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2001 - A ODISSÉIA LACANIANA

Exposición de Pierre Bruno
Pase sin fin?

Reseña a cargo de Sara Hassan

El objetivo del autor es de examinar la distancia entre pase y fin, lo que implica que no los hace coincidir. Considera el pase como condición del fin, al menos de un fin psicoanalíticamente satisfactorio. Esta distancia no es métrica, o sea, traducida en unidades de tiempo; es muy variable. Dice el autor que simplemente, en relación al pase, este fin requiere una vuelta mas.

!.

Tanto en 1967 ("La proposición...") como en el Discurso a la EFP, el pase es presentado, sin dudas, como equivalente al fin.

El pase sería el pasaje de analizando a analista, que a su vez no se confunde con la instalación como profesional.

Es un acto por el cual, al cometerlo, el sujeto se coloca en falta. En falta de que? De saber, en tanto sujeto, de prejuzgar lo que será a partir de lo que lo ha determinado a ser como es.

Entre saber y sujeto hay una distancia irreductible que P.Bruno va a llamar "libertad de la castración".

En este pasaje, hay también otra dimensión : la desactivación del analista como causa de deseo del análisis.

La transferencia, como institución del sujeto supuesto saber, es, entonces disuelta..La neurosis de transferencia se resuelve como impedimento del acto ( la superación de la inhibición de Hamlet, según el análisis de Lacan).

El pase separa la falta de la pérdida. El sujeto para de gozar de la falta, es decir para de gozar de la castración. Tendríamos, con el pase, una adquisición definitiva.

No obstante, una lectura atenta nos advierte, ya desde los textos del 67, que en ese momento algo se dialectiza para permitir la superación, los medios para no dejar congelar esa adquisición como doxa.

Lacan mismo ya ha preparado el terreno mostrándose reservado en cuanto a un cierto número de salidas falsas ( acting out, hipocondría, y sobre todo hipomanía transitoria consecutiva a la expulsión del objeto) y que recusa el fin "aparente" que constituye el advenimiento del deseo. Con el pase, se trata de un cambio de método para evaluar el fin, que debe ser juzgado por la puesta en su lugar de una experiencia distinta de la cura. Este punto es decisivo, porque es exactamente en la experiencia del pase que se ha manifestado la distancia entre pase y fin de la cura.

Si el pase es "ese punto que figura la finitud" de una experiencia psicoanalítica, conviene deducir de ahí que la expresión misma suscita una reserva sobre la accesibilidad de esta finitud.

En ese punto el autor toca el problema planteado por Freud del analisis infinito (Unendlich) al que Lacan da nuevo relieve evocando a Cantor, que enumera el infinito haciendolo entrar en el cálculo. Por otra parte,y siempre en relación a la cuestión de la distancia , el pase se define como permitiendo el après coup. Habría literalmente, un fin después del fin. Bruno no cree que se haya agotado el potencial de este concepto de après coup., que toca en lo vivo de la relación entre topología y tiempo. No cree que sería desnaturalizado considerar el fin como après coup del pase.

Sobre el après coup, se limitará a decir que el encuentro, cualquiera que sea, con el goce enigmático del Otro, no se volverá trauma mas que en el momento en que llega a percutir el goce del sujeto, transvasamiento cuyo canal es, en el entretiempo, la palabra (no hay après coup en el animal, ni siquiera en los domésticos).

La lectura de la palabra del Outro es el único saber al que se trata de acceder en una cura.Ese saber es extremadamente difícil de apreender porque, como se puede notar, es infinitamente mas fácil recordar lo que el Otro dijo que lo que yo dije, en el punto en que lo dije.

Mas radicalmente, lo que dije debe se construido en lo que digo, ya que en definitiva, si falta la rememoración , es que no había dicho nada. Porque hablar, para el sujeto, es siempre traumático.

II.

Como no hacer del pase un Super-Otro, deducción hecha como consecuencia de una experiencia de un cartel de pase en Brasil.

III.

Como?

Apostando por la investigación, aun la que no encuentra. A partir de ahí, algunas porposiciones.

-No hay dos pases. Aquel que ocurre en la cura no toma forma mas que del procedimiento que permite juzgarlo.Sin examen público no se anuda intensión-extensión y el psicoanálisis se encuentra desarmado frente al malestar en la civilización.

No se trata de reemplazar la cura por la via asociativa(se entiende, la sesión por la conversación )sino de estar atentos a la cuestión de como se puede proponer al otro ser sujeto en la cura, si fuera de ella, se persiste en mantenerlo como menor?

El AE, entre otros, tiende a responder a esto.

-Por lo demas, algunos AE retomaron su análisis después de su nominación, el camino del analizando , inscribiendo asi, de hecho, esta distancia entre pase y fin. Porque habia sido franqueado? Que quedaria por hacer?

