Volver al sumario de La Salamandra 1 Discursos y prácticas profesionales de psicología social en salud mental (España 1970- 1995)
Juan Carlos Duro Martinez

Primera parte: CRISIS, CRÍTICA Y ALTERNATIVAS A LO INSTITUIDO.
El final del franquismo y la transición democrática (1970-1982)

Capítulo IV. PRÁCTICAS ALTERNATIVAS Y COMUNITARIAS

4.6. El Centro Especial de Medicina Comunitaria (1980-85)

Con la finalidad de iniciar experiencia innovadoras donde se pudieran formar los nuevos especialistas en medicina familiar y comunitaria, se crean, por orden de 22 de octubre de 1982 (Ministerio de Sanidad y Consumo, 1982), 20 Unidades pilotos de medicina de familia en diecinueve provincias españolas, dos de ellas en Madrid, dos centros ‘experimentales’: el Centro Especial de Medicina Comunitaria del Hospital 1º de octubre y otro en la Clínica Puerta de Hierro (Iglesias, 1994).

La vida de estos centros fue breve. El Centro Especial de Medicina Comunitaria del 1º de octubre puesto en marcha, de manera oficiosa en febrero de 1980, deja de existir como tal en 1985 y se transforma en la Unidad docente del Hospital 12 de octubre. Las funciones asignadas desde la Administración a este Centro eran: vigilancia epidemiológica de la zona, asistencia en los programas de salud necesarios y docencia e investigación en el área comunitaria (González Gutiérrez-Solana, 1983).

Este centro estaba dirigido por una médico, especialista en salud pública y el equipo de profesionales lo componían como personal más estable: médicos pediatras, ATS, asistentes sociales y una psicóloga.

Sus actividades se agrupaban en programas de salud escolar, atención materno-infantil y trabajo comunitario en general. Sin embargo su actividad más relevante era la formación de médicos residentes de familia y comunidad. En este sentido nos interesa destacar que la organización global de la formación de residentes en medicina familiar y comunitaria estuvo a cargo de un equipo de psicólogos sociales madrileños pertenecientes al CIR y que contaba con la participación de A. Bauleo. Este grupo de psicólogos, externo a la institución, organizó en colaboración con el propio equipo de la institución, e impartió directamente, formación en grupos y en psicología social para los residentes en medicina familiar y comunitaria, utilizando la técnica operativa de grupo. También llevó a cabo un trabajo de formación interna con el equipo interdisciplinar del Centro y una asesoría y supervisión con la directora.

Las dificultades del trabajo desde dentro y desde fuera de la institución de profesionales con el mismo esquema referencial fue uno de los motivos de reflexión de dos de esos profesionales, una de ellas, asistente social que formaba parte del staff del equipo, y el otro, psicólogo social que intervenía como formador externo (González Gutiérrez-Solana y Buzzaqui, 1982).

Parte de esta experiencia, que duró tres años, se presentó en la Mesa de Formación de sus 1ª Jornadas en una comunicación titulada La Psicología Social en la Medicina de Familia. Grupos de formación (Lorenzo y Irazábal, 1982) y en el I Congreso del Colegio Oficial de Psicólogos en otra titulada El aprendizaje grupal en la formación de técnicos sanitarios (Buzzaqui, Irazábal y Lorenzo, 1984). En ambas se trata de mostrar/reflexionar sobre el aprendizaje grupal mediante el trabajo en grupo operativo con los profesionales sanitarios de este Centro de Medicina Comunitaria. Por su parte Bauleo se refiere a esa experiencia en dos artículos ¿Qué es la Salud Comunitaria (1988a) e Interrogantes surgidos cuando se realiza una organización de servicios (1988c). En el primero reflexiona sobre la salud en una comunidad como algo históricamente determinado y ‘construido’ en la interrelación entre la población y los técnicos y en el segundo, a partir de su conocimiento directo de la puesta en marcha de algunos servicios de salud comunitaria en Madrid, y plantea líneas de interrogantes en seis planos: la organización de servicios como una forma de hacer prevención. La relación entre demanda de la población y oferta de servicios. La relación Equipo/Usuario. Las diversas teorías en el equipo y en la institución. El nivel institucional y el trabajo en equipo y la ‘higiene mental’ y la formación de los trabajadores de la salud.

