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Número 18 - Abril 2006

La importancia de las relaciones intergeneracionales

Silvia B Gelvan de Veisten
silviagelvan@yahoo.com.ar

 

En las sociedades cerradas, con culturas más estructuradas que la nuestra, ser niño, ingresar a la adultez, trabajar, formar familia y morir, son etapas que se viven dentro de un modelo semejante al de los padres, al de los abuelos y demás antecesores. Tienen y mantienen una fuerte identidad comunitaria y sus roles están demarcados por la religión, los mitos y las leyes.

Como sabemos que en cada individuo se forma un modelo mental del sistema en el que se cría, aquí se cuidan las creencias como un legado histórico que les pertenece y al que pertenecen. En nuestra sociedad occidental actual, en cambio, el modelo que parece imponerse es el de lo nuevo, con el análisis crítico del pasado. Lo nuevo es lo joven; lo tradicional, el pasado, es viejo.

Mientras en las culturas tradicionales niños, jóvenes y adultos tienen modos definidos para relacionarse y trabajar juntos en un presente que contiene a un futuro que les resulta predecible, en las nuestras, el caos y la incertidumbre se unen para elaborar diferentes fórmulas del provenir, creando la sensación de estar inmersos en una perpetua aventura de descubrimientos.

Mientras los cuidadores de costumbres cierran sus fronteras, las nuestras están abiertas a migraciones y comunicaciones múltiples, entrecruzando las creencias hasta producir diferentes modelos de existencia por acopio de retazos de formas y valores de vida. Dichos modelos son complejos, a veces contradictorios y móviles de una generación a otra.

Muchas veces hasta el lenguaje de los hijos es incomprensible para los padres. Se han diluido los significados de los antiguos pasajes para cada etapa evolutiva, y el futuro aparece, por la creencia de la libertad de elección, como el resultado de la responsabilidad individual. En cada persona se deposita el peso del éxito o del fracaso del modelo que ella misma debe construir para sí misma. En ese modelo se unen lo que los otros esperan que uno sea, lo que uno aprendió a querer y asume la protesta existencial de los hombres que quisieran ser dioses.

Como nueva meta y mito, se suele enunciar el valor de llegar a "una mejor calidad de vida", la que no está totalmente definida y por ende, no se sabe con qué procedimientos se la puede alcanzar.

Esto afecta a los valores, tomados como referentes para elaborar un proyecto de vida.

Entre los valores que han cambiado en los últimos cuarenta años, podemos señalar:

El valor que se le otorgaba a la madurez: hoy, ser mayor es ser un lastre para una sociedad en rápido movimiento.

El valor de la Ciencia y de la Tecnología para el progreso de la Humanidad: hoy se duda que haya traído la felicidad que se pensaba en el siglo 19.

El valor de la estabilidad de la pareja y de la organización familiar: hoy el individualismo la reduce a la satisfacción de los deseos y si éstos no se satisfacen, a la ruptura y disgregación.

El valor de elegir el campo laboral de acuerdo a los intereses y a las preferencias: hoy, el desempleo y los cambios de competencias requeridas, limita las elecciones individuales, aumentando la selección del medio.

El valor del tiempo para la comunicación de la intimidad y la reflexión electiva. La vorágine de lo nuevo ha producido una aceleración de las acciones inmediatas, so pena de "perder el tren". No hay tiempo para escuchar, para comprender, para pensar.

El valor de la distensión. Lo excitante es buscado al punto de llegar a daños irreversibles causados por la ansiedad y el estrés.

En este clima de revisión y de contradicción de valores, las dudas y los miedos afectan a todos. Los jóvenes saben que al salir de la adolescencia se encuentran ante la demanda de elegir su futuro, prepararse para una carrera donde a los 30 años puede ser demasiado tarde para la oferta laboral y los mayores temen quedar fuera de las ofertas al llegar a los 45. Es entonces que, en ese momento, comienza una nueva necesidad de orientación, con 40 años por delante que sufren de un vacío de propuesta social.

Las investigaciones

En abril de 1998, en el marco institucional de la Universidad del Salvador, comenzamos una investigación exploratoria, a efectos de saber cómo percibían el futuro a diez años, los jóvenes que cursaban su ciclo secundario en la ciudad de Buenos Aires. Esta se continuó con adultos docentes, luego adultos padres y finalmente, alcanzó a mayores de 60 en el 2003.

Por razones de limitación económica 1, urgencia en los tiempos y la dificultad de lograr los permisos escolares para realizar las entrevistas con los más jóvenes, tuvimos que trabajar con cortes en el tiempo que hubiéramos querido evitar, ya que el contexto no fue el mismo de un año a otro.

En toda nuestra población, comprobamos que el peor pronóstico lo portaban los docentes y que los alumnos y los mayores de 60 eran los que reclamaban condiciones para un proyecto ocupacional con cierta seguridad. Tanto jóvenes como mayores, en un casi 80%, no querían estar fuera del sistema laboral. Para los más jóvenes, ese hacer significa la posibilidad de probar lo que pueden y en los mayores, sentir que aun pueden.

Con esos resultados, nos decidimos a comenzar nuestra mayor propuesta: optimizar las relaciones intergeneracionales de amor y respeto en varios y simultáneos ámbitos sociales.

En un trabajo exclusivo con el test del Futuro y frases incompletas, hemos comprobado que el estilo HST típico de los adolescentes, (Gelvan de Veinsten, 1994) 2 se repite con frecuencia de 80% en nuestros entrevistados de 55 a 70 años, cambiando en loa años subsiguientes al estilo THS ligado a lo que viven como pérdidas de potencial

Nuestros programas

Sin medios económicos, con voluntarios, estamos trabajando en tres proyectos.