Examina entonce la primera cuestión:

Le parece poder definir el franqueamiento como la separación entre la castración y el goce que permanece intratable, entre menos fi y a, para movilizar los matemas tan precisos y legibles de Lacan. Dicho de outro modo, la aporía freudiana es superada por un Witz: el hasta el límite de la castración es un fantasma del neurótico o un delirio del psicótico. El sujeto no asume su división mas que consintiendo a esta pura pérdida por la cual sabe, desde esse momento, que no puede reglar todo el goce por la ley. De repente, es eso lo que prueba, cesa de gozar de la falta. De paso, PB hace notar que esta trayectoria es antipascaliana, ya que Pascal, que tuvo el genio de calcular la pérdida de goce, concluye su çómputo por el recurso a una integral: la trascendencia de Dios.

Hasta ese momento, Pierre Bruno no hace mas que poner en forma adquisiciones ya recensadas. Pero, en lo que ser refiere a mantener la distancia entre pase y fin, no es suficiente. El pase es ese momento en el cual el sujeto se plantea, por primera vez, la cuestión de saber si el goce que él presta al agente del fantasma no esta, por si mismo, alimentado, y si el padre gozador no es la marioneta cuyo hilos manejaria ( "si le père jouisseur n'est pas la marionnette dont il tirerait les fils)

Tomando prestada una metáfora de Lacan,pero en sentido contrario, el analizante, antes del pase, es un sujeto apoyado "arc-bouté", desde el exterior, contra las rejas del Obelisco, plaza de la Concordia. Y le pide al Obelisco que lo suelte. El pase ocurre cuando se da vuelta.
Que es lo que queda entonces, por hacer?

- El pase valdria como fin si se tratase solo de hacer acto de un gozo intratable. El problema es el del retorno, despues del pase, de este goce, bajo la forma de síntomas. Para el hombre, la mujer re-hace síntoma, no eventualmente sin suscitar trazos de perversión. Para el hombre y la mujer, la fobia puede volver a hacer síntoma. De estas especificaciones, que tienen sus razones, diria, para concluir, que no excluyen tal o cual extraccion de goce en la muy rica gama de la inhibición, síntoma y angustia. De ahí una cuestion, que es ya una respuesta:la identificaciõn al síntoma no es el único medio de adjuntar este goce frente al cual lo simbólico ha debido declararse en retirada?.

- El fin no se obtendria mas que recorriendo a contrapelo el conjunto de transvasamientos de goce, desde el del Otro hasta el del sujeto, de los que se compone el fantasma. Digamos que despues de la recusa de las identificaciones imaginarias, y de la elucidación de las identificaciones simbólicas, se trata de operar, esta vez hasta el fin, el retorno de la identificación primaria. Se ve que si el pase tiene lugar al punto en que el sujeto experimenta el límite de la identificacion simbólica, el trillado hasta el fin no hace mas que comenzar despues de esta constatación de detención del camino.

Durante todo el tiempo que sigue, o sea durante la distancia del pase al fin, el riesgo de resbalar existe :

- El riesgo para el sujeto, despues del pase, es de tomarse por obelisco: elección de la mania, de lo oblativo, de la identificacion al analista, que sería al "asno de la lista", comprendiendo alli la relacion sí mismo. Es el riesgo que, a criterio de P.Bj, señala Lacan cuando evoca la primacía dada en todo al inconciente, así como la necesaria crítica".
La otra eventualidad, que puede presentarse para el sujeto entre pase y fin, es la de la necesidad de contar con el nombre propio para sostener su identificación al sintoma. Es la tesis de Lacan a proposito de Joyce: ahora se descubre libre de su sujeción al fantasma masoquista al que estaba inclinado( convié) - momento del pase- para enseguida dedicarse a glorificar su nombre por su arte.

Asi, descartado el masoquismo, permanece su gusto por los pequeños calzones manchados de Nora, que hacian trazo de perversion. Para que no haya malentendido, agrego que este recurso al nombre no se confunde con la elección de la normalización edipica que puede presentarse antes del pase, y acortar el analisis sobre la base de un primer resultado.
En fin, para proponer dos ultimas referencia en cuanto al fín, evocaría la desvalorización del gozo que produce un despertar. Es por el sentido solamente, lo que implicaria "être la dupe du père". Es eviente que el sentido está en parte ligado al nombre, que el mismo implica el padre. En 1977, Lacan indica una otra salida en el " forzamiento al poeta", mas alla del sentido y de la significación ( de la palabra vacia y la palabra llena).
Evocaria en fin, la desparición de la fobia, es decir, el hecho que, el no ser representado cuando habla, no angustia más al sujeto.

A que se engancha entonces, si no es a un incastrable. Pero a un incastrable que no tiene mas lugar de seducir por el amor, porque no es un padre, sino nada mas que una punta de real.

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