Es importante señalar que algunos médicos residentes de familia y comunidad formados allí en psicología social con una metodología grupal operativa, años más tarde desempeñaron un papel importante en la práctica de la Atención primaria de salud de Madrid, al igual que profesionales de enfermería que formarán el equipo directivo de la Escuela Universitaria de Enfermería de la Comunidad de Madrid a partir de 1991.

Otros profesionales pasaron a la Comunidad de Madrid donde desempeñaron puestos de responsabilidad político-técnicos en el desarrollo de la Salud pública durante los años 90. Ahí contribuyeron a impulsar la incorporación del enfoque psicosocial y grupal en la salud pública en general y en promoción y educación para la salud en particular.

Este Centro organizó los días 7, 8 y 9 de octubre de 1982 las 1ª Jornadas de Medicina Comunitaria con los objetivos de avanzar en el conocimiento del trabajo que se estaba realizando en el campo de la medicina comunitaria y de reunir a personas y/o grupos que trabajaban y se interesaban por ese campo. Acudieron 520 personas entre médicos, personal de enfermería, asistentes sociales, estudiantes e incluso vecinos de la zona que participaban en algunos de los programas de salud comunitaria que en centro llevaba a cabo en su zona de referencia.

La importancia de este centro por lo que significaba de vanguardia de la venidera atención primaria lo encontramos en los invitados que participaron y en la actualidad de los temas elegidos. Así la conferencia inaugural corrió a cargo de Hannu Vuori, representante de la Oficina Regional para la Atención primaria de salud de la OMS en Europa que habló sobre La situación y el futuro de la Medicina Comunitaria en Europa.

En 1985, después de profundos conflictos entre los profesionales del Centro de Medicina Comunitaria y la Administración del Insalud, ya en manos del PSOE, ésta cambia a la directora, se suspende la formación grupal de los residentes y se diluye el equipo inicial para quedar reconvertido en una Unidad de Atención Materno-Infantil y en la Unidad de Docencia del ahora llamado Hospital 12 de octubre.

4.7. Unidades del Síndrome Tóxico (1981-85)

Con motivo de la intoxicación masiva por aceite de colza desnaturalizado ocurrida en Madrid en 1981 se crearon en otoño de ese año unas Unidades de seguimiento extrahospitalarias para la atención, tratamiento y rehabilitación de los pacientes agudos del Síndrome Tóxico promovidas por el Plan Nacional de Atención y Seguimiento dependiente del Ministerio de Presidencia.

Estas unidades se crean después de los primeros momentos en los que se atienden a los enfermos en los hospitales y por lo que respecta a salud mental desde los servicios de psiquiatría directamente o mediante la interconsulta. se crean pues vinculadas a algunos grandes hospitales de Madrid (1ª de octubre, Puerta de Hierro y Ramón y Cajal). Estaban compuestas por equipos interdisciplinarios formados por médicos, ATS, psiquiatras, psicólogos, asistentes sociales y técnicos de rehabilitación. En octubre-noviembre de 1982 se crean de manera estable 21 unidades extrahospitalarias en Madrid y Guadalajara en las que se incluyen 23 psiquiatras y 23 psicólogos con el objetivo de reducir la necesidad de atención hospitalaria.

Así después de esa primera fase de una cierta intervención en crisis desde el marco hospitalario se plantea a los profesionales sanitarios y más concretamente a los profesionales de salud mental la oportunidad de intervenir desde un punto de vista comunitario, al hacer hincapié en los aspectos psicosociales de los pacientes (García Camba, Carbonell, Méndez y Cabezón, 1993).