Adoptar un abuelo: preparamos voluntarios para ser padrinos de ancianos aislados y asilados en geriátricos, muchos de los cuales son verdaderas "Cárceles de inocentes",como describimos en nuestro libro.

Nieto en carta: es una tarea preventiva de comunicar niños y mayores por correspondencia. Los más jóvenes aprenden a escribir y los mayores tienen quienes les escriban. Nuestros últimos logros han sido la conexión epistolar entre niños encauzados y ancianos asilados, logrando permiso para su encuentro. Hoy dos escuelas se unen al programa logrado que se lea y escriba con el sentido de estar cerca del otro y finalmente…lograr ser cerca de un otro

Talleres ocupacionales- laborales: se trata de producir productos entre jóvenes y mayores que puedan darles la dignidad del trabajo, la relación intergeneracional y un rédito económico. Aun estamos presentando programas sin obtener los fondos para su concreción

Resultados

Creemos que las diferentes edades del ser humano requieren atención más por las necesidades y posibilidades específicas de cada etapa de su vida que por la edad vivida. Cada etapa no significa que cada una de ellas esté separada como grupo de la pertenencia social general y el diálogo intergeneracional

En relación a los mayores debemos aun resolver dos problemas: a) la falta de leyes para proteger su posibilidad de seguir trabajando y dialogar con los jóvenes con un nuevo rol que no es ni el de consejero ni el de dependiente, sino de compañero de proyectos con diferentes competencias y potencial o capital en disposición como lo llamaron en un grupo de trabajo y b) el imaginario social que los condena a la supuesta pasividad, incluyendo teorías de la senectud no totalmente probadas, que los mismos mayores sostienen como lealtad a sus ancestros y resignación ante la impotencia de demostración.

En relación a los jóvenes, encontramos por un lado el temor a envejecer y por el otro, la ignorancia de comunicarse de un modo que no fuere de cuidador-cuidado, a más de sus dificultades de pertenencia familiar, hoy conflictiva y tendiente a la disgregación.

De ahí que pensemos en los centros de orientaciòn a lo largo de la vida, que es en resumen, de recursos intergeneracionales, integrando el ser, el hacer, el saber, el poder, el tener y el creer (hexágono de valores vitales)

Conclusión:

Este trabajo es una síntesis de lo que hacemos tratando de incorporar a la vida social y cultural al ciclo de los mayores. No está separado de procesos de orientación a lo largo de los años, pero requiere una atención especial por la falta de preparación de los orientadores y por una sociedad que los expulsa del sistema productivo y los margina socialmente.

Esperamos pues que esta presentación sirva para que autoridades puedan tomar conciencia de la problemática y que los orientadores amplíen su formación.

Bibliografía básica

Naisbitt J. (1982, y 1990) Megatrens., Nueva York, Avon

Giusti, Lina (1984) Documento presentado en el Congreso Latinoamericano de Orientación, Bs. As

Gelvan de Veinsten, S.B.1989) "La elección vocacional ocupacional", Marymar, Bs. As.

Gelvan de Veinsten, S.B.(1988) Ateliers-laboratoires de simulation vocationnelle-occupationelle, Carrerologie, revu, vol 3, no4, Québec, Canadá

Gelvan de Veinsten, S.B (2003) "La cárcel de los nocentes", Océano, Bs As.

Lyotard, JF (1993)" La condición posmoderna", Planeta-Agostin, Planeta Argentina

Resumen

Este trabajo es una propuesta basada en investigaciones y trabajos de campo realizados en Buenos Aires. Su misión general parte de la hipótesis de la inclusión social como prevención de la enfermedad personal y social. Aquí nos ocuparemos del segmento de los mayores, muchos de ellos sumidos en la pobreza económica y en la violencia que deviene de una paulatina marginación. Se presentan dos estudios comparativos instrumentando el Test Visión de Futuro y las Tarjetas de Proyecto de vida (Gelvan de Veinsten, S. B.) tomados a tres pequeñas poblaciones: 40 a 54 años, 55 a 64 años y 65 a 74 años, denotando el aumento del porcentual de tristeza y depresión cuando se detienen o faltan programas ocupacionales (incluyendo los laborales) y cuando la amenaza de soledad o encierro intra generacional significa perder contacto activo con las otras generaciones. (Tesis del libro "La cárcel de los inocentes", de la misma autora)

Se presenta una clasificación de violencia y agresión a los mayores, proveniente de la experiencia con Padres maltratados por los hijos y los resultados del programa Adoptar un abuelo que desde hace cinco años se inició como una de las propuestas intergeneracionales con las se trabaja en la Fundación OVO

Finalmente se añaden otras experiencias de puente generacional, Nieto en carta y Abuelos del aprender, que se han recomendado en el libro "La aventura de ser abuelos", 3ª edición.

Se cierra la presentación con un programa que fuera elevado a Desarrollo Social, en 2005 para crear centros ocupacionales inter generacionales instrumentando los recursos disponibles en cada región.

Los proyectos ocupacionales intergeneracionales que proponemos se entienden como una inclusión en pro de la Ecología Social, un deber ético para la población mayor, un aprendizaje de pertenencia histórica para los jóvenes y un beneficio económico que aun no se ha comprendido, por cuanto se reducirían los costos que devienen de mantener un capital humano ocioso que se enferma más cuanto menos puede ser en el hacer.

Silvia B Gelvan de Veinsten

 

Anexo: Estilos ocupacionales

Ser-hacer-tener: reflexivo planificador

Ser- tener-hacer: planificador de beneficios

Hacer-ser-tener: accionador auto constructivo

Hacer-tener-hacer: accionador para beneficios

Tener-ser-hacer: capitalizador auto constructivo

Tener- hacer-ser: capitalizador productor

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