Volver al sumario de La Salamandra 1 Discursos y prácticas profesionales de psicología social en salud mental (España 1970- 1995)
Juan Carlos Duro Martinez

Primera parte: CRISIS, CRÍTICA Y ALTERNATIVAS A LO INSTITUIDO.
El final del franquismo y la transición democrática (1970-1982)

Capítulo V. MODELO MÉDICO HEGEMÓNICO Y MODELOS EN PSICOLOGÍA SOCIAL

5.4. Modelos teóricos, ideología, profesión y política

Por último hagamos algunas reflexiones sobre la articulación de estos dos modelos psicosociales con las opciones políticas de izquierda en el contexto español de final de los setenta.

En primer lugar nos vamos a referir al modelo conductual y al PCE en tanto este partido era el referente político organizado de la izquierda con más presencia en los movimientos profesionales. Evidentemente el PCE de una manera orgánica y explícita nunca asumió que el modelo teórico que defendía dentro de la psicología era el modelo conductual. Una hipótesis de por qué no se pronunció públicamente a favor del conductismo, y por lo tanto en contra del psicoanálisis, sería que entre los militantes profesionales sanitarios (médicos y psiquiatras) había cierta cultura psicoanalítica crítica y en todo caso el conductismo ni la reflexología habían ganado tantos adeptos como para hacerse hegemónico en el sector sanitario (y psiquiátrico) del PCE.

No ocurrió lo mismo con los psicólogos que dentro de las agrupaciones de profesionales del PCE formaron la Agrupación de Psicólogos. El 3 de junio de 1977 esta Agrupación presentó el documento titulado "La situación profesional de los psicólogos y la asistencia psicológica en España: propuesta para una alternativa" (M.C., 1978). En ese documento se señala la carencia de asistencia psicológica de la población española y las deficientes condiciones en las que se encuentra la profesión del psicólogo. Además de apoyar las reivindicaciones mínimas elaboradas por el movimiento profesional (léase Sección de Psicología del Colegio de Doctores y Licenciados) se exponen los principios generales en los que basar las aplicaciones concretas de la práctica psicológica de manera que sea una psicología al servicio de toda la población. Como vemos se trata de la psicología –entendida como ciencia única y homogénea– se ‘aplique’ en beneficio de toda la población. En otras participaciones de los psicólogos del PCE, bien es verdad que firmadas por psicólogos con nombre y apellidos y no asumidas oficialmente por el Partido, se identifica más claramente ‘la teoría científica’ (la teoría del aprendizaje) que había de asumirse por parte de los psicólogos dentro del Servicio Nacional de Salud. Así, aunque el PCE no ‘defendiese’ formalmente el conductismo como teoría científica de elección, la mayoría de sus militantes psicólogos sí lo hacían. El discurso político del PCE a favor de la salud comunitaria iba acompañado de un modelo psicológico conductual cuya prioridad pasaba por su inserción en el movimiento profesional.

Una ideología de izquierdas, un modelo teórico ‘científico’ y una organización política sólida que actuaba como un verdadero colegio invisible potenciando la incipiente organización profesional, en su vertiente más corporativa, eran los ingredientes apropiados para su rápida extensión. El modelo organizativo del PCE, sin mucho margen para la disidencia, y el modelo teórico autoexplicativo y poco abierto a la confrontación y crítica de otros modelos, se retroalimentaban ocupando la mayor parte del espacio profesional progresista que solamente debían compartirlo, aunque evitando la confrontación directa, con el modelo ‘psicoanálisis y marxismo’.

Este segundo modelo, al provenir de profesionales también de la izquierda política, generalmente críticos con el PCE en general, también tenía ganado el reconocimiento ideológico y político y su lugar en un movimiento profesional que necesitaba aunar fuerzas y no dividirlas. La diferencia estribaba en la consistencia interna del primero entre sus discursos políticos (PCE), teóricos (conductismo) y profesionales (organización corporativa) y la dispersión más anárquica del segundo al tener su referentes políticos repartidos entre sectores de la izquierda marxista del PSOE, grupos a la izquierda del PCE, e incluso dentro del PCE y progresistas independientes no vinculados a partidos políticos, su teoría ser mucho menos cerrada y dogmática y su apuesta por lo profesional menos corporativa y más ‘interdisciplinar’. Una ideología ‘izquierdista’, un modelo teórico menos formalizable y unos referentes político-organizativos más difusos y ´débiles’ con una presencia en el movimiento profesional más testimonial se colocaba en desventajosas condiciones de competición para la carrera de la salud comunitaria.

En la siguiente década veremos la confrontación explícita de estos modelos y, en cualquier caso, un cierto auge de los discursos psicosociales y de las prácticas profesionales en los procesos de reformas institucionales.

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