Las dificultades que se plantearon, a juicio de Ballesteros (1986) fueron: carencia de programas previos de formación de profesionales de asistencia primaria. Indefinición e inexistencia de objetivos de planificación. Degradación del rol terapéutico y de la relación médico-enfermo habituales en la asistencia ambulatoria. Ausencia de conciencia o práctica adecuadas para el trabajo en equipo. Planteamiento individualista del trabajo según modelo de la medicina hospitalaria. Dificultad de determinación de roles en el equipo interdisciplinario y falta de organización funcional de la Unidades de Seguimiento en relación con los otros sistemas de asistencia sanitaria.

Con todo durante esos años se prestó una asistencia sanitaria individual, familiar, grupal en algún caso de trabajo con grupo operativo (Goñi, 1986) y con cierto trabajo comunitario a los afectados por esa enfermedad y, a veces a familiares no afectados, como fue el caso del programa de prevención de la droga en edad escolar (Pallarés, Gómez, Alvarez de Miranda, Bayo, Cortés, Fernández Pérez, Molina y Sierra, 1986). Un tipo de atención bastante más integral y psicosocial que la recibida por el conjunto de la población lo que por un lado supuso segregar a los afectados de los canales de asistencia sanitaria habitual, y por otro un avance, aunque muy limitado en su cobertura, en la atención comunitaria en general y en la atención ambulatoria-comunitaria a nivel de salud mental al dar una respuesta integral y comprehensiva (García Marcos, 1986). Con motivo del alta de los enfermos agudos y la no aparición de nuevos casos, en julio de 1982 el Ministerio de Sanidad y Consumo convocó una Jornada de Trabajo para la valoración del trabajo realizado y estudiar alternativas de futuro en tanto en cuanto había remitido el problema para el que habían sido creados. En esta reunión todos los profesionales se mostraron partidarios de aprovechar la experiencia de trabajo en equipo que habían alcanzado durante esa experiencia y de mantener los equipos para afrontar otros problemas de salud en línea de los proyectos que la reforma sanitaria estaba esbozando.

En opinión de Segura (1982), quien participó en esa reunión en representación del Colegio de Psicólogos, también se abogó por la necesidad de un cambio en el modelo de salud desde el modelo médico tradicional hacia otro con énfasis en los aspectos formativos y preventivos en el que, según las orientaciones de la OMS se propiciase una prevención primaria (promoción de salud a través de la formación, información y calidad de vida para el ciudadano), una prevención secundaria (detección y atención a factores de riesgos ya presentes) y una prevención terciaria (rehabilitación y reinserción social). El trabajo en equipo interdisciplinario se defendió enfáticamente y se llegó a proponer que las futuras unidades, derivadas de las actuales estuviesen formadas por un médico general, un pediatra, un psiquiatra, un asistente social y un psicólogo.

La propuesta de reconversión de esas unidades en Unidades Experimentales de Atención Básica Integral formulada por el colectivo de profesionales de salud mental planteaba la necesidad de organizar una alternativa válida para la atención de esta población dado que no existían recursos asistenciales suficientes para hacerse cargo de la demanda de estos pacientes ni para garantizar el mantenimiento de los niveles asistenciales conseguidos hasta ese momento. Era necesario establecer programas alternativos capaces de organizar una oferta asistencial a las necesidades previsibles. Esta propuesta no tuvo eco en la Administración quien en 1984 realiza la transferencia de esos servicios asistenciales al Insalud y en 1985 (RD 415/1985, publicado en el BOE 1-4-85) encarga la atención sanitaria y de investigación al Ministerio de Sanidad y Consumo y las de evaluación, gestión de ayudas económicas, reinserción y atención social al Ministerio de Presidencia.

A partir de ese momento se atiende a los pacientes crónicos supervivientes en la red asistencial del Insalud y se sustituye el Plan Nacional para el Síndrome Tóxico por la Oficina de Gestión de Prestaciones Económicas y Sociales.

Algunos de los profesionales que participaron en esta experiencia de atención psicosocial trabajaron después en los Servicios de Salud Mental de la Comunidad de Madrid.

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