cloro y hierro orgánico, es importante acudir al médico para determinar si posee suficiente vitamina E en su organismo y adoptar los tratamientos necesarios para el adecuado funcionamiento de los órganos que componen su cuerpo.

Dieta rica en fibras: ayuda a prevenir el cáncer y facilita las evacuaciones

Dieta baja en grasas saturadas, evitando el exceso de grasas y proteínas animales: previene las cardiopatías y algunos tipos de cáncer.

Dieta rica en calcio: previene la osteoporosis.

Ingestión de agua: El individuo requiere para el buen funcionamiento del organismo tomar suficiente cantidad de agua. Un adulto necesita como promedio entre 7 y 8 vasos de agua diariamente.

Práctica de ejercicios físicos:

Con el entrenamiento se consigue detener la reducción de las fibras musculares y aumentar el área muscular. Los patrones de ganancia de la fuerza en los adultos mayores son porcentualmente similares a los de los jóvenes. Por lo tanto el aumento de la fuerza no tiene que estar siempre asociado al aumento de la masa muscular. La respuesta del entrenamiento es altamente específica, en función del tipo de entrenamiento utilizado.

Por ejemplo la natación tiene pequeños efectos sobre la histología, pero muy importantes efectos sobre la bioquímica celular.

Los efectos del saludables del ejercicio resumirse en las siguientes líneas :

Previene la atrofia muscular

Mejora la movilidad de las articulaciones

Aumenta la flexibilidad

Facilita la circulación de la sangre

Reduce el riesgo de enfermedades cardíacas

Mejora la masa ósea (disminuye la osteoporosis)

Disminución de la masa grasa

Tiene efectos tranquilizantes y tonificantes

Aumenta la sensación subjetiva de bienestar

Mejora la capacidad de relación y contacto social

Eliminar los hábitos tóxicos:

Evitar el hábito de fumar: previene el cáncer del pulmón, las cardiopatías isquémicas, el enfisema pulmonar y otras neumopatías.

Evitar el consumo excesivo de alcohol: previene las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebro-vasculares, las afecciones del tracto digestivo, los accidentes de tránsito y mejora la calidad de vida de las personas.

Evitar el exceso de café : previene el insomnio y los estados de ansiedad.

Adecuado control médico :

Control de las hiperlipidemias: evita la formación de trombos en los vasos sanguíneos y la aparición de accidentes cerebro-vasculares.

Control de la hipertensión arterial: evita los accidentes cerebro-vasculares y las afecciones cardiovasculares.

Ingerir medicamentos bajo supervisión médica: evita interacciones y peligrosos efectos secundarios.

Descanso e Higiene Personal:

Procurar tener un descanso nocturno entre siete u ocho horas, evitando dormir durante el día. El sueño debe realizarse en un lugar acogedor, limpio y cómodo, y también, procurando mantener una postura correcta.

Evitar exposiciones prolongadas al sol: previene el exceso de arrugas y el cáncer de la piel.

Mantener la limpieza corporal teniendo en cuenta que la higiene diaria es un factor preventivo de las enfermedades infecciosas.

Evitar el stress, realizar ejercicios de relajación (yoga, Tai Chi, meditación)

Actividad mental: conservar y mantener activas las capacidades sensoriales e intelectuales.

Capacidades sensoriales (vista y oído): es importante compensar las pérdidas para evitar que se agraven, se debe acudir al uso de gafas y audífonos y mantener el chequeo periódico de estas funciones.

Las capacidades intelectuales como atención, velocidad de procesamiento e inteligencia : la activación de estas capacidades a través de actividades que requieran prestar atención, concentración, elaborar información, ejecutar una tarea con una secuencia progresiva de complejidad es recomendable para mejorar el funcionamiento cognitivo.

Otras capacidades intelectuales como la memoria.

A corto plazo: se recomienda ejercitarla mediante la realización de listas de compras, listas de números telefónicos, las edades y los nombres de los nietos y otros familiares, etc.

Memoria remota: se recomienda ejercitarla mediante la comunicación de vivencias y situaciones pasadas, participación en algún programa de intercambio intergeneracional.

Memoria operacional: reteniendo mentalmente las fases de ejecución de las diversas tareas, recetas de cocina, uso de manuales de instrucción, etc.

7- Conservar los vínculos afectivos con las personas que le rodean y las relaciones con su entorno:

Con la familia: en caso de que ambos cónyugues estén vivos, mantener una relación de afecto, comprensión y ayuda mutua. Conservar la vida sexual. Fortalecer los vínculos familiares, continuar vinculados a los hijos, participar en intercambios familiares, brindar apoyo en situaciones de necesidad. Cultivar la relación con los nietos, transmitirles sus recuerdos y experiencias.

Con las amistades: compartir actividades comunes, paseos, recuerdos, viajes, juegos, etc.

Vincularse a grupos específicos de diversa índole (recreativos, de ayuda, etc)

Mantener la vinculación con instituciones, servicios sociales y sanitarios que puedan proporcionarles ayuda, orientación e información cuando su estado físico, social o económico lo requiera.

Mantener la relación con el entorno: seguir interesándose por los hechos que ocurren en el mundo, ver la televisión, asistir a espectáculos , debates, diversas actividades que fomenten los intereses de los adultos mayores, cultivar hobbies, rescatar actividades o proyectos que se hayan dejado olvidados.

 

 

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA:

Tolstij, A. El hombre y la edad, Moscú, Ed. Progreso, 1989.

Valdés Mier, M.A. Psicogeriatría para médicos generales integrales, Cuba, Ed. Oriente, 1997.

Carlson, N. Fundamentos de psicología fisiológica, México, Ed, Printece Hall, 1986.

Vallejo Ruiloba, J. Introducción a la psicopatología y la psiquiatría, Ed. Salvat, 1991.

Papalia, D. Psicología del desarrollo, México, Ed. Mc Graw Hill, 1998.

 

Datos personales:

Edad: 37 años

Ocupación: médico

Lugar de residencia: ciudad Chitré, País Panamá

OPINIÓN SOBRE EL CURSO EDUCACIÓN PARA EL ENVEJECIMIENTO

CONSIDERO QUE HA SIDO UNA EXCELENTE OPORTUNIDAD PARA PROFUNDIZAR EN LA PROBLEMÁTICA DEL ENVEJECIMIENTO QUE SE VA HACIENDO CADA VEZ MÁS RELEVANTE EN LA MEDIDA EN QUE AUMENTA LA POBLACIÓN DE LA TERCERA EDAD. LAS CLASES HAN SIDO BIEN EXPLICADAS Y SE HAN TRATADO LOS TEMAS AMPLIAMENTE.

EN MI CASO PARTICULAR ME HA RESULTADO MUY PRÁCTICO TOMAR EL CURSO VIRTUAL PORQUE HE PODIDO COMBINARLO PERFECTAMENTE CON MIS ACTIVIDADES HABITUALES, CREO QUE LA FRECUENCIA QUINCENAL ES MUY CONVENIENTE PARA MI COMO PROFESIONAL.

FELICITO A TODO EL COLECTIVO QUE SE ENFRASCO EN BRINDARNOS ESTA OPORTUNIDAD, EN ESPECIAL A LA DRA. VIRGINIA VIGUERA POR SUS OPORTUNAS EXPLICACIONES .

A TODOS, MUCHAS GRACIAS.

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